Mizu: Quiero ser seria, pero con esa puta imagen no puedo. Si alguien aquí también lee los comentarios, ya se harán una idea de que trata este reto y aquí está nuestra retadora: fanriren.
Riren: Holi.
Mizu: Esta chica ha pedido algo muy interesante y por esta vez, me alegra que los protagonistas no sean mis padres.
Miyagi: Eso me da un muy mal presentimiento.
Mizu: Conmigo casi todos los presentimientos son malos. Riren-chan, tu reto, por favor.
Riren: Shinobu deberá masturbarse con juguetes mientras dice el nombre de otro chico y Miyagi no podrá decir o hacer nada.
Shinobu: No es para tanto.
Riren: Que poca decencia, pequeño terrorista.
Mizu: Es que te faltó decir algo, ambos estarán presentes mientras te masturbas, des–nu–do.
Riren: ¡Eso, eso!
Miyagi: ¡Ni de broma permitiré que Shinobu-chin haga algo como eso!
Mizu: Claramente dijimos que no podrías interferir. Si Shinobu no lo hace, el perjudicado es él, no tú. Así que —hago que Miyagi se siente en una silla y aprieto ligeramente sus hombros —, no interfieras, a no ser que no lo quieras ver en un largo tiempo, mientras él hace, vaya a saber Dios qué y con quién.
Riren: Mizu-san, tampoco hay que hacer alguna locura.
Mizu: La locura es algo natural en mí, por herencia, así que no prometo nada. ¿Listo para esto, Shinobu?
Shinobu: Masturbarme es algo normal, pero no lo haré enfrente de cualquiera y nunca he usado juguetes.
Mizu: También estará Miyagi. Y por los juguetes, dejé algo para ti en la habitación, no es nada del otro mundo; supongo.
Shinobu: Aún así no lo haré... Me da vergüenza que él me vea y tenga que soportar a alguien más con nosotros.
Mizu: Ohh~ que tierno.
Shinobu: ¿A quién le llamas tierno? —me preguntó con un aura asesina.
Mizu: A tu actitud, tú no me pareces para nada tierno, repollo podrido —respondí sacándole la lengua.
Shinobu: Que infantil.
Mizu: Cuando me da la gana de serlo. Pero nos estamos yendo por las ramas. Hay que traer a tu amiguito, ¿te parece?
Miyagi: ¿Conoce a esa persona?
Mizu: Y tú también —le respondí al viejo.
Me acerqué a un armario, sacando una bola 8, la dejé rodar por el piso, ésta iba creciendo, hasta que se desvaneció dejando a un chico extranjero, rubio y muy poco atractivo.
Mizu: A Nakamura se le fue la inspiración con este. Para los que no saben su nombre, les presento a Reno Wilson.
Shinobu: Ese no es... —lo interrumpí metiendole una col de bruselas en la boca.
Mizu: Eso, cómete la col y cállate.
Reno: Where am I? Shinobu? —me acerqué al australiano.
Mizu: You're in my house. Excuse me for this —me disculpo por adelantado antes de darle un cabezazo.
Riren: ¿Eso era necesario?
Mizu: No, pero sí. Rayos, otro de cabeza dura —me quejé mientras frotaba mi frente.
Reno: Eso me dolió —se quejo el australiano imitando mi acción.
Riren: Oh, era por eso.
Mizu: Sí, me da mucha pereza estar hablando en otro idioma. Bien, ya que me entiende, señor Reno...
Reno: Ese no es... —hago lo mismo que con Shinobu.
Mizu: No me interrumpas, por favor. O te atragantaras con repollos. En fin, solo necesito que veas una cosita y te podrás ir.
Reno: ¿De acuerdo?
Mizu: Shinobu, al cuarto.
Shinobu: Me niego —Se cruzó de brazos.
Mizu: ¿Sabes? El reto decía que te debías masturbar frente a ese chico y tu pareja, pero en ningún momento dijo que debías hacerlo voluntariamente, te puedo obligar a hacerlo.
Shinobu: No puedes obligarme a tocarme.
Mizu: Puedo, y no es necesaria mi magia —agarré un lazo el cual enrede en un muñeca sin que él pudiera hacer nada —. Lo único malo, es que deberé estar cerca para que funcione —Hice que su mano se moviera de un lado a otro mientras él trataba de liberarse —. Así que tú dirás, ¿lo harás solo, o no?
Seguí jugando con poco con su brazo, moviéndolo de aquí para allá a la vez que él trataba de matarme mil veces con la mirada. Después de lo que pareció un gran debate mental de su parte y su cara se pusiera de mil tonalidades de rojo, dejo de luchar conmigo, centrando su mirada en el piso.
Shinobu: Bien, lo haré.
Miyagi: ¡¿Qué?! ¡Claro que no! —Esta vez, la col fue para él.
Mizu: ¡Vaya! ¿Qué clase de traumas te habrá dejado Shinobu, para que con una col te pongas verde?
Shinobu: Yo no le he hecho nada.
Riren: Nada de lo que tu estés muy consciente.
Mizu: Estoy con ella. ¡Miyagi! —le dí unas palmaditas en los cachetes para hacerlo reaccionar. No funcionó —Haré que un repollo crezca a tu alrededor, para que no puedas salir de el.
Miyagi: ¡NO!
Mizu: Ya reaccionó —me reí un poco viendo a Shinobu —. Al cuarto —apunté con mi pulgar la habitación a mis espaldas.
Miyagi: Mira, hasta ahora hemos aceptado tus retos estúpidos; hemos estado incómodos, en peligro, nos has humillado y no quiero ser grosero porque también tuvimos momentos divertidos, ¡pero no aceptaré que alguien más esté en un momento tan íntimo! ¡Por lo que...! —lo interrumpí con otro repollo.
Mizu: Maldita sea. ¿Debo repetir que me vale un pimiento picado tu opinión? Tú no decides y Shinobu ya aceptó.
Miyagi: ¡No dejaré que otro hombre lo vea desnudo!
Riren: No sé si son muchos los hombres, pero si te contara el chisme, te desmayaras —comentó entre risas.
Mizu: Por esta vez, soy inocente, no es exactamente mi pareja favorita.
Reno: ¿De qué están hablando?
Mizu: Na~da. ¡Conchales! Ya nos volvimos a salir del tema. Al cuarto, he dicho —empecé a empujarlos.
Miyagi: ¡A mi terrorista no lo verá este Don Nadie en esas condiciones!
Reno: Don Nadie presente; viejo pedófilo.
Miyagi: Respeta a tus mayores, mocoso. Uff —se cayó debido a la patada que le dí en la entrepierna.
Mizu: Ya perdí la paciencia —aprovechado que él seguía en el piso, lo agarré por los cabellos y lo arrastré al cuarto —. ¿Ustedes también quieren una?
Reno: ¡No! —contestó metiéndose a la habitación.
Mizu: Repollito, entra —El mencionado caminó hacia la habitación, deteniéndose antes de entrar —. ¿Y ahora qué?
Shinobu: No me quitaré toda la ropa enfrente de él —sentenció, refiriéndose a su amigo.
Mizu: Bueno, no hay problema.
Shinobu: ¿En serio no dirás nada más? —me pregunta sorprendido.
Mizu: No me hagas decirte algo. Sólo recuerda que debes decir el nombre de Reno mientras haces lo tuyo.
Reno: Te he estado diciendo que ese no es... —Lo arrojé dentro de la habitación.
Mizu: Me vale. Haz lo que te digo y ya —Cerré la puerta y fui a donde estaba Riren —. Vamos al cuarto de vigilante.
Riren: O sea, tu habitación.
Mizu: Precisamente —La invite a pasar y ambas nos sentamos en mi cama.
El televisor ya estaba encendido, por lo que ya podíamos ver al trío en ese cuarto. Shinobu estaba junto a la cama, revisando la bolsa que yo había dejado allí. Miyagi estaba al lado de la puerta, mirando con odio al amigo de su novio; y ese chico, se le notaba completamente incómodo y con deseos de salir huyendo.
Reno: ¿Creen que se de cuenta si no hacemos lo que dice?
Miyagi: Sin duda.
Mizu: Que bien me conocen —comenté estando en la habitación, junto a Riren.
Riren: ¿Ya saben que tienes las cámaras en la habitación?
Mizu: No, pero saben que soy una brujita y que no les conviene desobedecer.
Miyagi: ¿Qué rayos es eso? —preguntó viendo los juguetes sexuales que Shinobu sacaba de la bolsa.
Shinobu: La caja dice: anillo vibrador. Y esta dice: masturbador masculino.
Riren: No son los juguetes que tenía en mente.
Mizu: Dijiste que se masturbara con juguetes, no que llegara a meterse algo por ya sabes donde. Tuve que preguntarle a mi hermana si conocía juguetes exclusivamente para eso.
Riren: Creí que estaría claro.
Mizu: Yo sigo órdenes, si no son claras, sorry, but not sorry.
Riren: ¿Sabrá usar eso?
Mizu: Le dejé las instrucciones.
Shinobu: No es tan complicado de utilizar —dijo después de haber leído el papel —. No quiero que me vean, es suficientemente vergonzoso con su presencia.
Miyagi: Ya oíste niño, date la vuelta.
Reno: No es como si quisiera ver algo así —Obedeciendo al viejo, el amigo de Shinobu se da la vuelta, mirando hacia la pared.
Mizu: Ya veremos —susurré.
Shinobu se subió a la cama, acostándose de lado mientras se desabotonaba el pantalón y bajaba el cierre. Agarró los juguetes que yo le había dejado y con la cara roja se bajó tímidamente los pantalones. Primero se puso el anillo en la base del pene, rodeando los genitales. Tragó con fuerza al agarrar el control remoto, soltando un gemido muy alto en cuanto lo encendió.
Riren: Creo que Miyagi si hará algo.
Mizu: También lo creo —concorde con Riren. A simple vista se notaba cuánto le costaba no saltar sobre su niño.
Shinobu agarró el masturbador masculino (lo que parece ser lo mismo que un vibrador, pero hueco), apretó con fuerza los dientes cuando empezó a meter su próxima erección en dicho artefacto. Se contraía cada vez más su cuerpo mientras frotaba las piernas tratando de aguantar las sensaciones que lo abordaban.
Shinobu: Miy... Miyagi~ —gimió bajito.
Le dí una fuerte patada a la pared, que fue capaz de escucharse hasta la habitación en la que ellos estaban.
Mizu: ¡Repollo! ¡Recuerda que debes gemir el nombre de Reno, no el de tu pareja! ¡Y que al viejo ni se le ocurra taparle los oídos! ¡Se supone que no debe interferir y donde llegue a hacerlo, entraré ahí y los ataré! —grité lo suficientemente fuerte para que me escucharán, provocando que se congelaran por completo.
Shinobu: Maldita sea —se quejó el repollito, encogiéndose todavía más.
Se volvió a colocar el masturbador —ya que por el susto lo había apartado —. Paso otro rato para que comenzara a jadear debido al placer que se estaba dando y esta vez, lo hizo bien.
Shinobu: Re... no...
Mizu: Pfff ¡No, maldita sea! ¡No puedo con eso! —traté de no gritar tanto mientras me sujetaba el estómago.
Ambas nos pusimos a reír con cada gemido que daba el terrorista llamando a ese animal navideño. El amigo que invitamos, se había llegado a voltear, ya sea por curiosidad o simple morbosidad, pero ahí estaba, viendo a su amigo masturbarse. Miyagi no hacía nada, solo mirar como un pendejo a su pareja dándose placer; claro que sintiendo notable molestia por no ser a quien nombraba en ese molesto, aun así se la gozaba el viejo verde.
Finalmente Shinobu se corrió, provocando que a más de uno les sangrara la nariz.
Mizu: Que débiles —comenté sacando a Riren de mi cama. Ni por el putas dejo que ensucien mis sábanas.
Riren: No me digas nada, si andas sonrojada.
Mizu: Sonrojada pero no desangrada —Le dí unas servilletas y fui a tocar la puerta del la habitación donde estaban los retados —. ¿El trío ya acabo su sección? —La puerta se abrió, pero solamente salió el australiano.
Reno: ¿Me puedo ir? —pidió con la mirada baja y chorreando sangre.
Mizu: Conoces la salida. Adiós —ni bien termine de despedirme, huyó fuera de mi casa.
Riren: ¿Por qué no salen?
Me acerqué silenciosamente a la puerta y le hice señas con la mano para que hiciera lo mismo. Ambas pegamos la oreja y guardamos silencio para escuchar lo que pasaba del otro lado.
Miyagi: Parece que lo disfrutaste —escúchanos decir al viejo.
Shinobu: Fue... interesante —adentro se escucharon pasos apresurados, y como algo muy pesado caía en la cama.
Miyagi: Me parece que te merecen un castigo, mi pequeño terrorista. Te haré decir mi nombre el doble de veces del que llamaste a ese idiota.
Shinobu: ¡Pero ni siquiera era... Mgh —No hacía falta ser un genio para saber lo que pasaba allí adentro.
Mizu: Riren, creo que deberías irte, antes de que te desangres.
Riren: Supongo que sí —responde tapándose la nariz —. Gracias por traerme Mizu-san.
Mizu: Chao —nos despedimos y me quedo sola en la sala —. Mhm... Creo que me queda un poco de tiempo, al menos mientras ese par está en la habitación —Saqué mi teléfono buscando algo —. La verdad no hay nada apresurado, pero esto servirá. Una pregunta de ElizabethMontero596 y dice: ¿Cómo crees que sería una boda en la serie Junjō Romántica. Ya le había dicho que eso depende de las parejas. Y como el tiempo no es muy prolongado (y casi no me interesan los de Junjō), diré lo que pienso muy rápido.
»Para los Románticos, como obviamente de eso se encargará el señor infantil, Usagi; posiblemente reserve todo un parque de diversiones con temática de oso, para que solo él, las poca familia de Misaki y el cura puedan estar presente, o de pronto invite al demonio y algunos metiches se cuelen. Por como es Misaki, toda la familia del conejo estará ahí y quién sabe quiénes más.
»Para los Terroristas quien manda es Shinobu, así que repollos, repollos, calabazas, repollos y pasar la luna de miel en el trono. Seguro que saben a qué me refiero.
»Para los Egoístas, aún no me queda claro quien manda, pienso que Nowaki, pero con su actitud de perro doméstico siempre hará lo que su Hiro-san le pida. Yo diría... Una boda en el parque, con adornos de sandías o tal vez con temática de literatura. Ni me molesto en pensarlo.
»Y para los Mistake... Joder no sé, ¿en un invernadero? Lo único que sé de esos, es que a Isaka le encanta su dinero, hacer de vieja metiche, su secretario, y que le regaló una planta a Asahina cuando eran jóvenes. Del Póker Face, se tanto como de química, ni una madre.
»En fin, eso es todo lo que pienso, no es que tenga algún sentido, pero no los conozco.
Miyagi: Mizu-chan —Apareció cargando a un Shinobu inconsciente —¿Podrías abrir la puerta, por favor?
Mizu: Parece que se divirtieron —lo digo por su cara de viejo pervertido. Les abro la puerta y se largan de una vez por todas —. Ya con eso concluye este reto. Háganme un favor y muestren algo de interés o juro que hasta aquí lo dejo. En fin, sin presión alguna. Nos leemos luego.