Inuyasha sonrió complacido con su obra de arte plasmada en papel hecho con plumones, miro al frente con su ceño fruncido al niño que hablaba y jugaba con su mejor amiga.
En su mente su compañero de segundo ya estaba muerto.
— ¡Señorita Inuyasha hizo un dibujo de miedo! — grito su escandalosa compañera con la que le había tocado ser pareja de banco a obligación de la dinámica de la docente.
— ¡Yuka no grites y no exageres por favor! — respondió la maestra caminando hasta la mesa del peli plata que solo estaba concentrado en los movimientos de su compañero con su mejor amiga.
— Señorita pero mire... tiene sangre.
— Ay, Yuka no... — la maestra se calló, impactada y aterrada vio el dibujo de su alumno de 8 años — Lla... llamaré a sus padres y... al psicólogo...
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— Señor y señora Taisho, necesito una explicación a esto. Un dibujo así traería muchas consecuencias... llamado de atención o derivación para ayuda psiquiátrica para su hijo Inuyasha...
Izayoi e Inu No miraron el dibujo sin saber que decir, avergonzados claro estaba pero asustados no... su hijo estaba bien mentalmente o al menos eso esperaban.
— ¿Ocurrió algo en la casa para que Inuyasha dibuje algo como esto? — señaló una vez más el aterrador dibujo.
— En casa todo esta normal, la pregunta que yo tengo ¿Es que sí en su aula todo está bien? — pregunto Izayoi.
— Por supuesto, recientemente tuvimos una nueva dinámica en dónde los compañeritos cambiaban de banco y compañeros para que entre ellos socialicen mucho mejor como curso — explicó orgullosa la maestra de su idea.
— ¿Entonces separó a mi hijo de Kagome? — indignado soltó Inu No.
— ¿Higurashi? Claro, todos cambiaron de lugar y compañero. Inuyasha con una nueva compañerita y Kagome con un compañerito.
— Uy no...— negó Izayoi reconociendo el porqué del acto de su pequeño hijo.
— Usted sí que está demente señorita, sin ofender — dijo Inu No — Junte a mi hijo Inuyasha ya mismo con Kagome sino quiere que una catástrofe suceda... juntelos nuevamente y vera como mi hijo dibujará solo paisajes coloridos.
— ¿Cómo?
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— ¡Qué lindo! — Kagome abrazó a Inuyasha al verlo terminar su dibujo.
— A ver Inuyasha tu dibujo — se acercó la maestra al peli plata y a la pequeña azabache abrazada a su compañero — Muy lindo el paisaje y muy colorido...
— Puse la inicial de mi amiga dentro de un corazón porque la quiero mucho seño — sonrío radiante Inuyasha, ahora estaba tranquilo y feliz con Kagome nuevamente a su lado.
La maestra se alejo para regresar a su escritorio. Agarró el legajo de su alumno Taisho e hizo su nota en letras grandes y negras.
"No alejarlo de Kagome Higurashi, reacciona de manera agresiva. Repito, No alejarlo de Kagome Higurashi"
— Uff... — miro una vez más a sus dos alumnos pegotes, Inuyasha estaba tranquilo con la presencia de Kagome Higurashi a su lado, esa niña era su dardo tranquilizante.
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Yo igual creo que Inuyasha necesita ir a terapia.