๐Œ๐ˆฬ๐Ž (+๐Ÿ๐Ÿ–) ยฉ

By sofiahdzv11

5.1K 526 1K

โœถ : ยท โ€ข (๐Ÿฉธ) โ”€โ”€ | | ๐Œ๐ˆฬ๐Ž หš เผ˜โœถโ”€โ”€โ”€โ”€*: El verle todos los dรญas, el tenerle tan cerca y no poder dirigirl... More

โ‹†๏ฝกแฏฝ ( ๐Ÿ’‹ ) โ”€ ๐€๐๐“๐„๐’ ๐ƒ๐„ ๐‹๐„๐„๐‘:
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐’๐ˆ๐๐Ž๐๐’๐ˆ๐’
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐ƒ๐„๐ƒ๐ˆ๐‚๐€๐“๐Ž๐‘๐ˆ๐€
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐๐Ž๐Ž๐Š๐“๐‘๐€๐ˆ๐‹๐„๐‘
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐๐‹๐€๐˜๐‹๐ˆ๐’๐“
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐Œ๐ˆฬ๐Ž
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐๐„๐‘๐’๐Ž๐๐€๐‰๐„๐’
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐๐‘๐Žฬ๐‹๐Ž๐†๐Ž
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐€๐•๐ˆ๐’๐Ž
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐Ÿฉธ๐๐‘๐ˆ๐Œ๐„๐‘ ๐€๐‚๐“๐Ž
๐Ž๐Ÿ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ณ๐—ถ๐—ฟ๐˜€๐˜ ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ข ๐˜บ ๐˜ง๐˜ณ๐˜ชฬ๐˜ข ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ข๐˜ญ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ
๐Ž๐Ÿ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜€๐—ฒ๐—ฐ๐—ผ๐—ป๐—ฑ ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ฐ๐˜ต๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ชฬ๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ขฬ๐˜ด ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ญ๐˜ข ๐˜ณ๐˜ถ๐˜ต๐˜ช๐˜ฏ๐˜ข
๐Ž๐Ÿ‘ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜๐—ต๐—ถ๐—ฟ๐—ฑ ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ช๐˜ณ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ข๐˜ญ
๐Ž๐Ÿ’ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ณ๐—ผ๐˜‚๐—ฟ๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ฃ๐˜ข๐˜ซ๐˜ฐ ๐˜ญ๐˜ข ๐˜ญ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข, ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ณ๐˜ฆ ๐˜ญ๐˜ข ๐˜ต๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ณ๐˜ข
๐Ž๐Ÿ“ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ณ๐—ถ๐—ณ๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ยฟ ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ข ?
๐Ž๐Ÿ• โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜€๐—ฒ๐˜ƒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ท๐˜ถ๐˜ญ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ญ๐˜ฆ ๐˜ข ๐˜ญ๐˜ข ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ข๐˜ญ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ
๐Ž๐Ÿ– โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ฒ๐—ถ๐—ด๐—ต๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐Ÿช,๐Ÿฅ๐Ÿฆ๐Ÿฅ, ๐Ÿช,๐Ÿฅ๐Ÿฆ๐Ÿฆ, ๐Ÿช,๐Ÿฅ๐Ÿฆ๐Ÿง...
๐Ž๐Ÿ— โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ป๐—ถ๐—ป๐—ฒ๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ต๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜บ ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜น๐˜ช๐˜ฐฬ๐˜ฏ
๐Ÿ๐Žโ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜š๐˜ช๐˜ฏ ๐˜ข๐˜ค๐˜ค๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ด...ยฟ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ข๐˜ฅ?
โ‹†๏ฝกแฏฝ โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€โ”€ ๐Ÿฉธ๐’๐„๐†๐”๐๐ƒ๐Ž ๐€๐‚๐“๐Ž
๐Ÿ ๐Ÿ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ฒ๐—น๐—ฒ๐˜ƒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜Œ๐˜ญ๐˜ญ๐˜ข, ๐˜Œ๐˜ญ๐˜ญ๐˜ข, ๐˜Œ๐˜ญ๐˜ญ๐˜ข....
๐Ÿ ๐Ÿ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜๐˜„๐—ฒ๐—น๐—ณ๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜‹๐˜ช๐˜ค๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜ด๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ฃ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜‹๐˜ฆ๐˜ฆ๐˜ฑ ๐˜Š๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ฆ๐˜ฌ
๐Ÿ ๐Ÿ‘ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜๐—ต๐—ถ๐—ฟ๐˜๐—ฒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜œ๐˜ฏ ๐˜ท๐˜ช๐˜ฆ๐˜ซ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜บ ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ค๐˜ข๐˜ด๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ช๐˜ฏ ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ณ
๐Ÿ ๐Ÿ’ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ณ๐—ผ๐˜‚๐—ฟ๐˜๐—ฒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜œ๐˜ฏ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ซ๐˜ฐ๐˜ท๐˜ฆ๐˜ฏ ๐˜ข๐˜ด๐˜ฆ๐˜ด๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฐ
๐Ÿ๐Ÿ“ โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐—ณ๐—ถ๐—ณ๐˜๐—ฒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜›๐˜ถ๐˜ต๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ช๐˜ข๐˜ญ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฉ๐˜ข๐˜ค๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฑ๐˜ฐ
๐Ÿ๐Ÿ” โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜€๐—ถ๐˜…๐˜๐—ฒ๐—ฒ๐—ป๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ค๐˜ข๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ด

๐Ž๐Ÿ” โ‹†๏ฝกแฏฝ ๐˜€๐—ถ๐˜…๐˜๐—ต ๐—ฐ๐—ต๐—ฎ๐—ฝ๐˜๐—ฒ๐—ฟ ;; ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ค๐˜ข๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ง๐˜ณ๐˜ชฬ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ฏ ๐˜ช๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ง๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ด๐˜ฐ

114 13 48
By sofiahdzv11

───────── Sixth Chapter ─────────
─────────── NORMAN ───────────

¡ADVERTENCIA DE CONTENIDO!
Menciones a ataques de pánico, vocabulario vulgar, violencia grafica y explícita

Mi estomago me dolía tanto que estaba seguro que vomitaría en cualquier momento, que sensación tan intensa y remordiente que incluso podía asegurar que me encontraba enfermo. Fiebre, sí. La piel me está hirviendo y la vista se me nublaba con forme el tiempo transcurría de manera tortuosa. El corazón me palpitaba a todo motor, como si de un caballo galopando se tratase y podía sentirlo en la garganta acaparando cualquier sonido que pudiera oír a parte de un curioso y horrible zumbido que atornillaba los costados de mi cabeza.

— ¿Entonces? — Su voz era terciopelada, como si pudiera tener un efecto parecido al de una caricia suave sobre la piel— ¿Tenemos un trato?

Gotas de sudor frio descendían por mis mejillas y lo sofocante que era tener esa cinta sobre la boca no tenia manera de ser descrita. Comprendí que no tenia muchas mas opciones en mi posición, la cual aun no comprendía del todo. La confusión me cegaba, estaba tratando de armar una respuesta con coherencia a las miles de preguntas que se estaban formulando en mi mente que apenas podía seguir despierta. No tenía casi nada de fuerzas. O era acaso que... ¿estaba soñando? ¿esto era real?

No lo sabía. Pero quería salir de ahí en cuanto antes. Así que, acepté y asentí con mi cabeza repetidas veces mientras sentía como el cuerpo me temblaba a pesar de que yo quisiese demostrar una postura tranquila, imposible. Pestañé y sobre su rostro se dibujó una sonrisa de satisfacción y pude visualizar su perfecta dentadura brillar en medio de la penumbra que nos rodeaba.

— Buen chico.

Cuando se inclino hacia mi para poder colocar sus dedos sobre la cinta, el aire se me atasco en el pecho a la vez que su aroma se colaba por mis instintos. La fragancia más limpia y sofisticada que alguna vez haya podido oler impacto sobre mis sentidos, aturdiéndome un poco, pero causando un efecto perturbador en mi columna. Las yemas de su índice y pulgar me rozaron la piel de la mejilla, cosquilleándome en contra de mi voluntad. Cuando me la retiro, me embriagué al respirar hondo después de tanto tiempo de casi asfixia y no podía estar más agradecido por ello.

Mis exhalaciones fueron ruidosas y la saliva que escurrían mis comisuras me causaban nauseas a la vez que mis quejidos se sentían húmedos y roncos mientras tosía constantemente sin un control aparente, sin lograr del todo el recuperar el aliento. Tarde mucho en colocarme estable en mi lugar, me sentía fatal y el estar atado a una maldita silla por sabe cuanto estaba causándome una extraña fatiga.

Tenia unas ganas gigantescas de ir al baño y el estomago se me retorcía en un nudo caliente que llevaba mi bilis al tope de mi garganta mientras la nariz se me escurría.

— Antes que nada, quiero que perdones mis modales—la veo colocarse de pie y comienza a caminar a mi alrededor, demasiado cerca. Puedo incluso sentir la fibra de su falda y saco rozar mi piel—. Entiendo que sientas cierto desconcierto por las circunstancias en las que nos encontramos y los métodos con los que te he traído...aquí. Pero solo quiero que sepas que...

He dejado de escuchar. Aquel zumbido que se mudo en el interior de mis oídos ha incrementado de manera abrupta y estoy seguro que hace mas calor ahora que hace rato. Mis ojos me pesan, muchísimo. Me cuesta una jodida mierda permanecerlos abiertos.

—¿Qué...que hago aquí? —me las arregle para formular mi pregunta con muchísimo esfuerzo.

Mi desorientada imagen me pudo haber avergonzado en otra distinta ocasión, pero viendo las circunstancias de mi estado, era lo último que me importaba.

Ella cierra su boca de inmediato y su oración queda en el aire como una insignificante fibra de polvo, pero sé que su seriedad me tiene inquieto.

— No te preocupes—Carraspea su garganta, manteniendo una imagen muy atildada que me deja con un sinfín de dudas—. No tengo intenciones de lastimarte, si eso es lo que te tiene tan afligido.

Frunzo mi ceño, listo para soltar otra pregunta.

— A menos que no me obedezcas, en ese caso...las cosas podrían complicarse a tu favor.

Es entonces que mi mirada recorre mi alrededor y se detiene en una de las esquinas de la habitación, encontrándose con un par de palancas de metal y cadenas que hacen removerme de mi lugar. Mis muñecas timbran con el dolor que les son ejercidas las cosas que las mantienen amarradas. El forcejeo una vez más y creo que el dolor me va matar.

— Desátame.

No es una petición y por alguna razón, creo que fue un mal movimiento de mi parte cuando encuentro su mirada. No me gusta lo que veo en ella.

Regresa a estar frente a mí, de pie mientras me mira desde arriba y yo me encuentro mirando desde abajo. Temblando.

No se porque estoy tan aterrado. No puedo tenerle tanto miedo a...ella.

Esta mierda es demasiado confusa.

— No es así como se piden las cosas, Norman—Chasquea su lengua en desaprobación y me estremezco cuando oigo como sale mi nombre de su boca—. Y sobre eso, lo siento, pero no será posible. Al menos, no en este momento.

Mis ojos se abren exageradamente y de un segundo a otro estoy mas que despierto, sintiendo el ritmo cardiaco en la garganta.

— ¿A que te refieres con que...no es posible? — Me remuevo con brusquedad en mi asiento incomodo y me percato que las extremidades de mis piernas y mi trasero están acalambradas —. Suéltame, déjame salir. No entiendo que hago aquí, nunca te he hecho nada...no entiendo. No comprendo, no tengo nada que ofrecerte... ¿es dinero lo que quieres? Porque si es así, no lograras nada si llamas a mis...a mi madre. No tiene mucho y...tampoco creo que estén dispuestos hacer algo para salvarme. Por favor, déjame salir...te lo pido.

Para cuando me doy cuenta, lagrimas recorren mi rostro y descienden sin control alguno.

— Por favor...prometo que si me dejas ir...no diré nada, no iré con la policía ni hare nada al respecto—Intento encontrar las palabras que me ayuden a conseguir mi libertad, pero nada razonable parece salir de mi boca—. Juro que no le diré a nadie..., solo...

Estoy entrando en pánico, hablo desenfrenadamente sin pausas y aliento. Saco todo de prisa como si el tiempo se me estuviera escurriendo de entre los dedos de las manos sin mi consentimiento y me quedo sin aire inevitablemente. Es ahí cuando me doy cuenta de que ella no dice nada, tampoco me da entender que si quiera me ha escuchado con su expresión que se mantiene neutra. ¿Cómo es que logra lucir tan tranquila? Me es irreal mantener la calma en una situación como esta, independientemente de quien sea la persona que este atada o quien sea el responsable.

Vuelvo a mirar aquella esquina de la habitación, a las palancas y cadenas y me doy cuenta de que están adornadas con un par de manchas oscuras que también yacen plasmadas en la pared. Logro ver salpicones y chorrones desproporcionales que logran tocar un poco de la luz del foco arriba mío. Me fijo un poco y llego a alcanzar a identificar lo que parecen ser y unas palmas de manos.

Entonces me quedo sin aire.

— Abigail...—suelto su nombre en un suspiro remordiente.

Me sabe muy mal en la boca cuando lo hago, nunca lo he pronunciado en mi vida. Nunca le he dirigido la palabra a esta chica...nunca. No que yo pueda recordar y si es así...supongo que tampoco he hecho algo que pueda molestarla como para que me haga esto. No tengo amigos en la escuela y las pocas personas que saben mi nombre, me desprecian. Les doy un asco frenético.

¿Pero a ella? Dudo que ella sienta si quiera eso. Incluso dudo que sienta algo hacia mí.

Porque todos sabemos que Abigail Hamiston no siente nada hacia nadie que no sea indiferencia. Es una maldita dotada, una estudiante estrella en el instituto. Con calificaciones resplandecientes y un historial impecable y libre de cualquier cosa que pueda evitar que después de la graduación se vaya a una maldita universidad prestigiosa como...no se, Harvard o una mierda así.

No entiendo porque me tiene aquí. No entiendo una mierda. Y eso me tiene como un maldito desquiciado desesperado, hambriento por respuestas.

El maldito cuarto en donde estoy parece sacado de una puta película de terror donde la gente termina siendo la funda de una lampara o una chorrada enterrada en medio del bosque para jamás ser encontrado. Huele fatal aquí, a hierro y una fibrosa sangre con humedad se encuentra impregnada en el aire que me hace respirar con dificultad.

— Yo...yo no tengo nada que ofrecerte. No soy nada, no tengo nada...no soy nadie importante—La voz me tiembla mientras me aferro a lo que podría ser mis últimas palabras y ya he perdido la cuenta de cuantas lagrimas ya he derramado.

Comienzo a hiperventilar hasta que la oigo.

Shhh Resuena por el cuarto y luego escucho como arrastra una silla hasta quedar frente a mí, luego toma asiento en ella y cruza su pierna elegantemente. Se mantiene con una postura demasiado pulcra y pacifica mientras yo estoy hecho una bola de nervios y pánico. La miro hacer cada uno de sus movimientos con demasiada normalidad hasta que logro darme cuenta de que ha quedado demasiado cerca de mí. Entonces, siento como coloca sus manos sobre mi mejilla húmeda y le proporciona una caricia que me deja helado —. Oh, mi querido Norman...

¿Ah? ¿Qué...?

¿Qué está sucediendo?

— Voy a ser muy clara. No me gusta no serlo desde el principio —Me embriaga el aroma que desprende su piel, su cabello, su ropa, su todo. No dejo de temblar, incluso cuando deja de estar inclinada hacia mi —. El sacarles dinero a tus tutores legales no me es algo atractivo, ni si quiera lo había considerado. Se que no tienen mucho, para no decir que nada en lo absoluto. Además, no me falta dinero. No me es una descomodidad lo financiero en ningún aspecto de mi vida, quiero aclarar eso, primero que nada.

Mi desconcierto aumenta.

— ¿Ah...no? —Me escucho demasiado estúpido.

Ella niega con la cabeza.

— Para nada.

— Entonces... ¿Por qué estoy aquí? —Necesito saber.

No recuerdo mucho.

Lo ultimo que puedo lograr repasar en mi memoria son imágenes vagas de la tienda de comestibles y...sangre, suciedad y un olor repugnante a mierda. La cabeza me duele, siento que me va a estallar en cualquier instante.

— Porque así lo quiero.

— ¿Qué...?

— Que así lo quiero—Repite—¿A caso tus oídos están tapados por la presión del lugar?

— ¿Presión del lugar...? ¿Qué? —Estoy muy confundido—. No tengo ni idea de que carajos me estás hablando...

— Es un sótano muy profundo—Me interrumpe con seriedad severa—. No hables así, no es apropiado. No lo hagas, por favor.

La miro genuinamente indignado.

— Me estas jodiendo, ¿verdad?

Su rostro se convierte en una facción demasiado dura.

— Preferiría que fueras más educado y cuidaras la manera en la que te diriges hacia mí.

Esto tiene que ser una broma.

Esto tiene que ser una bastante jodida puta broma.

— Como ya dije, no es mi intención hacerte daño. Es lo ultimo que deseo hacer, pero si...no coperas, temo decirte que no tendré más opción.

Mi estomago se contrae en un nudo.

— ¿A que te refieres con eso?

No me gusta lo que encuentro en sus ojos cuando suelto mi pregunta.

— Preferiría que no tengamos que recurrir a la violencia.

Dios mío.

¿Y esta quien carajos se cree?

Miro su atuendo y me detengo en las medias que cubren sus largas piernas y en la falda de color verde oscuro que luce junto con ese saco y chaleco asfixiante que me recuerda a algún conjunto demasiado caro y fuera del alcance de una persona como yo y de la nada, estoy muy molesto.

— Bueno, si no piensas extorsionar a mi madre por dinero o algo así... ¿Entonces que hago aquí? No entiendo.

— Pues es simple.

— Ilumíname —Sueno demasiado insolente para alguien en mi situación, pero para mi sorpresa de la boca tan delicadamente cuidada de Abigail...una sonrisa igualmente de impecable se dibuja en su rostro.

— Te quiero aquí.

— ¿Perdona? —Creo que escuche mal.

— Que te quiero aquí.

O estoy sordo o muy idiota porque creo que la oí decir que me quiere aquí.

— No te entiendo...

— ¿Qué exactamente?

— Pues eso.

— ¿El que?

— Que tu...—Trago saliva—me quieres aquí.

Ella luce realmente desconcertada y confundida por lo que he dicho y yo no logro poder entender el porqué. Jamás nos hemos dirigido la palabra, no la conozco ni ella a mi. Yo soy un maldito desastre con una infinidad de problemas y ella es...pues ella. Una ricachona con la vida resuelta.

No tiene nada que ver en mi vida ni yo en la suya.

Me siento incomodo en mi lugar, entonces recuerdo que no me he movido de esta jodida silla desde hace...ni si quiera lo se. Así que supongo que no estaría de mas pedir al menos un lugar para mear o si quiera algo de beber porque la garganta me esta matando de lo seca que se encuentra.

Pero no puedo evitar sentir algo de miedo al sugerirlo.

— Desátame—Veo como mi tono le es una molestia y recuerdo lo que dijo hace un momento de que es no es la manera de pedir las cosas, entonces agrego un muy miserable "Por favor" que me da la impresión de que me ha salvado de algo.

— Desatarte...—me mira con duda, luego niega con la cabeza y yo quiero suspirar—. No, eso no pasara.

— Pero...

Estoy temblando.

Mierda.

No puedo dejar de hacerlo.

Siento como algo escurre de entre mis brazos y de inmediato caigo en cuenta de que se trata.

Mierda.

Mis cicatrices seguramente se abrieron por estar forcejando tanto con esmero y ahora no puedo evitar sentir dolor debido a ello. Mierda.

— Estas muy calmado.

Miro a Abigail y la encuentro examinándome con cautela.

— Que raro.

— ¿Qué cosa?

— Me había preparado para que te resistieras más, supuse que sería más difícil esto. Pero no es así.

— Me dijiste que no querías que gritara—Le recuerdo—. No quiero que me lastimes, ¿sabes? Además, no tengo ni idea de cuál sea mi situación aquí. Así que, no creo que me ayude estar...actuando como idiota. Gritando o haciendo algo así.

— Hace rato estabas a punto de entrar en pánico.

De pronto, me siento avergonzado y con una gigantesca necesidad de defenderme.

— ¡Pues...! Obviamente. ¡Es lógico, carajo! —Respiro pesadamente cuando me inclino adelante—. Me secuestraste, si estas consciente de ello, ¿verdad?

Ella hace una mueca.

— Considero que...es una palabra fuerte aquella. Un poco fuera de lugar.

— Ah, ¿sí? Pues es justo lo que esta ocurriendo aquí.

Me parece absurdo el hecho de que este explicando si quiera esto.

Ella me mira con una genuina confusión en el rostro, como si hubiera algo que yo me estoy perdiendo o no estuviera viendo.

— No, yo te salve.

Entonces soy yo quien ahora no comprende lo que ocurre.

— ¿Qué?

— Te salve.

Sus palabras hacen eco en mi cabeza.

No la entiendo.

No entiendo.

No entiendo nada.

Y ella lo sabe.

Ella lo sabe todo.

Abigail se recarga en la silla y se cruza de brazos.

— Tu madre.

La sola mención me hace callar.

De pronto, pierdo la habilidad de si quiera pensar en decir algo y eso la invita a ella a continuar.

— Dijiste que no hubiera pagado por un rescate si dinero hubiera sido lo que yo buscaba de ti. No solo por el hecho de que no lo tuviera ella, sino porque no se molestaría en salvarte. En recuperarte. Detecto cierto desagrado y acidez en la forma en la que está hablando, como si le disgustara demasiado aquel hecho. Como si le...indignara.

Abigail me mira de pies a cabeza, luego vuelve a inclinarse hacia mí y yo por reflejo retrocedo y caigo en el respaldo de la silla donde estoy yo.

— Vivías entre la mierda. En un lugar donde no se te cuidaba ni se te apreciaba—Continúa—. Aquellas condiciones eran deplorables e inaceptables. Era una pésima vida la que llevabas con tu madre.

Estando tan cerca, contra la luz que cae sobre nosotros y la presión en mi pecho que desenfrena unos latidos descontrolados de mi corazón, me percato que sus ojos son de un color que jamás he visto. Es un azul que parece ser grisáceo, pero oscuro a la vez. Y esos ojos me observan con aquella oscuridad que traspasa mi piel y logra ver a través de ella de una forma tan intensa que no puedo dejar de pensar en que no estoy a salvo

A ella no le importas.

Me siento expuesto.

Desnudo.

De pronto, todo calor que haya sentido en algún momento...desaparece.

El lugar se convierte en cuatro paredes desoladas, oscuras y frías. Heladas.

No puedo evitar partirme la cabeza tratando de averiguar como esta chica, esta chica que jamás hubiera pensado que supiera de mi existencia...conociera tan acertadamente la realidad que compone mi vida debajo de aquel techo. De esa casa donde llevo sobreviviendo durante casi dieciocho años.

Entonces, no puedo evitar sentir una urgencia inmediata de salir de este maldito lugar.

Así que grito.

Grito con todas las fuerzas que me quedan.

Con las cicatrices escurriéndome de las extremidades, con la piel sudándome sin para y con la garganta a nada de reventarse.

Grito sin parar.

Pero nadie me escucha.
































━━━━━━━━ Nᴏᴛᴀ ᴅᴇ ʟᴀ Aᴜᴛᴏʀᴀ: BUENAS BUENAS. ¿Como estaaaaan? Espero que muy bien:) ¿Que les pareció el capítulo? Recuerden que me gusta mucho leer sus opiniones 🫶🏻

Por fin Drea, por fin actualice JAKSJKAKAK

Aquí están mis redes, por si gustan ir a pasearse por ellas✨

INSTAGRAM: sofia_hdzv11
TWITTER: sofia_hdzv011

Continue Reading

You'll Also Like

9.4K 469 8
๐‘ท๐’“๐’๐’๐’๐’ˆ๐’: Extraรฑamente volvรญa a ser de dรญa, otro dรญa de clases en aquella escuela... Donde habรญas muerto? Abbie se encuentra con la sorpresa de...
887K 38.6K 200
Entren y lean Todos los derechos del autor reservados
1.1M 64.2K 64
Amber aรฑadiรณ a Paola. Amber aรฑadiรณ a Vicky. Amber aรฑadiรณ a Manuel. Amber aรฑadiรณ a Pablo. Amber aรฑadiรณ a Ari. Amber aรฑadiรณ a Milena. Amber aรฑadiรณ a Ro...