² beya ★ fred weasley

By Merodeadora05

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❪ 𝗦𝗮𝗴𝗮 𝗕𝗲𝘀𝘁 𝗙𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝘀, book two . . . ❫ 𝟬𝟬𝟮 ┊ BEYA ៚𖤜 ★ 𝗙red 𝗪easle... More

💔 . . . BEYA !
❱ act one, megan's notes . . . !
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❱ act two, megan's revenge . . . !
i. fred weasley
iii. bad vacation?
iv. order of the phoenix
v. between jokes and tunics
vi. broken hearts
vii. locked in a closet
viii. unexpected news
ix. gifts and disappointments
x. the escape of the weasley twins
xi. bad mood and exams? a lousy combination
xii. department of mysteries
❱ agradecimientos . . . !
❱ extra uno . . . !
❱ extra dos . . . !

ii. mixed feelings

788 85 70
By Merodeadora05

capitulo dos
“sentimientos encontrados”



El mes de octubre fue una sucesión ininterrumpida de días de viento huracanado y lluvia torrencial, y cuando llegó noviembre, hizo un frío glacial; el gélido viento y las intensas heladas matinales herían las manos y las caras si no se protegían. El cielo y el techo del Gran Comedor adoptaron un tono gris claro y perlado; las montañas que rodeaban Hogwarts estaban coronadas de nieve, y la temperatura dentro del castillo descendió tanto que muchos estudiantes llevaban puestos sus gruesos guantes de piel de dragón cuando iban por los pasillos de una clase a otra. Era su clima favorito sin duda alguna, pero eso implicaba estar más en el castillo y tener que soportar más cosas.

Con Fred las cosas seguían igual que siempre. Ella lo ignoraba y el la buscaba, Kevin aún era insistente a pesar de la broma que le habían hecho (irritándola aún más) y Sissia había enviado una carta diciéndole que no estarían en casa en las Navidades, por lo que tendría que quedarse en Hogwarts. Su vida personal era un desastre, y si no fuera por Layla que la ayudaba con los deberes y a estudiar, estaría casi reprobada.

—Hola, guapa —le dijo alguien en el oído. Lo cierto es que Megan había visto a Fred desde que se iba acercando “sigilosamente”. Ella estaba en el Patio repasando unas notas que le dejó Layla para que estudiará de Cuidado de Criaturas Mágicas (una asignatura que se le daba fatal y solo había cursado por su mejor amiga y aprobado también).

—Creo que estás mirando a otra persona porque yo estoy hermosa, no guapa.

—¿Eh? —el pelirrojo se sentó a su lado, como si no hubiera comprendido a la primera, haciendo que rodará los ojos—. ¡Es decir, tú si eres hermosa, perfecta!

—Nadie es perfecto, no me mientas, Frederick —dijo, burlándose de él—. Pero tienes razón, si alguien se acercará a la perfección sin duda sería yo con mis bellos ojos —parpadeó varias veces, riendo. El pelirrojo la miraba embelesado, lo cual ella notó, así que dejó de hacer eso y regresó su mirada a sus notas. Si seguían así terminarían en una situación comprometedora y a veces era difícil detenerlas, aunque no quisiera.

—No puedo estar más de acuerdo contigo —le pico una mejilla, desconcentrandola de su momento de estudio.

—¿Me disculpas? Lay me matará si no me aprendo esto para dentro de dos días —señaló sus notas. Fred las miró curioso.

—Pero eso es muy fácil —apunto con su dedo unos términos de animales y su clasificación—. Si te das cuenta, conforme el orden por abecedario de las criaturas al revés, es su clasificación pero en orden normal.

Los próximos cinco minutos Fred estuvo explicándole cómo podía aprenderse todo eso de una forma muy sencilla, y Megan no podía estar más feliz con eso. Su amiga le ponía pequeños exámenes cuando los temas se le complicaban después de explicarle, pero no le había entendido nada el día anterior. Le sorprendió que él fuera tan bueno con eso, a pesar de no haber pasado el TIMO según le había dicho dos años atrás cuando recién se conocieron.

Después se enteró que ni a él ni a George les importaba la escuela, porque saliendo abrirían su propia tienda de bromas. Le parecía algo muy bueno, porque no siempre la escuela de para todos y menos un puesto en un escritorio sentado todo el día aburrido. Si eso no era para ella, menos para Fred, que era un alma libre y bromista que no necesitaba ese tipo de ataduras en su vida. Y mientras una tienda de bromas fuera lo que le apasionará, no había nada más que objetar (aunque su mamá al parecer no estuviera muy de acuerdo).

Megan quería ser aurora, como su padre. Quería proteger al mundo mágico de todo mal como lord Voldemort y debido a lo sucedido el año pasado, no había hecho más que reforzar su idea. Aunque su papá no pudiera verla físicamente hacerse una mujer, sabía que del cielo la veía, y haría todo para que el se sintiera orgulloso desde allá.

Recordó que al día siguiente era el partido de Quidditch contra Slytherin, así que no pudo evitar preocuparse un poco por Umbridge. Comúnmente cuando jugaban serpientes y leones era algo digno de ver, pero a sabiendas que la cara de sapo odiaba a Gryffindor, suponía que algo iba a salir mal. Siempre esperaba equivocarse en sus suposiciones.

—¿Por qué no estás descansando para mañana? —le cuestionó, sin dejar de mirar sus notas—. Haz algo de provecho en lugar de interrumpir mi momento de estudio.

—Primero, porque lo que ocupo para antes del partido es estar distraído y lo sabes bien —ella murmuró un «si»—, y segundo, porque cuando iba pasando ví al Ravenclaw ese que te molesta venir para acá y me dio mala espina, así que aprovechando que soy más alto que él caminé rápido y al verte me acerqué. Después cuando nos vio juntos hace diez minutos se fue, ¿no me merezco un besito por ser buen chico?

—Lo que te mereces es un momento de distracción y yo no puedo dártelo ahora —le recordó, usando sus palabras en su contra—. Pero ya que insistes, cierra los ojos.

—¿Para?

—¿Acaso no confías en mí? —Fred asintió, mirándola con curiosidad—. Entonces házlo.

Él frunció los labios, al imaginarse lo que iba a pasar, porque fue así, cuando Megan se levantó con cuidado de la banca e iba a huir. El problema fue, que Fred pensó en todo y la sujetó de la cintura sin dejarla escapar, atrapándola más hacía él y sonriendo victorioso.

—¿Crees que no te conozco lo suficiente para no saber qué harías eso? —preguntó en tono burlista el chico. La rubia maldijo en voz baja—. No digas malas palabras, las chicas guapas como tú no dicen eso —murmuró, con sus labios muy pegados a los de ella, para provocarla.

Pero Megan no caería.

—Entonces no me conoces lo suficiente porque se supone que soy «hermosa, perfecta» —imitó su voz de hace rato— y no guapa.

—Te detesto —frunció los labios, mirándola directo a los de ella. Ella se rió.

—No lo haces.

Decidiendo que no se quedaría ahí para gusto de él, le dio un casto beso en los labios. Fred pensó que lo había logrado, porque parecía dispuesto a una sesión de besos sin importar nada, pero después Megan se separó y lo amenazó con su varita en broma (o no tan broma).

—No me sigas o mañana no podrás jugar, cariño.

—Si que te detesto —dijo el pelirrojo, riendo.

Le guiñó un ojo, le lanzó un beso con la mano y se alejó de ahí burlona, directo a su Sala Común.

La mañana del partido amaneció fría y despejada. Megan no podía negar que estaba nerviosa porque esperaba que todo resultará bien para Gryffindor, y más porque era el primero partido de Ron por lo que Layla le pegaba su nerviosismo, ya que ella tenía un leve presentimiento de que los Slytherin harían de todo para hacerlo sentir mal. Ella los odiaba, y si su mejor amiga los odiaba, la rubia también.

El Gran Comedor estaba casi a rebosar cuando llegaron a desayunar; los alumnos hablaban más alto de lo habitual y reinaba una atmósfera llena de vida y de entusiasmo. Cuando vió a Ron y Harry entrar, y pasaron junto a la mesa de Slytherin, aumentó el nivel del ruido. Le decían ofensas al pelirrojo, y después de una plática con sus mejores amigos acerca de que Luna Lovegood había llevado un gorro enorme de un león apoyando a Gryffindor, se dedicaron a ir al partido.

En las tribunas, ya sentados con los alumnos de su casa, no pudo evitar enojarse cuando escuchó a los Slytherin cantar.

Weasley no atrapa las pelotas
y por el aro se le cuelan todas.
Por eso los de Slytherin debemos cantar:
a Weasley vamos a coronar.

Weasley nació en un vertedero
y se le va la quaffle por el agujero.
Gracias a Weasley hemos de ganar,
a Weasley vamos a coronar.

A Weasley vamos a coronar.
A Weasley vamos a coronar.
Y por el aro se le cuelan todas.
A Weasley vamos a coronar.

—Quiero golpearlos a todos para que dejen de cantar eso y Ron no se ponga nervioso —dijo Layla.

Wayne miró curioso a la rubia esperando una respuesta de su parte, ya que si él lo hacía solo la iba a alentar.

—En estos momentos no conviene que vayas, Lay, muy probablemente Umbridge te castigue y no queremos eso, ¿verdad?

La verdad a Megan le hubiera encantado golpearlos a todos y dejarlos inválidos, pero había que pensar en todo, y si su mejor amiga lo hacía y ellos la apoyaban, tenían mucho que perder. De todas maneras, los profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras no duraban más de un año, así que no tenía que soportar a esa mujer más tiempo, que con tres meses había sido suficiente.

Por más que Layla intentaba alentar al chico que le gustaba, no hacía nada. Ron se había dejado marcar varios tantos y las esperanzas de que ganará Gryffindor estaban por los suelos debido a él, aunque no quisiera pensarlo. La castaña solía decirle que él era bueno, pero que debido a su poca confianza era que fallaba tanto, lo cual Megan intentaba creer, pero después de aquel partido, que terminó sólo porque Harry cogió la snitch, no le quedaron muchas esperanzas.

Pero entonces, una bludger golpeó con fuerza a Harry en la parte baja de la espalda, y cayó de la escoba. Afortunadamente, estaba a menos de dos metros del suelo porque había descendido mucho para atrapar la snitch, así que no fue una caída alta. Enseguida se oyó el estridente silbato de la señora Hooch, un rugido en las gradas formado por silbidos, gritos furiosos y abucheos. Nadie pudo describir con precisión lo que comenzó a suceder allá abajo, porque Megan solo vio a Malfoy gritar algo, y de pronto a Harry y George abalanzarse sobre él, comenzando a golpearlo. Tuvo, nuevamente, que sujetar por los brazos a Layla para que no saliera corriendo hacia el campo, porque quería ir a ver a Ron.

Madame Hooch obligó a Harry y a George a qué se fueran, y salieron furiosos de ahí. La castaña, ignorando los llamados de sus amigos, salió corriendo hacia la carpa en donde vio a Ron entrar.

—¡Maldición, esta niña me sacará de mis casillas! —exclamó, frotándose los ojos.

—Es el chico que le gusta, es obvio que irá —respondió Wayne, encogiéndose de hombros—. Déjala ahí, después vendrá… Por mientras vayamos a la Sala Común.

—Más te vale que sea así porque sino te haré que duermas afuera de la Sala Común hasta que llegue —lo amenazó con un dedo. El chico se rió.

Ambos se comenzaron a dirigir hacía el castillo con los demás Hufflepuff que estaban en tribunas, y la mayoría hablaba de lo pésimo que había estado el partido por parte de Ron. Megan quería golpearlos a todos.

Su caminata fue interrumpida por Fred Weasley, que se encontraba sudado con el uniforme del partido, las mejillas rojas y una mirada preocupada. Ella no sabía si era por casi perder el partido o por George y Harry, que era lo más probable.

—¿Estás bien? —le preguntó al chico. Vió como Wayne miraba sorprendido la escena, tal vez por el rápido cambio de estado de Megan, pero no podía negar que le preocupaba verlo así.

—Yo… ¿vienes conmigo un rato?

Titubeó, pero terminó asintiendo. Miró a su amigo, que levantó los pulgares y se fue con la multitud, uniéndose a Justin Finch-Fletchley y a Susan Bones que iban platicando.

Fred la tomó de la mano, sorprendiéndola, y comenzaron a caminar hacia el lado contrario de los demás. Vió a Layla salir de la carpa con Ron, así que supuso que pasaría el resto del día con él, lo cual le gustaba porque el chico debía sentirse fatal y lo único que quería (tal vez) era el apoyo de ella. Cuando llegaron a la parte trasera del campo, él se sentó en el césped y Megan lo hizo también.

—¿Estás preocupado por Harry y tú hermano, no es así? Tranquilo, estoy segura que todo saldrá… no tan mal, considerando que se los llevó Umbridge. ¿Qué es lo más malo que puede pasar? ¿Qué los saqué del equipo?

—¿Y si los expulsa? —dijo con la voz un poco temblorosa. La rubia en verdad se sintió mal por él.

—No puede hacerlo, Dumbledore no se lo va a permitir, estoy segura —trató de tranquilizarlo, y le colocó una mano en el hombro. Fred la miró y sonrió en grande.

—Necesitaba tu compañía.

—Supongo que gracias —sonrió de lado.

Eran de esas pocas ocasiones en las que en verdad quería tener algo lindo con él. Es decir, sabía que no todo siempre podía ser color de rosa como en otras relaciones que veía, pero pensaba que si tan solo Fred no hubiera hecho aquello al año anterior podrían ser novios. Lo peor es que él sabía perfectamente bien que lo había arruinado, y por eso la había intentado recuperar, tal vez dándose cuenta de lo mucho que le importaba aún sin haberse percatado antes.

Como decía su papá: «Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde».

Y, aun así, Megan estaba dispuesto a perdonarlo. Ya eran varios meses (desde finales de cuarto año) que se había retractado de todo y la buscaba como perro faldero; no podía evitar pensar que hacía mal, pero sentía que se lo merecía por haberla ilusionado dos años enteros, haciéndola creer que eran una relación y que la amaba, aunque no era así y en el fondo siempre lo supo. Cuando mostraba su lado sensible como en ese momento era que quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien, para después besarlo con ganas y no dejarlo ir… pero no podía. Su orgullo era más grande que no se permitía ser así.

Algún día, muy seguramente, podrían estar juntos. Pero, aunque Fred mostrará señales de estar arrepentido desde ese momento y de que quería su compañía a pesar de todo, aún no era ese momento. Solo esperaba con ansias que llegará.

Al día siguiente, Megan se enteró que tanto George y Harry, como Fred, habían sido suspendidos «de por vida» de jugar Quidditch, molestando obviamente a Angelina y a la profesora McGonagall, que, aunque no lo demostrará, se encontraba muy furiosa con Umbridge, ya que ella fue la que lo decidió.

Esperaba poder hacer algo por Fred, pero el parecía estar tan molesto que no quería hacerla sentir mal a ella. Conocía aquella faceta del pelirrojo y era mejor evitarlo, así que pensó que después la iría a buscar y trataría de hacerlo sentir mejor, aunque fuera con algo pequeño.

Tuvo sus clases tranquilas, hasta que al finalizar la de Umbridge ésta le pidió a Layla que se quedará unos minutos más, inquietándola. Y aunque quiso saber casi al instante lo que había sucedido, estando en el Gran Comedor, su mejor amiga llegó con Ron, por los que Wayne y ella evitaron tocar ese tema para que pudiera hablar con Ron, que seguramente se sentía mal por lo de sus hermanos y mejor amigo. Cuando casi acababa la hora de la comida, quería preguntarle a su amiga acerca de qué le había pedido la cara de sapo, pero no contaba con que ella tuviera planes en la Biblioteca con Ron y la abandonará, básicamente todo el día.

No era como que Megan tuviera muchos planes. De hecho, no contaba con más amigos que no fueran Layla y Wayne, así que cuando ambos se encontraban ocupados no sabía a dónde ir o con quien estar. Se había acostumbrado a ese tipo de soledad, que solía ser interrumpida siempre por Fred (aún desconocía como siempre sabía dónde estaba, pero suponía que era lo bastante predecible para él). Un par de veces hablaba con personas de otras casas mayores o de su curso, pero al menos se alegro de ver a Roger Davies y a Valery Wilson, dos compañeros de último año, pero el primero Ravenclaw y la segunda Hufflepuff, con los que a veces pasaba tiempo al verlos solos en el Gran Comedor.

—¡Hola, chicos! ¿Cómo están? —les preguntó sentándose frente a ellos sonriente. Ambos levantaron las vistas de sus pergaminos y aunque no lo dijeron, ella se dio cuenta que no esperaban que les diera a hablar.

—Muy bien, de hecho —respondió Valery. Era una chica con cabello castaño oscuro, ojos hazel y un rostro lleno de pecas—. Roger y yo tenemos muchos deberes por lo mismo que ya vamos a salir y… es horrible, huye desde ahora.

La rubia se rió por aquello, aunque sabía que era cierto. Si quinto año era difícil, no quería enfrentarse aún al último, en donde parecía que morirían en cualquier momento.

—Por Helga, no me asusten aún, soy inocente para esos temas —respondió dramáticamente—. ¿En verdad hiciste trabajar a Roger? Eso es muy difícil, ni por ser Ravenclaw…

—Soy inteligente pero trabajar me da pereza, no es mi culpa —se excusó encogiéndose de hombros. Valery rodó los ojos.

—Le da mucha pereza, en verdad si me dieran un galeón por cada vez que me dice que no ha hecho los deberes sería millonaria, incluso más que los Malfoy.

—No hablemos de mi, que si Megan tenía mucho sin venir a hablarnos es porque sus amigos están ocupados y Fred está de mal humor, ¿o me equivoco? —cuestionó el muchacho.

—No te equivocas en que no tengo con quien estar —respondió, señalándolo con el dedo—, pero si te equivocas en que solo les hablo por eso. Les juro que me encanta estar con ustedes, pero cuando yo estoy disponible ustedes no y viceversa.

—En eso tiene razón —la apoyó la chica—. El que suele dejar a las personas de segunda opción es otro —siseó, como indirecta hacía él.

Megan creía saber por qué decía eso. Ya que el año anterior en el Baile de Navidad, Roger fue con Fleur Delacour, la campeona de Beauxbatons, y tuvieron una noche entretenida, según le dijo Fred.

Maldijo, porque todo le recordaba a Fred.

¿Qué le había hecho? Lo odiaba, aunque en el fondo lo amará y quisiera estar con él. Era todo tan complicado.

—Está pensando en él —susurró Roger a la chica, intentando cambiar de tema—. Sus pupilas la delataron.

—Es cierto —se rió Valery—, pero eso no quita que estés ignorando lo que te dije.

—Problemas maritales aquí no, por favor.

Comenzaba a creer que a ella le gustaba él y lo sabía. Que complicado era el amor ajeno también.

—El punto es que estás enamorada de Fred —terminó el Ravenclaw, sonriendo orgulloso—. Y yo no digo yo, lo dice todo Hogwarts.

Ella alzó una ceja.

—¿Todo Hogwarts? Pero si nadie habla de mí, no seas exagerado, Roger.

—Lo que este menso quiere decir —comenzó Valery— es que después de que tu amiga Layla comenzará a salir con Ron fue un tema de conversación, y luego fuiste tú. Unos decían que tu amiga solo había conseguido algo con Ron por ti, que eras amiga de los gemelos y en especial de Fred. Bueno, eso escuché.

—¿Y quién te lo dijo? —quiso saber. No conocía a nadie chismosa además de Rita Skeeter el año anterior, por lo que no entendía quién podría decir eso. Si se había enterado que hablaban de Layla y Ron porque ella misma le dijo que otros Hufflepuff, como Ernie y Hannah Abbot, lo habían mencionado, pero sin más detalles.

—En el baño de chicas alguien lo estaba diciendo, pero como hacia mis cosas no ví quien —hizo un ruido con la boca, un poco molesta por eso—. Y lo siento por no haber intentado saber, sé que no te gusta que hablen de tí.

—Lo odio —se recostó en la mesa, estresada—. Mejor hagan su tarea, que Layla está con Ron y no tengo nada que hacer. Dormiré un rato.

Luego, no fue hasta el día siguiente que la cuestionó, y por suerte Layla le dijo todo lo que había sucedido (que alguien la había acusado de hacer tareas y cobrar, lo cual era cierto a medias porque ella no pedía dinero). Para después burlarse porque la castaña creía que Ron no sentía nada de interés amoroso por ella, lo cual era una rotunda mentira. El Weasley estaba muy enamorado de su mejor amiga. Para su mala suerte, después le preguntó acerca de Fred.

—Mejor cuéntame cómo te va con Fred —cambió de tema Layla, recostandose de nuevo en la cama de su Megan y abrazando su almohada—. ¡Ni siquiera sé qué tramas!

—Es complicado, Lay, y eres demasiado niña buena como para entender —contestó pensativa, mirando hacía la ventana por un pequeño espacio de las cortinas.

Lo importante era estar conscientes de que la venganza de la rubia estaba funcionando a la perfección, pero también sabía que era un ganar-ganar, porque aún quería a Fred, y sabía que a pesar de no tener algo formal en esos momentos, podía llegar a suceder alguna vez. El día anterior él no la busco, aunque si le dedicó una sonrisa a medias en la cena, lo cual le basto por mientras. Ya después llegaría el momento de hablar.

—No soy la Vírgen María, Meg, pero solo espero todo esté resultando para ti —se limitó en decirle, y la rubia asintió, pero con una duda.

—¿Quién es la Virgen María?

Layla tuvo que taparse la boca para evitar que saliera una sonora carcajada, y prosiguió con explicarle acerca de Jesús y Dios, temas que Megan desconocía porque su familia siempre había sido enteramente mágica y no sabía de cosas de muggles.

La hora del almuerzo fue tranquila, y desde que se encontraron en la Sala Común con Wayne, le dieron las actualizaciones acerca de la vida amorosa de Layla. Parecía que ambos solo vivían para el chisme, provocando muchas veces las peleas entre ambos —aunque siempre terminaban hablándose de nuevo. Pero la mala suerte perseguía a su mejor amiga, porque Ernie Macmillan le regaló algo costoso, haciendo que Ron se pusiera celoso y triste por no poder costear algo como eso y salió del Gran Comedor. El exnovio de ella miraba todo muy atento, así que Megan lo miraba mal, esperando a que sintiera su mirada y dejará de hacerlo. Evidentemente, Layla siguió al pelirrojo.

—¿Por qué siempre nos deja solos? —preguntó Megan en voz alta. No le molestaba, simplemente quería quejarse de algo.

—Porque está enamorada, y así son las personas en ese estado —le aclaró Wayne riendo, y pasando un brazo alrededor de sus hombros—. Que tú tengas tu plan de venganza no significa que Layla no pueda tener algo bonito.

—No seas idiota —respondió, quitando el brazo del chico—, yo soy feliz por ella. Si es feliz yo lo soy siempre, porque se lo merece y sé que el único capaz de hacerla feliz es Ron. No porque sea un Weasley lo odio, Hop, que Fred sea un idiota tan lindo pues…

—Pero así estás terriblemente enamorada de él, aunque lo niegues —le dijo con un tono cantarin, guiñando un ojo—. ¡Ay, el amor adolescente!

—Cuando seas novio de esa serpiente y estés igual de enamorado que las dos, hablamos.

Megan sabía que tarde que temprano Wayne terminaría de novio con Theodore Nott, porque veía sus miradas discretas en clases, en el Gran Comedor… Tal vez se veía a escondidas con él al igual que ella con Fred, y por primera vez se dio cuenta de algo que antes no tenía tan presente.

Era la misma situación, pero ellos no podían estar juntos. Y todo porque era mal visto ser gay, o al menos para la familia de Nott.

Vaya que estaban jodidos los tres mejores amigos. Jodidamente enamorados.



gracias a Honey-Weasley por pedirme que actualizará este fic<3


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