¿Qué te interesa de mí?

נכתב על ידי baby_carat23

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Después de todo lo ocurrido en Shibuya, Megumi Fushiguro tiene muchas cosas en las que pensar, sucesos doloro... עוד

Al despertar
Manos entrelazadas
Traidores
charla
Respuesta confusa
Detrás de la puerta
Maldición humana
Acuerdo olvidado
Nueva Realidad
Volvamos a casa
Reestablecer el orden
Polémico Anuncio
Decisión correcta
Acepta lo que sientes
Te amo

Final

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נכתב על ידי baby_carat23


- Vamos Fushiguro, hazlo de nuevo.

- No, deja de molestar.

- Ohhh vamos Megumi, deja que los demás también lo vean.

Megumi resoplo con molestia ante la insistencia del castaño y las miradas de sus compañeros puestas sobre él.

Después de mucho ajetreo durante los últimos meses, finalmente la normalidad estaba retomándose. Así que, aprovechando que todo estaba en relativa calma, habían aprovechado para reunirse los estudiantes de primer y segundo año en el patio de la academia para charlar y divertirse entre todos después de mucho tiempo sin verse.

O así era hasta que Itadori comenzó a molestarlo.

~ Megumiiiiin.. por favooor~ el castaño canturreó a su lado jalandole de la manga de su uniforme para molestarlo por lo que ya harto de las plegarias del mayor junto sus manos recreando la figura con sus dedos y, a pesar de estar muriendo de vergüenza por esa técnica, invocó a su shikigami con las mejillas tintadas de rosa

Estampida de Conejos

Entonces un montón de animalitos de pelaje blanco saltaron en todas direcciones haciendo que los presentes suelten exclamaciones y suspiros delatando la ternura que sentían al ver tan inofensiva técnica.

- Esto es lo más lindo que he visto en mi vida - Yuuji saltó con un montón de nubecitas esponjosas atrapadas en sus brazos que movían sus naricitas sonrosadas mientras Itadori frotaba sus mejillas contra sus suaves cabecitas - Son conejitos tan tiernos.

- No sabía que la técnica de las diez sombras tenía este ritual - Maki comentó observando a un conejo que había atrapado y mantenía sujeto del pelaje del cuello hasta la altura de su rostro - ¿Para que sirven exactamente? ¿hacen algo especial?

- ¿Lanzan rayos láser? - el castaño dio saltos de alegría emocionado a más no poder con esas criaturitas esponjosas. Los demás que también acariciaban a los conejos voltearon a mirarle con cara de idiota.

- Podrías dejar de decir cada tontería que se te pasa por la cabeza - Nobara frunció el ceño y le dio un manotón en la cabeza haciéndole quejarse unos instantes - en verdad no existe una persona más tonta que tú.

- Solo sirven de distracción - soltó secamente subiendo el borde del cuello alto de su uniforme para cubrir su rostro - No valía la pena hablar sobre una técnina inútil.

- Nosotros no lo sabíamos pero este idiota si - la única chica de primero se acercó a Megumi señalando al pobre tonto que seguía emocionado por los conejos en sus manos - Me hace sentir mal ser la excluida entre los tres ¿sabías?

- Yo.. no

- ¡Aaaah!... No es como que me importe mucho pero ustedes dos siempre se meten en su mundo y me dejan de lado, saben todo del otro y me lo ocultan a mí ¡Y eso me molesta mucho! - Nobara gritó agarrando las mejillas del pelinegro y estirándolas a pesar de sus quejas - ¡¿como se atreve un tonto como tú a marginar a la gran Nobara Kugisaki?!

- ¡Kugisaki no lo mates! - Itadori intentaba separarlos sin saber que hacer mirando a los demás que solo reían al ver al serio Fushiguro ser maltratado por la chica - ¡Nunca te hemos marginado, tu eres la que te alejas de nosotros!

- ¡Ese no es el punto, idiota!- gritó, sus manos se ciñeron en la piel enrojecida con más fuerza haciéndole quejarse más - que este tipo te prefiera a ti sobre mí me hace sentir derrotada, no me importa si me viene a contar las grandes tristezas de su vida pero.. ¡que tu me ganes en algo es inaceptable!

- Oye, dile a esa mocosa que quite sus asquerosas manos de lo que es mío.

una voz fuerte hizo acto de presencia en medio de aquella situación y entonces, las miradas de todos se dirgieron a un solo punto, especificamente hablando, a aquellas anormalidades que se habían formado en un lado del rostro del recipiente de Sukuna.

- O yo mismo le arrancaré las manos por atrevida.

Itadori se apresuró a cubrir su mejilla con una sonora palmada rezando mil y un veces que la maldición que tenía dentro no dijera ni una sola palabra más. Todos se encontraban en silencio pesado y tenso y aún con la atención de todos puesta encima del castaño Nobara habló.

- ¿que demonios fue eso? ¿a que se refiere que estaba tocando algo que es suyo?¿se refería a Megumi? - preguntó. Ella finalmente soltó al pelinegro que estaba pálido mandando indirectas y miradas fulminantes a Yuuji para que no se le ocurra hablar de más - ¡El idiota se atrevió a amenazarme!

- K-kugisaki.. yo te e-explico...

- ¿Crees que te tengo miedo maldición asquerosa? ¡ven aquí te pateare el culo por insolente! - Nobara intentó acercarse pero fue agarrada por panda evitando que se moviera.
- ¡Es mejor que expliques que quiso decir o te mataré, Itadori!

- Este S-Sukuna.. él..

- Ya cuenta que desesperas.

- ¡Shake!

- Itadori por favor explicanos por que Sukuna dijo eso.

Yuuji estaba asustado pasando su atención de las miradas inquisitivas hasta la preocupada y amenazante de su amigo así que intento pensar lo más rápido posible una excusa que pudiera convencerlos a todos.

- Bueno, como sabran Sukuna y Megumi pelearom una vez.

- Sí, eso ya lo sabíamos.

- Lo masacron mejor dicho.

- Okaka.

- Me lo comentó el profesor Gojo cuando fue a visitarme al extranjero. Puede ser un poco tarde pero.. que te mejores pronto, Fushiguro.

- Gracias Okkotsu-senpai.

- Continuando, desde esa vez Sukuna se interesó mucho en Fushiguro porque es fuerte y a pesar de saber que estaba en desventanja peleo con él sin acobardarse y eso le resultó admirable. Así que desde ese momento es su más grande Simp... digo es simpático con él, casi son padre e hijo.

Si bien no se vieron tan convencidos por esa excusa tonta Itadori dió una profunda exhalación para relajarse, nadie parecía tener las intenciones de indagar más sobre ello así que pudo aliviarse al igual que Megumi que pese a que le había dado una mirada extraña por su pobre excusa logró respirar mejor cuando todos dejaron el tema de lado. Todo estaba bien.

O al menos así fue hasta que...

- ¿Ustedes follan con sus hijos?

Itadori gritó asustado cubriendo de nueva cuenta la boca en su mejilla. Miró a los lados nervioso esquivando las miradas asombradas de sus compañeros y al pálido Fushiguro que parecía a punto de desmayarse.

- Fushiguro - llamó la castaña con voz seria - La primera vez que te vi pensé que eras un tipo capaz de incendiar gaviotas en petróleo pero jamás me imagine...que te gustaba follar con maldiciones.

- Eso no... no es cierto - respondió el castaño como pudo, la verguenza le estaba consumiendo - No es lo que piensan.

- Siempre te ves tan serio que nunca me imagine que tuvieras esos gustos, Megumi - Maki le miró asombrada con una sonrisa de lado - pero esta bien por ti, mira que tirarte al rey de las maldiciones.. uff.

- Maki-san...

- Ja, me alegra saber que no soy el único que tiene de pareja a una maldición - Okkotsu sonrió feliz acercándose al menor para darle una palmadita en la espalda - Ahora los dos somos unos enfermos ¿que te parece?

- Yuuta, no ayudas.

- Oigan, si Fushiguro tiene sexo con Sukuna eso quiere decir que también lo hace con Itadori - Panda quien antes sostenía a Nobara preguntó con su mano sosteniendo su barbilla pensativo - Porque después de todo el dueño del cuerpo es Itadori asi que...

- ¿Qué? ¡No! ¡¿Por qué estamos hablando de esto?!

- Es una pregunta interesante panda-senpai - continuó Nobara - ¿Esto puede considerarse un trío? Porque si bien el que maneja el cuerpo en el acto es Sukuna, Yuuji sigue siendo el dueño y es su cuerpo quien se presta para el coito. ¡Por lo que llegamos a la conclusión de que Megumi se tira a los dos al mismo tiempo!

- Chicos.. por favor.. ya basta -

Megumi, quien había estado muriendo por como sus amigos hablaban sin descuido sobre algo tan privado de su vida, volteó a ver al pobre muchacho que moría de nervios de manera fulminante haciendo que se encoja ante la enfurecida pupila azul que parecía querer destrozarlo.

- ¡Voy a matarte, Itadori!

- ¡No fue mi culpa, fue Sukuna!

- ¡Cuando mueras tú se muere ese hijo de puta! - gritó - Voy a matarlos a los dos.

El pelinegro temblaba de rabia y verguenza, sus puños estaban apretados y decididos.

¡Definitivamente los mataría!


- Megumi... ¿estás enojado? - unos suaves golpes resonaron en la puerta de madera, y detrás de esta no se emitía ningún sonido - Oh vamos ábreme la puerta.

Silencio.

- Oye, no exageres no fue para tanto.

No había respuesta.

- Megumi... Oye, Megumi... abre la puerta - su mano se estrelló con más insistencia. Ahora estaba un poco nervioso - ¡Di algo al menos!

- ¡Lárgate de aquí, Sukuna! - se escuchó - ¡Vete ahora o voy a matarte!

- ¿por qué estás tan enojado? - preguntó - Nadie se lo tomó mal de hecho, todos bromearon sobre ello.

Sukuna habló sin pensarlo mucho por lo que le tomó completamente desprevenido cuando la puerta se abrió y un tremendamente enojado Fushiguro le recibió enfrentándole con rabia e indignación.

- ¡Sabías desde el inicio que esto era un secreto, nadie tenía que saberlo! ¿es que no te importa lo que yo quiero? ¡¿por qué hiciste eso?! - cuestionó con rabia - se supone que lo mantendriamos en secreto porque esto no es normal, ellos se burlaron pero y si ahora estan pensando en que es raro, que yo soy raro...ellos se alejaran de mí y...

- Y te sentirías mejor mintiéndoles toda la vida - interrumpió la maldición suavizando su mirada para calmarle - Te sientes mal a la hora de mentirle a las personas que quieres y eventualmente te cansarías de ocultar lo nuestro, te sentirías culpable y al final te rendirías. Solo te quite ese peso de los hombros.

Megumi relajó su ceño fruncido y mordió su labio inferior, las lagunas azules brillaron con lágrimas y en un sollozo habló.

- Al menos hubieras respetado mi decisión de mantenerlo en secreto. Es bueno que reaccionaron bien pero... y si no pasaba así.

- He visto a esos mocosos a través de los ojos de este tonto sabía bien que ellos no te juzgarían - respondió encogiéndose para después pasar su mano por la mejilla del otro. - Y bueno, vi la oportunidad y la use. Estaban todos divirtiéndose así que era el momento propicio para revelarles todo sin que se alteren tanto - sonrió e hizo una pausa - Si ya no estás tan enojado... ¿me dejas entrar?

El pelinegro aceptó asintiendo despacio para después abrir la puerta y se hizó a un lado dejándole pasar. Sukuna entró a la reconocida habitación y sonrío cuando el muchacho, cansado, se lanzó en su cama apegado a la pared, dibujaba formas invisbles sobre la superficie con sus dedos cuando un peso extra se posó en el colchón y la calidez de otro cuerpo se instaló en su espalda, fue abrazado por la cintura y sintió como aquel hombre frotaba su nariz contra su cabello y cuello causandole cosquillas por como aspiraba el aroma que desprendían aquellas zonas.

- Pérdoname ¿sí? - murmuró a un lado de su cuello - se que no respete lo que pediste pero no quería que te agobies por escondernos. Solo quiero estar contigo sin limitarme por lo que dirán otros, tus amigos ya lo saben y te aceptan así que lo demás no importa. Ya no estes molesto, por favor.

Megumi sintió sus mejillas calentarse y una pequeña sonrisa adornar su rostro, sus dedos delgados se deslizaron encima de las venas sobre la mano que le abrazaba, los nudillos y las finas líneas que se formaban con lentitud. Dejó de garabatear la pared y tomó la mano de Ryomen.

- Esta bien - susurró - Pero la próxima vez que hagas algo como eso te prometo que te mataré.

Megumi se volteó ahora quedando frente a la maldición, acarició su rostro, sus ojos escaneando cada parte de la mirada dulce de Sukuna sobre él y sonriendo ligeramente le susurró.

- Te quiero -

Las pupilas carmín temblaron.

- Te quiero mucho, Sukuna - Megumi se acercó abranzando a la maldición con cariño - Quisiera estar contigo siempre.

- El corazón del mocoso esta defectuoso - Respondió - late demasiado rápido.

El hechicero parpadeo varias veces y después se carcajeó suavemente.

- Eres un tonto, mataste el momento.

- siempre que estoy contigo pasa esto - su voz fue bajando gradualmente a medida que sentía como el muchacho se acercaba, sus labios estaban a punto de tocarse - Es raro.

- Lo sé, me pasa lo mismo - las puntas de sus narices se acariciaron - mi pecho late porque te quiero.

Entonces Megumi dejó un beso casto y cortito sobre los labios de Sukuna, y otro, y otros besitos fugaces y tiernos que sonrojaban a la maldición hasta que este tomó su rostro entre sus manos, le miró por unos instantes con la intensidad característica de esos orbes de sangre y; finalmente, le besó.
Los labios se movieron sobre los contrarios despacio, saboreando con lentitud, sin pasión solo amor destilando en medio de la habitación.
Megumi se recostó sobre su espalda y Ryomen se colocó encima suyo sin despegarse entrelazando sus manos con firmeza mientras continuaban besándose al mismo ritmo.

Tranquilos minutos pasaron y sus labios decidieron separarse, se admiraron por incontables segundos, los pozos azules y las lagunas de sangre chispeando en amor y felicidad mientras recorrían su mirar por el rostro del otro. Y el corazón descompuesto de la maldición vibraba, clamando por soltar una verdad que ya había sido liberada, unas simples palabras que anhelaban ser cantadas.

Sukuna sonrío y finalmente lo soltó.

- Te amo Megumi.

Lo admitió. Lo sabía desde el momento en que le demostró su potencial. Lo hizo notar cuando salvó al hechicero, cuando contra todo pronóstico decidió arrancarlo de las garras de la muerte y llevárselo consigo.

Lo amaba, a su lindo hechicero, callado, valiente, amable, reservado y tierno.

- Te amo tanto Megumi Fushiguro.

Y se encargaría de hacerlo feliz como se lo prometió al mocoso y a si mismo.

Por su palabra como el gran y único Rey de las maldiciones.







Y fin.
Tengo que pedir perdón por la demora estuve muy ocupada estas últimas semanas. No es el final que esperaba pero espero que les guste, es muy triste despedirme de este fic ya que fue mi primer fic y wooah que sea tan leído y querido por ustedes me hace muy feliz. Seguiré escribiendo porque es algo que amo hacer así que si quieren pueden seguirme en mis otras historias. Bueno, me despido 😭

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