Demonios;; Eren Jaeger x Lect...

By -BlackCigarette

68.4K 6.1K 3.1K

『En edición』❝Siempre que estamos a punto de salir a flote en aquel mar devastador donde permanecemos atrapado... More

Prólogo.
·•❃•1. Depredador.
·•❃•2. Equilibrio.
·•❃•3. Frustración.
·•❃•4. Montaña.
·•❃•5. Combate.
·•❃•6. Ladrones.
·•❃•7. Amanecer.
·•❃•8. Euforia.
·•❃•9. Rojo.
·•❃•10. Esperanza.
·•❃•11. Latidos.
·•❃•12. Humano.
·•❃•13. Ocaso.
·•❃•15. Desconfianza.
·•❃•16. Frágil.
·•❃•17. Decisiones.
·•❃•18. Hogar.

·•❃•14. Cenizas.

890 124 39
By -BlackCigarette

❝Y ahora... ¿qué debe hacerse?

─·•❃•✿•❃•·─

¿En qué momento aparecieron tantos titanes por la zona? Hubo un par de trece y siete metros que iban aproximándose a Eren, mientras que al distrito ingresaban cuatro de clase diez. El líder Dietrich se organizó rápido, así que le encargó a las chicas que se ocuparan de los dos primeros y él junto a su equipo se lanzarían por los de la puerta.

Al terminar de matar al titán que le correspondía, (Nombre) notó la cabeza rubia de Armin a unos metros más adelante pero no esperaba verlo tan cerca de Eren. ¿Y si de pronto reaccionaba y lo atacaba también?

—¡¿Armin?! —Fue lo que salió de sus labios, llamando la atención de la asiática como consecuencia.

—¡Mikasa! ¡(Nombre)! —exclamó Arlert, parándose sobre los hombros del titán de Eren—. ¡¿Qué ha pasado con el plan?! ¡¿Qué le ocurrió a Eren?!

—¡Aléjate de ahí, es peligroso! ¡Eren no tiene el control de ese titán! —le advirtió la pelinegra—. ¡Traté de hablar con él y no me reconoció! ¡Sería inútil que lo vuelva a intentar otra persona!

—¡¿Y qué pasa con la misión?!

—¡Ha fallado! ¡Estamos luchando porque no podemos permitirnos abandonar a Eren! —respondió la otra joven, acercándose poco a poco de manera cautelosa por si tenía que sacar a Armin de ese lugar—. ¡Pero siguen entrando demasiados titanes y a este ritmo seremos asesinados!

Armin fijo su vista en la nuca del titán y a su mente llegó la imagen de la primera vez que vio a Eren emergiendo de ahí mismo.

—La parte posterior de la cabeza, a la altura de la nuca... —comenzó a decir para sí mismo mientras empuñaba una de sus espadas—. Un metro de largo y diez centímetros de profundidad.

—¿Armin? —inquirió (Nombre), dudosa por lo que fuera que planeara.

—¡Pienso sacar a Eren de aquí! —la miró, adivinando la interrogante que se cruzó por su mente—. ¡Mantengan alejados a los titanes de nosotros!

—¿Pero qué...? —se preguntó Mikasa, confundida. Por otro lado, el rubio enganchó los arpones del equipo en la piel del titán con la intención de evitar una caída.

—Eren siempre surge del punto débil de los titanes... seguro tiene que ver con el modo en que funcionan, sea cual sea —alzó la espada, sosteniéndola con ambas manos y comenzando a sentir cómo los temblores invadían su cuerpo—. Todo va a ir bien. Si no golpeo el punto medio, no lo mataré. Solo sentirá... ¡un intenso dolor!

Y entonces lo apuñaló hasta el punto en que atravesó el brazo humano de Eren, éste abrió los ojos de golpe al sentir un dolor abrasador extenderse por su extremidad entera. Como respuesta rugió y se sacudió violentamente, obligando a Armin sostenerse con todas sus fuerzas. Ackerman le gritó desesperada que detuviera aquello.

—¡Márchense y ayuden en todo lo que puedan! —pidió el chico, frenando a (Nombre) cuando ella corría en su dirección—. ¡Si van ahora, podrán salvar algunas vidas! ¡Yo me quedaré aquí con Eren! —lo dudó un poco, pero segundos después le tomó la palabra al igual que Mikasa.

La sangre proveniente de los titanes no tardó en derramarse —lo que a (Nombre) le producía cierto asco pues estaba siendo salpicada con ella, menos mal se evaporaba—, sus cuerpos cayeron de forma estruendosa sobre algunas viviendas. La antes mencionada desgarró la nuca de un titán más, dañando sus cuchillas. Se tomó unos breves segundos para alzar la mirada y contemplar alrededores, aquellos seres continuaban entrando y yendo directo hacia ellos.

<<¿Por qué? Ni siquiera somos muchos humanos en la zona y no estamos reunidos en un solo punto...>> Y entonces pensó en una posibilidad. Entrecerró los ojos y le dio un vistazo al sitio donde se encontraba Eren. <<A menos que... estén siendo atraídos por él.>> Así que las sorpresas del día aumentaban sin parar.

Se puso en marcha de nuevo y se dispuso a unirse al escuadrón de Mitabi. A mitad del camino aprovechó para deshacerse de sus cuchillas dañadas lanzándolas a los ojos de un titán, brindándole la oportunidad a Rico y a su escuadrón de finalizar el trabajo. Casi llegando a su destino se percató de que Mikasa también se unió al equipo y sumado a eso, cinco titanes más se adentraron a Trost.

—¡Toca retirarse! ¡A juzgar por la situación de Eren...! —Unas fuertes pisadas cortaron a Ian de repente.

Todos los presentes posaron la mirada al lugar de donde provenían, alcanzando a distinguir parte de una roca envuelta en vapor asomándose entre los tejados.

Entonces la forma titán de Eren se dejó apreciar de manera espectacular ante sus asombrados espectadores.

—¡(Nombre)! ¡Mikasa! —La voz de Armin hizo que ambas le mirasen, su rostro reflejaba una inmensa emoción esperanzadora—. ¡Eren ha logrado tomar el control! ¡Ahora está tratando de llevar a cabo su misión! ¡Si lo cubrimos hasta que llegue al agujero... entonces habremos ganado!

—¡Defiéndanlo hasta su último aliento! ¡No dejen que los titanes se acerquen a él aunque les cueste la vida! —Dietrich miró a los jóvenes que estaban a su lado—. ¡Ustedes tres, vayan con Eren! ¡Es una orden! ¡¿Lo han entendido?!

—¡Sí, señor! —soltaron al unísono.

El escuadrón de Mitabi fue el único en lanzarse a correr tras los titanes con el fin de obligarlos a centrarse en ellos, después de unos segundos y unos cuantos insultos consiguieron lo que se proponían. Armin agregó que esa acción era un suicidio, estaban retirados de la última fila de edificios y no tenían caballos que pudiesen facilitarles el trabajo.

Ian arrojó la orden de que todos los veteranos siguieran al escuadrón al mismo tiempo que Eren los veía movilizarse al frente.

Podía sentir que el cuerpo se desmoronaba a causa del peso que iba aguantando en sus hombros. Se sorprendió al volver a bajar la mirada y encontrarse con los chicos corriendo delante suyo, lo que le llevó a preguntarse con inquietud por qué se arriesgaban de ese modo.

El escenario se convirtió en una verdadera masacre lenta y agonizante de la que incluso Ian Dietrich fue víctima, múltiples cuerpos fueron desmembrados y montones de sangre se esparcieron por doquier.


Un solo titán se interpuso en el camino, Rico le encajó ambas cuchillas en un ojo y Mikasa se adelantó a asesinarlo.

—¡VAMOS, EREN! —gritó Armin, sin poder evitar que sus orbes se empañaran de lágrimas.

De Jaeger salió un potente rugido justo antes de estampar la roca contra la puerta, la fuerza fue tan extrema que los bordes del hueco se adornaron con largas grietas que por suerte no les darían problemas.

Por primera vez la humanidad le había ganado a los titanes.

El agotamiento tomó posesión de Eren y quedó inconsciente, el cuerpo titán se desplomó hasta apoyarse en la roca. (Nombre) y Armin se ocuparon de él, siendo golpeados directamente por una ola de vapor caliente apenas le cortaron la nuca.

—¡Chicos! —les llamó Mikasa—. ¡¿Cómo se encuentra Eren?!

—¡Está ardiendo en fiebre! ¡Es imposible que pueda ascender la muralla en su condición! —contestó Armin, haciendo su mayor esfuerzo por separar su cuerpo humano de ahí.

—¡Una parte de su cuerpo todavía sigue unida al titán! No podemos quitársela... —le dijo (Nombre), tratando de despegar sus brazos a la fuerza pero decidió parar en cuanto notó a Rico preparando sus espadas.

—¡Entonces la única opción que nos queda es cortarlo!

—¡E-Espere, por favor! —pidió la asiática; sin embargo, ésta fue ignorada por la mujer.

Tanto Armin como Eren cayeron apenas las extremidades del último mencionado fueron liberadas. El rubio volteó rápidamente al darse cuenta que los acorralaron dos titanes y no pudo hacer más que contemplarlos con horror. Y antes de que las chicas acudieran a ayudarles, una nueva figura mató a ambos titanes a una velocidad impresionante.

Las alas de la libertad plasmadas en la capa del hombre captaron la atención de los jóvenes, esa insignia les indicó que la Legión de Reconocimiento había regresado de su expedición.

—Hey, mocosos... ¿qué pasó aquí?

·• Dos días después •·

La plana expresión qué traía (Nombre) se deformó cuando apareció Christa de repente para rodearla con sus brazos y apretujarla con fuerza, chillando emocionada lo mucho que le alegraba saber que seguía con vida. Correspondió su acción de una manera menos intensa, todavía algo adolorida por el golpe en su espalda.

Por otra parte, Ymir llegó poco después que la rubia y la recibió con un manotazo en la cabeza.

—También me da gusto verte, Ymir —se dirigió a la recién llegada, viéndola con ojos afilados.

—Christa se puso a llorar porque creyó que habías muerto. ¿Acaso te pegaron las tendencias suicidas de Jaeger de tanto tiempo que pasaste con él?

—No le veo lo malo a que haya llorado —replicó la mencionada, despegándose un poco de (Nombre) y frunciendo el ceño—. Había gente igual o peor que yo por nuestros compañeros caídos.

—Sí, bueno... —La pecosa volvió a mirar a la otra chica—. Me he enterado de un par de cosas que ocurrieron dentro del distrito el día de ayer —comenzó a sonreír de lado—. Dicen por ahí que Jaeger trató de matar a Mikasa y también tú ibas incluida. Tomando en cuenta eso, podemos asumir que le esperan muchos problemas, ¿no crees?

—Sí... harán un informe en el que deben contar cada detalle y justo ese no se les va a pasar bajo ninguna circunstancia —pronunció en un tono angustiado, aquello no pasó desapercibido para Ymir pero aún así no dijo nada al respecto.

—¿Y por qué intentó hacerles daño? ¿Qué sucedió? —preguntó Christa.

—Perdió el control del poder. Al parecer una sola transformación consume una gran cantidad energía y con la tercera ocurrió, aunque también pienso que aparte fue por su inexperiencia.

—Vaya dilema —soltó la más alta.

Entonces escucharon las voces de varias personas cerca, lo que les recordó que no era momento de detenerse a conversar.

—Mejor volvamos al trabajo —sugirió la joven de grandes ojos azules.

—Está bien. Nos vemos luego. —(Nombre) colocó la mirada sobre el otro lado de la calle y caminó hacia allá. Su labor consistía en identificar a los soldados fallecidos, lo cual era complicado en su mayoría.

Sus cuerpos estaban tan destrozados que debían recurrir a buscar alguna pertenencia personal y solo en pocas oportunidades solía funcionar. Desde su punto de vista, era más difícil proceder con la identificación cuando se trataban de restos regurgitados de un titán, ellos no eran capaces de digerir a los humanos y los vomitaban una vez que se sentían llenos.

Aún no podían recuperar todos los cuerpos y las moscas ya habían empezado a acumularse, el olor a putrefacción apenas iniciaba y, por si fuera poco, existía el riesgo de que se presentara un brote de infecciones. No estaban en condiciones de lidiar con otra catástrofe como una epidemia.

El tiempo siguió su curso hasta que arribó la noche, donde bajo las estrellas y un firmamento teñido de negro ardieron varias pilas de cadáveres. Un par de veces (Nombre) vio rostros conocidos entre los difuntos y recordó cada entrenamiento, actividad o esos pocos momentos de ocio que compartió algunos de ellos. Todo el duro trabajo de esos tres años... ¿al final no sirvió de nada? ¿En verdad eran tan débiles? Se lo cuestionó manteniendo la vista clavada en aquellos que pronto se consumirían hasta ser cenizas.

—Chicos... —llamó Jean, levantándose del suelo y girándose hacia ellos—. Aún tenemos que elegir la unidad a la que vamos a servir. ¿Han escogido ya? Yo me he decidido. Yo... yo... —Sus manos temblaron, miró su puño derecho y lo sostuvo con fuerza—, ¡me uniré a la Legión de Reconocimiento!

Y entonces Jean rompió en llanto.

·•❃•❀•❃•·

Eren no pasó por alto la presión en sus muñecas en cuanto despertó y el ruido metálico que se generó apenas movió los brazos, segundos más tarde descubrió que se encontraba encadenado a la pared. ¿Cuánto tiempo se supone que llevaba inconsciente?

Notó a las personas que vigilaban cuidadosamente cada uno de sus movimientos desde el otro lado de los barrotes y los fue reconociendo conforme su mente se aclaraba.

—Han pasado tres días desde que se selló la puerta —mencionó el hombre rubio, quien no podía ser otro más que el comandante de la Legión de Reconocimiento, Erwin Smith—. ¿Tienes alguna pregunta?

—Sí... eh... ¿dónde estoy?

—Como puedes ver, es una celda bajo tierra. Ahora tu custodia le corresponde la Policía Militar. —Eren ensanchó los ojos con ligereza al caer cuenta de que se hallaba los muros interiores—. Aunque nos permitieron hacerte una visita y hablar contigo.

Levantó la mano, revelando entre sus dedos una llave muy conocida.

—Esa llave...

—Es tuya... luego te la devolveremos. En la casa de tus padres, en el sótano del Dr. Jaeger... se encuentra la respuesta al misterio de los titanes, ¿me equivoco?

—No, señor, probablemente no... —agachó un poco la mirada—. Eso lo que él me dijo.

—Tienes amnesia y tu padre está en un paradero desconocido, ¿eh? Qué conveniente... —tomó la palabra el otro hombre, cuya mirada no paraba de escudriñarlo de la misma manera en que se veía a un insecto.

—Levi, pensaba que ya habíamos concluido que no tiene razones para mentir —devolvió su atención hacia Eren—. Todavía hay un par cosas que me gustaría saber, pero de momento creo que deberíamos preguntarte qué es lo que quieres.

—¿Lo que quiero...?

—Para inspeccionar tu casa, primero debemos recuperar Shiganshina. Sus puertas están destruidas, bloquearlas requeriría usar... ese poder titán que tienes. Nos guste o no, los titanes tienen influencia en nuestro destino —mostró la llave de nueva cuenta—. Tu voluntad es esto, la llave que puede permitirle a la humanidad escapar de su desesperada situación.

—Yo... uh...

Eren guardó silencio, esforzándose por hallar las palabras adecuadas. ¿Qué es lo que quería? Recordó todas las veces en las que dijo que mataría a cada titán, posteriormente vio los rostros de quienes fueron asesinados frente a él sin que pudiese evitarlo.

—Oye, apresúrate a responder que no tenemos todo el día, basura —le apresuró Levi con brusquedad—. ¿Qué quieres hacer?

Un diminuto ápice de sorpresa se reveló en el semblante del hombre al presenciar la expresión tan oscura que abordó a Eren. Ese chico era un monstruo y no por su poder.

—Quiero unirme a la Legión de Reconocimiento... y matar titanes, señor.

—Oh... nada mal —descruzó los brazos y se aproximó a la celda—. Erwin, infórmale a los de arriba que yo respondo por éste. Para nada es que confíe en él. Solo quiero estar cerca para matarlo si nos traiciona o enloquece. Dudo que los altos mandos tengan problema alguno, soy el único que está más capacitado para este trabajo.

El pobre Jaeger sudó nervioso porque la advertencia que detectó no podía tomársela a modo de broma.

—Bien, estás dentro. Considérate un miembro de la Legión de Reconocimiento...

·• Día siguiente •·

—Buenos días, (Nombre) —le saludó Armin, tomando asiento delante de ella—. ¿Ya te enteraste acerca de la situación de Eren?

(Nombre) subió la mirada, siendo la angustia reflejada en la cara de su amigo lo primero que notó. Antes de que él llegase, se hallaba observando su plato de comida del cual apenas y probó bocado, tan solo estuvo limitándose a darle vueltas con la cuchara. Su apetito había desaparecido por los acontecimientos recientes.

—Buenos días —murmuró, el tono qué empleó para hablar se escuchó casi vacío. Echó un vistazo rápido a los alrededores donde vio una muy reducida cantidad de compañeros, le era imposible no experimentar indicios de remordimiento—. ¿Situación? —volvió a posar su atención en el rubio—. ¿Qué está ocurriendo con él?

—El problema es más delicado de lo que habíamos pensado. Como era de esperarse, la Policía Militar tiene su custodia, pero... están planeando realizar un juicio donde corre el riesgo de ser sentenciado a muerte.

(Nombre) dejó caer la cuchara y retrocedió de la mesa como si con eso pudiera negar lo que acababa de escuchar. Lo siguiente que sintió fue una mezcla de furia y confusión que le resultó abrumadora.

—¿Piensan matarlo aún después de que se arriesgó para permitirle a la humanidad continuar con vida?

—Sí... y no hay nada que nosotros podamos hacer.

—Puedo entender que le teman a lo desconocido, pero no a que quieran tomar una decisión tan precipitada como esa. Eren es una persona, no un animal ni un monstruo. —Entonces aflojó el ceño y sonrió con ironía, colocando sus puños apretados encima de la mesa—. Además, yo sé que su miedo proviene de lo que pueda llegar a pasarles a ellos, nunca se han preocupado por su trabajo o por civiles y... ¿ahora resulta que sí lo hacen?

—Ahora que lo dices... es cierto que se siente como si algo no anduviera bien. ¿Por qué buscan deshacerse de Eren con tanta desesperación? —pellizcó un trocito de pan y lo llevó a su boca—. Es como si hubiera un motivo más.

Cada uno se sumergió en sus propios pensamientos. Por su parte, (Nombre) recordó de pronto la última carta que recibió de su hermano un día antes, habiendo un detalle ahí que casi olvidó por estar perdida en otras cosas. Mikasa hizo acto de presencia, ambos jóvenes giraron la cabeza hacia la pelinegra cuando oyeron sus pasos direccionados a la mesa.

—Te ves cansada —dijo a (Nombre) en cuanto se sentó a su lado—. ¿No has estado durmiendo bien?

De inmediato, Armin mostró esa preocupación que a la joven le provocaba compararlo con su madre.

—Es verdad, luces muy desanimada. ¿No estás enferma? Porque con suerte y has tocado la comida desde que vine. —Les daba la razón, no se encontraba enferma pero podría estarlo en un futuro si seguía de esa forma. También aparecieron ojeras bajo sus ojos y hubieron ocasiones en las que su mente parecía desconectarse e irse a otra parte, un millón de cosas surcaban por ahí—. Y no vayas a mentirnos.

—No estoy enferma... pero tampoco me he sentido bien —confesó tras unos segundos de mutismo.

Arlert quedó sorprendido por el hecho de que lo afirmó, de un modo vago y breve pero lo hizo a fin de cuentas.

—Por cierto... —emitió (Nombre) una vez más, volviendo al tema anterior—, me pregunto quiénes son los que asistirán al juicio.

—¿Juicio? ¿De quién? —inquirió Mikasa.

—De Eren.

—¿Por qué? —volvió a preguntar a una velocidad mayor que la de antes.

—No estoy muy seguro, pero creo que van a decidir qué hacer con él —informó Armin, la expresión de la asiática delató extrema confusión—. Podrían dejarlo vivir o matarlo.

Ackerman se levantó con bruquedad casi estando lista para protestar, atrayendo algunas miradas curiosas de sus compañeros. En ese momento, la puerta del comedor se abrió revelando a varios soldados y bastó para extender el silencio en todos los demás.

—¡Mikasa Ackerman! ¡(Nombre) (Apellido)! ¡Armin Arlert! ¿Están aquí?

—Sí. —Se pusieron de pie.

—¡Hemos recibido la orden de llevarlos como testigos!

La incertidumbre se instauró ahí mismo. Los jóvenes no tardaron en movilizarse hacia la puerta, entonces (Nombre) se inclinó cerca del rubio y le susurró:

—O quizá... sí hay una pequeña posibilidad de hacer algo.

•⊱──────⊰•◦⚜◦•⊱──────⊰•

Este capítulo quedó corto como Levi, pido perdón. 😔🔫

Continue Reading

You'll Also Like

172K 4.6K 31
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
702K 19.5K 80
"...Vamos a pecar juntos..." ❝One-Shots sobre personajes masculinos del anime "Naruto" , escritos por un fan para otros fans , con alto contenido +18...
877K 129K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
400K 26.3K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.