Enamorándome de mi peor enemi...

By RosePP

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Todos quieren atención, todos quieren ser reconocidos, todos quieren ser populares. Todos menos Mia. Ella es... More

━━𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒 𝐄𝐗𝐓𝐄𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀
━━𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀𝐍𝐓𝐄
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
6. En el hospital con Stilinski
7. Tragedia en el bus escolar
8. Intrusos en el almuerzo
9. A walk to remember
10. Interrogatorio
11. Hombre Lobo
12. Noche de escuela
13. ¿Derek es el asesino?
14. Fin de una pesadilla comienzo de otra
15. Danny lo sabe
16. El karma es una perra
17. Soñando con Scott
18. Inoportuno
19. Juguemos en el bosque
20. Ciento veinte dólares
21. No es una cita
22. Jackson lo sabe
23. A mí también
Epílogo
Extra: Hablando con... ¿Mia?
Extra: Juramento
Extra: Protegerla
━━𝐀𝐋𝐆𝐔𝐍𝐀𝐒 𝐏𝐀𝐋𝐀𝐁𝐑𝐀𝐒

CAPÍTULO 2

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By RosePP


          AQUEL FATÍDICO DÍA llegó.

Hoy era el primer día de clases y, a pesar de que extrañaba estudiar, no quería ver a nadie. Las vacaciones son perfectas, porque no me obligan a interactuar con nadie. Soy una persona que vive feliz de esa manera. Ahora, todo cambiaba.

Mis clases empezaban a las ocho de la mañana, lo que significaba que debía levantarme a las seis y media para poder llegar a tiempo. Las seis y media de la mañana es una hora inhumana para levantarse. Cuando mi despertador sonó, solo quería seguir durmiendo. Yo no soy de aquellas personas que aman levantarse temprano—gente como esa está loca—pero la escuela no me permitía continuar con la rutina de las vacaciones.

Solo tengo que decir que dormir es lo más hermoso que hay. Además, de comer, leer y Netflix, claro está.

Fui a la cocina a prepararme algo de desayunar. Se supone que esa es la comida más importante del día y no podía perderla, aunque, si soy sincera, casi siempre lo hacía. Ese es el problema de dormir hasta tarde. Hoy; sin embargo, tenía tiempo de prepararme huevos revueltos, sí, algo fácil, tampoco me voy a preparar un banquete.

Vivía solamente con mi padre y con Lobo, el primero siempre estaba de viaje y parecía que solo conviviéramos mi perrito y yo. Mi madre falleció hace cinco años y desde entonces se siente un gran vacío en casa. Al inicio era mucho más difícil estar aquí, ahora ya me había acostumbrado. A pesar de eso, no pasa un día en que no la extrañe.

—Cuida la casa, ¿sí? —le pedí a Lobo antes de salir hacia la escuela.

Él ladró en respuesta y movió la cola. Ya le había dejado comida y agua, por lo que sobreviviría el resto del día.

—Buen chico, nos vemos más tarde.

          Llegué a la escuela con varios minutos de anticipación, por lo que permanecí dentro de mi hermoso auto un Volkswagen Beetle convertible de color blanco perlado—si no se nota, adoro mi auto—durante unos veinte minutos. Vi a Jackson parquearse con su Porche muy cerca de mí, al lado del estacionamiento de bicicletas, justo cuando Scott McCall había llegado. Al salir del coche, Jackson golpeó a Scott con su puerta. Pude ver que mi amigo le dijo algo y estoy segura de que no fue un «buenos días».

Jackson asintió cuando me vio y luego entró en la escuela. Era un poco triste no conversar con mis amigos; pero esa era la elección que tomé.

Luego de dos minutos más, decidí que debía ingresar a la escuela, aún faltaba que la campana sonara, pero debía ir a mi nuevo casillero y luego correr a clases. La primera era Literatura y estaba emocionada por hablar del libro que dejaron en verano. La Metamorfosis.

Caminando hacia la puerta principal, me topé con algo completamente desagradable, algo que solo podía ser un mal augurio para el resto del año escolar.

Stiles Stilinski.

De pronto sentí que quería regresar todo mi desayuno. Su simple presencia me provocaba vómitos. Bien, tal vez exagero, pero sí lo odio. No logro entender por qué tiene que ser justamente él una de las primeras personas con las que me topo en el día. ¿No podía ser Chris Hemsworth? No pido más.

Stilinski estaba conversando con su mejor amigo Scott, el pobre que había sido golpeado con la puerta de Jackson minutos atrás. Mi peor enemigo estaba emocionado, demasiado para ser tan temprano por la mañana.

Quisiera recalcar que yo no soy una persona que tiende odiar a otras. En realidad, Stilinski no es mi peor enemigo, es el único. Hay mucha gente que me desagrada, pero nadie tanto como él. En mi defensa, Stilinski me detesta tanto como yo a él.

Cuando ya había asimilado que tendría que pasar al lado de ese ser tan desagradable para entrar a la escuela—ya que él estaba de pie sin hacer nada más que lucir su asquerosa emoción—, mi mejor amiga apareció. Ella caminaba a unos metros delante de mí.

—Es lo mejor que le ha pasado a este pueblo desde... —había empezado a decir Stilinski y se detuvo momentáneamente cuando vio a Lydia—... desde el nacimiento de Lydia Martin —concluyó—. Hola, Lydia, te ves... —mi mejor amiga pasó por su lado sin siquiera notarlo—... como si fueras a ignorarme.

Si hace unos segundos estaba echando chispas por tener que ver a Stilinski tan temprano por la mañana, ahora estaba riendo a carcajadas. Hay varias razones por las que amo a Lydia, una de ellas es porque sabe cómo torturar a Stilinski, y eso que ella no se da cuenta de que lo hace.

Algo que debe quedar claro es que Stiles Stilinski está completamente enamorado de Lydia Martin. Sí, esa patética excusa de hombre cree que algún día mi mejor amiga le hará caso. Pobre iluso.

—Eso no es gracioso —gruñó Stilinski cuando se dio cuenta de que me estaba burlando de él.

Estaba riendo tanto que mi estómago me había empezado a doler. No me pueden culpar por hacerlo, su sufrimiento es mi alegría.

—Tal vez para ti no lo es; pero para mí eso es lo mejor que le ha pasado a este pueblo —contesté haciendo referencia a lo que él había mencionado anteriormente—. La mejor parte fue tu rostro de decepción. ¿Puedo tomarte una foto? —pedí sacando mi celular y tomando una de todos modos—. Este momento es algo que recordaré el resto de mi vida. Desearía haberlo grabado.

Stilinski entrecerró los ojos y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Seguramente tienes mil fotos mías, después de todo, has estado enamorada de mí desde siempre.

—¡Oh, claro que sí! —exclamé—. Toda mi vida, no sabes cuánto. Tengo una estatua tuya hecha de goma de mascar, así como la que tenía Helga en «¡Oye!, Arnold» —contesté sarcásticamente y luego agregué seria—: La diferencia es que yo te hago vudú.

Stilinski abrió la boca para decir algo y luego de pensarlo bien, porque se tomó unos segundos, respondió—: Pero tienes algo mío. Eso prueba que me amas y que no soportas que yo esté enamorado de Lydia.

—Me das tanta lástima, Stilinski.

—No lo has negado —apuntó.

Rodé los ojos en respuesta a su comentario y luego me dirigí a su mejor amigo.

—Si algún día me enamoro de él, tienes mi permiso para lanzarme por un acantilado —luego agregué—: Asegúrate de que no sobreviva el impacto.

—Yo lo haré —aseguró Stiles—. Lo haré con mucho gusto.

—Sí, lo que sea —contesté rodando los ojos nuevamente—. Aunque me encantaría seguir hablando con ustedes, tengo mejores cosas que hacer.

Continué mi camino hacia la entrada, tranquila, al menos ya no estaba más en presencia de Stilinski. O al menos eso creí, pues luego escuché que gritó a mis espaldas.

—¡¿Cómo qué?! ¡Si no tienes amigos!

No me molesté en girar, me limité a mostrarle el dedo medio y continué con mi camino. Ya estaba acostumbrada a estos encuentros con Stilinski, ambos nos odiamos, ambos nos tratamos mal. Jamás congeniaremos y eso no me preocupa. Solo faltan tres años para terminar la escuela y luego podré largarme de la ciudad y no volveré a verlo.

—¡No me intimidas, Anholt! —gritó.

Cómo desearía que Lobo se comiera a Stiles.

          El primer día de clases siempre traigo muchas cosas conmigo, por lo que fui feliz cuando llegué a mi casillero y pude vaciar mi mochila. Mi espalda lo agradecía bastante. Mientras acomodaba todas mis pertenencias, noté que mi nuevo vecino de casillero llegó. Fue una mala pasada del destino que ese vecino sea mi enemigo.

Gracias karma, por ser una maldita perra.

En serio, preferiría tener a Greenberg—un compañero de clase—como vecino. Cualquiera sería mejor que Stiles Stilinski.

—Anholt —mencionó él.

—Stilinski —contesté.

No había necesidad de hablarnos. Solamente cuando actuábamos de manera civilizada—una vez cada un millón—nos llamamos por nuestros apellidos. Nuestro encuentro previo parece que nos había agotado a ambos, así que preferimos ignorarnos luego de eso.

Cuando estuve lista, cerré mi casillero tan fuerte, que Stilinski saltó del susto. Alcé una ceja en su dirección y luego me fui. Antes de ir a la clase de Literatura, decidí pasar por el baño, pues no es bueno que me den ganas durante la clase. No me gusta salir si puedo evitarlo.

Al salir del cubículo, me encontré con Lydia, quien estaba retocando su maquillaje. Es increíble, ni siquiera hemos empezado la primera hora de clases. ¿Qué tanto pudo desarreglarse en veinte minutos?

—En serio, Lydia. ¿Es necesario que retoques tu maquillaje cada segundo? —cuestioné. Me puse a su lado para lavarme las manos y con mi cadera la empujé, ya que los otros lavabos no funcionaban.

No había más personas en el baño, probablemente porque las clases estaban por empezar, así que no tenía ningún problema en conversar con mi mejor amiga.

—Ya deberías saber la respuesta a eso —contestó. Aplicó una última capa de labial y luego sonrió, al parecer quedó contenta con el resultado.

—Sí, la respuesta es que no es necesario.

Guardó sus cosméticos en su bolso Gucci y giró hacia mí.

—Mia, a veces me pregunto si me conoces. Ya sabes que siempre debo estar impecable, eso incluye mi maquillaje.

Rodé los ojos al oír eso.

—Tú siempre estás impecable.

Ella asintió.

—Porque nunca dejo que mi maquillaje y atuendo se estropeen. —Fue en ese momento que le dio un vistazo a mi conjunto y luego a mi rostro—. ¿Estás segura de que tú no quieres...?

La interrumpí antes de que pudiera concluir con eso.

—Si dices Makeover, el trato se cancela.

No me fascinaba la idea de asistir a la fiesta del viernes, pero, si con eso lograba que Lydia me dejara en paz, entonces me sacrificaría.

—Sí, lo sé —contestó a regañadientes—. Nos vemos luego, Mia.

Me guiñó un ojo antes de salir del baño. Solo tengo que sobrevivir cinco días más y luego seré una persona libre. Mi mejor amiga no volverá a pedirme que haga un makeover.

Con ese pensamiento salí del baño con dirección a mi clase de Literatura. La idea de ser libre era genial. He vivido todo el año pasado negándome a Lydia, ahora por fin todo pararía. Estaba tan contenta por ese hecho que no me di cuenta de que el salón ya estaba casi lleno al entrar a este.

El profesor había llegado, pero hacía un gran trabajo en ignorar a los estudiantes, mientras esperaba que la última campana sonara.

Yo, por otro lado, estaba gritando de impotencia en el interior.

Solo había dos espacios disponibles. Los dos demasiado cerca a Stilinski. Uno estaba delante de él y el otro a su lado derecho. Me preguntaba qué estaría pagando para tener tanta mala suerte en un solo día. No, ni siquiera ha pasado una hora y ya estoy jodida.

Primero, me encuentro con Stilinski en la entrada de la escuela. Luego, me entero de que es mi vecino de casillero y, por último, está en mi clase de Literatura, donde los únicos sitios disponibles están cerca de él. Maldigo mi vejiga por no aguantarse un par de horas de clase.

No, maldigo más la existencia de Stilinski.

Esta situación tenía que ser analizada cuidadosamente. ¿Cuál es el mal menor? Sentarme al lado de Stilinski significa que podría verlo de reojo y esa posibilidad era horrorosa. No quiero ver ni su sombra. Por otro lado, si me sentaba al frente de él, no tendría que verlo. Esa era la mejor opción.

Cuando me aproximé al asiento elegido—el mal menor—, crucé miradas con mi enemigo, quien no parecía contento de verme en la misma clase que él. Bueno, el sentimiento era mutuo.

—El asiento está ocupado —declaró.

Tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿Por quién? ¿Por tu novia imaginaria? —pregunté inocentemente y luego sonreí con malicia—. Oh, es verdad. Casi olvido que tu novia imaginaria es tu mano derecha.

Stilinski quedó con la boca abierta de la impresión. Le dirigí una sonrisa de oreja a oreja, contenta por el resultado de mi comentario y tomé el asiento que había elegido desde un principio.

—Te odio —murmuró.

Rodé los ojos a pesar de que él no podía verme.

—El sentimiento es mutuo —contesté sin girarme.

Scott McCall estaba observando nuestro encuentro, trataba de ocultar una risita, aunque no hacía un buen trabajo. Probablemente se estaba burlando de mi comentario sobre la novia imaginaria de su mejor amigo.

Podría decir que Scott no es mi enemigo, pero tampoco mi amigo. No he tenido grandes conversaciones con él, solo ocasionalmente y ambos nos tratamos cortésmente. No tengo ningún problema con él y, a pesar de que me lleve terrible con su mejor amigo, eso no ha afectado nuestras interacciones. Por ese motivo, le mostré una sonrisa ladina cuando lo vi burlarse de Stilinski.

—Como ya saben, hallaron un cadáver en el bosque anoche.

El profesor se había puesto de pie y ahora estaba escribiendo en la pizarra. Eso no sería raro, si no hubiera mencionado el hallazgo de un cadáver.

Todos en el salón parecían al tanto de esta noticia, incluso el par a mi lado. Tal parece ser que he estado demasiado concentrada en ver Netflix que he dejado de lado ver el noticiero—no es que siempre lo revisara. Debería darme un tiempo en enterarme lo que está sucediendo fuera de las series que me tienen enganchada.

Mientras el profesor nos hablaba sobre el programa de estudios y que deberíamos de revisarlo—algo que ya hice—, el subdirector ingresó al salón seguido de una chica bastante alta. Nunca la había visto antes, por lo que debía de ser nueva. Era una chica muy bonita, tenía el cabello largo de color negro que hacía contraste con su piel nívea. Tenía un conjunto de ropa a la moda, algo que definitivamente sería aprobado por Lydia.

La chica parecía algo perdida, lo cual es obvio, pues es nueva y llegar a esta escuela llena de idiotas como el que está sentado detrás de mí, puede descuadrar a cualquiera.

«Te compadezco y apoyo en tu dolor», son palabras que quisiera decirle.

—Alumnos —llamó el subdirector. Inmediatamente todos dejaron de conversar y le prestaron atención—. Ella es nuestra nueva estudiante, Allison Argent. Hagan lo posible para hacerla sentir bienvenida.

Allison, la alumna nueva, parecía cohibida durante la presentación. Parece que no le gustaba ser el centro de atención. No sé qué haría yo si tuviese que pasar por algo así. Odiaría ser presentada de esa manera frente a desconocidos.

Cuando le dijeron que tomara asiento, ella asintió con una sonrisa tímida y caminó hacia el único lugar que seguía libre. El asiento detrás de Scott. El que yo no quería, pues estaba al lado del troglodita.

Pude notar que Scott no le despegaba la mirada a Allison y, aunque admito que yo también la he estado observando, no lo he hecho con ojitos de cachorrito enamorado. Es como si Scott estuviese a punto de besar el piso por donde ella camina.

El subdirector no tenía nada de qué preocuparse. Ya hay alguien que está totalmente dispuesto a hacerla sentir bienvenida.

Scott McCall se ofrece de voluntario.


Editado: 07/04/2020

«¡Segundo capítulo! ¡No puedo creer que esto ya tenga al menos una visualización! Gracias por leerlo :)». Esta es una nota que escribí cuando subí este capítulo por primera vez y he decidido dejarla por nostalgia.

Aquí les dejo una foto del Volkswagen de Mia:

¿Qué opinan de la relación entre Mia y Stiles?

xoxo,

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