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Yamaguchi se tomó una pastilla para el dolor de cabeza y se fue a acostar a su cama, tirándose en ella con la cara golpeando el colchón directamente.
—Auch. —Esa claramente no fue una buena idea porque ahora le dolía la cabeza y la nariz. Ya se había rendido ante la idea de hacer algo productivo con su vida y estaba a punto de tomar una saludable siesta de doce horas; tuvo que interrumpir su mini-hibernación debido a que había soñado una notificación en su celular. Gruñó y tomó el condenado para silenciarlo, pero viendo que era un mensaje directo de Twitter lo abrió.
Fue entonces cuando su cerebro actualizó Windows y se dio cuenta de quién le estaba mandando mensaje. Sacudió su cabeza en negación.
—La resaca me está afectando, esa es la única explicación lógica. ¿Por qué el Tsukishima Kei me estaría mandando mensaje privado? —Yamaguchi sacó la idea de su cabeza. Hubiera sido genial que hubiera pasado pero no había manera, era probablemente una cuenta fan...
Porque lo era, ¿verdad?
Sólo para confirmar, Yamaguchi tocó el perfil de la persona que le había mandado el mensaje y lo llevó al del mismísimo Tsukishima Kei.
Yamaguchi dejó de respirar por unos momentos.
Y
amaguchi sonrió. Estaba acostado envuelto en su cobija y resvisaba la conversación una y otra vez para verificar que fuera real. Estaba claro que le tenía que contar a sus amigos de lo que había pasado, pero sería otro día, ahora su almohada le estaba rogando para que se durmiera y quién era él para decir que no.
Sus ojos se cerraban sin que Yamaguchi pudiera hacer lo contrario y lentamente lo consumió el sueño
Antes de perder la consciencia, Yamaguchi fue al primer mensaje con el dato curioso y pensó en el nombre del canal del rubio.
—Huh, no ha cambiado nada en realidad —Yamaguchi pensó y finalmente se durmió.
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—¿Adivina qué? Le hablé —Anunció Tsukishima en cuanto Akaashi respondió la llamada.
—Eso campeón —Respondió la voz del otro lado de la línea. —¿Cuánto tiempo te tardaste en mandarle el mensaje y dejar de ver la pantalla sin hacer nada como un pendejo —Preguntó.
—¿Pero quién te crees que soy, Akaashi? No me voy a quedar mirando el teléfono como puberta enamorada, no me tardé mucho. —No hubo respuesta del otro lado. —... Treinta minutos.
—Huh, fue menos de lo que me esperaba.
—Me lastimas, Akaashi.
—Genial.
—Bueno, de todos modos te pregunto porque eres la única persona que conozco que tiene pareja estable, ¿qué se supone que tengo que hacer ahora? —Preguntó Kei.
—Ya que hiciste el primer paso, probablemente el más importante, lo que sigue es hablarle más para que se puedan conocer —Aconsejó el pelinegro.
—... ¿Le tengo que hablar más?
—De preferencia constantemente.
—... Que le hable cada mes dice.
—Kei, la puta madre no —Akaashi dijo comenzando a desesperarse. —Si lo haces te pego en la entrepierna.
—¡Oh no! La llamada se está cortando, estoy pasando por un túnel, oh no, te tengo que dejar —Kei dijo apresuradamente, buscando un papel para hacer ruido cerca de él altavoz del celular y cortar la llamada.
—Kei sé que no hay túneles donde vives, no estoy pendejo —Advirtió Akaashi.
—Bueno, la conversación fue divertida pero me tengo que ir —Tsukishima iba alejando el teléfono de su oreja poco a poco.
—Tsukishima Kei, si me cuelgas te juro por Dios-
—Yo también te quiero, ¡bye! —Y colgó la llamada.
Le llaman Kei el Rompecorazones Tsukishima. Ese hombre sabe ligar tremendamente bien 😌👌