Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
Mateo 6: 14
●°●°●—————— 🌊 ——————●°●°●
Caminaba por el bosque.
El sol brillaba con intensidad.
Yo llevaba puesto un vestido blanco y estaba descalza.
Camine y al final del bosque me encontré con un prado lleno de flores de diferentes colores.
Era un lugar hermoso.
La brisa fresca soplo hacia mi rostro.
Cerré los ojos por unos instantes, disfrutando de la naturaleza de aquel precioso jardín.
De pronto escuche una voz que se oía a lo lejos y decia:
— Todo va a estar bien, no temas, todo va a estar bien. No importa que tan mal se vean las cosas todo va a estar bien.
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. JOSUE 1:9
Abri los ojos y estaba acostada en mi cama.
Todo había sido un sueño.
Tome mi biblia y leí aquel pasaje que apareció en mi sueño.
Lo leí en voz alta.
Y pude sentir que era Dios el que estaba hablando a mi vida.
Y me decía que fuera Valiente, y que me esforzará porque Él estaba conmigo.
Así como Dios estuvo con Josue, el estaría conmigo.
Me sentí muy feliz al recordar ese sueño.
No era un simple sueño.
Era Dios dándome palabras de aliento.
Por la tarde de aquel día me reuní con mis amigos en la playa, queríamos salir un poco para distraernos y descansar despues de una larga semana de clases.
Como Mamá casi no estaba me lleve a Saray conmigo, ella estaba feliz de conocer a mis nuevos amigos, le había hablado mucho de ellos.
Cuando llegamos al lugar acordado ya todos estaban ahí: Yareisi, Rosalie, Julieta, Edward y Josh.
— Hola Chicos — saludé con una enorme sonrisa en mi rostro
— Hola — respondieron todos al unísono
— espero que no haya problema, pero traje a mi hermana conmigo — la señalé y ella sonrió tímida.
— oh no, claro que no, es un gusto conocerla — se apresuró a decir Yare
— ¿cómo te llamas pequeña? — Le preguntó Edward
— Saray, y no soy pequeña, tengo 8 años — todos reímos por su respuesta.
Nos sentamos en una ronda debajo de una palmera y mientras conversábamos comíamos unos sándwiches que la madre de Rosalie había preparado.
Después, todos excepto Josh y yo se dispusieron a jugar cartas con mi hermana.
Yo no quise participar por que realmente no me gustaba y no sabia jugar.
Me paré y camine hasta la orilla del mar, había llevado puestos unas sandalias así que podía sentir el agua mojar mis pies.
— ¿por qué no juegas? — la voz de Josh me hizo voltear a verlo
— ¿tú por qué no?
— jamás me ha gustado jugar cartas — dijo riendo
— lo mismo digo
— ¿y que te gusta entonces? ¿Qué disfrutas hacer?
— leer, escribir, dibujar — sonreí
— Genial, todo suena muy interesante
— ¿y a ti que te gusta hacer?
— Tocar la guitarra, cantar...
— alguna vez me gustaría oírte cantar y tocar — dije
— quizás algún dia tengas el privilegio de escuchar mi dulce voz — bromeó
— claro! Lo que tu digas — ambos reimos — por cierto..hace unos días me encontré con Michelle.
— ¿te ha vuelto a decir algo? — me preguntó
— Realmente no...
— ¿entonces?
— Hemos conversado — expliqué — me pidió disculpas por como me trató y ha recibido a Jesús en su corazón.
— oh, es una excelente noticia — sonríe
— lo se — dije — ¿puedo preguntar algo? — lo mire fijamente a los ojos.
— claro que si
— ¿cómo pasó todo lo de ustedes...?
Josh me miró serio antes de decir...
— La conocí cuando entré a la preparatoria...comenzamos una bonita amistad...y después fuimos algo más...
Pero todo terminó en el momento en el que ella quiso llevar lo nuestro a otro nivel, ya sabes...Y yo sabia que eso no era correcto así que me aleje.
Ella aún me buscaba después de eso pero yo sinceramente no quería saber nada de ella.
— oh, entiendo, debio ser dificil alejarte aún cuando sentías algo por ella.
— lo fue — soltó un suspiro — pero ante todo primero estaba Dios en mi vida y si yo accedía a lo que ella quería estaría dejándolo a un lado.
— fuiste muy valiente al vencer toda tentación...
— Fue Dios quien me ayudó, si no fuera por él...no me imagino que habría ocurrido.
Sonreí.
Muchas veces como jóvenes cristianos, el enemigo intenta poner trabas en nuestro caminar, pone tentaciones y si nos descuidamos tan solo un momento podemos llegar a caer.
Pero si le pedimos ayuda a Dios podremos vencer todo lo que venga y salir victoriosos.
— ¿has hablado con tu padre? — preguntó Josh después de un rato de silencio
— no — respondí, por mucho que extrañará a papá no quería verlo, estaba tan decepcionado de él.
— ¿por qué no? ¿Él no te ha llamado?
Por supuesto que si me llamaba, a veces en las noches otras veces en el día, lo cierto era que nunca tomaba la llamada.
— si, lo ha hecho
— ¿y entonces?
— No he querido hablar con él — admiti al fin
— ¿no era lo que querías?
— si, pero...es que no se...siento que no podré hablar con él después de lo que hizo.
— ¿lo odias?
— no se, quizás solo un poco.
— ¿por qué no lo perdonas? — preguntó
— ¿perdonarlo? ¿por haber engañado a mamá? ¿Por irse de la casa? ¿Por dejarnos solas? ¡JAMÁS! ¡JAMÁS LO PERDONARÉ! — exclamé molesta
— pero debes hacerlo...
— no puedo Josh, no puedo
— si puedes, solo debes tomar la iniciativa de hacerlo...Dios te ayudará.
— es que no es tan fácil.
— yo se — dijo — pero también se que no es tan difícil.
Dios en su palabra nos ha mandado perdonar a quienes nos hayan hecho daño así como él ya nos ha perdonado.
Él tenía razón.
Yo debía aprender a perdonar.
Sin importar la magnitud del daño yo debía soltar el perdón.
No hiba a ser fácil pero tenía que hacerlo.
Era lo que Dios quería que hiciera.
¿Por qué?
Por que el perdón es algo muy poderoso que impacta las vidas de quienes lo dan y reciben.
No es fácil perdonar...pero tampoco es imposible.
[.....]
8:00 p.m
— Hola — se escuchó su voz del otro lado de la línea.
— Hola papá, soy Denisse
— ah Hola hija ¿qué tal como has estado?
— estoy bien muy bien pero ¿y tu como estas?
— no lo sé, supongo que bien.
Un silencio se produjo y luego de unos segundos dije.
— te extraño papá.
— yo también Deni.
— vuelve a casa por favor.
— no puedo hija.
— ¿porque no?
— no quiero causarte daño, no más de lo que ya he causado.
— te entiendo.
— solo quiero que me perdones por lo que hize se que estuvo mal por favor hija perdóname. - dijo él Llorando.
— claro que te perdono papá.
— te quiero y dile a tu hermana que también la quiero.
— yo también te quiero y claro que le dire
— hablaremos después Denisse
— Adiós papá.