El destino de las estrellas

By PalomaCaballero

17.6K 3.6K 1K

(LGBT+) Donovan es un estudiante de arte que vive la vida como le place. James es un deportista encerrado en... More

Notas de autor
Dos años antes
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30

11

486 114 68
By PalomaCaballero

Pink & drink era el lugar más lindo que James hubiese visitado. Parecía sacado de un afiche o una fotografía de pinterest. La decoración combinaba perfectamente con su nombre, tanto que parecía un sueño dulce de azúcar y malteadas de sabores.

Nada más entrar se dio cuenta que ellos no encajaban ahí, de hecho, estaban tan fuera de lugar que las clientas los miraban como si fueran dos monstruos que hubiese aparecido para devorarles las entrañas. James se sintió cohibido de inmediato, pero trató de no demostrarlo, porque se suponía que esa era su filosofía, vivir la vida sin importar lo que los demás pudiesen opinar al respecto. Sin embargo, todavía no era capaz de rechazar todos los resquicios de vergüenza que trataban de penetrar en su piel. Algunas de las chicas parecían curiosas y otras estaban dispuestas a matarlos por invadir su preciado espacio femenino.

—Ven, sentémonos aquí.

Donovan caminó a una mesa vacía cerca de la ventana. Era bastante obvio que, a diferencia de él, al chico no podría importarle menos que algunas muchachitas hubiesen comenzado a susurrar descaradamente al verlos ahí. Se sentía extraño, como si fuera el número principal de un circo donde ellos eran la atracción y James luchaba contra el pánico escénico.

—Es un lindo sitio, murmuró, muy lindo —murmuró, echándole un vistazo al papel tapiz que adornaba las paredes con un color rosa pastel, salpicado de rosas rojas y tallos verdes. Estaba seguro que Donovan pudo leer sus pensamientos porque de inmediato soltó una risa divertida.

—¿Te hace sentir incómodo? Si quieres podemos pedir para llevar —convino, recargando el rostro en su mano derecha. James abrió los ojos de par en par, pensando en la impresión que debía estar dando y de inmediato negó con la cabeza.

—No, este lugar está bien —aseguró, moviendo las manos para reforzar su punto. Sin embargo, era bastante obvio que se sentía un poco tímido en aquel ambiente, así que trató de hacerlo saber sin que eso implicase terminar la salida antes de tiempo (no se atrevía, ni en sus pensamientos, a llamarlo "cita)—. Aunque, de todas maneras, es un poco raro porque nunca había estado en un sitio como este —agregó, mirando el mantel con motivos dorados.

—No te preocupes —dijo encogiéndose de hombros—. Te acostumbras después de un rato, a mí me pasó lo mismo cuando vine la primera vez.

—Ya veo, supongo que nos pasa a todos —comentó, pero de alguna manera tenía la sensación de que aquellas palabras eran una manera simple de hacerlo sentir mejor. Al menos a James le daba la impresión de que Donovan no era el tipo de persona que se avergonzaba.

Mientras ordenaba y después, cuando esperaban por su pedido, la conversación se movió de manera errática, sin que James consiguiera superar del todo la incomodidad que sentía. Al principio, tenía que ver con las miradas y murmullos de las chicas, sin embargo, después de que se olvidó de la presencia de los extraños, era la mirada de Donovan la que conseguía que no pudiese mantenerse tranquilo.

No tenía idea de cómo había terminado ahí, ni siquiera estaba seguro de que cuando Donovan lo había invitado el hubiese dicho explícitamente que sí, pero ahí estaban. Suspiró.

La tarta de manzana llegó casi enseguida, cuando vio la rebanada sintió que se le hacía agua la boca, era la típica tarta con trozos de fruta encima, pero hacía mucho que no probaba dulces y aquel postre se veía especialmente delicioso. Con mucho cuidado tomó la cucharita que le dieron y probó un bocado.

Aquello sabía a cielo

—¿Qué tal está? —preguntó Donovan, quien le miraba con el rostro ladeado. Parecía mirarle con cierta ternura en los ojos, pero no estaba seguro, él era muy bueno imaginando cosas.

—Deja de fingir, estoy seguro que sabes que es buenísimo —espetó con cierto tono bromista. Donovan correspondió el gesto y tomó un sorbo al café que le habían dado mientras esperaba.

—Bueno, tenía que escuchar tu opinión de primera mano —comentó encogiéndose de hombros. James trató de suprimir una sonrisa y luego levantó la vista de su pastel para encontrarse de frente con el rostro de Donovan. El muchacho estaba concentrado en su tasa, parecía estar analizando el patrón de flores que adornaba el utensilio, así que pudo mirarle sin tapujos.

Donovan tenía la piel color canela, algunos mechones de cabello lacio caían sobre su frente y James no podía dejar de mirar los dos lunares que tenía en la mejilla izquierda, apretó los labios, observando el cuello del muchacho y la pronunciada manzana de Adán. Sin querer apretó la cucharita que sostenía en la mano derecha cuando su atención se concentró en los percings que le adornaban la oreja, él nunca se haría uno, pero de repente comenzaba a considerarlos cómo algo sexy. Donovan levantó el rostro de repente, pero no lo miró a él, en su lugar se dirigió a la mesera, quien había llegado sin que él se diera cuenta y le entregaba un pedazo de pastel.

—Gracias —una pequeña sonrisa adornó su rostro, mientras las esquinas de sus ojos se arrugaban de forma ligera. A pesar de parecer una persona de naturaleza seria, Donovan podía tener expresiones muy cálidas.

—Tengo que decir algo —dijo de repente, cuando la mesera ya se había ido. Donovan se giró hacia él, mirándolo fijamente, entonces James no pudo evitar sentirse un poco tímido, cómo si todos sus pensamientos se hubiesen quedado al descubierto. Sin embargo, siguió hablando—. Te vi en la fiesta —comentó, dejando el tenedor sobre el platito de loza.

—¿La fiesta? —preguntó Donovan, sin saber exactamente de que le estaban hablando.

—El otro día, en casa de Nico, cuando defendiste a Ana —James luchó porque sus mejillas no se colorearan de rojo, no le gustaba avergonzarse, pero la presencia de Donovan parecía tener mucha influencia sobre su estado de ánimo—. Yo estaba ahí —agregó, encogiéndose de hombros—. Fue genial lo que hiciste por ella.

—¿Estabas espiándome? —Donovan levantó una ceja, sin perder su aire sereno y misterioso. James se quedó sin habla un momento, hasta que se dio cuenta que se trataba de una broma. Entonces sonrió.

—Si ¿Por qué otra razón iría a una fiesta aparte de espiarte? —aseguró, llevándose un pedazo de pastel a la boca. Donovan lo miró como diciendo: touché y, continuó con la plática.

—Ana es mi amiga y, además, creo que cualquiera estando en mi lugar habría hecho lo mismo, sobre todo, cualquiera que tuviera mi tamaño —aseguró, muy consciente de su superioridad física. Donovan era grande, no encajaba en el estereotipo de niño bonito de cuerpo estilizado, pero eso no quería decir que no fuera apuesto.

—Bueno, los del equipo son grandes y son unos imbéciles —espetó, frunciendo el ceño y recordando todas las penurias que ese montón de neandertales le habían hecho pasar.

Donovan se quedó un momento en silencio, como si estuviera reflexionado sus palabras y luego se encogió de hombros.

—Bueno, quise decir, cualquiera con un poco de decencia humana —él se río, mirándolo a los ojos—. Como tú, por ejemplo, ese día en la tienda de hamburguesas, pensé en intervenir, pero parecía tenías todo bajo control —agregó.

James se sorprendió, primero porque los ojos de Donovan eran tan intensos que las emociones se filtraban sin problema en ellos y segundo, porque tenía la sensación de que el chico ya no se acordaba de aquel terrible primer encuentro, así que la mención al mismo le pareció shockeante.

—No puede ser —murmuró, llevándose una mano al rostro con una expresión mortificada.

—No pongas esa cara —Donovan se llevó un pedazo de pastel a la boca y masticó antes de hablar—. Fue una buena escena, tienes mi respeto.

—A mí no me pareció así... —resopló, haciendo una mueca, tenía muchos adjetivos para describir aquel primer encuentro, pero todos eran negativos.

—¿Qué pasa? ¿Dije algo malo? —preguntó, inclinándose un poco para meterse en su rango de visión. James parpadeó, retrocediendo por el movimiento repentino en su acompañante.

—No —respondió aclarándose la garganta y tomando una larga respiración—. Solo para dejar claro esto de una buena vez, yo soy gay, pero no es cierto nada de lo que ellos dijeron —espetó, mirándole con preocupación.

Donovan no entendió a la primera de lo que le estaba hablando, así que su cerebro buscó rápidamente en sus recuerdos, hasta que pudo darles un significado a las palabras del muchacho.

—¿Hablas de la parte donde te enamoras de mí? —preguntó ladeando la cabeza. James lo miró sorprendido antes de darse cuenta que estaba tratando de bromear con él.

—Exacto, olvida eso, no va a suceder —se apresuró a decir. Sus palabras sonaron un poco rudas, lo que hizo que se avergonzara aun más, solo estaba intentando hacerlo sentir seguro, no quería que Donovan pensara que estar con él era incómodo.

—Es una lástima —dijo, con un tono que hizo que James abriera los ojos de par en par—. Pero está bien, supongo que es lo justo —espetó, encogiéndose de hombros en un gesto relajado.

—¿No te molesta que te vean por ahí con un chico gay? —inquirió, sin poder tranquilizarse. Los nervios eran sus peores enemigos.

—¿Has visto este lugar? Después de venir a comer aquí cada semana, no hay nada que la gente pueda decir que pueda avergonzarme —explicó, con tono jocoso—. Así que no, no me molesta que me vean por ahí contigo —agregó. Donovan lo dijo cómo si aquello fuera una broma, pero James supo que estaba hablando en serio.

—Bueno, este lugar sin duda es singular, yo no te habría imaginado aquí desayunando un viernes por la mañana ni en sueños —aseguró, tratando de sonreírle, aunque el gesto le salió cómo una mueca temblorosa.

—Pero aquí estoy —aseguró—. No te preocupes por mí, ya te lo dije, si tú te sientes cómodo, yo me siento cómodo —explicó de manera conciliadora. Donovan tenía un carácter fácil de tratar a pesar de su apariencia lejana e intimidante. A James le pareció un contraste interesante que le gustaba.

—Yo estoy cómodo —murmuró, encogiéndose en su sitio. La manera en que Donovan se dirigía a las personas a veces podía ser demasiado dulce para su propio bien.

"Debe ser un rompe corazones" pensó.

Sin embargo, el momento de apreciación fue interrumpido cuando Donovan llamó a la mesera para hacer un par de pedidos más. James le sonrió, abriendo los ojos de par en par, mirado los platos vacíos delante de ellos. Donovan pareció leer su pensamiento y se encogió de hombros.

—¿Ya viste mi tamaño? —dijo, dándole un sorbo a su café antes de continuar hablando—. Si digo que paso todo el día comiendo estaría minimizando mis hábitos alimenticios —explicó con una sonrisa en el rostro.

—Me gusta comer, pero no tengo un gran apetito —compartió, negando con la cabeza.

—¿Y qué más te gusta hacer? —inquirió, despegando un poco la atención de su postre en la mesa. James se quedó pensativo un momento antes de empezar a hablar.

—Bueno, me gusta jugar básquet, hacer ejercicio, estar en movimiento —explicó, recargándose un poco sobre la mesa.

—Eres un chico saludable —aseguró Donovan, imitando su lenguaje corporal—. Yo corro por las mañanas y cuando tengo tiempo para perderlo, veo películas —comentó riéndose un poco, era una persona relativamente sedentaria, aunque estaba seguro de que todas sus calorías las perdía caminando por la ciudad tratando de conseguir los materiales para sus clases. Él no era muy asiduo de las compras en línea, se le daban mal esas cosas.

—¿Y el tiempo que estás usando ahora que es? —preguntó James, tratando de molestarlo un poco. Donovan lo pensó un momento antes de asentir con la cabeza y responder.

—Tiempo de calidad con un amigo —aseguró, con una sonrisa que consiguió que su estómago diera un vuelco.

Estaba casi seguro de que en esa ocasión no pudo evitar sonrojarse. Si hubiera estado bebiendo agua la habría devuelto, pero como no fue así, se limitó a balbucear un poco antes de decir lo primero que se le vino a la mente.

—A mí me gustan las películas —respondió, de la manera más torpe que se le pudo ocurrir y porque su cerebro lo obligó a decir esa estupidez para tratar de desviar la atención de su nerviosismo. De inmediato quiso golpearse contra la mesa por hacer tan evidente su reacción, sin embargo, Donovan fingió que no acaba de humillarse y actuó como si no hubiese nada raro en su respuesta temblorosa.

—Entonces deberíamos ir a ver una —dijo, partiendo lo que le quedaba del pastel con su tenedor. James no sabía si comenzó a actuar distraído o solo le estaba dando un espacio seguro para que hiperventilara—. Los chicos de la asociación de cine estarán proyectando algunas cintas viejas este fin de semana, será divertido.

Las palabras de Donovan eran desenfadadas. La naturalidad en su voz hizo que la propuesta sonara genuina. James apretó los labios, envidiando la postura desenfadada del chico, sobre todo después de que tuvo que aclararse la garganta dos veces para que la voz no le fallara al contestar.

No tenía idea de por qué demonios se estaba poniendo tan nervioso. Bajó la vista y miró las manos de Donovan. No engañaba a nadie, si sabía.

—Genial, eso sería genial —enfatizó, aunque él no solía usar palabras tan optimistas como "genial" "asombroso" y "maravilloso". Sin embargo, en ese momento no pudo evitarlo, porque sin darse cuenta, la perspectiva de una segunda salida hizo que su corazón corriera desbocado.

James volvió a Donovan, su rostro era inexpresivo, pero podía jurar que sus ojos estaban sonriendo.

Continue Reading

You'll Also Like

15K 1.5K 30
Tim Love, un chico como ninguno. Su asombroso don lo a llevado a ser conocido como cupido, ¿Por qué? Con una simple presentación Iba por ahí juntando...
80K 9.4K 41
Soy un deportista bueno en todo y él una especie de nerd malo en todo, en los libros y películas que he visto donde hay dos protagonista que cumplen...
26.7K 1.5K 43
Narra T/N Hace dos años estuve en Corea del sur. Tuve que volver a T/P por temas del trabajo, pero hace una semana volví. Estoy en Big Hit con mis 6...
3K 103 23
Historias de un solo capitulo Harry Styles ✚ Louis Tomlinson