Su corazón latía exasperado, por un momento, Liviana pensó que sus piernas fallarían y caería ahí mismo.
-Papá...
-¿Por qué no me lo habías dicho Liviana?
Ahora se sentía culpable, no quería decirle a su padre que estaba embarazada, aún no, sabía que sería el primero en llamar a Marcus y exigirle que anulara el proceso de divorcio y que se responsabilizara por ella y por el bebé.
-No te lo había dicho porque sabía que llamarías a Marcus y le exigirías que se responsabilizara.
-Supones bien, tu esposo debe responsabilizarse, es su hijo.
-Yo se lo diré hoy, quiero que él se responsabilice por su cuenta, no por obligación - expuso Liviana -, pero ahora que lo sabes, por favor, no le digas nada, esta noche le diré
Lord Henry respiró y miró a su hija desde su silla de ruedas, esta contaba con dos ruedas grandes y una pequeña. Henry asintió no muy convencido, pero era lo mínimo que podía hacer, tenía que estar bien con su hija.
-Está bien, dejaré que lo resuelvas tú.
-Gracias - dijo ella y en ese mismo instante Marcus llegó al hall uniéndose a ellos.
-Nos vamos.
Al llegar a la residencia fueron recibidos por la ama de llaves de lady Lilian, en el salón habían varias personas, todos muy amigos de la familia, entre ellos los amigos de Marcus y sus padres. Lord Henry enseguida fue acomodado muy a gusto junto a su mejor amigo, Alexander Livingston, padre de Marcus.
Lady Lilian llegó a ellos y saludó muy eufórica a Liviana y a Jayne, y luego a su hijo.
-Estás preciosa Liviana - alagó lady Lilian sonriendo -. Y tu mi querida Jayne estás igual de hermosa, estoy segura de que si te hubieses quedado en Londres, hubieras encontrado un buen esposo, no como el idiota y patán de lord Christian Evans, ahora entiendo porque mi hijo y él son muy amigos.
Liviana y Jayne no pudieron evitar reír al escuchar las palabras de lady Lilian, y en cierto modo tenía razón, eran muy parecidos en ese aspecto.
-Tiene mucha razón lady Lilian, ambos son muy idiotas, y disculpe mi falta de respeto, pero su hijo es más idiota, aunque no niego que el Marqués de Winchester es un imbécil de primera - comentó Jayne sin importarle que Marcus estuviese presente, quería recordarle todo lo que le había hecho a Liviana, lo único que Marcus pudo hacer fue reír, sabía que Jayne tenía toda la razón.
-No querida, no es ninguna falta de respeto decir la verdad. Por cierto, tus padres están aquí, ¿no quieres hablar con ellos? - Jayne miró en dirección a donde se encontraban los duques de Devonshire, quienes hablaban muy animadamente con el vizconde de Midleton, sabía que algún día tenía que enfrentarse a ellos, pero no sería ahora, y menos cuando ellos sabían que ella estaba en Londres y no se habían inmutado en visitarla o en invitarla a la que había sido su casa años atrás.
-No, aún no deseo un encuentro con ellos - respondió sonriendo débilmente, no podía negar que sí los extrañaba, al fin y al cabo, eran sus padres -. ¿Pero sabe si mi hermano Leo está aquí?
-Sí, ambos están aquí.
-¿Logan también? - Liviana miró rápidamente hacia salón buscando a lord Logan, y lo encontró hablando con lord Anthony y lord Leonardo, algo que no pasó desapercibido para Marcus.
-Sí, llegaron primero que ustedes. Los dejo, voy a saludar a la condesa de Chester.
-No te quiero cerca de Logan - dijo Marcus apenas su madre estuvo lo suficientemente lejos.
-¿Qué?
-Ya lo dije Liviana, lo quiero bien lejos de ti - concretó Marcus.
-¿Estás celoso? - preguntó Liviana sonriendo.
-Sí - respondió sin un atisbo de duda dejando a Liviana y a Jayne sorprendidas por su declaración.
Lord Anthony llegó a donde se encontraban ellos y saludó a Liviana y a Jayne educadamente y luego a su amigo. Luego empezaron a conversar animadamente, pero Marcus fruncía el ceño de vez en cuando al ver como Liviana reía felizmente por la conversación que mantenía con su amigo y Jayne, casi lo habían excluido de su círculo. Ya empezaba a sentir celos de su propio amigo. Lord Leonardo, hermano de Jayne también se unió a ellos, y más tarde lord Christian, pero este último solo pasó a saludar, para luego acercarse a Marcus e ir ambos por una copa de Whisky escocés y observar como las dos mujeres robaban toda la atención de sus amigos.
-Buena velada - dijo lord Christian mientras bebía de su copa.
-Estoy de acuerdo contigo - respondió Marcus sin despegar los ojos de Liviana, de hecho, no podía ni quería, estaba realmente hermosa esa noche, y no sabía que era pero la veía con un brillo diferente, quería seguir admirándola toda la noche, y cuando llegaran a su residencia la tomaría y le haría el amor como un loco, así lo traía ella, loco -. Aunque ya estoy desesperado por salir de aquí.
-¿Por qué? - preguntó su amigo quien de vez en cuando también miraba a cierta dama que estaba al lado de Liviana.
-¿Hasta cuándo lo seguirás negando Christian? - preguntó Marcus evadiendo su pregunta.
-No te entiendo.
-Lo sabes perfectamente. ¿Seguirás negándote ser feliz?
-Me voy a casar Marcus - mencionó su amigo bebiéndose todo el contenido de su copa.
Marcus lo miró sorprendido sin creer en sus palabras.
-No te creo, odias el matrimonio, tanto así que preferiste humillar y deshonrar a la mujer que amas.
-Es diferente ahora, tengo que tener una esposa para compartir mi título y tener un heredero.
-Bien, eso lo entiendo, ¿y por qué no lo haces con Jayne? Al fin y al cabo la amas, ¿no?
Lord Christian lo pensó y no puedo evitar mirarla.
-No, eso quedó en el pasado, ya somos adultos y tenemos que tomar decisiones más grandes y difíciles - respondió él y Marcus lo miró sin creerle aún, sus palabras sonaron demasiado falsas para no darse cuenta -. Estoy cortejando a una dama, recién debutó en esta temporada, es hermosa y su dote es buena, la joven es perfecta para ser la Marquesa de Winchester, y para que me dé varios herederos. Aún no lo he hecho público, pero no tardaré en dar la noticia de mi compromiso.
-¿Bueno y se puede saber quién es la dama? -preguntó Marcus.
-La revista de lady Kennt lo divulgó hace unas semanas.
-No leo esas cosas, se las dejo a las mujeres - respondió Marcus -. Sabes que le romperás el corazón, más de lo que ya está, claro.
-Mira quien vino a hablar de romper corazones - dijo lord Christian y Marcus lo fulminó con la mirada, aunque estaba claro de eso, pero tenía que seguir adelante.
-Como amigo y hermano te digo que lo pienses bien, porque cuando quieras darte cuenta y no aguantes vivir en la infelicidad sin la persona que quieres a tu a lado, será demasiando tarde para querer recuperarla o mantenerla junto a ti.
-¡Wow! ¿Lo dice quien juró hacer de su matrimonio muy miserable?
-Y creo que el miserable terminé siendo yo - dijo Marcus -, sé que en gran parte, estás haciendo esto por tu padre, pero no tienes que obedecerlo en todo. Tú eres quien tiene el poder ahora, Christian. Solo piensa en eso.
Lady Lilian llegó a donde estaba Marcus muy enfadada, interrumpiendo la conversación entre ellos.
-¿Qué pasa mamá? - preguntó Marcus al verla frente a él.
-La invitación era muy clara querido - le dijo a su hijo y Marcus la miró confundida.
-Lo sé.
-¿Entonces por qué invitaste a lady Emma?
-¿Qué yo qué? ¿Pero de qué hablas?
-Mira - lady Lilian señaló a lady Emma que estaba de lo más normal conversando con otras damas muy parecidas a ella.
-Mamá yo...
-No tienes justificación Marcus, ¿acaso quieres seguir humillando a tu esposa? - el miró a Liviana quien no se veía muy feliz, sus ojos estaban apagados y todo era por su culpa, pero realmente no había traído a Emma- ¿Qué van a decir de ti, de nuestra familia?
-Mamá pero...
-¡Cállate Marcus! Solo te aviso que tu padre se enfadará muchísimo cuando vea a lady Emma aquí.
Lady Lilian dejó a Marcus atrás sin darle la oportunidad de defenderse.
-¿En serio la invitaste? - preguntó lord Christian y él negó con la cabeza.
-Claro que no, más bien quiero deshacerme de ella, pero insiste en quedarse.
Lady Emma ya empezaba a ser un dolor de cabeza.
Lady Lilian estaba decidida a tener una conversación seriamente con su hijo y su esposo, y por supuesto, tenía que presionar a Liviana para que le dijese por fin a Marcus, que esperaba un hijo suyo.
Liviana se apagó apenas notó a lady Emma, aunque no se había acercado a Marcus todavía, pero sentía que él la estaba engañando, jugando con ella, pero siempre fue así, realmente no sabía cómo sentirse. Se apartó de su amiga dejándola conversar con su hermano Leo y salió al jardín de la residencia, necesitaba aire fresco y tomar fuerzas para enfrentarse a Emma.
-Buenas noches - Liviana no se sorprendió cuando escuchó la voz de lord Logan.
-Lord William.
-Solo Logan, si vas a ser mi esposa en un futuro tienes que llamarme por mi nombre, ¿no crees? - indicó él y Liviana se sintió mal por tener que decirle que no podía ser su esposa.
-No... yo no... lord William - suspiró hondo mientras él la miraba con el ceño fruncido esperando a que ella hablara -, no puedo casarme contigo... lo siento.
-¿Qué? - Logan no podía creer lo que escuchaba, ¿después de haber aceptado ahora lo rechazaba? - ¿Por qué? Liviana...
-No... no podemos casarnos, no podría hacerte algo como eso... te mereces algo mejor que yo, no soy la mujer ideal para ti, ya estoy mancillada por otro y... -tuvo que callar, no podía decir que estaba embarazada.
-Sabes que eso no me importa, ya te lo he dicho - dijo desesperado -, te prometo que conmigo serás feliz, sé que aún quieres a Marcus, pero yo quiero luchar para que sea a mí a quien tú ames, porque yo sí te amo.
-No lo entiendes... - le dio la espalda caminando dos pasos lejos de él, pero sintió su presencia tras de ella.
-Entonces explícame, Liviana, es algo que no entiendo, ya me habías aceptado, ¿qué pudo pasar para que me rechaces ahora?
-Yo... - Logan la tomó de los hombros y la hizo girar para qué lo mirase a los ojos y así poder entenderla mejor, Liviana no podía negar que lord Logan era muy guapo, alto, ojos claros y cabello castaño casi rubio, un rastro de barba que lo hacía ver aún más guapo y varonil, sí, cualquier dama quisiera casarse con él, pero para ella solo había uno en su corazón.
-Dime Liviana - demandó él mirándola seriamente -. ¡¿Por qué?!
-¡Porque estoy embarazada! - gritó fuera de sí por la presión en la voz de Logan, después fue consciente de lo que acababa de decir y se alejó de él.
-¿Qué? - Logan estaba sorprendido, furioso. Iba a matar a Marcus - Lo voy a matar, él tiene que responder por ese bebé, ahora más que nunca lo voy a matar por dejar toda esa responsabilidad en tus manos.
-¡No! él no... Marcus no lo sabe... no le he dicho.
-¿Por qué? - preguntó.
-Se lo diré hoy, cuando lleguemos a la residencia - dijo Liviana -. Yo siento mucho haberte ilusionado al aceptar tu propuesta, pero no puedo amararte de esa forma, no puedo condenarte a eso.
-Es mi decisión, yo te amo, quiero que seas mi esposa, si Marcus no supo valórate yo sabré hacerlo.
-No...- ya no sabía cómo decirle que no quería casarse -... tengo el plan de irme con mi padre a vivir al campo, me gusta y será un buen lugar para criar a mi hijo. Y tú deberías de buscar a alguien que te quiera como se debe.
Se acercó más a ella mientras miraba sus labios, Liviana lo miró sorprendida, pero cuando quiso alejarse no pudo, los labios de Logan estaban pegados a los de ella.
¡Logan la estaba besando!
E.J. Black
XXXII