En silencio © #PGP2022

Autorstwa withoutLucy

9.8K 1.7K 1.2K

Han pasado 15 años desde la noche en que Zachary Cox lo perdió todo, y desde entonces, él ha prometido vengar... Więcej

• Sinopsis •
NOTA
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE
Capítulo 1 - El comienzo de una pesadilla
Capítulo 2 - El extraño
Capítulo 3 - Lejos de la inocencia
Capítulo 4 - Un acuerdo
Capítulo 5 - Oculta en el silencio
Capítulo 6 - El pasado regresa
Capítulo 7 - La indecisión de Zachary Cox
Capítulo 8 - Punto de ruptura
Capítulo 9 - No hay escape de la realidad
Capítulo 10 - El quiebre
Capítulo 11 - Un intento desesperado
Capitulo 12 - Acerca de Faith
Capítulo 13 - ¿Por qué?
Capítulo 14 - En su juego
SEGUNDA PARTE
Capítulo 15 - Falsa libertad
Capítulo 16 - Promesas
Capítulo 17 - Parte l - La historia...
Capítulo 17 - Parte ll - ... de un hombre roto
Capítulo 19 - Proteger a Faith
Capítulo 20 - Confiar en él
Capítulo 21 - El secreto del silencio
Capítulo 22 - La manzana podrida
Capítulo 23 - ¿Quién eres?
Capítulo 24 - Solo tú
Capítulo 25 - La araña
Capítulo 26 - Parte I - Y allí...
Capítulo 26 - Parte II - ...se entrelazaban las historias
Capítulo 27 - Viva
Capítulo 28 - Como terminan las historias
EPÍLOGO
NOTA FINAL

Capítulo 18 - Una verdad

180 38 58
Autorstwa withoutLucy


Matthew


¿Cuánto tiempo tenía? ¿Por qué aún no había obtenido noticias suyas? ¿Qué paso debía dar, sin temer que fuese completamente en falso?

Cerré los ojos por un segundo, soltando un suspiro, cansado de las interminables preguntas que, día tras día, no paraban de azotar en mi mente. De repente me sentía viejo, y es que, incluso si me costaba admitirlo, hacía mucho tiempo había dejado de ser joven.

Tal vez con diez años menos, me hubiese sentido capaz de enfrentar el gran desastre en que me había terminado involucrando. Pero no ahora.

Ahora comenzaba a temer que todos mis planes serían truncados bruscamente, e, incluso desde mi arrogancia, era consciente de que debía hacer mea culpa.

Llevaba varios años conviviendo con el silencio, como para entender que tenía cierto peso. No haber obtenido noticias de ninguno de aquellos con los que había acordado, en un estúpido intento por salvarme, sólo podía significar una cosa: el segundo trato se había jodido por completo.

Y ahora, allí estaba: escondiéndome.

Uno pensaría que contaría con seguridad, y estaría en un edificio blindado, como menos. Pero lo cierto era que sólo estaba quedándome en un hotel, mientras pensaba en qué hacer, y ordenaba la peor comida que había probado en mi vida. Ciertamente, creía que ya no podía caer más bajo.

La idea de cambiarme el nombre, y huir a la otra punta del país cada vez se me hacía más atractiva, incluso si eso significaba que todo lo que había conocido hasta ese momento, dejaría de existir. Y para un hombre como yo, que se había pasado la vida intentando hacer de su nombre, un nombre conocido y respetado, esa idea era como el propio sistema penal que había llegado a dominar: de última ratio.

El sonido de mi móvil me arrancó de esos pensamientos que, cada vez, me azotaban con mayor frecuencia. Pero es que, realmente, ¿qué otra cosa podía hacer? Quedarme en la zona, solamente me estaba condenando a ser cazado, y bien sabía, que estaba rodeado de lobos hambrientos.

En el gran esquema de sucesos, yo me había cortado el brazo, y lo había dejado sangrar, para que ellos pudieran oler mi sangre. Ahora mis rastros estaban por todos lados, y sabía, por más que intentase ser optimista, que, en cualquier momento, alguno de ellos iba a encontrarme, y terminaría desgarrándome el cuello.

—Matthew.

La voz del otro lado de la línea me puso los pelos de punta. La había estado esperando, pero ahora llegaba un poco tarde.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunté, sintiendo que mis horas estaba contadas, y de nada valía andarme con rodeos —¿Debo entender que no has podido cargarte a Zachary? —pregunté, pero no esperé su respuesta. Repentinamente, me sentía violento —Es que no has podido con él, ¿verdad? Me has obligado a jugar en su contra, y ahora he quedado en el medio, porque no has podido cumplir con tu parte.

Del otro lado de la línea, me respondió el silencio, y entendí que no se tomaría a gracia mis palabras, pero yo tenía los motivos suficientes para estar furioso.

Siempre me había encantado hacer alarde de mi poder. Disfrutaba ver esa mirada en las personas, cuando se daban cuenta de que no iban a poder conmigo, y ahora, ¿en qué me había convertido? Mi orgullo había sido golpeado, y no había nada que me molestase tanto, como aquello. Era el hijo de mi padre después de todo: prefería perder la vida, que el orgullo.

Hasta allí había llegado con ser parte de su juego.

—Creo que no has entendido tu posición en todo esto, Matthew —pronunció mi nombre como con burla, y maldije el día en que su padre, otro despojo de persona, se había atrevido a moldear a aquella escoria para que fuese su viva imagen.

—La tengo clara —ataqué, porque si algo aún le quedaba, era un poco de inteligencia.

Hacía rato me había dado cuenta de que, aún estaba vivo, porque era la oportunidad que él tenía de atrapar a Cox. Un hombre como Zachary Cox, consumido por la venganza, por la traición y la rabia que cargaba contra el mundo, jamás dejaría pasar la oportunidad de cobrarme el haberlo vendido. Porque Cox había sido criado entre lobos, y era bueno con eso de rastrear a sus presas.

Lo había estado investigando, por supuesto: había ido a parar con un tío mentalmente inestable, se había enlistado en la marina, y había regresado listo para vengar lo que le fue robado. Reí, seco. Si él supiera la verdad... Moví la cabeza, negando.

Ya estaba todo perdido. La verdad no iba a hacer ninguna diferencia.

—Entonces, ¿cómo es que siquiera tienes el coraje de hablarme de este modo? —sonó algo sorprendido, y en ese momento me di cuenta de que, sin importar su poder, o lo podrido de su mente, seguía siendo poco más que un crío.

—Vamos, que no estoy para dar vueltas —repliqué, pasando de su pregunta —¿Qué fue lo que pasó? Porque, he estado esperando noticias que no llegaban, y hasta se me había pasado por la cabeza, que tal vez se había dado vuelta la jugada.

—¿En verdad creíste que ese tan Zachary podría derribarme? ¿A mí? —preguntó, indignado —. Sí que estás mal, Matthew – se burló —. Pero, respondiendo a tu pregunta... Zachary ha eliminado a Worren, pero se me ha escapado.

—Lo has dejado escapar —solté, sin sorprenderme en lo absoluto de sus palabras, porque su respuesta era exactamente lo que había esperado.

—Se me ha escapado, he dicho —la ira en su voz me dijo que lo estaba presionando demasiado, pero no me importó.

—¿Y ahora qué? —pregunté, poniéndome de pie en la habitación, y saliendo un segundo al balcón.

En ese momento deseé nunca haber dejado el cigarro cuando era un joven. Era un vicio atrayente, pero tenía algo de sentido común, y no quería arruinarme la salud sin antes haber llegado a ser el mejor abogado de la región. En cierto modo, ese había sido un propósito que había cumplido. Algo, al menos, por lo cual podría irme sintiendo una pequeña satisfacción.

—Ahora sabes lo que viene, Matthew —me respondió, intentando sonar afligido, pero fallando miserablemente.

—Supongo que utilizarme para llegar a Cox no te ha dado resultados, y ahora me he convertido en un riesgo —adiviné.

—Bien decía mi padre, que te tenía cerca sólo porque eras un buen abogado —elogió, riendo.

—Y yo lo tenía cerca porque pagaba cantidades obscenas de dinero para que me encargase de sus asuntos —reconocí.

Mi mente siempre viajaba concretamente a ese asunto del que no había estado del todo feliz de encargarme. Pero dinero era dinero, y, de todos modos, nunca había creído que alguien fuese a enterarse de ello.

—Supongo que ahora, deberé tener un poco de cuidado, ¿no? —pegunté, mirando las luces de la ciudad.

—Deberías, si —murmuró, e hizo una pausa —. Pero no te servirá de nada, justo como no le sirvió a tu esposa.

Mi corazón se detuvo, y me agarré con fuerza a la barandilla del balcón. ¿Había oído bien? Los últimos dos años, me los pasé teniendo en claro que el accidente de tránsito que había sufrido mi esposa, había sido provocado. El dictamen pericial no había hecho más que confirmar mis sospechas: los frenos del coche de mi esposa, quien era una conductora sumamente prudente, habían sido manipulados. Pero de todas las personas con quienes me había involucrado... No había esperado que hubiese sido él.

Hasta este momento, no había comprendido que el entramado que se tejía a nuestro alrededor, era mucho más profundo de lo que había creído.

—¿Tú? —pregunté, conmocionado —. ¿Cómo que tú?

—Sí. Yo, Matthew —confesó, y pude oír la petulancia en su voz —. ¿En verdad no te haces una idea de por qué fue?

Hice memoria. Intenté escarbar en mi mente, y dar con algo. Una pista, por mínima que fuese... Pero no había nada. Por primera vez, estaba completamente en blanco.

No respondí, y él supo interpretar correctamente la ausencia de mi réplica.

—Supongo que no tienes lo que ella tenía —expuso, finalmente —. Ella tenía algo por lo que luchar, algo que la hizo comenzar a escarbar muy cerca de donde tengo enterrados a mis cadáveres – reveló —. A diferencia de ti, ella sí amaba a esa dulce hija que tienen.

Me tensé.

—¿Mi hija? —cuestioné, porque, ¿qué tenía que ver mi hija en todo aquello? Un escalofrío me recorrió el cuerpo, no queriendo imaginarlo.

—Sí, Matthew —sonó cansado, como si explicarme le requiriera un gran esfuerzo —. Todo empieza y termina con tu hija —admitió —. Es que, en verdad, ¿nunca te has cuestionado por qué esa hija tuya no pronuncia palabra?

Su pregunta me indignó, pero al mismo tiempo me dejó algo confuso. La había insistido muchas veces, le había conseguido los mejores terapeutas... Pero con el tiempo, la había abandonado a su silencio. No había sido una decisión difícil de tomar.

—Por supuesto que sí —dije finalmente —, pero, ¿qué tiene eso que ver contigo?

—Bueno, tiene todo que ver conmigo. Todos estos años, ella me ha estado guardando un secreto —reveló –, pero tu esposa era una buena madre, y pasó años intentando descubrir el secreto de su silencio. Estuvo tan, pero tan cerca... Fue una verdadera lástima.

—¡Hijo de puta! —solté, encolerizado —. ¿Cómo pudiste?

—No podía dejarla llegar tan lejos. Era un riesgo.

—¿Y qué pasa con Faith? ¿Ella no es un riesgo?

—Ella ha sabido mantenerse en silencio. Es por eso que aún está viva —admitió —. Pero he estado pensando en que, tal vez, está convirtiéndose en un riesgo, y tal vez los ayude a reunirse de nuevo. Los tres juntos otra vez, como una familia feliz.

—No te atrevas —exigí, pero incluso yo, sabía que no estaba en poder de dar órdenes.

—Me atrevo —hizo una pausa —, y si yo estuviese en tu lugar, Matthew, correría para poder despedirme de ella. ¿Quién sabe? Tal vez en este momento alguno de mis hombres esté llamando a su puerta.

Colgué la llamada, repentinamente frenético, como si hubiese recibido un subidón de adrenalina. ¿Y ahora qué hacía? ¿Qué hacía con tanta información? ¿Qué hacía, sino para salvarme a mí, al menos para salvarla a ella?

Ahora entendía que Mary lo había dado todo por nuestra hija, y yo debía estar a la altura. Pero antes necesitaba saber ese secreto, y tal vez la única persona capaz de contármelo, ya me había sido arrebatada de este mundo.


____________________


Faith:


—¿Qué hacemos aquí, Sophie? —mi susurro se escuchó demasiado alto en la oscura habitación.

—Lo siento mucho, Faith —se lamentó, sonando angustiada —. No pensé que vendría hoy, dijo que estaría fuera un tiempo...

—¿Quién? —pregunté. No me gustaba el temblor que escuchaba en su voz, y me gustaba aún menos que me estuviese ocultando en el armario de limpieza.

—Debes quedarte aquí escondida, ¿de acuerdo? —rogó, y sentí, en ese momento, que sonaba verdaderamente desesperada.

—¿Por qué? —interrogué, y mi corazón comenzó a latir desesperado —. ¿Quién llegó?

El horror se arrastró a la superficie, cuando noté que el miedo estaba mirándome de frente.

—Mi hermano —susurró.


Desperté sobresaltada, sentándome sobre la cama, y llevé la mano a mi pecho, sintiendo que mi corazón estaba por escaparse fuera de mí. Tomé una respiración profunda, y me dejé caer otra vez en una posición acostada, refugiándome en las mantas.

¿Algún día dejaría de soñar con ella? ¿Algún día dejaría de perseguirme el horror y el miedo que fui capaz de ver en su mirada? Cerré los ojos, resignada. Jamás iba a olvidarla.

Su imagen, y mi silencio, serían mi castigo por siempre.

Pensé en dormir una vez más, pero ya había perdido demasiadas horas en eso, por lo que decidí levantarme y aprontar un poco de café.

Tan pronto puse mis pies sobre el suelo, llegaron a mí los recuerdos de aquella cruel historia que aún resonaba en mi memoria.

Su historia.

La historia del niño que una vez fue, y de cómo terminó convirtiéndose en alguien tan oscuro, había sido dolorosa de oír. Había sonado tan torturado, que me había tocado el alma. Aún más: fui capaz de notar que estaba refrenándose, que estaba evitando nombrarme algún que otro detalle que, sin dudas, debía ser horroroso de oír.

No pude evitar ablandarme ante su historia, y por primera vez, fui capaz de verlo ante mí tal y como era. Porque en mi mente, había dejado de ser un cruel secuestrador, "el hombre más espeluznante del mundo", como me había referido a él cuando recién le conocí. Ahora lo veía como era: un hombre perseguido por la pérdida y los recuerdos, apenas más que un niño asustado.

Estaba tan roto, que mis manos temblaban, sintiendo la necesidad de ayudarlo para que fuese capaz de repararse. Incluso aunque sabía que algo como aquello, jamás podría ser reparado.

<<Oh, Zachary>>, me lamenté, << ¿Qué ha hecho el mundo con nosotros?>>.

Sirviéndome una taza de café, decidí salir un momento afuera. El día recién comenzaba a despertar, y nada me gustaba más que ver el sol asomarse tras los árboles. Mi casa, como las de todos en aquella zona, se encontraban ubicadas al borde de uno de los bosques más extensos del Estado, y cuando era pequeña, me encantaba ir allí a jugar en los tiempos en que Sophie vivía cerca...

<<En los tiempos en que vivía>>, me corregí.

Estaba observando los árboles, sentada en un banco de mármol que teníamos en el jardín, cuando oí el sonido de los frenos de un auto al llegar a la propiedad. Me puse de pie, pero no me moví inmediatamente. ¿Quién había llegado?

Decidida a averiguarlo, regresé al interior de la casa, y me encontré con mi padre llamándome. Sonaba nervioso y desesperado, y corrí hacia él, demasiado confundida ante el sonido de su voz.

—Señor Clarence, ¿qué sucede? – oí a Mason preguntar, cuando me aproximé a ellos.

Mi padre le ignoró, y en cuanto puso sus ojos sobre mí, se adelantó, tomándome de los brazos.

—Tienes que decírmelo, Faith —pidió, y me inquietó notar que no sonaba exigente e inflexible como siempre. Sonaba desesperado.

No respondí.

—¡Dímelo, Faith! —gritó, sacudiéndome, y me encogí un poco, porque él nunca había sido violento conmigo hasta ese momento.

Víktor se adelantó.

—Señor Clarence, está asustándola —advirtió —Tal vez sea mejor que se tranquilice.

Mi padre soltó mis brazos, y dio un paso atrás.

¿Qué sucedía con él? Había pasado semanas sin poner un pie en la casa, y ahora aparecía exigiéndome hablar. Me sentí repentinamente frustrada y herida por su comportamiento.

—He hablado con él, Faith —murmuró, buscando mis ojos, que eran iguales a los suyos —Me ha dicho que estás guardándole un secreto... Que por eso has dejado de hablar.

Retrocedí un paso con rigidez, temiendo saber a quién se refería cuando dijo "él", negándome a reconocer sus palabras.

El silencio nunca fue por él. Era por ella, y ahora... Me pertenecía. No era suyo, nunca fue suyo.

—Dímelo. No tenemos tiempo —pidió, mirando hacia sus lados, nervioso —¡Puede venir en cualquier momento! Estamos en peligro, hija.

Sonaba más sincero de lo que nunca le había oído, y recordé la advertencia de Zachary, pero aún así, no era capaz de decir nada.

—Por favor, Faith —rogó, lejos del hombre que conocía —Necesito saber que ha provocado la muerte de tu madre.

Inhalé, sorprendida, y busqué sus ojos, porque necesitaba saber que le había oído bien. ¿Qué quería decir con eso? No. Me negaba a creerlo. Negué con la cabeza repetidas veces, mientras mis ojos se llenaban de lágrimas que me negaba a derramar.

—Hablé con él —insistió, con dolor en su mirada —. Dijo que tu madre estaba acercándose a descubrir la verdad de tu silencio, y que por eso tuvo que...

No terminó, pero en mi mente, completé su frase: Por eso tuvo que matarla.

Sentí una punzada de dolor en mi pecho, y me doblé sobre mi cintura, sintiéndome enferma. ¿Perdí a mi madre por mi culpa? ¿Por mi silencio? No podía soportarlo.

<<No. No. No.>>

— No... —susurré, por primera vez en seis años, y una lágrima que ya no pude contener, se deslizó por mi mejilla.

Mi silencio no me había protegido. Mi silencio no había protegido a nadie. ¿Cómo había podido estar tan equivocada?

—Hija... —mi padre susurró, asombrado, como si tuviese ante sí algo que había esperado mucho tiempo.

Cerré los ojos, sin poder enfrentar su mirada. Debía odiarme. ¿Cómo podría no odiarme? Un sollozo se me escapó, y levé mis manos a mis labios, sin querer dejarlo salir. Había sido mi culpa.

Todo era mi culpa.

—Hija... —repitió, y sentí sus bazos rodearme, por lo que me pareció la primera vez en mi vida.

Sin contenerme, caí sobre su pecho, mientras derramaba lágrimas de rabia, tristeza, dolor y culpa. Principalmente de culpa. Llevaba tantos años cargando con la culpa, que cualquiera diría que ya estaba acostumbrada a lidiar con ella. Pero era imposible. La culpa no hace más que ahogarte día tras día, apretando lentamente el agarre que mantiene sobre tu cuello, hasta que un día, te sientes incapaz de continuar respirando.

En ese momento, me sentía incapaz de respirar, y quería entregarme a la inconsciencia.

—Hija... —mi padre quiso hablar, pero el sonido de varios coches aproximándose lo sobresaltó, y corrió hasta el frente de la casa, para poder ver por la ventana —¡Están aquí! —gritó, nervioso —No, no, no...

Mason y Víktor lo imitaron, asomándose para ver que había en el exterior. Ambos retrocedieron rápidamente, pareciendo inquietos.

—Él sabe que estoy aquí —murmuró mi padre —, debió haberme seguido.

Se movió, inquieto sobre sus pies, hasta que se detuvo de golpe, mirándome como si me hubiese visto por primera vez.

—No tiene por qué saber que estás aquí —reflexionó de repente, como si la idea se le hubiese revelado ante él.

—¿Qué está sucediendo? —preguntó Víktor, luciendo confuso.

—Eso no importa, ya nada importa —admitió, y se apresuró a tomar mis manos, buscando mis ojos —. Lamento no haberte querido tanto como lo merecías, hija. Lamento no haber sido el padre que necesitabas. Pero recuerda mis palabras: nada de lo que sucedió con tu madre, ni nada esto, ha sido o será tu culpa.

Sostuvo mis manos por unos segundos, y aunque quise, no pude responder, porque estaba empujándome a la puerta trasera de la casa, mientras les gritaba órdenes a los chicos.

—Mason, te necesito aquí —pidió —. Tal vez aún tenga posibilidades de negociar... —murmuró, aunque sonaba inseguro —. Víktor, corran hacia el bosque, y cuando estén lejos, pidan ayuda. Eviten las carreteras, escóndanse —le ordenó, serio —. Por lo que más quieras... Protégela, no dejes que ese imbécil se la lleve.

—¿Quién?

—No hay tiempo para eso ahora... Ella te lo dirá.

Quise intervenir, pero no tuve tiempo. Mi padre me tiró contra su pecho en un corto y breve abrazo, y me empujó fuera de la casa. Quise darme la vuelta y pedirle explicaciones sobre qué estaba sucediendo, pero sentí un agarre en mi brazo, y una mano sobre mi espalda, que me empujaban a través del patio. Asustada, y confundida, intenté seguirle el ritmo mientras corríamos, internándonos en los árboles.

Antes de arrastrarnos dentro de las profundidades del bosque, giré mi rostro hacia la casa. Mi padre aún estaba allí de pie, serio y erigido, sin rastros del hombre nervioso y desesperado que había parecido antes. El Matthew que había conocido durante toda mi vida, estaba de regreso. Intenté sostener su mirada por unos segundos, antes de verme obligada a mirar hacia adelante una vez más.

No lo quise aceptar, pero en ese momento, algo me dijo que aquella vez, sería la última que vería a mi padre. 




Hola, espero que estén bien 😊.

He tenido muchos sentimientos encontrados escribiendo éste capítulo. Ciertamente estamos a nada de descubrir todo... Y eso me pone súper nerviosa 😂.

Les mando un gran abrazo, y espero que les haya gustado la actualización. Muchas gracias por brindarme su apoyo ❤️.




Czytaj Dalej

To Też Polubisz

131K 8.1K 7
No te confies, las apariencias engañan. Segunda parte de la historia de "Seduciendo a la luna". Se viene "Amor a destiempo", una historia llena de s...
279K 40.2K 49
•∘˚˙∘•˚˙∘•ꕥ 𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐅𝐔𝐈 𝐓𝐔𝐘𝐎 ꕥ•∘˙˚•∘˙˚•∘ Park Jimin un joven que es obligado por su familia a contraer matrimonio con un hombre mayor que e...
59.8K 2.3K 21
𝟅𝟈 𔖱 : jujutsu kaisen ━━ contenido sexual explícito, traducciones, lenguaje vulgar, no acepto pedidos.
234K 8.5K 25
Enma es una chica de 22 años que despues de llevarse 6 años con su novio descubre la cruel realidad de que le engaña, para olvidarse de el decide irs...