Besos de Medianoche 1: Design...

By valen27laborde

38.1K 4.9K 4.5K

Sexo, amor o romance, la agencia de acompañantes "besos de medianoche" tiene todo lo que usted desee; ¿Pero l... More

Capítulo 1:
Capítulo 2:
Capítulo 3:
Capítulo 4:
Capítulo 5:
Capítulo 6:
Capítulo 7:
Capítulo 8:
Capítulo 9:
Capítulo 10:
Capítulo 11: Viaje al pasado
Capítulo 12:
Capítulo 13:
Capítulo 14: Viaje al pasado
Capítulo 15:
Capítulo 16:
Capítulo 18
Capítulo 19:
Capítulo 20:
Capítulo 21
Capítulo 22:
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26:
Capítulo 27:
Capítulo 28

Capítulo 17

1.1K 176 308
By valen27laborde

Cuando Dorian salió finalmente del lugar, la actitud de Margarita cambió de forma abrupta. Algo que Daphne ya había previsto.

La anciana mujer se cruzó de brazos y la enfrentó, con una mirada severa en sus ojos grises.

-¿A qué juegas con Dorian?-gruñó la mujer.

El rostro de Daphne no se inmutó ante la frivola acusación de la mujer, sin embargo ella entendía su preocupación.

-No juego a nada con él, simplemente me pareció que necesita una amiga... sin ofender-contestó Daphne tomando lugar en la mesa de la cocina.

Al oír aquellas palabras, el cuerpo de la mujer pareció relajarse al mismo tiempo que dejaba salir un largo y profundo suspiro.

-Lo lamento querida, es que Dorian tiene un corazón muy grande y sensible. Odiaría que alguien lo lastimara de nuevo-contestó Margarita, sus ojos volviéndose cristalinos ante el avance de las lágrimas.

La mujer se acercó a Daphne y tomó lugar frente a ella, otorgándole una cálida sonrisa genuina.

-Podría contarme sobre la relación que tuvo Dorian con Elena, tengo la impresión que la defiende demasiado y me gustaría una visión más neutral-pidió Daphne metiendo la mano en su bolsillo y sacando un paquete de pañuelos descartables, los cuales extendió a la mujer.

-¿Que la defiende demasiado? Por Dios, esa mujer es el maldito demonio y tiene sus sucias garras clavadas en Dorian, ante sus ojos él no es más que basura-escupió la mujer.

Daphne se dió cuenta que quizás no obtendría la visión neutral que buscaba, pero sin duda alguna le agradaba la forma en que Margarita describía a Elena.

-Es una maldita perra narcisista y egocéntrica, ella quiere tener al mundo a sus pies sin importarle nada.-continuó diciendo la mujer, las lágrimas comenzaron a desaparecer de sus ojos, reemplazadas por un creciente odio-Durante mucho tiempo, Dorian fue su juguete favorito, hasta que se aburrió y comenzó a jugar con Jackob, pero esa perra no es capaz de dejar libre a nadie que cae en sus encantos e incluso a día de hoy estoy segura que lo sigue seduciendo en el trabajo-dijo finalmente ella.

Las palabras tomaron por sorpresa a Daphne, al parecer esa información no había sido revelada ni por Dorian, ni por su propia agencia de investigación. ¿Qué demonios había ocurrido?

-¿Como que siguen trabajando juntos?-preguntó ella incapaz de esconder su asombro.

-Si, ella va de vez en cuando fingiendo estar insegura de su relación con Jackob, claro que todo es un show para mantener a Dorian bajo su zapato-contestó ella con amargura.

Dorian estaba solo en las fauces de un lobo feroz y hambriento, no tenía forma de defenderse de Elena, de sus viles trucos de seducción y sus dramas amorosos bien orquestados.

Mierda, todo progreso posible estaría arruinado si él caía en su juego.

A toda velocidad, el cerebro de Daphne comenzó a trabajar e ideó un plan para volver el encuentro de aquel día en su contra. Porque no cabía duda de que Elena iría al trabajo, a reclamar el premio que le fue robado.

-Margarita, por favor podrías prepararme lo más rápido posible la comida favorita de Dorian. Será para llevar-dijo ella, poniéndose de pie.

Margarita le dedicó una sonrisa lupina, comprendiendo a la perfección su plan.

-Será un placer-ronroneó en respuesta la mujer, apresurandose a sacar ingredientes de las alacenas.

Daphne se limitó a asentir con la cabeza antes de adentrarse al pasillo, preparándose para vestir su traje de guerra.

La hermosa mujer apagó el ronroneante rugido de la moto color noche, frente al enorme edificio de la corporación Fleyman.

Se retiró el casco a juego con el vehículo y sonrió a todo aquel que era atraído por aquella sensual imagen.

Vistiendo jeans negros y ajustados, botas bajas de taco fino, y una remera blanca de escote pronunciado, ceñida y olgada en las partes que debía serlo, la mujer parecía sacada de un sueño maravilloso.

Pavoneando su figura, consciente de sus encantos y rebosando seguridad, Daphne ingresó al edificio, yendo directo hacia un atónito recepcionista quien la miraba fascinado.

-Hola ¿Cuál es el piso de Dorian Fleyman? Le traje su comida-ronroneó ella, mordiendo sus carnosos labios.

El recepcionista observó la acción, se puso colorado al instante y con la voz temblorosa logró decir «dieciocho».
Daphne le dió las gracias acompañado de un pequeño guiño de ojo, el cual casi hace desmayar al hombre.

Hombres, tan fáciles de dominar y persuadir, solo hacía falta la confianza suficiente para ponerse por encima de ellos, como si fueras un maldito Dios y simplemente ellos se arrodillarian.

«No todos» se recordó a sí misma mientras marcaba el número dieciocho en el ascensor.

Luchó y alejó el pensamiento de un hermoso hombre, quien la había llevado al mismísimo infierno a cambio de una bizarra y deformada muestra de amor.

«Olvídate de él, no existe en esta nueva vida... ahora tú eres Daphne, la novia del millonario Dorian Fleyman» se recordó a sí misma, recordando la nueva vida que tenía, aunque fuera de mentira y temporal, era mejor eso que recordar su pasado.

Las puertas del ascensor se abrieron y ella avanzó por el lugar con el mentón en alto, atrayendo las miradas de todos a su alrededor. Caminó con confianza entre los cubículos, directo a la última oficina del lugar, la cual supuso, era de Dorian.

Estaba a medio camino cuando escuchó a sus espaldas una sensual voz masculina que la llamaba.

-¿Daphne, qué haces aquí?-interrogó Dorian con un manojo de papeles en sus manos.

A su lado, como ella lo imaginó, aparecía la radiante figura de Elena observándola con desdén y apatía.
Daphne la ignoró y caminó hacia él, depositando un cálido beso en su mejilla a escasos centímetros de sus labios.

La confusión y vergüenza brillando en sus ojos, él le había mentido por omisión. Su rostro era similar al de un niño al que encontraron robando galletas; sin embargo ella no estaba enojada con él, en realidad estaba preocupada por saber qué tan profundo había clavado sus sarpas Elena en él.

-Te quise pasar a visitar y traer tu almuerzo-contestó ella con dulzura, haciendo que todos en la oficina observaran asombrados la escena.

-Ya tiene el almuerzo, lo acabamos de ir a comprar juntos-dijo Elena.

Daphne volvió a ignorarla, pero no se le escapó la palabra "juntos", Elena no era ninguna tonta y sabía que palabras utilizar para sembrar las semillas de la discordia entre ellos.
Pero Dorian y ella no eran una pareja real, por eso jamás funcionarían tales tácticas.

-¿Acaso es pasta con salsa de queso?-preguntó asombrado y maravillado él, sacando la comida del paquete que ella le ofreció.

Al parecer Margarita tenía razón sobre los gustos de Dorian, podría parecer pretencioso y elegante, pero en el fondo se emocionaba con las cosas simples.
Podría haber suspirado de alivio, él se veía bien y sin ninguna señal de alarma relacionada con la arpía a su lado; aún así necesitaba hablar con él al respecto y aclarar aquel asunto.

-Si, la hice yo misma-mintió ella.

Dorian se inclinó y besó su mejilla en agradecimiento, exponiendo su relación para todos los presentes quienes no podían creer lo que presenciaban sus ojos.

-Ya regreso chicas, llevaré esto a la oficina así no se enfría-dijo Dorian antes de salir caminando por el pasillo de escritorios con una enorme sonrisa de emoción en sus labios.

Las dos mujeres se quedaron solas, paradas una frente a la otra, haciendo que ignorarse se volviera imposible. Al parecer a su alrededor, todos fingían trabajar, cuando en realidad hacían su mayor esfuerzo por escuchar cualquier palabra que saliera de sus bocas.

-Este fin de semana será mi fiesta de compromiso público, te invitaría pero viendo cómo vistes, estoy segura que por las noches tienes que "trabajar"... No es nada personal, tú me entiendes-dijo Elena con falsedad en su voz lo suficientemente alto para que todos la escucharan.

Prostituta, Elena la había llamado, de forma indirecta, una puta. Eso no se lo iba a perdonar ni dejaría pasar la oportunidad.

-Las que tienen cuerpo hacen lo que quieran con él, las que no, se limitan a insultar a las demás para sentirse menos inferiores de lo que son-ronroneó en respuesta Daphne-en cuanto a la fiesta de compromiso, iré con Dorian si es que tiene ganas de salir de la cama. Ya sabes lo mucho que le gusta hacer el amor durante largas horas los días que no trabaja.

El rostro de Elena era una mezcla entre odio, repugnancia y cólera; a su alrededor todos parecían fascinados con la audaz respuesta de Daphne, e incluso observaban a Dorian acercarse a ellas como si fuera un maldito Dios.

Con suerte, la creciente admiración de los demás hacia él, serviría para mejorar su autoestima. Si ese milagro ocurriera, quizás él se daría cuenta de la verdadera persona que era Elena.

-Bueno guapo, me voy así puedes trabajar sin distracciones-dijo Daphne, una palabra de doble filo. Una advertencia para Dorian y una herida punzante para Elena.

-Espera ¿No quieres que te lleve?-se apresuró a decir él.

-Muchas gracias, pero vine en mi moto-contestó ella besando con dulzura su mejilla nuevamente.

Ella pudo leer la pregunta implícita en los ojos de él, envueltas entre el asombro y la admiración.

«¿En verdad sabes conducir motos?»

Daphne se limitó a guiñar un ojo en respuesta y camino pavoneándose hacia el ascensor.

-¡Daphne, está noche cena los dos!-gritó Dorian al mismo tiempo que las puertas del ascensor se abrían.

Ella ingresó en él y con una sensual sonrisa le respondió.

-¡Es una cita!-.

Las palabras salieron en el instante justo que las puertas se cerraron, sin embargo, ella logró ver el rostro compungido de Elena, y los ojos iluminados de Dorian.

Una emoción pasó de forma veloz por su rostro, por lo que ella no logró identificarla.
Sin embargo, no pudo evitar regresar al departamento con una idea brillando en su mente

¿Habrá creído que en verdad era una cita?.

Hola hermosos y hermosas lectores/as, ¿Como están? Espero que bien.
¿Les gustó el capítulo? Este es más extenso que los anteriores, espero no haberlos cansado.

Déjenme saber en los comentarios que les pareció, no olviden votar si la historia les está gustando (ya que esto me motiva muchísimo).
Recomienden la historia a algún amigo/a para llegar a más personas.

Los quiero mucho, un abrazo de oso y nos vemos en el próximo capítulo ❤️.

PD: este capítulo está dedicado a todos los y las lectores de Colombia, mucha fuerza.

Continue Reading

You'll Also Like

456K 29.5K 29
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
10.2K 1.4K 51
Alba es una joven científica. Cruz es el hombre más poderoso de todo un país. Y se odian. Pero ahora, uno necesita del otro para salvarse... Alba es...
2K 95 6
No puedo quítame de la cabeza a esa Titan... Bastó con solo ver sus ojos, para cautivarme.. . . . Esta la primera historia que público. (una de todas...
5.1K 449 29
Todo dice cuando nace un bebé nace un Ángel pero para Jack no fue así le pasó muchas cosas mala oscura hasta ese día donde un tan trágico día el cons...