Spider-Man And Wind Dancer [P...

By Dreamingwithmyidols_

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"No puedes salvar el mundo tú sólo, Parker". Libro #1 de "Las Crónicas de Wind Dancer" Spider-man Peter Park... More

Sinopsis
N/A
Sofia's Playlist I.
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE

Prólogo

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By Dreamingwithmyidols_

Caracas, Venezuela. Año 2012

La pequeña salía de su habitación confundida, buscando a su madre en la cocina de su casa apurada.

—Mamí, ¿cuál es la chemise que voy a usar para clases? —dijo ella en voz alta— No sé cual es la que está limpia. 

La pequeña de cabello de cabello marrón atado en una coleta alta llevaba una chemise azul escolar en cada mano, y ya preparada para recibir un regaño por parte de su madre sobre el desorden que tenía en su habitación.

Pero al ver que no obtenía respuestas volvió a llamar a su mamá.

—¡Estoy en la cocina, Sofía! —escuchó la voz de su madre.

La niña de once años

—Gracias Paolo —dijo ella colgando el teléfono y tomando el control del televisor para encender el aparato.

—Mami, ¿Qué pasa? —preguntó la pequeña de once años frunciendo el ceño.

—Espera mi vida —respondió su madre poniendo unos números el canal 5 en el televisor.

—Y continuando con el tema del día —dijo la reportera de Venevisión en el momento que el canal se cambió— Tenemos imágenes de lo que acaba de ser, una guerra entre los ahora denominados Vengadores, Tony Stark, Steve Rogers mejor conocido como el Capitán América, el Dr. Bruce Banner o el Hulk, Natasha Romanoff mejor conocida como La Viuda Negra y el dios nórdico Thor, enfrentándose a unas criaturas del espacio traídas por el hermanos de Thor, el dios Lokien la ciudad de Nueva York. 

Sofia escuchó a su madre ahogar un grito, pero ella no se volteó a verla. Su mirada estaba fija en la pantalla de su televisor, estaban mostrando como un montón de cosas grandes y extrañas volaban y destruía carros, puestos; mostraban a personas corriendo y huyendo para no ser lastimadas. 

Entonces se mostraban planos de un sujeto verde y enorme aplastaba esas cosas plateadas, Un tipo rubio con una capa roja destruyendo otros, y un hombre volador en un traje rojo y amarillo lanzando rayos con sus manos a esas cosas y explotandolas.

Las imágenes desde el cielo se movían rápido tratando de seguir lo que pasaba

La joven Sofia no sabía si estaba asustada o sorprendida.

Estaba sorprendida, parecía que estaba viendo una película, pero incluso ella podía ver que no se trataba de eso.

Luego se vieron imágenes de Tony Stark entrando a un agujero en el cielo que era de donde habían salido aquellas criaturas que luego la pequeña y su madre

Entonces escuchó como su madre murmuraba algo en voz baja, y la joven Sofia se volvió a ella. Pero antes de decir algo volvió la reportera a hablar.

—Afortunamente estamos siendo informados que el gobierno de los Estados Unidos ha declarado la captura del dios Loki y el multimillonario Tony Stark logró cerrar el portal de los llamados Chitauri con éxito, la tierra deja de estar bajo amenaza.

Sofia se acercó al televisor viendo las imágenes del llamado Iron Man entrando al agujero gigante del cielo.

Sintió la piel de gallina.

Algo en su estómago se revolvió, habia un grupo de gente salvado el mundo. Personas que podían tener poderes o habilidades como ella.

—Mami... —se volvió a su madre pero la oración murió en su boca. Porque cuando vio ella vio el rostro de su madre ella cayó.

Su madre, Miranda, estaba mirando el televisor horrorizada, tenía su taza de café en la manos apretándolas con firmeza.

Sofia tragó saliva, nunca había visto esa expresión en el rostro de su madre.

—Mami, ya atraparon al hombre malo —dijo frunciendo el ceño y viendo como ahora mostraban el arresto del dios Loki, sacándolo de la torre de los Vengadores mientras muchas personas trataban de entrevistar a alguno de los héroes sin éxito— ¿Verdad?

Entonces la mujer miró a su hija y tragó saliva, y esbozó una sonrisa. 

—Claro que sí, siempre atrapan al hombre malo —dijo ella— Siempre lo atrapan.

Entonces la niña sonrió más calmada.

—Bueno, porque yo voy a atrapar al hombre malo la próxima vez —dijo mientras su rostro se iluminaba pensando lo victoriosa que saldría.

Entonces su madre frunció el ceño rápidamente y la miró fijo.

—¡Eso si que no! —le dijo mientras dejaba su taza en la mesa de la sala. 

— ¿Por qué no? —preguntó la niña de inmediato y haciendo un puchero.

—Estás muy pequeña Sofia —respondió su madre y de la nada el ambiente se relajó—, y no puedes pelear siendo pequeña, además los superhéroes no tienen su cuarto todo desacomodado.

La niña abrió los ojos lo mas que pudo.

—Los héroes no necesitan limpiar su cuarto —dijo en respuesta rápida— Ellos deben tener gente que los ayude con eso, porque siempre están salvando al mundo. 

La mujer castaña se cruzó de brazos, y arqueó ambas cejas

—Pero aún así mi amor, eres muy pequeña —dijo su madre agachándose a la altura de su hija y tomando ambas manos de la niña—. Y sabes muy bien que tienes que ocultar todo esto, al menos por un tiempo más.

—Pero esos sujetos no lo ocultan... —la voz de Sofia se volvió mas baja y aguda, tratando se hacer un puchero.

—Lo sé, pero no todos van a estar de acuerdo con lo que ellos hagan —dijo su madre entonces acariciando su mejilla— Por mucho que hagas el bien, sí para las personas eres diferente te van a juzgar en una balanza y pondrán más peso a tu diferencia que tus acciones.

En ese momento la pequeña no había entendido porque su madre siempre insistía a que no mostrara sus poderes. Ella siempre había sido reservada con ese tema con los demás.

En casa, Sofia podía usar sus poderes de la manera que quisiera, y para ninguna había problemas. Sin embargo, fuera de las puertas de su casa Sofia no podía usarlos, debía actuar como alguien más que no podía mover el viento a su voluntad, que no podía volar gracias a este, o escuchar conversaciones a grandes distancias.

Aunque de esa última habían siempre sus excepciones.

Sofia no lo sabía en ese momento. Pero su madre tenía mucha razón.

Sólo que lo sabría pronto.

—Te amo mucho, princesa —dijo su madre tomando una las manos de su hija y trazando una figura en la mano derecha de su hija y dándole un beso en la frente— Y sabes que sólo quiero cuidarte, ¿Lo sabes verdad?

Sofia se quedó mirando su mano donde su madre había trazado la figura, aunque su madre siempre le decía que era un corazón que le dibujaba en la palma, Sofia no le veía forma, pero no decía nada al respecto, sentía que no debía decir nada para no hacer sentir mal a su madre por mal dibujante.

Simplemente sonrió.

—Sí, mami —dijo— Lo sé.


24 de Abril de 2014

—Estamos reunidos aquí para recordar a Miranda Mantega —dijo el padre en la misa organizada por el padrino de la joven sentada al final de la habitación— Quien fue amada en vida por familia, amigos, comunidad...

El hombre siguió hablando pero la joven de cabello avellana no habia dejado de escuchar desde hacia un rato.

Todo eso le daba náuseas. Todo eso le daba ganas de romper todo y destruir todo.

Si tan sólo pudiera devolver el tiempo, si tal sólo pudiera retroceder 24 horas al pasado podría hacer lo que fuera para evitar que su madre saliera de casa esa tarde.

Su madre había salido a comprar algo para comer en la noche. Habia salido pero nunca volvió.

Sofia habia estado esperandola por horas, haciendo cosas del bachillerato para entregar esa semana, cuando notó que ya se hacía muchi más tarde de lo que su madre había dicho que tardaría.

Y, alrededor de las diez de la noche, escuchó un carro estacionarse en el frente de su casa, preguntandose quien podria ser, pues su madre habia ido a pie a uno de los restaurantes más cercanos que tenía.

Algo no estaba bien.

Ella se asomo para ver que era el auto de su padrino, Paolo Mendoza.  Y se dirigió rápido a la entrada.

Pero las palabras de su padrino y la esposa de este vinieron a través del aire hacia la adolescente justo antes de que ella pudiera tocar perilla.

Hablaban de ella, y de su madre.

Y de que manera iba a ser la mejor para contarles que habían encibtrado a su mamá muerta cerca de una de las manifestaciones que se habían formado ese día.

Ellos parecían susurrar, pero no hacia falta. Incluso así, el viento era capaz de llevar a los oídos de la joven las oraciones de manera tan clara que podia estar allí.

Sofía recordó como todo se detuvo a su alrededor.

Y al minuto siguiente, giró la perilla tan fuerte que azotó la puerta y salio corriendo a la entrada.

Su padrino y su esposa ni siquiera se habían bajado del auto. Estuvieron hablando desde el vehículo con las ventanas abajo todo ese tiempo.

Pero a ella no le importó.

Fue lo más rápido que pudo y se les plantó en la ventana del asiento de la acompañante.

—¿¡Dónde está!? —les preguntó a ellos, y sus padrinos, sólo se asustaron por su repentina aparición ahi.

Aunque de nuevo no le importó, ya ella estaba secando las lágrimas que caian por sus mejillas.

Sofía —le interrumpió la boz de su madrina, devolviendola a la realidad del momento. La mujer de unos cincuenta años estaba mirándola con expresión triste—. Querida, es hora de ir al cementerio.

Entonces la chica levantó de su silla, y se plantó ahí, pero no dio ningun otro paso.

—Quiero irme a casa —dijo ella con los ojos cristalinos y la garganta volviéndose un nudo. 

Lo que realmente quería decir era que quería estar sola, quería que la dejaran sola. Sentía que iba a explotar, no queria despedirse de su madre de esa manera, no quería verla tampoco así.

La mujer asintió entonces, llamando a su esposo para que este la llevara a su casa mientras ellas iban al entierro. 

Sofia agradeció el gesto, y se mantuvo callada hasta que llegaron a su casa.

Su padrino y ella se detuvieron en la entrada, y Sofia tomó su bolsa y una arepa que le habían dado para comer, pero que no tocó.

—¿Que debería guardar para irme a tu casa? —preguntó la chica mirando su padrino luego de unos segundos.

Ella obviamente sabía que no la dejarian quedarse sola en su casa, y no tenia mas familiares que su madre en Venezuela. Eran sus padrinos o nada.

Esperó que el hombre le dijera que lo necesario, sus cosas de la escuela y algunas pertenencias hasta poder acomodarla en su casa. Pero entonces él jugó con el volante un segundo.

—Sólo una pijama y ropa para dos días, luego cuando volvamos por ti tenemos que hablar —dijo él.

Y entonces ella supo que las cosas estaban yendo de mal a peor.

Y entonces

—¿Qué está pasando? —preguntó ella.

Su padrino se mordió el labio y luego suspiró.

—Sofía, no te quedarás con nosotros —dijo él.

Sofia dio un saltó al escuchar

—¿Y con quién voy a vivir?, ¿me van dejar sola? —preguntó ella alzando las cejas.

—No, linda —el hombre le tocó el hombro para tranquilizarla, perp ella ya estaba empezando a temblar de nuevo— Vas vivir con otra persona.

—¿Con quién?, mi mamá no tenía más familia aquí y yo tampoco... —dijo ella.

—Tu padre —respondió el hombre y la jovencita

—¿Qué? —preguntó y volvió a caer en su asiento— ¿Mi papá?

—Hice unas llamadas en la mañana —dijo el hombre—. Tu madre no quería que lo contactaras, pero yo no tenia opción. El dinero casi no nos está alcanzando, la situación está tensa aqui en Venezuela y no sabemos que va a hacer el gobierno. Mandarte con tu padre es buena y la única opción que tengo de que no te quedes estancada aquí. Él tiene los medios de mantenerte.

—¿Pero qué?, ¿cómo?, ¿Y cuando...? —preguntó pero el hombre la detuvo.

—Sofía, hablaremos cuando venga del entierro de tu mamá, ¿ok?

La chica estaba hecha un lío, su cabeza ahora daba mil vueltas. Volvía a sentir las náuseas.

Entonces asintió y se bajó del auto. Y tomó las llaves de su bolsa y abrió la puerta de su casa. Mientras veía como su padrino se alejaba por la calle.

Sofía entró y tiró su bolsa en la entrada. De inmediato sintiendo el peso de todo venciendola cada vez más.

A medida que entraba a su casa, en la sala, en el comedor, todo estaba tan silencioso. Su madre era quien le dsba vida a esa casa y ahora no estaba.

La chica se decia a si misma que pudo haberle dicho que con una arepa estaba bien, o que no se le antojaba nada.

Tenía la pequeña esperanza de que su madre apareciera por la puerta, diciéndole que se le hizo tarde.

Que todo era un sueño del que iba a despertar.

Pero ella sabía la realidad.

Y ahora ese tema de su padre.

El corazón lo sentía más pesado y de nuevo sentía ese nudo formándose en su cuello.

Y entonces, cuando su mirada vagaba por la sala de nuevo, vio las fotos en la repisa todas de ella y su mamá.

Y entonces extendió la mano, haciendo que el viento del lugar levitara una de esas fotos y lo llevara flotando hacia ella.

Y en cuanto la tuvo en sus manoa la vio, a su madre sonriendo, llena de vida y de amor.

Sofía sonrió pero entonces las lagrimas volvieron y empezaron a caer sin control por su cara.

—Te quiero, mami —dijo, llevandose la foto al pecho, y dejarse caer de rodillas.

En ese momento, ella sentía que habia perdido todo.

Dejó salir sollozos, luego gritos, y sus llantos llenaron el lugar que hace unos momentos estuvo silencioso.

El aire del lugar también cambió, y drásticamente. Las persianas se movían descontroladamente, el aire venía desde afuera y empezó a mover las cosas dentro de la sala.

Cosas se cayeron antes de empezar a flotar por los aires, y pronto la joven se vio envuelta en el ojo de un pequeño huracán que llevaba flotando

En ese momento, Sofía Mantega perdió el control de sus poderes por primera vez.

El viento conocía su nombre y eso era suficiente como para obedecerla, pero esta vez, solo conocía su dolor.

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