—Ahora tú estás en boca de todos, Byun.
Quiso golpearse apenas escuchó aquella voz que tanto lo irritaba, y es que tenía claro que la había cagado desde el preciso instante en que se acercó a ChanYeol a preguntarle si los rumores de su polvo eran ciertos, pues de pronto lo tenía en frente con esa sonrisa confiada de siempre, tomando la silla que estaba junto a él para dejarse caer sobre ella.
Sí, definitivamente la había cagado.
—Me encantaría que me dieran tantas mamadas, cariño, pero aún no tengo ese privilegio —soltó con simpleza, volviendo a concentrarse en su pollo frito. ¿Qué tanto provocaría en el mayor si tomaba una presa en ese instante y lo veía con la profundidad suficiente para sugerirle un montón de cosas?
Claro que lo hizo, e incluso limpió la comisura de sus labios una vez que tomó otro bocado de su almuerzo, engullendo el animal como si... ¡Dios!
—Atrevido y provocativo, me gusta —sonrió de medio lado, sacando una presa del plato ajeno como si el mismo BaekHyun lo hubiera invitado, cuando la verdad era que no tardó en recibir un par de cejas alzadas que ignoró por completo—. Escuché que te acostaste con Wu YiFan.
—¿Te imaginas ser tan homosexual? —abrió sus ojos con asombro, aprovechándose de la oportunidad que se le había presentado de checar al contrario de pies a cabeza, mordiéndose el labio inferior incluso si debía fingir desagrado—. Espera, claro que lo sabes. ¿Acaso estás celoso de mí?
—A decir verdad, estoy celoso de él —reveló sin más, limpiando sus propios labios con su lengua antes de acercarse peligrosamente al oído ajeno, dejando ir un suspiro que logró estremecer al menor—. Me dijo que eres una bestia en la cama.
—Sabes que solo es mi amigo, Park —lo empujó de inmediato, enfrentando su mirada hambrienta con una bastante parecida, pues los labios de ChanYeol brillaban y de pronto solo quería probarlos—. Prácticamente crecimos juntos, idiota.
—¿Eso significa que sigues guardándote para mí? —cuestionó con la sonrisa más provocativa que tenía, viendo fijamente el modo en que BaekHyun chupaba sus propios dedos, ignorando el montón de servilletas que tenía en su bandeja.
—Eso significa que mis padres lo acogieron de intercambio —contestó en seguida, rodando los ojos como si el simple hecho de explicarlo lo irritara aún más—. ¿Por qué de pronto finges que no lo sabes?
—¿Y qué hay de JongIn? ¿Él también es un rumor?
—Veo que realmente se han limpiado la boca con mi reputación —asintió reiteradas veces, perdiendo su mirada en algún punto fijo que ni él mismo sabía dónde estaba—. Eso, o solo estás inventado estupideces para que te diga si estoy teniendo sexo con alguien.
—Yo no...
—Solo quieres que esté en tu boca, ¿no? —interrumpió en seguida, acercándose peligrosamente al rostro ajeno, sus narices rozando, sus respiraciones mezclándose, sus corazones latiendo aún más rápido que antes.
—Sería todo un honor —soltó a duras penas, aunque sin mostrar su nerviosismo, y es que lo último que necesitaba era que BaekHyun descubriera que su cuerpo temblaba y sus manos empezaban a sudar.
—Es una lástima que no seas mi tipo —suspiró sin más, volviendo a tomar distancia para recoger su bandeja y ponerse de pie, siempre con calma, regalándole una última sonrisa antes de empezar a alejarse de la mesa—. Pudimos haberlo disfrutado, cariño.
—Eso se puede solucionar —respondió sin más, dejando su lugar con evidente rapidez para seguir al chico que ya estaba deshaciéndose de los restos de su comida, demasiado concentrado en su tarea como para siquiera dirigirle la mirada.
—Lo nuestro no tiene arreglo, ChanYeol —soltó sin más, haciendo una última mueca de tristeza –a simple vista real– antes de simplemente dejar el casino, trotando el tiempo suficiente para evitar que el mayor lo volviera a perseguir.
Pero ChanYeol apenas podía reaccionar, pues esa había sido la primera vez que escuchó su nombre saliendo de la boca de BaekHyun.