Dinah estaba por levantarse de la mesa en busca de la castaña cuando llegó un mensaje a su teléfono, inmediatamente se sentó de nuevo llamando la atención de todos en la mesa, abrió el mensaje y enfureció.
—Normani, léeme está lista, por favor—Sacó de sus bolsillos una hoja de papel doblada, esa siempre la traía porque nunca se sabía cuándo Camila de le ocurrían las cosas—Y lee la 11.
Normani extraña extendió la hoja sorprendida, pero al leer unas de ellas, gruñó molesta.
—¿Beso de 3?, ¿Sexo del bueno?, ¿trío?, ¡¿Dinah, esto es tuyo?!—Gruñó y todas las miradas se posaron nuevamente en ellas.
—No, es de Camila—Respondió sin importancia mientras contestaba el mensaje.
Todos abrieron los ojos sorprendidos ante la respuesta de la rubia, Lauren se tensó en su lugar mientras apretaba fuertemente su bebida en su mano, el agua de la botella de desbordó y la botella crujió a la vez que un leve gruñido salió desde lo más profundo de su garganta, Dinah al darse cuenta de lo que dijo junto al gruñido, levantó la vista de su teléfono viendo la molesta cara de Lauren.
—Ehh... ¿Me podrías leer la once, por favor?—Preguntó nerviosa quitando su mirada de Lauren que estaba furiosa.
—Ehm si—Se aclaró la garganta antes de buscar la 11—Colarse a una fiesta de fraternidad—Contestó empezando a sentir la molestia de Lauren en el ambiente.
—Maldita sea, Camila—Gruñó la rubia—No te puedo dejar sola un momento—Bufó levantándose de la mesa guardando su teléfono después de checar la ubicación de la morena—Maldito seas tú también, Óscar—Chistó empezando a dirigirse a la dirección pero su teléfono empezó a sonar—¡Maldita sea!—Regresó a la mesa pisando fuerte ignorando la mirada de algunos, se volvió a sentar a un lado de Normani, la cuál se estaba por levantar al igual que Lauren y Ally pero regresaron a sus asientos al ver a la rubia regresar—¡¿Ahora qué?!—Cuestionó la morocha poniendo en altavoz antes de dejarlo en el centro de la mesa.
—Dinah—Habló la voz de un muchacho poniendo alerta a los demás a excepción de Dinah.
—¿Por qué te llevaste a Camila?—Preguntó entredientes.
En el fondo de la llamada se escuchaban ruidos de automóviles y gritos, todos estaban mirando el teléfono atentamente.
—Eh... Eso no importa ahora, ¿Recuerdas la fuerza descomunal de Camila?—Cuestionó nervioso.
—Si, también que quería meterse a un club de pelea—Rodó los ojos pero al instante algo hizo click en su cabeza—¡¿Metiste a Camila a un club de pelea?!—Masculló enojada.
Los demás de la mesa se alertaron e inmediatamente voltearon a ver a la pelinegra que estaba mucho más furiosa que Dinah, su ceño fruncido, sus labios torcidos y sus ojos brillando por el enojo.
—No tanto así...—Gritos en el fondo se escuchaban pero no eran posible de entender—Solo.. quiero que taches en la lista la número 24, la que dice "Pelearse en carretera" y probablemente también la de ir encarcelad... ¡Oh por Dios, Camila, suéltalo!
Se escuchó como el teléfono se caía, una puerta se abría y permaneció abierta, los gritos incrementaron pero llegaron a escuchar;
"Te voy a romper la cara, perra"
Ese fue un hombre.
"¡¿Quieres más?!"
Esa fue la voz de Camila.
"¡Camila, maldita sea, llamaron a la policía"
Ese fue la voz de Óscar.
"¡Suelta a mi novio, lo vas a matar!"
La voz de una chica.
Dinah se había llevado las manos al rostro frustrada mientras respiraba profundamente. Todos veían sorprendidos e impactados, había pasado tanto en poco tiempo, la chica que habían supuesto que era la más calmada de la escuela resultó lo contrario, se escapó de la escuela, se fue con un chico, se está peleando en carretera, probablemente la meterán a la cárcel.
—Vamos por ellos—Gruñó la rubia levantándose de su asiento.
No lo pensaron dos veces cuando todos se levantaron mientras Dinah guardaba el teléfono en su bolsillo sin colgar, la rubia se apresuró hasta la oficina del director, uno de los únicos que sabían la verdad de todos. Dinah no alcanzó a tocar la puerta cuando el director abrió la puerta jadenste.
—Vayan, tomen el permiso y vayan por Camila, se tomó muy en serio lo de relajarse—Refunfuñó lo último mientras les extendía un papel con el permiso.
—¿Qué le dijo usted a Camila, director?—Preguntó la rubia pasándola el permiso a Lauren, la cual rodó los ojos pero lo tomó.
—¿No se lo ha dicho?—Levantó las cejas sorprendido, la rubia lo miró impaciente haciéndolo soltar un suspiro mientras miraba a los alrededores en busca que no hubiera nadie—Sus tíos...—Hizo una mueca antes de continuar—Fueron lastimados de gravedad por armas de fuego, un grupo de chicos atacaron su casa mientras los tíos estaban ahí, ahora mismo están en el hospital—Dinah había perdido el color en su rostro mientras que sus manos temblaban, los demás estaban sorprendidos ante todo, Normani sostuvo a Dinah que parecía querer derrumbarse en cualquier momento, Ally con una mano en la boca tuvo que agarrar con su otra mano el brazo de Lauren que temblaba, los demás estaban estupefactos con la noticia—Ella no podrá quedarse en su casa debido a los daños y el posible regreso de los jóvenes, además de que sus tíos no podrán ser dados de alta hasta que de encuentren mejor.
El director terminó de decir viendo las reacciones de todos, sin embargo, no había tiempo, por lo que llegaban a escuchar en el teléfono de Dinah, parecían sirenas sonar en el fondo.
—Pero claro que no se quedará en su casa, se va a la mía—Decretó la rubia decidida.
—Vayanse ya, parece que su amiga será arrestada—El director soltó un suspiro antes de volver a entrar a su oficina.
Dinah asintió e hizo un movimiento con la cabeza para que se movieran, Lauren fue la primera en moverse y los demás la siguieron detrás, a excepción de Ally, Normani y Dinah, que se pusieron a sus costados, la pelinegra disimuladamente extendió su mano a Normani, la mujer la miró confundida pero momentos después captó la indirecta y con resignación le dio la hoja.
Lauren sin ninguna mueca tomó el papel y lo guardó en su bolsillo. Salieron de la escuela sin querer llamar la atención pero fallaron, todos no los podían ignorar, era como si pudieran ignorar un pastel de chocolate andante.
Salieron del instituto entregándole el permiso a los guardias, Dinah estaba procesando aún todo lo que le había dicho el director, se sentía tensa y con aflicción, sabía que Camila tardaría en decirle lo qué pasó simplemente por que no quería inundarla en sus problemas, palabras dichas por la morena.
—Normani, Ally, Louis y Dinah irán con nosotros por Cabello, los demás, maletas y lo necesario para las Cabello—Mandó la ojiverde con seriedad, todos sin rechistar asintieron y empezaron a irse cada uno en su auto o moto—Dinah, tú tienes la ubicación, súbete con Normani y Ally y diriges el camino, Louis, vas por la hermana de Camila.
Los 4 asintieron y siguieron las instrucciones de Lauren, Dinah al subirse sacó el teléfono, y sin colgar la llamada, puso la dirección de Camila, que parecía estar moviéndose.
***
La castaña era subida a un auto de policía siendo esposada por un supuesto casi homicidio, la morena sin rechistar o hablar, subió al carro viendo como su amigo estaba tratando de negociar con el policía pero el policía no cayó. Camila a pesar de no mostrar nada menos que seriedad, por dentro explotaba de la emoción;
¡Se había peleado en carretera, y es arrestada!
A pesar de que su nariz estaba roja y palpitante, su labio roto y sangrante con un probable mejilla morada porque admitía el hombre tenía buen puño también, aunque, no mejor que el de ella, después de un estado de completa oscuridad, Camila al ver nuevamente practicó defensa propia.
Ella había quedado ciega debido un accidente, Camila no recordaba nada de ese accidente, aunque tampoco recordaba nada de ese día, según sus padres, fue en México, una de sus últimas semanas de estadía ahí, estaba jugando con unos vecinos cuando la obligaron a subirse a un techo por haber volado el balón, ella subió decidida pero le habían jugado una broma.
Al subir y tratar de bajar de nuevo, le habían quitado las escaleras de madera con las que había subido para después empezar a lanzarle piedras, Dinah y Óscar, que fueron con ellos a México, habían llegado tarde porque al llegar ellos para jugar con Camila, la pequeña había sido golpeada por varias piedras en la cara y cayó del techo de la casa golpeándose fuertemente la cabeza.
Hay que aclarar que los niños también fueron llevados al hospital después de que internarán a Camila, sufrieron varios golpes y uno que otro hueso roto debido al par de amigos de Camila.
La castaña recuperó la vista a los 16 años, 8 años después de su accidente, perdió a sus padres a los 17 años y ahora con 19 años estaba siendo encarcelada por una pelea que no había comenzado ella.
Estaban en la carretera rumbó a una universidad donde las diferentes fraternidades de ahí habían decidido hacer una fiesta que durará todo el día, según Óscar, él cual tenía amigos universitarios. Óscar estaba manejando perfectamente cuando un automóvil casi choca con ellos, el otro empezó a lanzarles improperios y maldiciéndolos de que por qué se creen más casi le chocan, para el bien de todos, el rubio pidió que se estacionaran para poder hablar, la novia del hombre le decía que mejor se fueran pero él estaba decidido a mostrar su hombría.
Se estacionaron y Camila estaba que echaba humo por las orejas y nariz, incluso Óscar se sorprendió ya que hacía mucho que no veía a la Camila emperrada, para el bien de sus vidas, el rubio le ordenó a la castaña que se quedara en el auto, la castaña refunfuñando acepto.
El rubio salió calmadamente a platicar, el hombre peli-negro se vio asustado por el tamaño de Óscar, pero la verdad es que Óscar era demasiado alto, medía 1.87, mientras que el otro hombre parecía medir 1.73-1.76. El rubio sonrió al verlo asustado pero eso enfureció al hombre y lo trató de golpear pero en eso apareció la castaña con sus poderosos 1.57 y golpeó al hombre antes de que tocara al rubio.
Óscar trataba de separarlos mientras que la novia del hombre gritaba, afortunadamente ningún auto se detuvo, estaban más interesados en irse que pararse a separar a una mujer que golpeaba un hombre. Camila le gritó a Óscar que se metiera al carro y si salía sería a él quien le rompería la cara, fue ahí cuando Camila soltó al hombre decidida a calmarse pero le lanzó una mirada tan dura al rubio para que se metiera, él asustado se metió y llamó a Dinah, en eso el hombre le dijo que era un jodido maricón que se dejaba mandar por una horrible y rabiosa chihuahua.
Y empezó el caos, Camila no sabía de donde sacaba tanta fuerza y velocidad, se lanzó al hombre y comenzó a golpearlo mientras le gritaba;
"¡¿Quieres que sea un horrible y rabioso Chihuahua?!, ¡pues ahí tienes!".
"¡¿Quieres más?!".
***
Camila era llevada a la estación de policías más cerca de la zona, junto a ella iba el hombre con el que había peleando, en el transcurso de la llevada a la estación se iban peleando pero el policía los amenazó de ponerles una sentencia más alta sí había sangre en su auto, en qué quedamos o fueron callados mientras se lanzaban miradas de odio y uno que otro golpecito en la mano. Óscar iba detrás del carro del policía nervioso al pensar que se encontraría a Dinah, pero lo que no sabía es que no sólo se encontraría únicamente a Dinah, sino algo peor.
Camila fue agarrada del brazo por el hombre mientras éste la arrastraba dentro de la estación, escuchó por detrás como otro policía se llevaba al hombre que iba con ella, él pensamiento de que también se lo llevaron le hizo sonreír internamente, en el exterior su rostro estaba en completa seriedad.
—No fue mi culpa—Murmuró la castaña tratando de actuar como inocente.
—Entonces no me quiero imaginar cómo sería si hubiera sido tu culpa, pequeña criminal—Camila bufó por el apodo pero en sus pensamientos sonrió emocionada.
—¿No se lo pone que tienen que sacarme información para después meterme a la celda?—Preguntó extrañada.
—Usted fue encontrada encima del hombre golpeandolo antes de que fuera arrestada—La llevó a un tipo de habitación muy diferente a una celda.
—Oh... Ya..., ¿Que hace?.
Preguntó cuando la soltó y abrió una caja de plástico sobre una mesa, era un kit de huellas con una esponja con tinta.
El policía se rió de su pregunta pero no respondió.
—Tú dedo.
La morena extendió su mano y él tomó su dedo índice para jalarlo hacia adelante, con la fuerza aplicada parecía haber querido quitárselo.
—¡Oye, dolió!—Se quejó cuando estrelló su dedo sobre la esponja oscura.
En ese momento, el sentimiento es muy real para la castaña, la fresca tinta contra su dedo era demasiado real, pero no sentía miedo, lo único que sentía era emoción, tanta emoción que realmente esperaba no vomitar sobre m la mesa. Recordaba cuando una vez estaba tan emocionada por abrir un regalo que cuando lo estaba por abrir, vomitó de la emoción.
Despertó de su ensoñación cuando el hombre policía alejó su dedo cubierto de tinta negra para después presionarlo en unas hojas que había traído, el oficial siguió presionado y cuando la liberó, Camila ahora era propietaria de un historial criminal, en lugar de hacerlo sentir terriblemente mal se sintió terriblemente bien.
—¿Qué pasará ahora?, ¿me llevarán a la celda?—Preguntó llevando sus manos cerca y se quedó viendo su dedo cubierto de tinta ya no tan fresca, intentó limpiar la tinta de su dedo con su ropa pero no salió nada.
Ya había sido marcada como una pequeña criminal.
—Si, pero antes, tienes permiso a una llamada...
—No es necesario—Interrumpió sabiendo que ya había alguien en camino.
El policía la miró extrañado, jamás había tenido a una joven que se comportaba así, parecía en verdad quedarse encerrada, ni siquiera había tratado de justificarse. Y la verdad es que Camila quería quedarse en esa celda para completar,
—Entonces a la celda—Dijo cerrando mi archivo—Hasta que alguien venga a sacarte.
El oficial la tomó de los brazos, con sus manos aún esposadas, y la llevó a un cuarto pequeño con una cama... y un balde, abrió las rejas con las llaves que colgaban en su cinturón y prácticamente la aventó dentro después de haberle quitado las esposas. Cerró las rejas mientras Camila se sobaba las muñecas, eso le había dolido.
—¡¿Qué es eso en balde?!—Cuestionó acercándose a las rejas viendo al policía irse.
—¡Suerte!—Exclamó alejándose más de ahí, había declarado a Camila como una loca maniática.
Camila se alejó de las rejas e inspeccionó la celda, en su imaginación era un poco más grande, camino hasta la supuesta cama y se sentó en ella, inmediatamente hizo una mueca al sentir lo dura que está, eso sí había estado en su imaginación. Estaba tan distraída viendo la celda y lo poco que había que se sobresaltó cuando abrieron su reja, nerviosa se dió la vuelta pero de inmediato tuvo que atrapar a un rubio que fue lanzado dentro de la celda.
—Suerte, nuevos criminales—Un nuevo oficial cerró la reja con una sonrisa burlona antes de desaparecer.
—¡Maldita sea!—Refunfuñó el rubio siendo ayudado a levantarse por Camila.
—¿Ós-Óscar?, Dios, ¿qué ha-haces aquí?—Preguntó la castaña empezando a temblar.
¡Él era el que se supone que la sacaría de ahí!
Óscar soltó un suspiro tembloroso mientras se estiraba después de haberse levantado, Camila había empezado a sentirse nerviosa. Sí, ella había querido ser encarcelada porque sabía que uno de sus amigos la sacaría, ¡pero ahora la persona que se supone que la sacaría estaba encerrado con ella!
—Por alteración en público y agresión a un oficial, la verdad no se cuanto tiempo tendremos que quedarnos aquí pero Cami... él tipo al que golpeaste fue enviado ahora mismo al hospital, le rompiste unas costillas, y le destrozaste el rostro—Se llevó las manos al rostro.
—¡Pero estaba bien en el carro!—Argumentó la castaña empezando a caminar de un lado a otro—Bueno, no tan bien pero... ¡me seguía reclamando!—Añadió desesperada, para ella una cosa era golpear a alguien y otra mandarlo al hospital de urgencia.
—Oh Cami, tú también estás lastimada-
—Se lamentó viendo a la castaña—¡Pero hey, cumpliste dos de tus cosas de tu lista!—Agitó las manos para que Camila se alegrara pero vió como empezó a hacer un puchero, un indicio que empezaría a llorar—Cami-Cami, no llores, piensa que cumpliste una meta de estar encarcelada—Ofreció pero la morena únicamente negó.
—¡Nooo!, una cosa es cumplir esto a solas pero esto costó que alguien desconocido se fuera al hospital mal, ¡¿y si le pasa lo mismo que a mi?!, ¡¿qué pasa si ya no vuelve a ser como antes?!—Balbuceó a la castaña empezando a temblar, jamás le desearía lo que le había pasado a ella a alguien más, jamás.
—Camila, él estará bien—Manifestó el rubio abrazando a la muchacha que empezaba a sollozar.
—¿Me convertí en ellos?, me convertí en los niños que me dejaron ciega, ¿Verdad?—Sollozó en voz baja descansado su frente debajo de su pecho.
—No, Cami, no eres ellos—Aseguró rodeando a la castaña con sus brazos.
La morena se quejó en voz baja cuando su nariz rozó el pecho del rubio. Como si hubiera despertado de su ensoñación, su cuerpo había empezado a doler, su nariz dolía de una manera casi insoportable, su mejilla palpitaba, su labio ardía y su cuerpo dolía de ciertas zonas. Sin embargo, permaneció callada pero sus lágrimas caían por sus mejillas mostrando el dolor que sentía pero pudo calmar sus sollozos y ningún ruido salió de ella.
***