Maldición Willburn © ✔️ (M #1)

By ZelaBrambille

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En las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldici... More

Maldición Willburn
Prefacio
🎲 TOMO I | La caída 🎲
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06 (pt 1)
Capítulo 06 (pt2)
Capítulo 07
Capítulo 08 (pt1)
Capítulo 08 (pt2)
Capítulo 09
Capítulo 10 (pt1)
Capítulo 10 (pt2)
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14 (pt1)
Capítulo 14 (pt2)
Capítulo 15
Capítulo 16
Extra | Regina y Tyler
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Extra | Rowdy y Giselle
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
🎲 TOMO II | El ascenso 🎲
Capítulo 29
Capítulo 30
Extra | Kealsey y Omar
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48 (pt2)
Capítulo 49 (pt1)
Capítulo 49 (pt2)
Capítulo 50 final
Epílogo I
Epílogo II
| P L A Y L I S T |

Capítulo 48 (pt1)

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By ZelaBrambille


Mi último semestre en la universidad pasa volando, tan rápido que no lo siento, supongo que hay algo mágico en la emoción por lograr lo que siempre quise, ser Trabajadora Social y ayudar todo lo que pueda, darles a los niños lo que no me dieron. Entre trabajos, exámenes finales, los planes para la graduación y la elección de la que será nuestra casa en Georgia llega la última semana de mayo.

También nos dieron una noticia, el hombre que tanto daño me hizo amaneció muerto en su celda, al parecer unos presos lo asesinaron de forma misteriosa luego de torturarlo. Row no dijo nada, pero podría jurar que hizo algo para que sucediera, la hermandad tiene contactos. No voy a preguntar, tal vez nunca lo haga, no me importa, no quiero saberlo. Cuando me enteré lo único que sentí fue alivio porque ese monstruo nunca podrá lastimarme de nuevo, ya no podrá herir a nadie.

Estoy tranquila... Un poco.

Tomé la decisión de conocer a los amigos de mis padres biológicos. Tardé demasiado en aceptar una reunión porque me aterra la idea de no agradarles, por alguna razón siento que es una prueba, como si al caerles bien me acercara un poco más a mis padres. ¿Y si no les agrado? ¿Y si no quieren verme nunca más? ¿Y si están decepcionados por el problema que tuve con las drogas? Muchas dudas me atacan, me hacen sentir mareada.

Estamos afuera y ya siento la necesidad de huir, de esconderme. Sabía que sucedería, por eso le pedí a Row que me acompañara, estoy tan nerviosa que no puedo respirar. Abro y cierro los puños con la intención de aligerar la tensión, pero no funciona.

Sé quiénes son tan pronto entramos a la cafetería, ya los he visto en las fotografías que encontramos en la bodega. Eran inseparables, incluso coordinaban sus disfraces en Halloween.

Archibald y Yuli.

Se casaron después de la muerte de mis padres. Lucharon por obtener mi custodia, pues querían protegerme, tal y como sus amigos lo hubieran querido, pero el Estado los rechazó. Me perdieron el rastro porque ese hombre me llevó con él, los alejo de mí.

Cuando papá me adoptó y se enteraron de mi condición, de lo que sufrí, decidieron esperar a que estuviera lista por la amnesia. Pero han estado cerca, ellos y Robert a menudo conversaban.

Me pregunto qué hubiera sido de mi vida si ellos hubieran ganado mi custodia, probablemente no habría sufrido tanto, pero eso me habría arrebatado la oportunidad de conocer a Robert. Y yo amo a papá, la simple idea de no tenerlo en mi vida me destroza.

Supongo que las cosas pasan por algo o tal vez no, todo es una mierda, pero definitivamente me convertí en alguien fuerte, invencible. No dejaré que nada me destruya.

Ellos alzan la cabeza al notar el movimiento, nuestros pasos. Tengo que tragar saliva y respirar profundo varias veces para llenarme de fortaleza. Sentir el brazo de Row en mis hombros también me ayuda a no darme la vuelta y salir corriendo.

Estoy esperando, como si estuviera sedienta, cualquier reacción. Y la obtengo.

Yuli se lleva la mano a la boca, sus ojos se abren con impacto, sus ojos se llenan de lágrimas. Ella se levanta dando un saltito y viene corriendo en mi dirección para después darme uno de los abrazos más fuertes que me han dado.

Se rompe en sollozos, en un llanto ruidoso que intenta controlar. Se echa hacia atrás y me observa sosteniendo mis antebrazos.

—Por Dios, eres idéntica a ella. —Hipa. Pestañea y vuelve a repasarme como si no pudiera creerlo. Algo en mi interior se vuelve suave, amaba a su amiga. Después de unos segundos el rubor de sus mejillas se vuelve más intenso y puedo percibir vergüenza en su mirada—. Perdón por llegar así, seguro pensarás que soy una lunática. Estoy tan contenta de conocerte, Giselle, yo soy Yuli.

Mis comisuras tiemblan con timidez, mis ojos también se empañan por la emoción.

Saluda a Row, acto seguido, enrosca su brazo con el mío y me conduce a la mesa. Archibald me sonríe, me regala un abrazo y señala que tengo la misma nariz de Mark.

El tiempo transcurre y yo termino relajándome, escuchándolos. Primero me preguntan sobre mi vida, quieren saber cómo me encuentro, si estoy mejor, si necesito algo. Les hablo sobre lo duro que fue adaptarse, sobre la amnesia y las pesadillas, sobre los errores que cometí. Pero también les hablo sobre la terapia, sobre papá, sobre los niños en Bridgeton, sobre mis amigos, la universidad y Row.

Entonces vienen las anécdotas, algunas las sé porque las leí en el diario de Sienna, otras son nuevas para mí, las atesoro, escucho porque no sé si este instante vaya a repetirse.

En un momento de la reunión, Yuli me mira y sonríe.

—Hay tantas cosas de ellos en ti, estarían muy orgullosos de la mujer en la que te has convertido —dice, casi sin aliento.

Archibald asiente, coloca una mano sobre la espalda de su esposa para intentar mostrarle apoyo, ella todavía se ve afectada.

Sienna escribió en sus diarios que ellos dos eran unos cabezotas que no admitían sus sentimientos, al parecer ella tenía razón, pues al final se unieron. ¿Estará contenta al ver a sus amigos juntos? Seguro que sí.

—Nos gustaría frecuentarte, Giselle, recuperar el tiempo perdido. Entenderemos si decides mantenerte lejos, sabemos que has hecho tu vida y somos unos extraños. Queremos que sepas que hicimos todo lo que pudimos, luchamos durante años... —La voz de Archibald se quiebra al final, sus ojos claros parecen una lluvia.

—Jamás podría rechazarlos, me encantarían que estuvieran en mi vida, así sentiré que estoy cerca de ellos... Eso les hubiera gustado, ¿no?

Se me desbordan las lágrimas, Yuli se levanta para darme un abrazo, algo en el gesto me atraviesa, quizá porque imagino que es Sienna o tal vez porque nunca sentí tan fuerte este tipo de cariño, el que solo sabe darte una madre.



Hoy es un buen día, el brillo en los ojos de Demetria podría iluminar toda la avenida, Sallie no se queda atrás, salta por todos lados como un pequeño conejo emocionado.

El día ha llegado, es su despedida porque sus padres adoptivos las llevarán a su nuevo hogar en unas horas. Me encargué personalmente del proceso, hice averiguaciones, revisé tantos antecedentes que me quemé las pestañas. Son buenas personas, han intentado tener hijos durante años, al no conseguirlo decidieron adoptar. Sallie y Demetria estarán seguras, en un hogar que les dará estabilidad.

Los niños se reúnen a su alrededor para despedirse, algunos felices, otros lloran porque no quieren que se vayan, entre ellos mis queridos gemelos que no dejan de hacer pucheros.

Yo me quedo en una orilla evaluándolas, la nostalgia aparece en mi pecho porque ya no podré verlas como antes, espero no perder el contacto, poder hablar con ellas de vez en cuando. Demetria tiene mi número de teléfono por si necesita algo, ya estoy esperando su llamada y todavía no se han marchado.

Una mancha negra llama mi atención, Henry está mirando a Demetria fijamente, puedo ver la duda en su cara, la intención de acercarse, la terquedad nublándole la mente. Su rostro se llena de dolor y da un paso hacia atrás, sale del salón antes de que ella pueda verlo.

Más tarde, ellas ya están listas, tienen sus pequeñas maletas, las cuales arrastran hacia la salida. Sallie se detiene antes de salir, dubitativa, quizá temerosa por el cambio. Tendré que hacerle unas cuantas visitas para comprobar que todo marche bien, que se adapten a la casa, a la escuela. Puede ser muy difícil, pero estoy segura de que ellas lo harán bien.

—¿Me visitarás? —me pregunta Sallie haciendo un puchero.

—Tenemos que pedirles permiso a tus padres primero.

Ella les da una tímida mirada que me hace sonreír, se ve como un animalillo asustado. La señora sonríe con calidez y asiente.

—Claro que sí, Sallie, ella puede visitarte cuando quieras, también puedes llamarla.

—¿Tienen teléfono en su casa? —cuestiona.

—Sí, tendrás un teléfono en tu habitación, tiene forma de unicornio.

La boca de Sallie se abre, impactada por saber que tendrá algo más que las literas en las que duerme aquí. Se olvida de mí y se acerca a la señora Jenkins, quien se agacha para estar a su altura y recibir un abrazo de la pequeña.

—Gracias, nueva mamá —murmura.

A la pobre mujer se le nublan los ojos por la emoción, el señor Jenkins observa el cuadro y se ve tan feliz que creo que va a llorar.

La seriedad de Demetria llama mi atención, ella está distraída, buscando algo por encima de su hombro, más bien a alguien. Lo sé, a pesar de que no lo ha dicho. Veo su mirada triste, repasa el patio de juegos casi con desesperación.

—¿Qué sucede, Dems? —pregunto.

Las lágrimas vienen a sus ojos, parpadea para evitarlas, pero no lo consigue, unas cuantas se le escapan.

—Henry no vino... Yo... Pensé que... Creí que vendría a despedirse de mí.

El sentimiento en su voz me tambalea, me apresuro a abrazarla, ella se aferra a mi camisa. Puedo sentir lo mucho que le duele, también puedo entenderla. Ha sido su amigo, un apoyo dentro de su pequeño mundo. Quiero arrastrar a Henry hasta aquí, pero no puedo obligarlo, solo espero que nunca se arrepienta de esta decisión.

—Henry en este momento no sabe cómo lidiar con sus problemas, cariño, él tomó la decisión de no venir y tenemos que respetarla. Tú siempre fuiste su amiga, hiciste lo que pudiste para ayudarlo. No dejes que afecte un día tan importante para ti.

Alza la cabeza para mirarme y asiente, todavía con los ojos nublados. Me suelta después de unos minutos, se limpia las lágrimas para después unirse a la señora Jenkins.

Antes de salir, arrastrando su maleta, mira una vez más por encima de su hombro. Espera un segundo, dos segundos, tal vez tres. Una gruesa lágrima resbala por su mejilla, la cual limpia tan pronto la siente. Cierra los párpados con dolor y se da la vuelta.

No vuelve a mirar atrás.

Mi corazón duele, pero nada se compara al dolor que me provoca encontrar a Henry escondido detrás de unos arbustos viéndola partir con las lágrimas empapando sus mejillas, el pecho sacudiéndose con violencia, el dolor impregnado en su cara.

Corre, se esconde al ver que lo descubrí, no me deja llegar a él.



Me sorprende encontrar un mensaje de texto de Romina en el me que invita a compartir el desayuno en su casa. No estoy convencida de que sea buena idea, pero lo está intentando, así como yo lo intenté.

Decido darle una oportunidad.

Ella me recibe con una sonrisa amigable, me invita a pasar. Inmediatamente me llega el olor a tarta de manzana, uno de mis postres favoritos. Que tenga el detalle de preparar algo que sabe que me gusta aligera la sensación pesada en mis hombros, mis músculos se van relajando.

La verdad es que la paso bien, charlamos un poco de cosas simples como la universidad y Bridgeton. Ella me habla de algunos diseños nuevos que está haciendo para su tienda, incluso me muestra los dibujos, escucha mis opiniones como si de verdad estuviera interesada.

Estuve enojada con ella durante el encierro en el centro, no voy a mentir diciendo que ya no siento ese dolor en el pecho al recordar que me lastimó, pero cuando la tengo frente a mí, así de esta manera, comiendo una tarta que me preparó, recuerdo las razones por las que la adoro.

—No sabía si me querías cerca en tu cumpleaños, por eso no te llamé ni te visité, no quería invadir tu espacio.

No sé qué decir, agacho la cabeza.

»Quiero pedirte una disculpa por la forma en la que me he comportado, no quiero que pienses que no te amo, Giselle, lo hago y estoy orgullosa de todo lo que has hecho. No me di cuenta de que estaba lastimándote y me arrepiento de eso, no necesitabas más dolor.

Trago saliva. Me atrevo a mirarla, es ahora cuando noto que sus ojos están inyectados en sangre, que hay ojeras debajo de su maquillaje.

»Sé que te herí y entenderé si no quieres verme ni hablar conmigo, estoy intentando sanar. En el proceso entendí que necesito arreglar todo el dolor que les causé a mis hijas, a ti y a Tess. Ojalá que algún día puedas perdonarme.

—No voy a mentir diciendo que no estoy molesta o a la defensiva, lo estoy, pero supongo que el tiempo y nuestras acciones nos ayudarán encontrar una solución.

Ella asiente.

—Hay otra cosa que necesito decirte... —Ella se ve nerviosa al hablar, lo que me alarma—. Cuando me enteré de que tú y Row estaban juntos fui a su casa y le dije cosas terribles. No te puedo decir que lo acepto, pero entiendo que me comporté mal.

Su confesión me toma desprevenida, no tenía idea, Row nunca ha mencionado el suceso. Lo cual me hace quererlo más, el amor y la admiración por ese hombre hace que mi pecho se hinche y mi corazón lata fuerte.

De nuevo pongo distancia entre las dos, no estoy segura de que en algún momento me sienta cómoda sabiendo que ha atacado a una persona que me ha brindado todo su apoyo, que estuvo a mi lado incondicionalmente. Además, sigue pensando que no deberíamos estar juntos, yo ni siquiera le estoy pidiendo una opinión. Ella no lo dice con todas sus letras y no creo que se atreva a hacerlo por la situación en la que nos encontramos, pero la conozco demasiado como para no imaginar lo que le causa tanto conflicto. Es por Lili. No puede aceptar que Row es un sobreviviente que siguió con su vida, que ha decidido estar conmigo.

Siento tristeza por ella, vive atrapada en ese dolor punzante que no la deja respirar. Entonces me doy cuenta de que hace poco me encontraba en una situación similar. Me hundí, salir a la superficie es lo mejor que me ha pasado. Y de verdad espero que algún día pueda hacerlo.

—Lamento mucho que hayas perdido a Lili, no puedo imaginar el dolor que sientes, deseo que pronto tus heridas sanen. Pero amo a Row, va a estar en mi vida, planeamos un futuro juntos. Si no puedes aceptarlo quizá es mejor que nos alejemos durante un tiempo. Es una pena que por razones egoístas no te alegres de que haya encontrado a una persona que me ama, que ha estado para mí en mi proceso. Espero que algún día lo entiendas y si no, si nunca lo entiendes, será una pena porque a pesar de todo te quiero.

Le sonrío con tristeza y me pongo de pie.

Nunca me atreví a decirle lo que pensaba ni lo mucho que me herían sus acciones. También me sorprende no sentirme culpable por hablar de mis sentimientos.

Salir de ahí me libera de alguna forma.

Hay heridas que siguen doliendo, tal vez siempre dolerán, pero puedo vivir con ello. Creo que sí, Vivian tenía razón. Soy una guerrera, debo estar orgullosa de mis cicatrices porque muestran que me levanté y sobreviví.


* * * 

NUESTRA GISELLE ES UNA DIOSA OK?

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