Game Over ─ |- Rayito x BNHA

By ArinTimberlake

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─ Game Over ─ dijo sonriente antes de dar un último movimiento y acabar con la pelea, escuchando las donacion... More

Pr[ø]ximamente
Ficha De Personaje
Prol[ø]go
1. Arcade + New friend
3. Chichis de cemento and the personal interview
4. Park, my little shit friend
5. The lovely living bush
6. First Day In U.A!
7. Training for Heroes!
8. Fuck it!
9. Confusion

2. Trick or treat!

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By ArinTimberlake

— ¿Cómo te fue? — Sonreíste, mirando de manera autosuficiente a tu tutor, el cual simplemente enarcó una ceja. Sacaste del bolsillo de tu pantalón tu celular, buscaste algo en el y después le mostraste la pantalla, revelando así la fotografía que le habías tomado a Denki. Tu tutor sonrió con burla antes de tomar de la taza que traía entre sus manos.

— Oh genial, un nuevo novio. — Asentiste con seguridad mientras cerrabas los ojos.

Había sido un gran día.

Exac- ¿¿Ah?? — El hombre explotó de la risa, no pudiendo aguantar ante tu cara avergonzada. — ¡Ah joder! ¡No se puede hablar de nada contigo!

A veces dudabas sobre quién era el verdadero adulto entre ustedes. Te tallaste el entrecejo con el dedo índice y el pulgar, aguantando las ganas de reírte para no satisfacerlo.

Tengo hambre, iré a cocinarme algo. — Hiciste ademán de irte, deteniendote tan sólo al dar un par de pasos. — Por cierto, ¿dónde estaba la cocina?

Tu tutor sonrió secándose las lágrimas y te señaló una dirección.

Gracias.

Caminaste un rato por los pasillo hasta que llegaste a lo que suponías era la puerta a la cocina debido a que esta en particular, era una puerta de madera oscura realmente grande, tal vez de unos 3 metros; realmente te sentías pequeño ante aquella gran puerta. La manija era de agarre y al parecer, esa cosa se deslizaba, así que no tuviste complicaciones en abrirla.

Entrecerraste los ojos ante el brillo que la habitación desprendía.

Maldita sea, por qué mierda todo es tan estúpidamente blanco y brillante.

Las paredes estaban todas hechas de madera al igual que la base de las encimeras y parte del suelo, que estaba hecho en duelas. Había 4 encimeras dispersadas por la cocina y dos candelabros pequeños colgando del techo, los cuales eran respaldados por otras luces.

¿El lugar era bonito? Si. Casi ni te daban ganas de ensuciar su superficie tan pulcra comiendo ahí, pero decidiste ignorar el vago deseo en cuanto sentiste tu estómago rugir.

Te acercaste a las encimeras de las estufas eléctricas, las cuales eran 3, una a cada lado de la otra.

Joder, ¿cuál es la necesidad....?

Suspiraste, dejando tu celular en la encimera de atrás y empezaste a buscar en las alacenas algo que te ayudará, encontrando una gran cantidad de productos japoneses de los cuales no tenías ni una puta idea para qué servían.

Mierda, encima que aún no terminabas de comprender la mayoría de los kanjis escritos ahí, era como intentar comprender oraciones incompletas.

Dejaste las cosas que agarraste en la encimera, quejándote mentalmente de todo y de nada a la vez, saliendo del trance cuando el celular empezó a vibrar sobre la superficie.

Tomaste el celular, viendo en la pantalla la típica imagen de cuando alguien te está marcando. El nombre estaba en kanjis, mostrando que era uno recién agendado; sonreíste, viendo sobre la pantalla el nombre de Kaminari.

Contestaste, conectando el celular en modo Bluetooth a ti. No solías hacer aquello en público porque parecía que hablas solo, pues escuchabas a la otra persona dentro de tu cabeza y no había ningún audífono visible.

Aún recordabas como habías descubierto esa habilidad; reíste si poder evitarlo.

¿De qué te ríes?

¿¿Ah?? De n-nada. — Lo escuchaste reír.

— ¡Adivina qué!

Qué.

¡Te dije adivina! Pero ya que- ¡Llegaron los resultados! ¡Entré! ¡Estoy en el curso de héroes 1-A!

Puedo sentir tus descargas eléctricas hasta acá, Denki. — Hablaste con una sonrisa. — Felicidades, seguro hiciste un gran trabajo.

¡Claro que si! Soy genial.

Por supuesto que si. — Rodaste los ojos con diversión. — Oye Denki, necesito tu ayuda.

¿Hmm? Claro, ¿qué necesitas?

No entiendo nada de lo que dicen los empaques de la comida y tengo un hambre que te cagas.

¿Por qué no intentas hacer algo de Estados Unidos?

¡Oh vamos! Me gustaría intentar algo nuevo, algo de Japón...

Entiendo, mandame foto de lo que quieras y yo te digo qué es.

Bien, gracias. — Buscaste algo en tu celular, encontrando después de unos segundos la comida que querías y que no sabías qué era ni cómo se preparan para después mandarselo a Kaminari.

¿Eso? Son takoyakis.

¿De verdad? ¡Gracias, Denki! Me salvas, mi estómago también te lo agradece. — El rubio rió.

Bueno Hix, tengo que colgar, necesito hacer algo, ¿podemos vernos mañana en el Arcade otra vez?

Claro, adiós. — Colgaste la llamada y buscaste la receta de takoyakis en google; sonreíste. — Bueno, manos a la obra.


— ¡Hix! ¡Por aquí! — Kaminari movió su mano en el aire para llamar tu atención, llevándose con la tuya otras miradas curiosas, unas simplemente por el grito y otras por el reconocimiento de aquel apodo. Sintió como alguien le puso la mano en la boca, por lo que apenas y pudo reaccionar cuando sintió que le hablaron al oído.

En público sólo dime Hiro, Hix suena muy sospechoso. — Diste un pequeño beso y te alejaste con una sonrisa, viendo divertido la imagen de un Kaminari enrojecido hasta las orejas.

— ¡T-Tú! ¡No vuelvas a asustarme así, hermano! — Reíste, negando con la cabeza suavemente.

Lo siento Den, pero te veías realmente susceptible.

— Eres más cruel en persona que detrás de la pantalla.

¿¿Ah?? ¡Yo no soy cruel, es sólo que eres demasiado sensible! — Kaminari se sostuvo el pecho, indignado.

— ¡Por supuesto que no! ¡A la próxima voy a electrocutarte!

No aguantarías ni 5 minutos en Latinoamérica. — Murmuraste. — Ya Den, lo siento, ¿si? Sabes que te quiero.

— Pff — ¡HixAGamer dice que me quiere! — Bien, yo también te quiero.

Sonreíste. — ¿A qué juego quieres ir primero? Ayer te robé y no tuvimos tiempo de hacer nada más.

— ¡Vamos a la máquina de baile! — Y seguido de gritar aquello, el rubio te arrastró por todo el Arcade hasta llegar a la dichosa máquina.

Auch, avisa. — Reclamaste. No sabías cómo pero te habías cortado la piel del brazo, incluso se veían salir chispas azules y amarillas gracias al compuesto de tu piel.

— ¡¿Qué te pasó?! ¡Hay que ir a un hospital! — Kaminari había entrado en pánico, a pesar de que sólo fuera una herida superficial, no era para nada normal que salieran chispas de electricidad de una cortada; aunque lo fuera para ti.

Den. — Llamaste, siendo ignorado por el rubio. — Den. — Ignorado. — Denki. — Ignorado. Gruñiste. — ¡Denki!

— ¿¿Ah?? — El rubio simplemente salió de su mente distorsionada y volteó hacia todas partes, olvidando por unos momentos la escena que estaba haciendo. — ¡Tu herida! ¡Es verdad!

¿Me dejas hablar?

— P-Pero-

Denki, mi cuerpo es algo distinto al tuyo. Soy más máquina que humano, recuerdo haber dicho que mi piel estaba hecha de pantallas LED, los píxeles son tan pequeños que no lo parece, pero así es. — Tomaste su mano derecha y pasaste uno de sus dedos superficialmente por tu herida, haciendo una pequeña mueca por el ardor. La cortada no era muy grave para que las corrientes eléctricas electrocutaran o lastimaran y además, a Kaminari no le hacía daño la electricidad como a todos, era parte de él así como era parte de ti. — Se rasgó la superficie solamente, no llegó a rasgar la carne, sinó, hubiera salido... Bueno, lo que yo tengo por sangre.

— ¿Lo que tienes por sangre? — Pregunta, sintiendose confundido ante tal expresión.

Yup, tengo algo parecido al líquido anticongelante en mis venas en vez de la sangre común.

— ¡Wow! — Rió de la impresión. — ¿Y eso tiene un color?

Asentiste. — Dentro de mi es de un color rojo opaco, pero cuando sale a la luz, no importa qué tanta sea, la absorve y cambia a un color azul eléctrico.

— ¿Es por eso que tus ojos cambian a azul eléctrico cuando usas tu don?

Eres más inteligente de lo que dices. — Sonreíste, enarcando una ceja antes de cruzarte de brazos.

Kaminari se alzó de hombros con una sonrisa. — Sólo con lo que me interesa.

¿Y yo te intereso? Aww, bro. — Le diste un pequeño golpecito en el hombro, haciendo que sonría.

— Ya... ¿Qué canción quieres? — Te habló, después de haber colocado el yen al lado de los demás en el marco inferior de la pantalla.

Denki, jamás he escuchado música japonesa fuera de los animes, no entiendo gran parte—la mayoría—de lo que se lee y algunas de tus oraciones siguen siendo algo confusas para mi, ¿crees que podrías escoger una canción por mi? — El chico sólo se limitó a entender, asistiendo antes de proponerte una canción, tú, al no saber nada de J-Pop y derivados, sólo te limitaste a asentir.

Pasó el turno de los otros, dando por fin paso al suyo.

No jugabas un juego de esos desde que eras niño y, sinceramente, no te gustaban. A diferencia de los demás juegos, ese no tenía ninguna lógica, ni estrategias, ni patrones, ni siquiera tenía una meta fija o algún propósito o misión por cumplir. Sólo era ritmo, movimiento, música y demás cosas que no sabías aplicar para un videojuego.

La canción empezó a sonar.

No entendías gran parte de lo que la chica cantaba; la música era pegajosa, como tipo electrónica, las flechas en la pantalla aparecían lentamente por ahora así que eso no era mucho problema. A Kaminari parecía irle bastante bien la verdad, se movía rápidamente con habilidad, con ritmo y hasta gracia, a diferencia de ti, que apenas y podías seguirle el juego a la máquina.

Esto lo sentías completamente diferente al juego de zombies que habías jugado el día anterior. Te sentías en un espacio totalmente ajeno al de siempre, definitivamente aquello te había sacado de tu zona de confort.

El juego términó con un Pikachu por ganador y un Hix completamente frustrado.

¡Estupido juego de mierda! ¡Me cago en tus muertos y en todos tus ancestros! — Algunas personas habían volteado a verte, no sólo por el grito, sinó porque no habían entendido nada de lo que salía de tu boca. Porque si, habías dicho aquello en inglés.

Kaminari, quien no había entendido nada más que “shit”, supuso rápidamente que se trataba de un berrinche por perder. Aquello se le hizo adorable y al mismo tiempo algo extraño.

— Vaya, quién diría que el gran HixAGamer era un mal perdedor. — Se burló, sonriendo con suficiencia en tu dirección.

¡No soy mal perdedor! Es sólo que no estoy acostumbrado a perder. — Desviaste la mirada con un leve rubor cruzando por tu cara, siendo correspondido por una sonrisa a ojo cerrado por Kaminari y un leve golpecito en el hombro.

— Ya bro, sólo es un juego, no hay necesidad de molestarse por eso. — Dijo, retractandose al instante al sentir un aura sombría salir de ti y llenar todo tu espacio. Alejó su mano por reflejo.

Oh no, esto ya no es un juego. — Hablaste en un tono bajo y áspero que a perspectiva de muchos, había sonado realmente aterrador. Te volteaste a ver a la máquina y la señalaste con tu dedo índice. — Estúpida máquina del infierno, ¡vas a caer! — El rubio canario sólo te veía algo conflictuado con una pequeña gota de sudor bajándole por la sien. — Denki, pon otra canción.

Denki tembló suavemente antes de asentir efusivamente y dirigirse al juego, poniendo otra canción de las muchas que había.

La canción inició lento también—consideración de Kaminari—haciendo que pudieras seguirle el ritmo. Algunos se habían acercado a ver, reconociendo al instante al chico rubio que hacía de tu acompañante, dado que era usual encontrarlo por ahí y en verdad destacaba bastante.

Tu falta de experiencia en ese juego era notoria, pero se veía que ponías esfuerzo al jugarlo.

La canción terminó.

Volviste a perder.

Pero eso no era tu problema. Tu problema era con la puntuación.

No estarías indignado si, aunque sea, hubieras alcanzado una puntuación decente.

Kaminari pudo sentir tu frustración, por lo que se acercó y te sobó la espalda con una sonrisa que buscaba reconfortarte. Sonreíste, volteando a ver a la máquina con determinación.

Otra canción, otra partida y otro fallo.

— ¿No te gustaría ir a otro juego? No todos somos máquinas aquí. — Recalcó Denki con un tono cansado, llamando tu atención. Alcanzaste a percibir su estómago rugir, por lo que simplemente sonreíste de lado ante su cara avergonzada.

Vamos a comer antes. — Bajaron de la plataforma y antes de alejarte, volteaste a ver a la máquina con desafío. — Tú y yo nos arreglaremos más tarde.

Corriste hacia Kaminari para alcanzarlo.

Den, ¿a dónde se puede ir a comer aquí?

— ¡Tú dejamelo a mí! — Asentiste, dejando que el rubio canario te guiara a donde el chico deseara, llegando después de unos minutos de caminata a una pequeña cafetería, o bueno, parecía serlo ya que seguias sin entender los kanjis escritos. — Vengo aquí con mis amigos de vez en cuando, la comida es rica.

Sonreíste. — Y el lugar es lindo también.

— Lo es. — Dijo y te acercó a una mesa. Una chica se acercó a tomar sus órdenes, sonriendo con amabilidad antes de solicitarles sus pedidos: Dos malteadas, una de vainilla para Denki y otra de fresa para ti.

Hablando de comida Den, ¿cuál es tu favorita?

— ¿Mi favorita? — Sonrió, recargando su mejilla sobre una de sus palmas. — Las hamburguesas.

Ante eso, formaste una pequeña o con tus labios. — Comida americana, ¿eh? — Denki asintió.

— Lo único malo es que casi no hay restaurantes buenos donde las vendan y conseguir algunos de los ingredientes a veces es bastante difícil. — El rubio suspiró, ganándose una pequeña risita nasal tuya.

Algún día te invitaré a una parrillada al estilo americano. — Sonreíste. — Será divertido, incluso podríamos invitar a nuestros próximos compañeros.

Aquello le subió los animos al rubio, por lo que volvió a sonreír. Abrió la boca para hablar, siendo interrumpido por el tono de timbre de un celular que se encontraba reposando encima de la mesa. Kaminari te miró curioso, y no era para menos, algo de la gente ahí también lo había hecho. Y es que, ¿cómo no? No toda la gente tiene de timbre una de las canciones más populares de Legend of Zelda.

Pediste perdón y te levantaste para salir del café, parandote al otro lado del cristal al lado de la mesa que compartías con Kaminari.

¡Hix!~ ¡Te extraño! La empresa es muy aburrida cuando no estás.

Eric, ¿qué es todo ese ruido?

Erica siendo Erica. — Reíste. — Pero ya, volviendo a lo importante, ¿cómo te va todo?

La verdad, lo leído, no entiendo ni un carajo, pero entiendo lo suficiente del hablado para no quedar como imbécil en medio de esta conversación.

¿Y los estudios? ¿Y el entrenamiento? No todo es la intelección del idioma, Hix.

Si mamá, todo va bien. — Escuchaste a Eric chasquear la lengua al otro lado de la línea, por lo que rodaste los ojos con diversión. — De hecho, conocí a alguien. — Volteaste a ver a Kaminari, quien desvió la mirada al sentirse descubierto en su espiación.

¿Ya me cambiaste? — Eric sollozó de una manera por de más fingida.

Oh claro que si, uno de estos días le voy a pedir que sea mi matriamigo, nos casaremos y voy a olvidarme de ti.

¡Tú-! Traidor de mierda. — Soltaste una carcajada. — Bien, soy perfecto y no me enojo. — Lo escuchaste suspirar. — ¿Quién es?

¿Quien es quién?

¡Tu amigo, imbécil!

Órale cabrón, no me faltes el respeto, ¿qué he hecho yo, para ganarme este desprecio? — Eric rió, pues sabía que habías dicho aquello de broma. — Se llama Kaminari Denki. Es muy divertido, lo conocí en un Arcade.

Eso es genial, nunca has sido muy bueno socializando.

Hey, Eric.

Qué.

Vete a la mierda. — Y el castaño rompió a carcajadas.

Bueno hermano, te dejo, tengo cosas que hacer en la empresa.

Bien, hablamos luego.

Dalo por hecho. — Colgaste con una sonrisa, yendo al café nuevamente y notando al instante la mirada curiosa de Kaminari.

— ¿Quién era? — Preguntó con “desinterés”, tomando un poco de la malteada de vainilla que había pedido para disimular su interés. Reíste.

Era un amigo que conocí en la Digital Network. Es un tanto mayor que yo.

— Vaya... Debes tener muchos amigos. — Pusiste una cara confundida ante su cambio de humor, haciendo que el rubio inmediatamente se corrigiera. — D-Digo, eres YouTuber, seguro que hacer amigos es casi tan fácil como respirar para ti.

Reíste, esta vez con algo de vergüenza. — B-Bueno... En realidad, apenas y tengo amigos, socializar siempre ha sido algo difícil para mi.

— ¿De verdad? — Asentiste. — Pero... Te ves como alguien realmente agradable.

Agachaste la cabeza, sonriendo levemente ante el cumplido. — Si bueno... A veces ni eso es suficiente. Intenté hacer un amigo una vez, la primera vez que me invitaron a un evento gamer, pero creo que no lo intenté con la persona correcta.

— Wow, quién diría que HixAGamer sería todo un nerd antisocial. — Un ligero rubor tomó posesión de tus mejillas.

¡O-Oye! De verdad lo intento. — Murmuraste, soltando un suspiro después. — Es por eso que no me gusta socializar...

Ante aquello, Kaminari dejó de sorber su malteada para poder darte su atención. Desviaste la mirada.

Tengo algo de miedo de no cumplir las espectativas de la gente, ¿sabes? Siempre que me acerco a alguien tiene la ilusión de que yo sea idéntico a HixAGamer. Si, somos la misma persona, pero... quien conoce a Alexander y quien conoce a Hix... — Suspiraste. — No es lo mismo, ¿vale? Me queda muy grande la banda de HixAGamer, él es tan sólo un personaje. Compartimos rasgos y algunas actitudes, pero no somos iguales como todos esperan.

— Eso me hace sentir un poco mejor.

¿Disculpa?

— ¡No en ese sentido! Sinó en el sentido de que... Es bueno saber que no eres emocionalmente una máquina. — Estuviste a punto de sonreír, sintiendo inmediatamente un fuerte dolor de cabeza que provocó que presión de tu “sangre” aumentara y haciendo que tus ojos empezarán a brillar de un fuerte y brillante color azul. Frunciste el ceño, llevando una de tus manos a tu cabeza.

Kaminari se alertó, parándose de su lugar para ir a intentar ayudarte. La gente empezó a murmurar y algunos del personal se acercaron a ayudar, sintiendo tu frente ardiendo. Tu vista se volvió borrosa, sentías que serías capaz de desmayarte en cualquier segundo y empezabas a marearte, percibiendo algunas cosas algo desorientado.

Sabías perfectamente qué estaba pasando, por lo que cuando Kaminari empezó a llamar a un hospital, simplemente posaste tu mano sobre el celular, bajándolo lentamente.

Estoy bien...

— ¡No lo estás, estás a 42°! — Aquello te sorprendió un poco.

Ah mierda... ¿Tan malo es esto?

Negaste. — Sólo... Necesito agua helada.

Ante aquello, una chica fue corriendo a una de las neveras, sacando del lugar una botella con agua fría que empañaba el plástico. Abrió la botella y te la entregó, tú con lentitud la tomaste, empinandotela toda de un trago. Todos percibieron como el azul eléctrico de tus ojos descendía hasta llegar a un azul celeste claro mientras tu temperatura corporal bajaba igualmente.

Maldita sea... Esto no me pasaba desde los 8…

— ¿S-Se encuentra bien? — Asentiste con las mejillas un poco rojas por tu ex temperatura corporal alta y por la creciente vergüenza.

Joder, monté una escena.

Si sólo... Es un problema que sucedía con regularidad, es por mi quirk. — Las gente encargada de ese lugar te miró con desconfianza, dudando en si estabas delirando por tu fiebre de 42°.

Sólo que ellos no sabían que, lo que ellos conocían como fiebre, tú lo conocías como “sobrecalentamiento”. Y por lo general, tu temperatura en aquel tiempo de regularidad, solía ser más alta.

Sonreíste con suavidad, logrando relajar a algunos y bajarle la un poco la guardia a otros.

— Sí necesita algo, sólo dígalo, ¿bien? — Habló una de las señoritas, la que suponías era la gerente. El grupo hizo una reverencia y se distribuyó por todo el café.

Kaminari provocó un sonido sordo al dejarse caer en la silla, llamando tu atención y la de algunos curiosos. Su mirada preocupada te miraba insistente, a lo que sólo atinaste a sonreír.

— ¿Qué fue lo que sucedió?

No lo sé... — La mirada del rubio se achinó aún más, indicando que te estaba fulminando para sacarte información. — De repente sentí una punzada. Debe haber sido por la sobreexigencia que estoy poniendo sobre mi esta semana para poder dar todo de mi el lunes en la evaluación de recomendación.

Asintió. — Entiendo... ¿Puedo ayudarte en algo?

Es muy amable de tu parte Den, pero no creo que puedas. Dudo que sean las mismas pruebas.

Denki rió. — Ok, apoyo moral entonces. — Dijo para reconfortarte, sacandote una carcajada. — Sé que vas a pasar, nos acabamos de conocer pero, se ve que eres alguien que logra lo que se propone.

Ante aquello, tu mirada de ensombreció. — Hablando de eso... Esa maldita máquina de mierda va a quedar como estúpida cuando termine con ella.

— Hix… No creo que debamos volver al Arcade... — Desviaste la mirada con algo de vergüenza, sabiendo por suposición el porqué de su comentario. — Si de verdad te estás sobreexigiendo... ¿No deberías descansar?

Suspiraste. — ... Mi… Mi percepción de “descansar”es definitivamente diferente a la tuya. — Kaminari te vió con curiosidad. — Es sólo que... Mi definición de descansar no es dormir, es simplemente pasar el tiempo haciendo algo que me guste.

— Bueno... No parece que la máquina de baile te haya gustado mucho.

Nop, pero me gusta ganar.

— Si, creo que lo noté.

Bufaste. — Pero estoy bien, te lo prometo. Voy a cancelar el proceso de intelección para descansar. — Denki negó.

— Me saldrá muy hipócrita decirte esto pero- los estudios son primero Hix.

Suenas como mi tutor. — Rodaste los ojos. — Bien, acepto.

— ¿aceptas?

Con una condición...

— Ya me la sabía. — Habló en tono de rendición, sacandote una sonrisa. — ¿qué es lo que quieres?

Algún día te lo diré. — Alzó una ceja con curiosidad, terminando por asentir al saber que no se lo dirías ahora. Entendiste tu mano hacía él, siendo recibido por una mueca dudosa que desapareció en segundos, siendo reemplazada por una de determinación. Tomó tu mano, dándole un fuerte apretón.

— Bien, trato hecho.


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