Y... él es mi vecino (EDITAND...

Da MiedoInexistente

527K 20.8K 1.5K

Si crees que es amor... No lo arruines ni lo dejes ir, vas a sufrir como nunca antes si lo haces, dile que le... Altro

ADVERTENCIA
Nuevo Booktrailer
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17

Capítulo 15

36.6K 1.6K 80
Da MiedoInexistente

La cama está tan cómoda que no quiero moverme, pero me estoy muriendo de calor y eso me desespera, por lo que me veo obligada a destaparme. Me siento en la cama y el dolor me invade de inmediato. Creo que si ahora mismo me cae un bloque de cemento en la cabeza no lo sentiré.

—Si ya despertaste será mejor que bajes, Aleisha Evans —escucho la voz de mi hermano proveniente de abajo, y para mi desgracia no lo escucho muy contento.

Me quejo estirando cada parte posible de mi cuerpo y comienzo a caminar, preparándome mentalmente.

—Hola —sonrío descaradamente cuando entro a la cocina y los ojos de Jake caen directamente en mí. La imagen de Stitch sonriendo y levantando la pata se me viene a la mente y rio, provocando que el ceño fruncido de mi hermano sea más notorio.

—Estoy enojado —dice como si nadie se hubiese dado cuenta. Un momento… ¿ese es el molesto rubio? ¿Qué hace aquí? —Mientras yo trabajo, hago el maldito esfuerzo de salir adelante y confiando en ti, creyendo que pensarás maduramente alguna vez en vida, te dejo sola por una maldita noche ¿y qué haces tú? —hace una pausa mientras yo me muerdo la lengua para no soltar que él es más inmaduro que yo y aclarar que no trabaja limpiamente, pero me mantengo en silencio —¡Una maldita fiesta!

—Yo-

—¡Tú nada! —me interrumpe perdiendo la paciencia, inevitablemente me asusto por su repentino grito y el rubio lo sabe —No sé qué más me duele: que mandaras a la mierda la confianza, nuestra confianza o que no me esperaras para la maldita fiesta

Automáticamente la risa del rubio cesa y yo miro a mi hermano totalmente confundida

—Tengo el maldito trabajo —y cualquier rastro de enojo desaparece en segundo dándole paso a una enorme sonrisa.

—¿Qué? —pregunto aún sumida en la confusión —¡Lo conseguiste maldito desgraciado! —salto sobre él, olvidándome por completo del dolor de cabeza, y comenzamos a dar vueltas y vueltas —¡No tendré que trabajar! —y al suelo. Sí, Jake el idiota Evans me ha dejado caer y al parecer ha sido tan gracioso que esos dos instantáneamente comienzan a reír.

Opto por no decir nada, busco los cereales, la taza y la leche, pero esta última no está por ningún lado.

—Aquí está —dice Austin con la boca llena de cereales.

—Eres un asqueroso, Johnson —comento con asco. Tomo la leche que me está ofreciendo y me siento al frente.

—Eso no significa que te salvas de tu castigo, hermanis —avisa mi hermano antes de abandonar la cocina, me ahogo con la leche al oír esas palabras.

—¿Qué? —pregunto aun sintiendo la leche en mi nariz.

—Diecisiete años, 1’75 aproximadamente, aspecto de ruda y… su hermano la castiga —lo dice como si un chiste se tratase.

—Cállate, idiota.

—Cállame, mi amor.

—No quiero estar contigo ni a un metro.

—Anoche apenas nos separaba un centímetro como mínimo, princesita.

Mis ojos suben rápidamente hasta encontrarse con los suyos, burlones, profundos, brillantes, fácilmente puedes perderte en ellos en cuestión de segundos, lástima que unos ojos tan bonitos le pertenezcan a un idiota cómo él.

—¿Dé qué mierda hablas? —pregunto imaginándome lo peor, tengo el corazón a mil y mi estómago quema, intento recordar que fue lo que pasó anoche y de lo que recuerdo… él en ningún momento estuvo allí —Sólo estás jodiendo, ni siquiera estuviste aquí anoche.

—¿Segura? —asiento aparentando estar segura —Devuélveme mi camiseta entonces —me apunta sosteniendo la taza en sus manos, para luego comenzar a beber la leche de lo más normal del mundo.

Mis ojos caen en mi camiseta y… esta no es mi camiseta. Vuelvo la mirada a Austin y podría jurar que detrás de esa taza mantiene una sonrisa de satisfacción.

—¿Qué pasó anoche? —pregunto lentamente, temiendo de la obvia respuesta o quizá no tan obvia.

—Un caballero no tiene memoria —es su respuesta y estoy tentada a lanzarle la taza por la cabeza.

—Lástima que no eres un caballero, ¿qué pasó anoche? —inquiero una vez más mirándolo con seriedad. No sé qué me inquieta más, si realmente pasó algo anoche o no recordarlo. ¿Y si hice algo estúpido?

Obviamente lo hice

Austin se pone de pie –aún con el torso desnudo- y camina en mi dirección

—Estuvimos juntos —no hay que recalcar que esto va más allá que un simple “estuvimos juntos” . La mente más sana pensaría en el lado bueno, lástima que mi mente es un mierda y que ahora mismo estoy pensando en que anoche... Oh mierda.

—Mientes.

—Si eso quieres creer... —deja la frase en el aire provocándome una sensación extraña, preguntándome qué mierda pasó anoche realmente.

—Mientes, Johnson —es lo único que sale de mi boca, lo único que soy capaz de decir al ver su espalda desaparecer al cruzar la puerta.

Salgo de la cocina y me dirijo al salón, tomo el mando de la tv y me dejo caer en el sofá, reviso mi celular mientras se enciende y me encuentro con mi reflejo porque el maldito se quedó sin batería. Me acomodo quedando de lado y me dispongo a ver tv, tranquilamente, un viernes por la mañana.

—¡Aleisha! —¿Tranquilamente dije? Vivir con Jake Evans es de todo menos tranquilo —¡Te estoy hablando! —me quejo poniendo un cojín en cabeza, ignorándolo —¡ALEISHA EVANS!

—¡¿Qué putas mierdas quieres, Evans?! —grito desde mi lugar, hostigada por su insistencia.

—¡Me bajas ese tono, mujer! —sonrío divertida, aunque él no pueda verme —¡Ven un momento a mi habitación!.

—¿¡Me conviene!?.

—¡Solo sube y ya!.

—¡No iré! —respondo poniéndome de pie.

—¡Ven!.

—¡No! —subo con agilidad los peldaños, intentando hacer el menor ruido posible.

—¡No te lo estoy preguntando!.

—¡No iré de todas maneras! —corro los pocos metros y llego finalmente a la puerta de la habitación de mi hermano.

—¡Aleisha ven e-

—¡¿QUÉ?! —y entro, abriendo la puerta bruscamente.

—¡AAAAH! —chilla dejando caer el cigarrillo al suelo.

Oh, no es un cigarrillo

—¿Qué mierda quieres?.

—¿Puedes alguna vez en tu vida ser una persona normal? —pregunta bajando la mano que hasta el momento tenía en el pecho.

—Habla —ordeno cerrando la puerta y apoyándome en ella luego.

—Llevaré a Johnson al BludRoom —dice recogiendo lo que anteriormente había dejado caer.

Miro al rubio y me lo encuentro en la cama, con un balón de basketball, este me sonríe y a modo de saludo lleva sus dedos índice y del medio hasta la frente, provocando mi ceño fruncido. ¿Qué mierda acaba de hacer?

—¿Seguro? —mi hermano asiente —Se me hace muy débil y cobarde para que lo lleves ahí.

—A mi también —concuerda mientras yo sigo estudiándolo con la mirada.

—¡Hey! —se queja —No soy cobarde ni mucho menos débil.

—¿Puedes venir un momento? —le pregunto, ignorando completamente al rubio. Jake se para de su silla y me sigue hasta salir de la habitación —¿Estás seguro de esto? Sabes como son allí, sabes lo que es estar metido en el bludroom, entras pero no sales, al menos no sin un rasguño.

—Lo sé, lo sé, pero él quiere...

—Jake —suspiro —¿Y si los delata?.

—No lo hará.

—¿Cómo estás tan seguro?.

—Intuición —levanto mis cejas, sorprendida, como si fuera un chiste.

—Jake, él tiene familia, hermanas, hermanos, incluso tiene a su madre, ¿vale la pena realmente?.

—Acordamos que será mi socio hasta que tenga un buen montón y poder pagar una carrera, luego de ello se alejará completamente.

—¿Y tú? —pregunto sintiendo la desesperación adueñarse de mi cuerpo —¿Qué mierda pasará cuando este idiota intente salir vivo de esto? Si sale entero, ten por seguro que tú pagarás las consecuencias.

—Las cosas han cambiado desde la muerte de Homero —me mira atento al pronunciar su nombre, a lo que yo solo muerdo mi labio con fuerza —Todo estará bien, hermanis.

—¿Lo prometes?.

—Lo prometo.

—¿Qué prometes? —evita mi mirada y sé que hay algo más que me está poniendo los pelos de punta —Quiero oírlo salir de ti mismo antes de que lo averigüe.

Pasan tensos segundos de silencio hasta que lo dice
—Antes de morir, este idiota vendió una gran parte y toda la ganancia que debía dársela al jefe... La escondió, nadie sabe en donde ni cuanto es... —Jake cierra sus ojos con fuerza, cabizbajo —Nos acusaron de cómplices sólo por ser sus jodidos amigos, el jefe le creyó el puto cuento a Jonathan y nos ha amenazado. O le pagamos toda la puta mierda que se llevó Homero o lo pagamos con... —sus palabras se cortan, dejando una frase al aire, pero no hace falta que la complete, sé lo que sigue y duele como una puta mierda el solo pensarlo.

—Por mi jodida culpa —gruño sintiendo las lágrimas en mis ojos.

—No, no —dice apresuradamente mi hermano —no fue tu culpa, Aleisha —me abraza, acariciando mi espalda.

—Yo lo conocí, yo te lo presenté.

—Pero fue mi decisión meterme en eso. Nada es tu culpa, hermana, nada.

Desde la habitación de Jake se escucha un ruido, como si algo hubiese caído. Ruido que nos hizo volver al presente.

—¿Y qué con ese? —me separo limpiando mi rostro —¿Por qué se va a meter en esto? porque no me creo el cuento de que solo para pagar una carrera, eh.

—Dos razones. Esa fue una de ellas, la segunda es porque su madre está hundida en deudas y la quiere ayudar. Y me ha caído como anillo al dedo.

—¿Por...?

—Porque debemos ir a lugar, lejos de aquí.

—¿Dónde, por qué?.

—Orden del jefe —suspira profundamente antes de depositar un beso en mi sien y volver a su habitación.

Y es cuando comienzo a unir piezas y lo proceso todo.

—¡¿Me quedaré con este idiota?!.

Continua a leggere

Ti piacerà anche

21.5K 862 18
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
371K 37K 20
Thea viaja a la otra punta del país como estudiante de intercambio y la familia que se ofrece a acogerla es una que ella conoce bien. Erik, el único...
26.3K 918 42
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
26.9K 5.4K 42
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...