Ese último momento

By BiancaMond

547K 46.9K 33.7K

Lucas Urriaga está pasando por el mejor momento de su vida. Su noviazgo avanza de manera maravillosa, está si... More

Nota inicial. Secuela de "Por culpa de un instante".
1. El mejor cumpleaños
2. ¡Que me lleve el diablo!
3. ¿Nuestra última esperanza?
4. Tristemente jodidos
5. MT Entertainment
6. Una confesión desafortunada
7. Todo lo que deseo
8. Actitud
9. ¿Un fantasma?
10. ¿Por qué?
11. Secretos
12. Ocho meses
13. Pasar página
14. ¿Una nueva oportunidad?
15. Noche de "hombres"
16. Su guerra: mi problema
17. Una más del montón
18. Bésala
19. Si te duele, te aguantas
20. Exclusividad, no. Preferencia
21. Miedos
22. Pulga
23. Compañeros de vida
24. Algo así como una madre
25. Para aliviar la fiebre
26. Las mujeres de mi vida
27. Mi primera amiga
28. Si todavía me quiere
Extra: "Mejor de lo que esperé" Samantha Burgos
30. Por ti
31. No son celos
32. Me estoy volviendo loco.
33. De cero
34. Distracciones
35. Ese último momento

29. Nunca me dijo "te quiero"

11.3K 1.1K 504
By BiancaMond

Los domingos siempre se genera en el grupo de Whatsapp de mis amigas una cadena de chismes sobre las fiestas transcurridas durante el fin de semana. Llevo algunos minutos enterándome de las tonterías que ocurrieron en casa de Julio, anoche, fiesta a la que no asistí por ir al bar Polzoni a hacer compañía a Eric y, por pedido de Brenda, a distraer a Lucas.

Estoy recostada en una silla del jardín, tomándome una foto que pronto subo a mis redes sociales. Al instante, dos chicos me escriben. El primero es guapo, va en último año y es compañero de Tadeo. El segundo tiene mi edad y asiste a otro colegio, he hablado con él en algunas fiestas y es bastante agradable. Aun así, los dejo en visto y coloco mi celular a un lado.

Recibir la atención de otros chicos no me llena, a pesar de que llevo mucho tiempo intentando que lo haga. La verdad es que la única persona que realmente quiero que vea esa foto nunca revisa sus redes sociales, por lo que no tardo en desbloquear de nuevo mi celular y enviársela directamente.

Bruno la revisa unos segundos después y me dice que me veo muy bien, lo cual me saca una sonrisa, puesto que él no suele ser cariñoso y, de hecho, últimamente lo percibía más tosco de lo normal.

Quisiera pedirle que nos veamos esta noche, pero llevo varios días suspendiendo mis salidas con los otros chicos por verlo a él y ya he quedado con Matías para hacer eso que llevo días pensando hacer.

Brenda sale al jardín en ese momento y se sienta a mi lado.

—¡Quiero matar a Bruno Belotto! —Se cruza de brazos, haciendo un puchero.

—Antes que nada, buenos días —la saludo, con una sonrisa pícara.

Anoche no vino a dormir a casa, y no tengo idea de qué estuvo haciendo o con quién.

—No son buenos días, por culpa de ese tonto —se queja—. Stacy, tenemos que hablar, creo que anda metido en algo extraño. ¿Tienes idea de qué hizo anoche?

Me encojo de hombros, intentando no preocuparme de antemano. Brenda siempre exagera un poco.

—No, solo me dijo que estaría ocupado —le contesto, sin evitar ahondar al respecto—. ¿A qué te refieres con algo extraño?

Ella suelta un suspiro.

—Mira... anoche lo seguí a un bar horrible y lo esperé afuera —Mi rostro debe mostrar desconcierto al escucharla, por lo que se apura en explicarme—. El punto es que cuando salió, estaba herido, se acababa de pelear... pero no quiso decirme qué ocurrió o qué hacía en ese lugar.

Ambas nos quedamos en silencio durante unos segundos, analizando. Ella parece estar recordando la noche anterior y buscándole una explicación a eso. Yo, sin embargo, creo haberla encontrado ya.

Me acomodo delante de ella y tomo sus manos entre las mías. Mi hermana es tan linda y se ha vuelto tan inocente en cuestiones de pareja, que ni siquiera se lo debe estar imaginando.

—Brenda, sé lo que ocurrió —le aseguro—. Bruno lleva tiempo yendo a ese bar que dices, así que tiene sentido que se haya estado encontrando ahí con alguna chica o varias. Probablemente, lo que ocurrió anoche fue que se enredó con la novia de alguien más y fue descubierto.

Ella niega, apretando los ojos.

—No, me dijo que tú eres la única que le importa... Y lo percibí sincero.

Suelto un bufido que me causa una especie de dolor por dentro, porque una parte de mí también quisiera creerle.

—No seas tonta, no va a decirte lo contrario.

—¿Y si se está metiendo en algo que no debe? —Insiste.

—Simplemente está siendo Bruno, el idiota de siempre —fuerzo una sonrisa para tranquilizarla, aunque no parece causar ese efecto en ella, por lo que intento cambiar de tema—. O sea que te pasaste toda la noche cuidando de él y por eso me pediste que me pase toda la noche cuidando de Lucas —me río—. Eres el colmo, Brenda. ¿Y en dónde dormiste?

Ella se remueve incómoda, suelta mis manos y se truena los dedos.

—Dormí en su habitación... Y él en la sala —se apresura en aclarar, como si pudiera pensar otra cosa—. Lo malo es que eso hizo pensar a Lucas que dormimos juntos, lo bueno es que ya lo aclaramos.

Me vuelvo a reír. En verdad sigue muerta por él y ya ni siquiera lo disimula delante de mí.

Nos pasamos el resto de la tarde poniéndonos al día con algunas cosas. Hablamos sobre el colegio, me cuenta acerca de su trabajo y también tocamos el tema de la próxima gira de los chicos. No puedo evitar sentir nostalgia al pensar que extrañaré a Bruno cuando se vaya.

Más tarde, Matías me escribe avisando que está afuera y salgo a su encuentro. Me subo a su vehículo y él intenta saludarme con un beso, pero estiro mi mano y lo detengo.

—Te dije que solo quiero que hablemos un momento —le recuerdo.

Arruga la expresión, sin entender.

—Bueno ¿A dónde vamos, muñeca? —Pregunta, a lo que niego con la cabeza.

—Aquí está bien, seré breve.

—Dime entonces, ¿qué ocurre? —Toma mi mano, pero la suelto de nuevo, con disimulo.

Prefiero que no confunda las cosas.

—Pienso que es mejor que no nos veamos más —lo suelto así, sin rodeos. No necesito adornarlo. Siempre supe que esto no duraría demasiado y asumo que él pensaba igual.

Como imaginé, se encoje levemente de hombros.

—Como quieras, pero respóndeme una cosa, ¿te aburriste de esto o te estás poniendo seria con alguien?

Su pregunta no demuestra interés más que el de salvar su propio orgullo. Si le digo que me he aburrido, probablemente se sienta ofendido. Lo más probable es que esté esperando que le diga que el problema es que he caído profundamente enamorada de otro.

No puedo evitar que la imagen de Bruno venga a mi mente mientras me cuestiono qué responderle. Por supuesto que no voy a mencionarlo, ni siquiera estoy segura de que él sea la razón por la que hago esto. Después de todo, no pienso volver con él.

—No se trata de ti o de algo que hayas hecho —le aclaro—, solo ya no quiero seguir con esto.

Eso es lo único que tengo por seguro. Matías está bien, es guapo y agradable. Simplemente... no es lo que estoy buscando.

Apenas ha llegado el martes y ya presiento que esta semana será una locura.

Lucas ha empezado a salir con una modelo. Aunque Tadeo dice que solo se trata de una estrategia para promocionar al grupo. Brenda se muestra bastante tranquila con esta noticia, incluso cuando ella, Samantha y yo estamos llegando al departamento de los chicos porque Francis sugirió que nos juntemos para conocer a Maia Preston, que así se llama.

—Me da igual qué tan genial sea —asegura Samantha—, a mí no me va a caer bien.

—¿Por qué no? —Le pregunto.

Sé que es bastante celosa de Lucas y de cualquier persona a la que tenga cierto aprecio.

—No quiero que nadie se acerque a mi mejor amigo —afirma ella—. Solo acepto a Brenda, después de todo, es mi amiga.

—Sam, no seas posesiva —le reclama mi hermana, mientras toca el timbre.

Tadeo nos abre un segundo después y encontramos a los chicos sentados en la sala, tomando unas cervezas. Diego también está aquí, como ya es costumbre, y una hermosa chica de cabellos oscuros, que asumo es Maia, se halla sentada al lado de Lucas.

Este último se pone de pie y nos la presenta con ánimos, confirmando mis sospechas.

—Los chicos ya me han hablado de ustedes —nos cuenta ella, con una sonrisa amable—. Me alegra mucho conocerlas.

—Ah, ¿sí? —Samantha levanta una ceja, sin disimular su desagrado—. ¿Y qué te han dicho?

Entonces Bruno interrumpe, bajando su bebida.

—De ti, que eres una histérica.

Algunos empezamos a reír, pero Lucas lo reprueba. Francis la abraza para que no se lance contra Bruno y yo me muevo hasta ubicarme al lado de este, en el sofá.

Los chicos comienzan a comentar cosas de la banda, de los preparativos para la gira y de la reacción de los fans al empezar a especular sobre la relación entre Lucas y Maia. Bruno no se fija demasiado en mí, mientras habla con ellos, pero de vez en cuando me hace leves caricias con sus dedos o me besa la mejilla.

Esa parte ingenua de mí quiere hacerle saber que lo mío con Matías ha terminado. Por otro lado, cada vez que me fijo en él, veo los rastros de la pelea que tuvo el fin de semana y que probablemente se debió a alguna chica.

Un mensaje de Ricardo llega a mi celular y él vuelve la vista hacia mí al notar que lo estoy revisando. Deja escapar un notorio suspiro de frustración.

Le molesta que hable con alguien más, pero él hace lo mismo.

O, al menos, eso creo.

No puedo evitar dudar respecto a la mujer que le escribió el otro día. Él me dijo que se trataba de su madre, pero no estoy segura. La verdad es que no recuerdo que me haya dicho antes el nombre de ella. De hecho, siempre ha evitado hablarme de su familia y nunca quiso llevarme a conocer su casa.

En un momento que me encuentro a solas con Lucas en la cocina, aprovecho para sacarme esa duda.

—¿Tienes idea de cómo se llama la madre de Bruno? —Le pregunto, mientras le cargo hielo a mi jugo.

El rubio me mira con el ceño fruncido, como si le sorprendiera que no sepa la respuesta a esa pregunta.

—Se llama Estela —me confirma de inmediato—. ¿No lo sabías?

Niego, avergonzada.

Una parte de mí siente alivio al confirmar que no se trata de una chica que él esté viendo. La otra, sin embargo, se siente dolida por entender lo poco que sé de su vida. Lo peor es que no se trata de algo en lo que yo no haya querido inmiscuirme, sino que él jamás se abrió conmigo respecto a esos temas.

Bruno nunca me ha tomado en cuenta, y es porque nunca fui importante para él, ni siquiera cuando era su novia.

A pesar de que Samantha aseguró que Maia no le caería bien, solo bastó con que esta halagara su bolso, para que terminemos las cuatro chicas hablando en la mesa un tiempo después, mientras ellos juegan videojuegos.

A Brenda también parece caerle bien Maia, aunque no por eso ha dejado de fijarse durante toda la noche en cada acercamiento entre Lucas y esta última.

La conversación que empezó enfocada en la moda, el maquillaje y las marcas con las que ella ha trabajado termina desviándose hacia los chicos una hora después.

—¿Y bien? —pregunta Maia—. ¿Quién de ellos está soltero? Digo, para no tener problemas con ninguna de ustedes.

Las tres nos quedamos en silencio. Ninguna se esperaba un cuestionamiento tan directo y, evidentemente, tampoco nos animamos a decir nada.

—Creí que te habías fijado en Lucas —comenta Samantha, confundida.

—Lucas es guapísimo y adorable, pero recién nos estamos conociendo —se excusa ella—. Y la verdad es que todos los chicos me caen muy bien. Además, también está bueno cotillear, ¿no lo creen? A ver, cuéntenme.

—Francis no está soltero —le responde de nuevo esta, logrando que Brenda y yo abramos la boca al mismo tiempo.

—Ah, ¿no? —Le pregunta mi hermana, emocionada.

—Pues... no. —Sus mejillas se encienden al instante y clava sobre Maia una mirada severa—. Él está fuera del juego, ¿ok?

La otra se echa a reír sin disimulo.

—No te preocupes —le dice, entonces voltea hacia mí—. ¿Y qué hay de Bruno? Lo he visto contigo.

Pienso bien qué palabras usar. No puedo decir que sea mi novio, porque no lo es, pero de repente me hace sentir muy insegura pensar que Maia pueda tener algo con él.

—Lo nuestro es complicado —me limito a responder.

—Y créeme —agrega Samantha—, no quieres fijarte en él. Es un gorila maleducado y amargado. Ninguna chica con buen gusto sería su novia, por eso Stacy no quiere nada serio con él.

Mi hermana rueda los ojos.

—Eso no es cierto. Bruno ha cambiado mucho.

Maia gira el rostro y se fija en él, antes de volver a hablar:

—A decir verdad, a mí me gustan más dulces, y él parece ser la clase de chico que nunca diría un "te quiero".

Tiene razón. Y, de hecho, nunca me lo dijo.

Bruno jamás me ha dicho "Te quiero".

Sus palabras me hacen sentir un golpe en el pecho y me producen más daño del que quisiera admitir. Brenda me conoce tan bien que parece haberse percatado, y me hace una caricia en la mano, por debajo de la mesa.

—No es así. Él se ve más duro de lo que es, pero en verdad quiere a Stacy —les dice, y yo me limito a forzar una sonrisa, simulando restarle importancia.

Maia inclina la cabeza, sonriente, y retoma el tema inicial:

—Bueno, me han dicho que a Tadeo le gustan los chicos, así que eso solo me deja libre a Lucas —concluye.

Brenda no disimula al replicar, con algo de nervios.

—¿Y qué hay de Diego? Él también está soltero.

La otra frunce los labios y sonríe de lado, encogiéndose de hombros.

—Es guapo, pero tampoco es mi estilo.

La cara de mi hermana me demuestra que está pensando lo mismo que yo: Eso significa que Lucas sí.

Lo cual resulta extraño... ¿Entonces para qué sacó el tema?

El resto de la noche transcurre en calma. Sin embargo, lo que Maia dijo sobre Bruno continúa resonando en mi mente.

Lo peor de todo es que llevo varios días sin ganas de ver a nadie que no sea él. Al principio pensé que solo se trataba de Matías, pero me equivoqué. También ha empezado a retumbar en mi cabeza la idea de sacar a Ricardo de mi vida.

Y no es como si no me hubiera percatado antes de que Bruno jamás me ha dicho "te quiero", sino que, escucharlo de la boca de alguien más, hace que vuelva a ser consciente de que no lo hará.

¿Por qué lo haría? Nunca ha sentido algo así por mí y no debería volver a hacerme ilusiones al respecto.

Pero, aunque me cueste admitirlo, lo hago cada vez más.

Uno de sus brazos rodea mi cintura por detrás de improvisto, y me sobresalto un poco.

—¿Qué haces aquí sola? —Me pregunta, agachando su cabeza para verme a los ojos.

No me había dado cuenta de que llevo varios minutos en la cocina, pensando en todo esto y sin volver junto a los demás. El jugo que había estado preparando se ha quedado por la mitad, así que tomo la cuchara rápidamente, fingiendo que estaba en eso.

—Solo... estaba distraída —le contesto, forzando una sonrisa.

Él deposita sobre la mesa un plato con dos pedazos de pizza, que traía en la otra mano.

—Te traje esto para que no te quedes con hambre. Tadeo y Maia pronto acabarán todo lo que hay.

A pesar de todo, Bruno siempre está pendiente de mí. Tal vez sea esa una de las principales razones de mis dudas. Porque, aunque él nunca me diga palabras bonitas, sus actos me demuestran interés y aprecio.

Giro entre sus brazos y le sonrío en agradecimiento. Coloco mis manos sobre su pecho y lo miro a los ojos, antes de intentar disipar algunas de esas dudas que me están empezando a carcomer.

—Bruno, ¿estás metiéndote en problemas últimamente?

Él rueda los ojos y levanta su mano libre hasta sostener mi rostro.

—No estoy metido en nada. ¿Qué demonios te ha dicho Brenda?

—Tienes la cara llena de golpes —resalto, mirándolo con reproche—, no necesito que nadie me diga nada para notarlo.

—Solo fue una pelea, Stacy. No te preocupes por eso.

Me encanta estar entre sus brazos y, a la vez, me molesta que se resista tanto a hacerme un hueco en su vida. Es tan cerrado y se esfuerza tanto por parecer fuerte que es incapaz de hablar de sus problemas con la gente que tiene cerca.

—¿Puedes contarme? —Insisto. A riesgo de que me sienta cargosa, quiero darle la oportunidad de abrirse conmigo.

—Tengo algunos asuntos que resolver con mi hermana y mi madre, eso es todo —se limita a responder—. Pronto se arreglará, así que no es algo de lo que debas preocuparte.

¿Entonces por eso su madre le escribió el otro día?

Me hace una caricia en la mejilla y luego junta nuestros labios en lo que parece ser más un intento de callarme que de sentir mis besos. Aun así, tenía muchas ganas de su contacto, por lo que continúo besándolo despacio.

Saber que dijo la verdad con respecto a su madre me hace dudar de todos esos momentos en los que pensé que se estaba viendo con otras chicas. En especial porque nunca lo vi con ninguna, en realidad.

Y él siempre asegura que solo sale conmigo, que soy la única en su vida. Pero ha mentido tantas veces antes. ¿Cómo podría estar segura?

Otra vez aparecen todas mis dudas... De nuevo estoy volviendo a ser esa tonta que muere por él y que juré dejar atrás.


""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""""

¡Llegamos a 100.000 vistas! Muchas gracias a quienes están siempre y apoyan cada capítulo. Pronto van a tener el extra para festejar.

Aprovecho para comentarles que hay un sorteo activo en el grupo en Facebook para quienes quieran ganar el desbloqueo de "Hasta que su muerte nos separe". Tienen hasta el 30/04/21 para participar.

Les dejo el link para que puedan ingresar:

https://www.facebook.com/groups/1498968580271948

¡Abrazos!

Continue Reading

You'll Also Like

2.4M 145K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
66.1K 5.8K 63
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitos...
544K 35.5K 101
Becky armstrong es una chica de 15 años que queda embarazada de su novia Freen. Será que Freen Sarocha se arrepiente por no haber usado protección...
54.3K 3.8K 82
Donde Mia Campos entra a la casa más famosa del mundo a jugar o donde conocera a gente que se volverán parte de su vida y conocera también al amor ic...