Tsukishima fue a la cuenta que su amiga le había mandado. Lo ocultaba muy bien debajo de su semblante de hijo de puta, pero era una persona muy curiosa, sobre todo cuando se trataba de cosas que pasaban en la vida de sus amigos.
Encontró la cuenta relativamente rápido y fue a los posts. Justo hace poco había subido uno nuevo.
Tsukishima sonrió. -Bonito. Se quedó viendo la foto y cuando estaba a punto de darle me gusta agitó su cabeza. -¿Qué estoy haciendo? -Pensó agitando la cabeza. Para distraerse se metió a los comentarios.
Sonrió especialmente con el último comentario. Bueno, al menos no era la única persona que pensaba en eso, aunque no sabía por qué se estaba justificando. Su mente había dejado de vagar tanto, pero ver la foto de Yamaguchi le había dejado en donde había empezado.
No era novedad que Tsukishima no era el más experto en los sentimientos, mucho menos en los suyos; no entendía exactamente qué le estaba pasando. Por algún motivo sentía una especie de familiaridad cuando veía a Yamaguchi, pero también sentía algo más que no lograba identificar. Tal vez supiera qué era ese segundo sentimiento si identificará de dónde demonios salió en primer lugar. Sólo había interactuado con Yamaguchi una vez en Twitter, pero siempre que lo veía por la pantalla sentía ganas de abrazarlo.
Tsukishima bajó a los demás comentarios.
Y ahí fue donde Kei se planteó cuántos años le podían dar de cárcel por incendiar propiedad privada. ¡¿Pero cómo puede decir ésto la gente?!
No sabía que manía tenían las personas por comentar sobre el físico de la gente en general, era tremendamente estúpido e infantil, además de que no tiene ningún motivo o logro final.
Frunció el ceño y miró el mensaje con rabia.
-Amigo, de verdad me estás preocupando -Dijo Akaashi que ahora estaba en frente de él. Tsukishima saltó en su lugar y apagó el celular, escondiendo lo que estaba viendo subconscientemente.
-¿A qué te refieres? -Preguntó Kei tratando de esquivar la mirada del pelinegro volteando ver a los otros dos peleando por un bote de agua.
-Bueno, pasaste de ver a tu teléfono con ternura a tener cara de planear un asesinato en menos de un minuto. Puede ser el graduado en psicología en mí, pero eso no es comportamiento normal para tí. -Akaashi se sentó a su lado en el piso.
Tsukishima suspiró. -No me creerías si te dijera que solo estaba viendo una foto de gatitos, ¿verdad? -Akaashi negó la cabeza. Tsukishima llevó sus piernas a su pecho y las abrazó, escondiendo su cabeza en ellas. -Para ser verdad ni yo entiendo qué está pasando.
Akaashi asintió. -¿Quieres hablar de eso? Puede que sacándolo de tu sistema y diciéndolo en voz alta entiendas algo más -Sugirió.
Tsukishima se quedó pensando por unos momentos. -No, mejor no. Estoy seguro que después de unos días se me va a pasar. -Akaashi lo miró preocupado. -No es nada malo, es sólo... No sé exactamente cómo me siento a cerca de algo -Kei explicó y miró a Akaashi, que me devolvía la mirada esperando a que dijera algo más. Tsukishima suspiró de nuevo. -De la nada he empezado a actuar de forma diferente y lo único que ha cambiado fue... Fue sólo una cosa y no entiendo- No debería de sentirme tan diferente, pero no sé de qué manera me siento diferente es sólo... Me siento raro. Sólo lo sé descubrir de esa forma.
Akaashi asintió, pasándole una botella de agua que Tsukishima aceptó. -Bueno, si pasó hace poco es normal que no sepas la respuesta. No sé en qué sentido te sientes diferente o qué fue la cosa que cambió para que tú en particular haya tenido sentimientos de la nada, pero tal vez y con el tiempo todo te quede más claro. Si necesitas hablar de algo puedes hablar con cualquiera de nosotros, ya lo sabes.
-Gracias, Akaashi.
Akaashi sonrió. -Bueno, ahora si me disculpas tengo que disuadir a Bokuto de subirse a un árbol.
-¿Qué?
-Kuroo lo retó a una competencia y ahora están jugando piedra, papel o tijera agresivamente para ver quién empieza. -Y Akaashi salió trotando del gimnasio hacia afuera.
Tsukishima parpadeó e hizo lo que cualquier persona haría: evadir sus sentimientos y grabar la estupidez de sus amigos para subirlas a todas las redes sociales que pudiera. Varias veces.