Y dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Salmos 55: 6
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¿Alguna vez has sentido atrapada en medio de tantos problemas y sientes que no hay salida?
Así me sentía, atrapada, quería escapar de la realidad, solo deseaba que todo volviera a ser como antes.
Al mirar a los pájaros volar en libertad, deseaba ser como ellos, deseaba tener alas y huir lejos, huir de los problemas que me agobiaban.
Habían pasado varios días desde que la tormenta en mi vida comenzó, hacia varios días que no me sentia bien al ver tantos problemas en mi hogar.
Ese día me desperté temprano, ya que tenía que ir a la escuela, aunque a decir verdad ni ganas tenía de ir.
Después de lo que había pasado con mamá y papá lo único que quería era estar sola y llorar.
Fue muy doloroso enterarme de que mi papá decidió irse de la casa. Pero ya no había vuelta atrás tenía que acostumbrarme a no verlo.
Me dirigí hacia la escuela, no sin antes dejar a Sara en la suya.
Tenia varias cosas en mi mente.
Me sentía sola.
Lo único que quería era que todo volviera a ser como antes. Cuando era feliz con mi familia.
Después de caminar varios minutos por fin llegué a la escuela.
Entre y me diriji hacia mi salón de clases de Matemáticas.
Al llegar ahí, me senté en un lugar apartado, me puse mis audífonos y me dispuse a escuchar música.
Tenia la música a un volumen alto, no me importaba.
Lo único que quería era olvidarme de todo.
Estaba tan distraída que no me di cuenta cuando la maestra llegó y cuando inicio la clase.
Senti que alguien tocó mi hombro y entonces reaccione.
— señorita Denisse — escuche decir a la maestra Laura— ¿se encuentra bien?
Rápidamente me quité los audífonos y apague mi celular.
Volteé y vi que la mirada de todos estaba sobre mi.
Me sentí avergonzada de todo.
Mi mente daba miles de vueltas.
— disculpe ¿se encuentra bien? — volvió a preguntar la profesora.
— emm si — dije un poco nerviosa — si estoy bien.
— pues por lo visto que no, la clase empezó hace 10 minutos.
— lo siento maestra no volverá a suceder.
— bien eso espero — dijo la maestra mientras se dirijia nuevamente al pizarrón a continuar la clase.
Fingi estar poniendo atención pero la verdad es que yo quería que la clase acabara para poder salir.
Minutos después sonó el timbre.
Por fin salí de aquel lugar.
Aunque aún me faltaban más clases.
De solo pensarlo me dolió la cabeza.
Después de 3 clases seguidas, por fin era hora del almuerzo.
Entre a la cafetería y me senté con mis tres amigas, Yare, Ross y Juli.
— hola chicas — dije mostrando una sonrisa.
— Hola Deny — respondieron a coro las 3.
Estuvimos almorzando mientras platicamos y reímos.
Después de terminar de almorzar, teníamos que dirigirnos a la próxima clase.
— Deny ¿podemos hablar? — dijo Yareisi.
— si dime — respondi.
— es sobre lo que paso en el salón de matemáticas ¿está todo bien?
— si claro todo bien, no pasa nada.
— ¿segura?
— si Yare todo está bien.
— okey.
— adiós Yare, tengo que ir a mi clase.
— Si adios, yo también iré a mi clase, nos vemos.
Me despedí de Yareisi y me diriji a mi clase de Biología.
[.....]
Cuando terminaron las clases me diriji hacia mi casa.
Camine por el parque y me senté por un momento en un banco.
Estaba maravillada de lo hermoso que era aquel lugar, con árboles y hermosas flores de colores.
Sentia la brisa fresca en mi rostro.
Las personas caminaban lentamente por aquel lugar, al verlas me pregunté ¿ell@s estarán pasando momentos difíciles o solo yo?
Luego de varios minutos de estar sola ahí sentada llegó una de mis amigas.
— Hola — dijo Julieta.
— Hola Juli.
— ¿puedo sentarme? — preguntó ella.
— claro que si — dije haciendo señas de que se sentara.
— ¿estás bien Denisse?
— si Juli, estoy bien ¿porque lo preguntas?
— bueno es que hace rato te noté muy distraída, distante, como si algo te preocupara.
No le respondí solo escuché lo que me dijo y bajé la mirada.
— Denisse — agregó Julieta — solo quiero ayudarte, sabes que puedes hablar conmigo.
Suspire antes de empezar a contarle.
— bueno Juli, lo que pasa es que mis padres acaban de separarse, mi papá tiene a otra mujer y por eso se fue de casa. La verdad fue muy doloroso para mí, aún lo es — dije tratando de contener mis lágrimas.
— lamento escuchar esto — me abrazó, aveces un abrazo es lo más reconfortante que puedes recibir de alguien, puedes sentir a Dios a través de esa persona.
— duele mucho Juli, no se que hacer, me siento sola, deprimida, quiero que todo vuelva a ser como antes — intenté no llorar.
— lo sé, se que es difícil para ti pero sabes se que Dios puede ayudarte.
— lo sé, se que él me ayudara a pasar todo esto.
— Dios te puede ayudar a sanar las heridas de tu corazón.
— se que si, aunque te confieso que estoy algo abrumada, no se que hacer, a veces pienso que Dios ya no está conmigo
— Dios prometió estar con nosotros en todos los momentos de nuestra vidas.
— Julieta te agradezco tus palabras, en serio son de gran ayuda para mi
— no tienes por qué agradecer, somos amigas y siempre podrás contar conmigo
— de nuevo muchas gracias
Después de despedirnos, Julieta se marchó a su casa y yo a la mía.
Era lindo estar rodeada de personas que te apoyaban no solo en los momentos fáciles sino también difíciles.
Julieta era una buena chica cristiana, se que A través de ella Dios me recordó que no estoy sola, que siempre habría personas que me ayudarían.
En ese momento varios recuerdos cruzaron por mi mente:
— Denisse, siempre serás mi mejor amiga, siempre podrás contar conmigo
— Dulce, tu también siempre serás la mejor amiga que pude haber tenido
— recuerda que siempre estaré a tu lado
— yo igual, te prometo que te apoyaré en todo — dicho esto las dos nos dimos un fuerte abrazo
Dulce, mi ex mejor amiga...
Desde que llegué a vivir aquí, no me había mandado mensajes ni siquiera me había llamado.
Di por hecho que se había olvidado de mi.
Los últimos días ella estuvo actuando extraño, ya casi no hablábamos, el día de la mudanza estuvo hay pero no dijo nada, solo se despidió y se fue de aquel lugar.
Es triste, y duele saber que la persona con la que contabas ya no esta, duele recordar todo los bellos recuerdos juntas...
El timbre de mi casa sonó y salí a ver quién era...
— Hola
— Hola, vine a verte, espero no te moleste
— no, claro que no me molesta, al contrario estoy feliz de verte
— ¡ven! ¡pasa! — le abrí la puerta e hize que él entrara
— que linda casa
— muchas gracias, por favor toma asiento— le indique y él obedeció
Un silencio se hizo entre nosotros
Luego él dijo:
— ¿y? ¿Cómo has estado?
— pues...no te voy a mentir...la verdad no he estado muy bien que digamos
Le conté todo sobre mis padres, sus discusiones y el por qué mi papa se había ido.
— lamento escucharlo — empezó a decir él — no te sientas sola, Dios está a tu lado luchando como un poderoso gigante, no tengas miedo, Dios nunca te ha dejado sola y aún en medio de esta tormenta Dios te va a mostrar que esta aquí contigo — me dijo y yo sonreí
— aveces quisiera tener alas y volar lejos, escapar de los problemas — solté un suspiro
— huir de los problemas no soluciona nada, Dios es él único que puede darte La Paz y solucionar todo.
— Gracias
— ¿por qué? — él me miró confundido
— por escucharme, por darme palabras de ánimo
— no hay de que, Sabes que siempre estaré a tu lado apoyándote en todo
— ¿lo dices en serio?
— por supuesto que lo digo en serio, cuenta conmigo cuando ni contar puedas
— Gracias Josh, eres un gran amigo
— solo cumplo con mi deber — se encogió de hombros
— ¿deber? ¿Qué deber? — esta vez yo lo mire confundida sin saber a que se refería
— En todo tiempo ama el amigo,
Y es como un hermano en tiempo de angustia.
— proverbios 17: 17 — dije y él asintió con la cabeza
— Somos amigos, y siempre estaré a tu lado, cuando me necesites no dudes en buscarme...
— ¿por qué haces eso?
— ¿qué cosa?
— Ayudarme, ni siquiera me conoces bien y...— me interrumpió
— no hace falta que te conozca para darme cuenta de la linda persona que eres...
— pero...
— Quiero ser ese amigo en quien puedas contar, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 dias del año
— Te quiero
— Yo te quiero aún mucho más y te prometo algo, Siempre estaré a tu lado
Wow, en realidad no me esperaba eso. Josh me ofreció su amistad por completo...Él era un chico muy amable, en él había algo especial...
<Gracias Dios por poner a una persona realmente increíble frente a mi>
— Nunca te dejaré sola y hoy lo comprobaste, Siempre estaré contigo a través de las personas que te rodean. A través de ellas puedes ver mi amor, puedes darte cuenta de que estoy contigo...
Pude escuchar la voz de Dios hablando a mi vida...
Me decía...
Dejame ayudarte....