Marcos había leído tantas veces los mensajes de Cristián que incluso se los sabía de memoria.
“Hola. Quizá te extrañe que te escriba. Quiero disculparme por mi actitud y mis palabras del otro día. Estuvo completamente fuera de lugar. En mi defensa, realmente me sorprendió. El problema no eres tú, ya sé que suena cliché. No hay nada malo contigo, no es tu culpa ser hombre. Es decir, yo también lo soy. Quizá ese sea el verdadero problema. No sé. Lo que intento decir es que yo buscaba una mujer, necesito una cita para la boda de mi hermana y... Soy idiota, eso ya lo sabes, no tengo que decírtelo. Te lo demostré en el café. Pero soy el tipo de idiota que se equivoca y pone en intereses "Hombre" creyendo que se refería a mí. Nunca busqué conocer a un chico, así que me sorprendió que tú lo fueras. Pero lo que tuvimos...es decir, las conversaciones, me refiero las conversaciones, esas fueron reales. Me caes bien y sé que te gusto, lo dijiste antes, pero te referías a algo diferente. Lo sé. Como amigos o algo así. Y creo que ser hombres ambos no nos impide serlo. ¿Recuerdas que te dije al inicio, que sólo buscaba alguien para conversar? Eso sigue en pie.”
Después preguntaba si podían ser amigos.
Pero lo peor –o lo mejor; no podía decidirse– era el final: “Sé que soy un idiota, pero no me gustaría perderte”.
Y probablemente él era más idiota todavía por estar considerando decirle que sí.
¿Y es que por qué, a pesar de todo, seguía causándole tanta ternura la torpeza de Cristián?
Debería odiarlo, bloquearlo y olvidarlo... Pero no podía. No era tan fácil.
* * * * *
Mar, Marcos, solía contestar siempre rápido. No como él que a veces se olvidaba de responder durante horas o incluso días. En ocasiones pensaba que ya había respondido para después darse cuenta que nunca lo había hecho. O se decía “en un momento” y eso se convertía en casi todo el día.
Pero no Mar, ella... Él, él casi siempre respondía al instante. Así que la ausencia de respuesta ya decía mucho.
Y no podía evitar esa horrible sensación en su estómago al pensar que la... Agh. Lo había perdido.
Pensó en escribir, algo que seguramente no se publicaría porque ahora lo tendrían más vigilado, pero no se sentía con ánimos suficientes para hacerlo. Y es que para escribir hay que sentir cada letra, que cada palabra venga de tu corazón, meterte tanto en lo que la tinta está diciéndole al papel que tus gestos lo imitan. Y ahora mismo su corazón no estaba ni siquiera con él.
En alguna ocasión él había leído algo sobre el olvido. Decía que no es dejar de recordar, no es pretender ser amnésico al respecto, no es como tener Alzheimer; el olvido es un espectro del recuerdo, uno en el que simplemente aceptas que eso ya lo perdiste.
Pero él no podía obligarse a aceptar que había perdido a Mar.
Que nunca volverían a hablar, que no habría más sonrisas como cuando una invitación a salir se convirtió en una charla sobre asesinos seriales, que su ser no estaría en paz con sólo saber que había alguien esperando por él... aunque fuera al otro lado de la pantalla.
No sabía si algún día estaría conforme con la idea de nunca volver a verl...o.
¿Y por qué demonios se sentía así?
Se odiaba a sí mismo por no entender la revolución de emociones que ahora mismo lo llenaban.
Al anochecer empezó a perder la esperanza.
Empezó a escribirle a Johnny... sólo para recordar que ya ni siquiera sabía si seguían siendo amigos. Pensó en llamar a su hermana, pero seguramente ella preguntaría por su "chica perfecta" y no iba a saber cómo responder a eso; porque esa chica perfecta resultó ser un chico.
Tenía ya un "Por favor" listo para mandárselo a Mar... Marcos, pero no tuvo el valor de enviarlo. Debía saber aceptar un "no" cuando era lo que la otra persona decidía. No es no; aunque duela.
Y cómo dolía. Maldita sea.
Así que sólo quedaba una opción...
Cristián: Hola.
Hizo una mueca después de enviarlo. Todavía se sentía extraño escribirle a un chico que había conocido en una aplicación de citas donde, esta vez no por error, marco "ambos" como intereses.
Arturo: ¡Hey, chico hetero! Pensé que no volvería a saber de ti. Me alegra haberme equivocado.
Cristián también había pensado que todo se quedaría en una sola e interesante conversación –a pesar de que realmente la disfrutó–, pero aquí estaban.
Cristián: No me llames así.
Unos segundos después llegaron incontables emojis riéndose.
Y luego otros pocos más.
Arturo: 🤣🤣🤣
Arturo: ¿Quién te entiende, cariño? Lo primero que me dijiste es que no eres gay, después rechazaste ser heterocurioso, y ahora que te llamo hetero así sin más también te molesta.
Arturo: Eres sumamente complicado. ¿Te lo han dicho antes?
Cristián gruñó.
Cristián: Lo sé.
Hubo un par de minutos sin respuesta.
Arturo: Muy bien, que sepas que acabo de dejar mi capítulo a medias y no sabremos si la humanidad sobrevive a la inminente invasión extraterrestre. ¿Y todo sabes por qué? Porque la protagonista se niega a irse con el alienígena al que su destino está unido, aun cuando estas alianzas llevan siglos sucediendo y es la única razón por la que la Tierra lleva milenios en paz con el resto del universo.
Arturo: Bueno eso y que yo, que soy excelente leyendo a los demás, veo mucho en esas dos palabras. Así que suéltalo. Soy todo tuyo.
Cristián se mordió el labio inferior. Muy tentado a preguntar más sobre esa historia porque parecía realmente interesante...
Tuvo que sacudir la cabeza para alejar esas ideas y centrarse en lo realmente importante. Aunque hizo una nota mental para averiguar sobre esa historia más adelante y ver si Arturo estaría dispuesto a compartir algunos capítulos con él.
Al final lo contó todo, absolutamente todo. No tenía nada que perder, nunca conocería al tal Arturo y además él no iba a juzgarlo.
Cristián: ...entonces hablamos durante un mes, pero yo creí que era chica. No pueden culparme por reaccionar así.
Era un texto enorme, así que tenía sentido que esta vez la respuesta tardara en llegar. Aunque le molestó un poco que fuera tan corta.
Arturo: En realidad, sí.
Cristián: No. No pueden. Tú y él no lo entienden porque son gays.
Arturo: Yo soy bi, pero esa no es la cuestión aquí. Mira hasta acá, y sin necesidad de tenerte frente a mí, puedo ver tu confusión y la lucha contigo mismo. Pero este chico, Marcos, nunca te mintió. Su información estaba ahí, disponible para que la leyeras. Nunca, en ningún momento, mencionó ser mujer.
Cristián: Pero...
Arturo: Y lo más importante es que ustedes no salieron en plan romántico, Cristián. Por lo que entiendo, ambos buscaban simplemente conocer a alguien, pero no para una relación o para terminar en la cama. Querían ver qué pasaba, probaron suerte esperando encontrar a alguien interesante al menos para hablar, para conversar. Y aunque no lo creas, muchos simplemente buscamos eso: una distracción.
Cristián se negó a aceptarlo.
Cristián: Mar dijo que yo le gustaba. Varias veces. Y fue la primera en mencionar conocernos.
Arturo: El primero*
Arturo: Y sí, muy seguramente lo dijo. Igual que yo podría decirlo ahora porque es agradable charlar contigo, aunque seas tan necio. Puedo escribirte hoy, mañana o la siguiente semana "Me gustas" y no tiene porque ser físico, sexual o incluso romántico. Muchas personas en la vida nos van a gustar, Cristián, y son esas a las que querremos conservar cerca de nosotros. Pero eso no quiere decir que seremos más que amigos. Mis amigos me gustan, me gustan como personas, me gusta su carácter, me gusta su valentía, puede incluso gustarme un rasgo físico de ellos. Sólo hay que saber diferenciar un platónico "Me gustas" de un "Me gustas como para conocernos más y ver si podemos tener una relación distinta".
Arturo: Así que sí, por supuesto que se entiende tu sorpresa porque no esperabas a un chico, porque tus expectativas se rompieron, pero eso no fue culpa de Marcos y no se merecía semejante trato.
Arturo: Ambos dijeron que les gustaba esa química que encontraron, estaban cómodos el uno con el otro y sus conversaciones. Y de nunca haberse atrevido a conocerse en persona, habrían cultivado una amistad a distancia. Así que ¿por qué enojarte su tu amiga en línea resultó ser un amigo? ¿O es que los heterosexuales, o como quieras llamarte, no tienen amigos hombres?
El último mensaje llegó unos minutos después.
Arturo: Dímelo porque si es así, lo reclamo para mí. Acabo de googlearlo y, diooosss, es hermoso. ¡Mira ese maquillaje! ¿Y dices que además es agradable y se tomó con humor que sospecharas que era un asesino serial? Definitivamente lo quiero para mí y quiero conocerlo. Y no, Cristián, no quiero acostarme con él o incluso ser su novio. Me bastaría una buena charla y quizá que me maquille un par de veces.
No supo por qué, pero eso lo molestó demasiado.
Es que Arturo no entendía.
Nadie lo entendía.
Gruñó, salió de la aplicación y apagó el móvil.
* * * * *
Se le hizo tarde para ir al trabajo al día siguiente porque, ajá, no recordó encenderlo de nuevo y la alarma no sonó.
Afortunadamente su reloj biológico lo despertó y sólo llegó diez minutos tarde.
Puso a cargar el celular en la oficina y no lo revisó hasta la hora del almuerzo.
Tenía dos mensajes.
El primero lo hizo poner los ojos en blanco:
Arturo: ¿Te molestaste, chico incógnita?
La sonrisa que le provocó se esfumó al leer el segundo:
Mar: Hola.
Las manos le temblaron y el corazón se le aceleró.
¿Era un “Hola, sí podemos ser amigos”?
¿O un “Hola. Te odio por hacerme sentir mal, pero soy lo suficientemente maduro para responder tu mensaje y decirte de manera civilizada que no”?
¿Y qué demonios iba a hacer si era la segunda?
Pensó en al menos cinco respuestas diferentes, y mínimo dos de ellas eran preguntas directas, pero al final escribió algo muy... Cristián.
Cristián: Hola.
* ~ * ~ *
Hola, ¿cómo están?
¿No me digan que no aman a Arturo?
Dato curioso: la trama que cuenta Arturo es de una de las primeras historias que escribí 🙈, aunque nunca la subí a Wattpad 😂
Ahora sí. Ya sé que muchos dicen que Mar no debería aceptar esa amistad, que Cris no lo merece, que no le hará bien... Pero la verdad es que toda relación (no sólo las amorosas) son un riesgo, todos comeremos errores, a veces hay que perdonar y saber que los caminos ya se separaron y en otras ocasiones hay que intentarlo de nuevo aunque ya no sea igual. Y ya sea que funcione o no, fue nuestra decisión. Yo creo que todos ustedes en algún momento hicieron algo que sabían que les iba a doler, en el fondo sabían que no era lo correcto, pero igual lo hicieron. Y a veces las cosas salen tan bien que el dolor valió la pena; y si no es así, al menos te queda la experiencia y no te preguntas toda la vida "¿Y si...?". Así que si la respuesta de Mar es que sí, espero no nos insulten 😅