Balthazar [1]✔️

Galing kay delacalderon

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Comenzar de nuevo puede ser difícil. Ahora, comenzar de nuevo y con las escrituras de una nueva y espeluznan... Higit pa

P R Ó L O G O
Capítulo 1 (Editado)
Capítulo 2 (Editado)
Capitulo 3 (Editado)
Capítulo 4 (Editado)
Capítulo 5 (Editado)
Capítulo 6 (Editado)
Capítulo 7 (Editado)
Capítulo 8 (Editado)
Capítulo 9 (Editado)
Capítulo 10 (Editado)
Capítulo 11 (Editado)
E S P E C I A L #1
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15 (Editado)
E S P E C I A L # 2
Capítulo 16 (Editado)
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
E S P E C I A L # 3
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24 (Editado)
Capítulo 25 (Editado)
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
E P Í L O G O
A G R A D E C I M I E N T O S
E X T R A #1
E X T R A #2 N A V I D A D
E S P E C I A L #3 S A N V A L E N T I N

Capítulo 26

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Galing kay delacalderon

Una risa histérica escapa de mis labios sin yo poder detenerla y retiro mis manos con brusquedad del pecho de Balthazar cuando su calor me sienta sofocante e insoportable, cosa que este observa con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

—Estas bromeando, ¿verdad? — río y volteo hacia Troian y Aitor, quienes me devuelven la mirada, pero sin un ápice de diversión —. Está bromeando, ¿verdad? Tiene que estar bromeando — dejo de sonreír cuando ninguno de los dos parece saber que decir y, en cambio, me apartan la mirada con... lástima.

—Yo no... bromeo — vuelve a hablar el demonio frente a mi, de nuevo con aquella frialdad que pone mis pelos de punta y me obliga a devolver mi atención a él, encontrándome con que su clara mirada aún se encuentra sobre mi —. La burla es un comportamiento vulgar, milady — suelta con lentitud.

Sus palabras y el extraño tono con que las suelta, como si fuera un ser de otra época, termina de confirmarme lo que tanto temo y que rompe mi corazón en mil pedazos, haciendo lagrimear mis ojos y quitándome un pequeño jadeo que aumenta la tensión en su entrecejo cuando me voy para atrás.

No puede ser.

Mi culo toca la arena con brusquedad en mi intento de alejarme y los ojos de Balthazar, quien ahora dice ser Jackson, me observan en cada movimiento que hago con aquel verde extraño como si quisiera atravesarme con su mirada.

Mi corazón late desaforadamente debajo de mi pecho cuando presiono mis manos sobre la arena y me alejo unos centímetros del cuerpo semidesnudo del demonio frente a mi, sintiendo como todo mi cuerpo tiembla y, otra vez, el vomito quiere escapar de mi.

—¿Lord Jackson? — jadea Aitor, también anonadado, pero no logrando captar la atención del susodicho, ya que este se niega a dejar de observarme y me pone cada vez más nerviosa e incómoda.

—¿C-como es p-posible? — tartamudeo y mis mejillas se encienden cuando sus ojos bajan a mis labios y se quedan allí por varios segundos en los que él se relame los suyos, mandando una punzada a mi entrepierna que me hace enfurecer.

No es Balthazar, Valerie.

Sin embargo, es Jackson y se supone que él también es mi destinado, lo cual explica que su intensa mirada verdosa me haga sentir de la misma intensa forma en que lo hacían los castaños ojos de Balthazar.

—Milord — se aclara la garganta Troian, pero sigue sin lograr llamar su atención, volviendo al silencio asfixiante que me tiene ardiendo bajo la atenta mirada del demonio — ¿Sabe por qué está aquí? — vuelve a intentar el rubio.

Mi cuerpo se desinfla cuando Jackson por fin deja de observarme y por fin repara en Troian y Aitor, quienes simultáneamente dan un paso hacia tras con sus rostros deformados por el miedo que les causa la aterradora mirada que el demonio les otorga y que hace que los vellos de mi nuca se ericen.

Maldición, da mas miedo que Balthazar.

—¿Por qué está hablándome? — gruñe con desprecio hacia el rubio, quien tiembla un poco y baja la mirada de manera sumisa, seguido por Aitor.

Sorprendida y un poco apenada por mis amigos, decido intervenir y me arrodillo sobre la arena para no parecer un bicho asustadizo cuando le llamo.

—J-Jackson — vuelvo a tartamudear, sintiéndome extraña por decir aquel nombre, pero logrando que me observe y que su aterradora expresión se dulcifique un poco al observarme, cosa que me desinfla y me da valor para hacer la pregunta que sé que los tres tenemos atorada en nuestras gargantas — ¿Sabes qué pasó con Balthazar? — pregunto casi en un susurro.

Su mirada adquiere un pequeño brillo cuando menciono a su hermano y sus manos se hacen puños sobre la arena mientras sigue observándome en silencio y parece estar procesando mi pregunta con un evidente rastro de incertidumbre en su rostro que detiene mi corazón por largos segundos.

—Su alma abandonó su cuerpo para sobrevivir — responde con ronquedad y mi pecho se desinfla al escucharle decir aquello, instalando un pequeño rayo de esperanza en mi corazón que hace temblar mi labio cuando un sollozo quiere escapar.

—¿C-como? — pregunto ahogadamente, inclinándome un poco hacia él y dedicándole una mirada de súplica que parece descolocarlo y hacerle fruncir aún más pronunciadamente su ceño.

—El cuerpo corpóreo y el alma son un equilibrio entre los dos lados, cuando uno muere, ambos lo hacen — explica con lentitud, inclinándose en mi dirección también, como si una fuerza mayor estuviera guiándolo a mí mientras habla y me observa —. Su cuerpo estaba muriendo y su alma no habría podido sobrevivir si se quedaba en él. Lo que mi hermano hizo fue... brillante — declara por último y sonríe a labios cerrados con suficiciencia, como si estuviera orgulloso.

—Balthazar tenía un plan de respaldo — explican detrás de mi, obligándome a dejar de observar hipnotizada hacia los claros ojos de Jackson y a girar para reparar en Massimo, quien ignora mi mirada acusadora y solo se enfoca en el demonio a mi lado —. Pero no contó con que usted... resurgiera de donde sea que haya estado, lord Jackson — termina el rubio.

—Estoy al tanto de ello — responde el susodicho, sin apartar su intensa mirada de mi, la cual aún siento sin estarle viendo y la cual me hace dejar de ver a Massimo y volver a reparar en él, encontrándome con sus pupilas dilatadas y un brillo extraño en su mirada —. Mi destinada no me estaría mirando como si me hubiese brotado otra cabeza si hubiera sabido que yo... resurgiría — declara, haciendo enrojecer mis mejillas violentamente.

—¿C-como sabes que soy tu destinada? — tartamudeo con nerviosismo y me aferro al borde de la enorme camiseta de Balthazar cuando una media sonrisa carente de diversión, bastante espeluznante y a la vez atractiva deforma su rostro en respuesta a mi pregunta, generando que mis pezones se ericen en contra de mi voluntad.

Maldición. Tienen que ser las hormonas.

—Cuando la admiro, el órgano debajo de mi pecho late como nunca lo hizo en mis pocos años de existencia — explica con frialdad y como si lo que estuviera diciendo fuera absurdo, cosa que oprime mi estómago —. Cuando sus labios se mueven, el otro órgano entre mis piernas salta y me aclama que la reclame aún cuando el solo hecho de tener una destinada no me agrade en lo absoluto. No soy estúpido, mi lady, este cuerpo reacciona a usted tanto como sé que el mío reaccionaría si la tuviera de frente — sus palabras salen elegantes y toscas, otorgándole una nueva patada a mi estómago cuando recalca lo que Balthazar una vez me dijo de él.

Jackson nunca quiso una destinada.

Aprieto mis labios y asiento en respuesta, sin saber que más decir ante sus palabras y evitando demostrar la molesta decepción que embarga a mi corazón sin yo entender el porqué. Sin embargo, la incomodidad de su intensa mirada y su dura labia me obliga a dejar de verle y a dirigir mi atención hacia Massimo, quien por fin me devuelve la mirada y se encoge de hombros cuando levanto una ceja pidiendo una explicación.

—Balthazar se adelantó a los hechos, lady Maxwell, yo sabía que él tenía algo planeado en caso de que las cosas se salieran de control, sin embargo no sabía qué era. Por lo tanto, las únicas respuestas las tiene lord Jackson — declara con seriedad el demonio, hundiendo mi entrecejo y obligándome a apretar mis puños con fuerza.

—Eso no es del todo cierto — aclara su garganta Aitor, cosa que nos hace observarle y dedicarle una mirada recelosa al escucharle decir aquello.

—Explícate — exijo con molestia cuando el castaño no explica sus palabras y se queda callado al sentirse intimidado por la miradas penetrantes de Jackson y Massimo puestas en él.

Me levanto de la arena cuando la ansiedad se dispara en mi cuerpo y le dedico una mirada amenazante a Aitor cuando este por fin me observa, pero titubea al hablar, pareciendo estar indeciso de si contarme o no lo que está pasando por su cabeza.

—Yo creo saber en donde está lord Balthazar y cómo logró dejar su cuerpo corpóreo — declara con seriedad, soltando un suspiro tembloroso, antes de volver a hablar, sin dejar de observarme cautelosamente —. Y creo que tiene que ver con el ritual que mi familia hizo cuando salvó de morir a lord Balthazar hace cuatrocientos años — termina.

El cuerpo corpulento del demonio a mis pies también se levanta en un movimiento grácil que demuestra la elegancia de su porte y personalidad. Sacude la arena en su espalda con lentitud mientras atraviesa con la mirada a Aitor y le intimida para que siga hablando, cosa que el hombre no tarda en hacer.

—Siempre se creyó que su alma fue totalmente consumida por la de lord Balthazar, milord. Pero ahora queda claro que solo se fusionaron para vivir y que usted nunca murió verdaderamente, solo se mantuvo unido al alma del lord Balthazar para que él pudiera vivir en base a la oscuridad de ambos — explica el castaño, logrando hacer tensar los músculos de la espalda de Jackson, o más bien de Balthazar —. Sin embargo, pasaron siglos de ello. Sus almas tuvieron el tiempo suficiente para fortalecerse y funcionar por separado. Para... — intenta seguir explicando pero Jackson lo detiene al dar un paso hacia atrás y soltar un jadeo.

—¿Siglos? — pregunta en un gruñido y su cuerpo choca contra el mío cuando da otro paso hacia atrás, obligándome a dar un paso a mi también hacia atrás para que aquel cuerpo plagado de letales músculos no me arrolle — ¿En qué año estamos? — exige saber y se gira en mi dirección, perforándome con la mirada y pareciendo estar reparando en mi vestimenta por primera vez.

Me aclaro la garganta con nerviosismo cuando sus ojos se quedan por mucho tiempo en mis piernas desnudas, logrando volver a llamar su atención, pero rápidamente volviendo a ser ignorada al Jackson dirigir sus ojos hacia Massimo a mi espalda, también pareciendo repararlo de pies a cabeza y frunciendo el ceño con profundidad y con un deje de desconformidad en sus claros ojos.

—E-es el año dos mil veintiuno — respondo un poco tartamudeante y me encojo en mi lugar cuando su mirada vuelve a estar en mi y parece querer atravesarme con ella al escuchar mi respuesta.

—¿He estado cuatrocientos años unido a mi hermano? — pregunta con una profundidad espeluznante, erizando los vellos de mi nuca y haciéndome estremecer de pies a cabeza por la intensidad con la que sus ojos parecen demostrar molestia.

—T-todos creyeron que e-estabas muerto — explico con nerviosismo y mi corazón se encoge cuando su mirada se enturbia y sus manos se hacen puños a sus costados, cosa que pone en alerta a Aitor y a Troian, quienes dan pasos vacilantes hacia nosotros, pero que no son tan rápidos como Massimo.

El rubio a mi espalda tira de uno de mis brazos con brusquedad cuando la mirada de Jackson se vuelve amenazante y aterradora, alejándome de él y poniéndome a su espalda en un movimiento que le saca un gruñido gutural al demonio y que me saca un jadeo de sorpresa a mi por la rapidez del tirón.

—¡No la toques! — explota Jackson y se abalanza contra Massimo para venir en busca de mi, cosa que me alerta a verle tan salvaje y que me asusta en sobremanera.

—¡Jackson, no! — grito cuando los cuerpos de ambos demonios caen en la arena y comienzan una pelea violenta que obliga a Troian a tomarme de uno de mis brazos y a ponerme a su espalda para que no me interponga.

—¡Llévenla adentro! — ordena Massimo cuando logra liberarse por unos segundos de Jackson, quien vuelve a arremeter furioso contra el rubio, el cual le recibe con la misma violencia, encogiendo mi corazón cuando logra darle un puñetazo en la cara a Jackson — ¡El necesita descargarse, ustedes no tienen que estar aquí! — demanda y los hombres rápidamente le hacen caso, llevándome a rastras dentro de la enorme casa de playa.

—Pueden lastimarse — me quejo, pero ni el rubio ni el castaño me hacen caso y, en cambio, me llevan a la cocina de la planta alta, sentándome frente a la encimera y prohibiéndome volver a la playa para detener esa locura.

—Y ninguno de nosotros puede hacer nada al respecto, lo sabes. Ambos son demonios, tienen fuerza sobrenatural — declara Troian y pone un cuenco con frutas frente a mi, obligándome a comer mientras Aitor se queda silencioso y cavilante en el asiento del otro lado de la encimera por varios minutos —. Estarán bien — asegura y me tiende un tenedor.

Frustrada y sabiendo que tiene razón, tomo el cubierto y comienzo devorar el plato frente a mi mientras le dedico una mirada sugerente a Aitor para que deje su actitud de niño listo y cauto y comience a soltar la lengua, cosa que no tarda en hacer al ver la amenaza en mis azules ojos.

—Si mis suponciciones son acertadas, el alma de lord Balthazar se encuentra en la mansión Maxwell — suelta de sopetón, luego de casi cinco minutos de estar en silencio y obligándome a dejar de masticar para mirarle con la boca abierta.

—¿Por qué lo piensas? — pregunta Troian por mi cuando ve que el shock no me deja hablar, antes de dejar un vaso con agua fría frente a mi para que pueda pasar la fruta que se niega a bajar por mi garganta cuando esta se cierra gracias a la información que el castaño acaba de soltar.

—Tu lo dijiste, Valerie. Todos creímos que el alma de Jackson había dejado de existir. Pero no lo hizo. Por lo tanto, su cuerpo tampoco lo ha hecho. O, por lo menos, no del todo — explica y la arruga en mi entrecejo se hace más profunda al no entender nada —. De la única forma en que lord Balthazar podría haber abandonado su cuerpo, es encontrando otro. Y, si el alma de lord Jackson ha estado viva todo este tiempo, entonces su cuerpo nacido en el limbo también debe seguir existiendo — gesticula exageradamente con las manos al explicar y parece un niño que acaba de unir el rompecorazones más grande de su vida mientras sigue hablando.

«¡Realmente es brillante! ¡Lord Balthazar es brillante! ¡Otra vez ha demostrado que él puede hacer lo imposible!— exclama y aplaude cómo si se estuviera elogiando a sí mismo.

—¿De que mierda estás hablando? — preguntan a mi espalda y los tres respingamos en unísono al no haber visto venir a los dos demonios que se encuentran sudoroso y sangrando en algunos lugares de su cuerpo mientras nos observan desde el umbral de la puerta de la lujosa y rústica cocina.

Jackson parece anonadado cuando repara en los electrodomésticos y en las instalaciones, pero me pierdo su reacción cuando Massimo da un paso hacia nosotros y le dedica una mirada a Aitor que le obliga a volver hablar.

—Es simple, lord Morelli — asegura el castaño, antes de señalar a Jackson, quien deja de reparar el refrigerador cuando siente la mirada de todos y hunde su entrecejo con gesto aseverado al ser señalado —. Su alma logró permanecer en el cuerpo de lord Balthazar porque esta se encuentra lo suficientemente fuerte como para haber podido soportar las casi letales heridas que cargaba — explica con lentitud, recibiendo un asentimiento por parte de todos para que siga hablando.

«El alma de lord Balthazar, al haber estado débil, no logró soportar las herida que su cuerpo corpóreo tenía, por lo que se aferró a lo único vivo a lo que se pudo aferrar sin que esto lo destruyera por completo. Al cuerpo nacido en el limbo de lord Jackson, el cual debía estar oculto en las ruinas de la mansión, donde fue visto por última vez por el mismo Balthazar — termina.

—Balthazar se encuentra en el cuerpo de Jackson y Jackson en el de Balthazar — me aseguro de haber entendido bien, asintiendo como si todo esto no fuera una locura y como si Jackson a mi espalda no hubiera vuelto a poner su intensa mirada sobre mi.

Aitor ansiente ante mis palabras y yo aferro mis manos al borde de la encimera cuando presiento el calor del castaño a mi espalda, erizando la piel de mis brazos cuando su cuerpo se posiciona a mi costado y su brazo roza con el mío casi imperceptiblemente, poniendo a mi corazón a latir desbocadamente debajo de mi pecho por ese simple roce.

Ignoro aquello con dificultad y, en cambio, anclo mi mi mirada a la de Aitor para no sucumbir en la tentación de reparar en el demonio a mi lado, el cual parece negado a dejar de observarme, poniéndome incómoda y nerviosa.

Ignóralo, Valerie, solo ignóralo, no es el momento para estos sentimientos.

—Bien, suponiendo que lo que dices es correcto, explícame cómo rayos traeremos a mi destinado de vuelta — exijo y presiono las palmas de mis manos sobre la encimera, inclinándome un poco para intentar apartarme del calor sofocante que el cuerpo a mi lado no deja de desprender y que amenaza con volverme un vergonzoso charco.

Malditos sentimientos de destinados y dependencia sexual.

—Fácil. Como trajiste a Balthazar la primera vez, Valerie — responde y señala mi vientre brevemente, sonriendo con suficiencia, antes de inclinar su espalda hacia atrás en la silla y acomodarse como si acabara de ganar un juicio y todos le estuvieran aplaudiendo.

Mi ceño se frunce ante ello y mis mejillas se ponen al rojo vivo al entender lo que está insinuando. Sin embargo, Troian a su costado se endereza en su asiento con el semblante ensombrecido y le dedica una mirada matadora a Aitor, cosa que me hunde el entrecejo.

—Sabes que ella deberá ir a la mansión para hacerlo — refuta el rubio, confundiéndome aún más por su actitud —. Y sabes que es peligroso, Aitor. No podemos llevarla allí hasta que la situación se tranquilice y los Maxwell vuelvan al poder — lo mira mal y Aitor le responde con el mismo enfado.

Mis manos se hacen puños al escuchar sus palabras y no soy la única que se tensa cuando Troian dice aquello, ya que Jackson se endereza a mi lado y les manda una mirada desbordante de chispas de enojo que obliga a ambos hombres a dejar el enfrentamiento de miradas.

—¿Cómo que volver al poder? — gruñe el demonio y los dos minions saltan cuando la mirada de Jackson los atraviesa con violencia.

Entre balbuceos y tartamudeos, ambos logran explicarle la situación con los D'Alesso, quienes también son Maxwell y quienes, según los que Troian explica, se han ocultado en la secta de Christopher D'Alesso -el alma con la que Rowena creó en conjunto a Charles y a Caden- durante siglos para poder re surgir con poder.

—La Corte se encuentra dividido. La gran mayoría mitad apoya a los Maxwel, ya que Caden sentenció su propia muerte al aliarse a los cazadores y matar a un descendiente. Una pequeña parte apoya a los D'Alesso y los que restan, o están muertos o solo quieren se encuentran concentrados en darle caza q los cazadores. La mayoría de nuestros hombres aún los apoyan, lord Jackson, pero varios miembros importantes de la secta se han unido a Caden — nos pone al corriente Aitor —. Sin embargo, contamos con algo con lo que Caden nunca tuvo previsto. Su hijo Ragnar está de nuestro lado y es la única descendencia que tiene, ya que mató a su destinada y le es imposible volver a procrear — sonríe con suficiencia.

«En estos momentos, Ragnar se encuentra liderando la lucha contra su padre por el liderazgo de la secta D'Alesso. Él nos ha dado su palabra y prometió que solo quiere recuperar el mando de la secta segunda y que no está en su intención reclamar el liderazgo de la secta primera. Coincide en que lord Balthazar es el digno heredero de ella — mi cuerpo se desinfla al escuchar aquello y llevo mis manos a mi vientre cuando siento que un pequeño peso se quita de nuestros hombros.

Sin embargo, la mirada que me dedica Troian al ver mi respuesta vuelve a tensarme, ya que sus claros ojos grises me observan con cautela y su cabeza niega con lentitud en una negación que no entiendo, pero que él explica rápidamente.

—Nuestros pueblos son el centro de la batalla. Por eso te sacamos de allí, Valerie. Una gran parte de esa gente quiere tu cabeza y la de Balthazar — explica y comprendo a la perfección su actitud cuando dice aquello —. No podemos llevarte a la mansión con tanto peligro al asecho, por lo menos no ahora. Dentro de unos meses todo se habrá calmado y, con suerte, la amenaza se habrá terminado — declara, derrumbando mis esperanzas de traer a Balthazar a la vida de nuevo en un tiempo cercano.

El cuerpo de Jackson se yergue a mi costado cuando escucha las palabras de Troian y mi mundo termina de hacerse pedazos cuando suelta las palabras que nadie espera.

—Balthazar no tiene unos meses. Puedo sentirlo y esta débil, su alma y mi cuerpo no resistirán por más de tres dias si él no se ha materializado para el final de esta última luna llena — exclama y mis ojos se llenan de lágrimas porque ahora mis esperanzas son nulas, ya qué hay algo más que impide que podamos salvarlo además del peligro en el pueblo.

Yo ya estoy embarazada.

—¡Maldición! — golpeo la encimera, antes de llevar mis manos a mi rostro y esconderme entre ellas cuando el llanto quiere desbordar de mi a causa de las malditas hormonas que no me dejan reaccionar de otra manera que no sea llorando —. Es imposible traerlo ahora, Jackson, yo ya estoy embarazada — gimo.

—¡Maldita sea! — grita y esta vez es su turno de reaccionar y lo hace gruñiendo y agujereando la pared de concreto a su lado cuando la golpea con fuerza, obligando a Massimo a retenerlo para que no siga destruyendo cosas o a sí mismo.

Troian hace el amague de venir a abrazarme cuando mi llano se vuelve incontrolable y el dolor en mi pecho me obliga a hacerme bolita sobre el asiento, pero Jackson reacciona gruñiendole cuando su mano toca mi hombro por microsegundos.

—¡No la toque! — exclama con cólera el demonio, antes de venir en mi busca y abrazarme por detrás como tanto necesito, aumentando mi llanto al sentir aquel calor tan reconfortante que tanto extrañé estos dias, pero que, a la vez, se siente distinto y extraño.

No es Balthazar.

Ese pensamiento estruja mi corazón y embarga mi pecho de un dolor horrible que me hace sollozar con fuerza mientras los brazos de Jackson intentan reconformarme torpemente, evidenciando su claro falta de práctica consolando personas.

Todo mi interior grita de dolor al imaginar un futuro sin Balthazar. Las lágrimas se vuelven cascadas en mis mejillas y mi cuerpo tiembla por los incontrolables sollozos mientras me aferro a mi vientre y me pego con fuerza al pecho que me acobija desde atrás.

Balthazar, mi amor, no me dejes.

Lloro y lloro mientras Jackson tira de mi cuerpo para sacarme de la cocina cuando Aitor, Troian y Massimo empiezan a discutir histericamente en busca de soluciones que no llegan a ningún lado.

Ignoro el lugar al que Jackson me lleva mientras sigo retorciéndome y sollozando por el dolor que me genera imaginar un futuro sin Balthazar, un futuro en el que él no me observe con esa mirada que tanto amo, que no me acaricie con aquellas manos de las que tanto extraño su tacto. Que no vea crecer a nuestro hijo.

Ese solo pensamiento aumenta mi llanto y obliga a Jackson a apretarme con fuerza a su pecho mientras nos conduce por los pasillos de la casa y nos adentra habitación por habitación hasta llegar en la que despertó.

Sorpresivamente, no dice nada mientras me descargo en su pecho y, en cambio, acaricia mi espalda con suavidad al tiempo en que nos deja caer sobre la cama e intenta calmarme en vano con pequeños besos en mi cabello y dulces caricias que no hacen más que recordarme que Balthazar ya no hará eso cuando las hormonas me vuelvan sensible y me hagan llorar por todo.

Con ese último pensamiento, me quedo dormida contra su cuerpo mientras aún me aferro a él con fuerza y las lágrimas escapan de mis ojos hasta el último momento de lucidez en el que logro escuchar unas ultimas palabras saliendo de Jackson.

—Encontraré la forma, pequeña humana, lo traeré para ti.

**

Horas luego, despierto y me encuentro sola en la cama, la oscuridad de la noche se adentra por las puertas corredizas de vidrio y ni si quiera me gasto en levantarme, ya que siento mi cuerpo demasiado pesado al igual que mis párpados.

Ya no quedan lágrimas por derramar en mis hinchados ojos y la tristeza no me deja pensar en otra cosa que no sea en Balthazar, en la horrible sensación de saber que se encuentra débil y esperando mi ayuda mientras yo no puedo dársela.

Me siento impotente y derrotada. Mi interior se siente frio y lo único que me mantiene cuerda es Jack, quien sigue sin moverse aún cuando acaricio mi vientre o susurro suaves palabras para él, cosa que también me recuerda que Balthazar era el que lo hacía moverse dentro de mi.

Mi cabeza palpita de dolor por tanto llorar y recordar los momentos vividos con Balthazar, por lo que, pareciendo un ser sin vida ni emociones, me levanto de la cama de mala gana y me adentro en el cuarto de baño, dispuesta a tomarme un baño caliente.

Sin embargo, cuando estoy por cerrar la puerta, una sombra se cierne sobre ella y me hace respingar al ver a Jackson aparecer de la nada, empeorando la bruma de sentimientos dentro de mi al mostrarme aquel rostro que no le pertenece y que no hace más que hurgar en la herida de mi corazón al ser el rostro del demonio que tanto amo y que parece no tener salvación.

Mi cabeza palpita con más fuerza cuando le tengo de frente y todo mi cuerpo hormiguea cuando una de sus manos sube hacia mi mejilla y retira una lagrima solitaria que cae por mi piel, borrándola con una suavidad que contrasta con la mirada enturbiada y seria de sus verdosos ojos.

Si tan solo fueras él.

—Sé como traerlo — suelta en el medio del silencio y mi corazón se detiene por segundos en los que observo a Jackson con los ojos abiertos de par a par y seguramente brillando de desesperación y esperanza, cosa que posa un brillo extraño en sus ojos y una media sonrisa orgullosa en sus labios —. Lávese, coma debidamente y luego lo hablaremos. No permitiré que ese niño sea arriesgado y no compartiré mis pensamientos hasta que me obedezca — ordena con frialdad y señala mi vientre.

No me deja lugar a réplica cuando retira su mano de mi rostro con rapidez y se gira en dirección a la puerta, saliendo de la habitación sin titubeos y obligándome a girar con rapidez a mi también para adentrarme en el cuarto de baño y darme la ducha más rápida de mi vida.

Cinco minutos luego, subo las escaleras del pasillo con el cabello mojado, vestida con una nueva camiseta de Balthazar y unos pantalonsillos cortos que se pierden debajo de ella. Aitor se encuentra en la cocina preparando la cena y Troian discutiendo y planificando en el comedor junto con Jackson, Massimo y un hombre castaño que no conozco.

Jackson se gira en mi dirección apenas me siente llegar y pasea sus helados ojos por mi cuerpo con seriedad, antes de negar y acercarse a mía paso apresurado, cubriéndome de la vista de todos y dedicándome una mirada llena de reprimenda que hunde mi entrecejo en confusión.

—Usted realmente quiere que le saque los ojos a todos por ver la piel que solo Balthazar y yo tenemos el derecho a ver, ¿verdad? — gruñe enojado y mis ojos se ruedan solos al entender a que viene su actitud.

—Son solo un par de piernas, Jackson — suelto con cansancio y lo rodeo para posicionarme frente a Massimo, quien niega con una sonrisa de suficiencia en su rostro por el pequeño intercambio y me dedica un asentimiento cortez, antes de señalar al hombre a su lado, el cual me analiza con una seriedad y frialdad que me produce escalosfrios.

—Lady Maxwell, le presento a mi alma hermana, Malakai — señala al castaño de ojos oscuros, el cual extiende su mano en mi dirección en forma de saludo, con una elegancia nata y sus facciones heladas.

Rápidamente intento corresponder al apretón de manos, pero Jackson lo evita al posicionarse a mi espalda y tomar mis caderas, tirando de ellas para pegarme a su pecho y alejarme del par de demonios tan distintos entre ellos, pero que nacieron juntos.

—Procedamos y ya — ordena el castaño a mi espalda, sacándome un bufido y obligándome a dedicarle una mirada de disculpa al demonio que lentamente baja su mano y repara en las manos de Jackson rodeándome con el ceño fruncido.

Massimo se aclara la garganta para disipar la tensión del momento y su hermano se queda en silencio mientras sigue observando los movimientos de Jackson como si no lo entendiera o le pareciera absurdo si comportamiento, lo cual me recuerda las palabras que su hermano dijo en la fiesta hace unas noches.

Malakai Morelli no quiere tener una destinada.

—Bien. Ya tenemos listo lo que solicitó, lord Jackson. Trescientos sesenta y cinco cazadores retenidos en sus tierras. Nuestros hombres esperan sus siguientes órdenes — interviene Troian y me obliga a dejar de observar cómo una idiota como las manos en mis caderas se encuentran acariciando mi vientre casi imperceptiblemente sobre la camiseta.

—¿Trecientos sesenta y cinco cazadores? ¿Para que? — pregunto desconcertada, antes de girar mi rostro hacia Jackson y dedicarle una mirada inquisidora la cual él analiza por breves segundos, antes de proceder a explicar lo que todos a nuestro alrededor también parecen estar esperando.

—Llevaremos a cabo el ritual de creación — suelta y mi ceño se frunce profundamente al no entender nada, contrario a Troian y Aitor, quienes sueltan jadeos de sorpresa en respuesta, los culés me obligan a mirarles en busca de respuestas.

—Pero, milord... — intenta hablar Aitor, pero es interrumpido cuando Jackson levanta una mano y le obliga a callar, volviendo a hablar él.

—Mañana por la noche, la luna estará en lo más alto y completamente llena. Eso, junto con los sacrificios nos darán el poder suficiente para que Balthazar pueda crear nueva vida dentro de nuestra destinada — esta vez soy yo la que jadea en respuesta, retorciéndome en el agarre del demonio que acaba de soltar el disparate más grande que he oído.

—¿Si me has escuchado cuando te he dicho que ya estoy embarazada? — pregunto y logro llamar su atención cuando me aparto unos centímetros de él y le enfrento —. Lo que estás diciendo es imposible de hacer.

—No, no lo es — declara detrás de mi una voz ronca y fría, obligándome a girar para encontrarme con la mirada calculadora de Malakai, quien analiza unos libros que parecen prehistóricos sobre la mesa y que reparo por primera vez —. El que nunca lo hayan hecho, no quiere decir que sea imposible — declara y deja de observar las hojas, para poner su atención en Jackson y dedicarle una mirada en la que parece desbordar la admiración y el respeto.

«Puede fallar, pero son más altas las posibilidades de que no lo haga. El ritual se basa en equilibrio y la forma de materializar a un demonio puro en el limbo también. El sacrificio de esas almas equilibra e incita a la nueva creación de un alma oscura y el nuevo embarazo equilibra el alma de su padre en este mundo para que él pueda materializarse — determina, haciendo una sopa mis pensamientos, los cuales se entiendan con sus palabras y no me permiten entender casi nada.

—Siguen sin explicarme cómo quieren poner un niño en mi útero cuando ya hay uno — exclamo con irritación, perdiendo los nervios y dedicándole una mirada molesta a Malakai, lo cual le hace levantar una ceja en respuesta.

—¿Realmente aún se pregunta cómo es eso posible sabiendo de la existencia de demonios y del limbo? Supérese, lady Maxwell — responde sin pelos en la lengua, consiguiendo que Jackson de un paso amenazante en su dirección y que Massimo ruede los ojos, antes de levantarse e interponerse entre su hermano y el demonio que intenta defenderme.

—No le hable de esa forma a mi destinada — gruñe Jackson, cosa que me obliga a tomar su brazo para que no se descontrole cuando Malakai no se amedrenta y, en cambio, le reta con la mirada, sacándole un bufido a su hermano.

—Jackson, está bien — digo con suavidad y me posiciono frente a él para que me mire, lo cual no duda en hacer cuando me siente cerca, relajando sus músculos un poco y dulcificando su mirada al ponerla en mi.

Los vellos de mis brazos se erizan cuando el verde de sus ojos se estrecha con los míos y logro ver cómo su pupila se agranda un poco al sentir mis dedos aferrados a su brazo, al cual también se le erizan los vellos por mi tacto en una reacción que acelera mi corazón desbocadamente.

—Déjenme ver ti entendí correctamente — interrumpe Troian la extraña e intensa interacción entre Jackson y yo, obligándome a despegar casi dolorosamente nuestras miradas y a observar a mi amigo, el cual parece molesto — ¿Quieren que Valerie folle con Balthazar en el cuerpo de Jackson mientras nuestros hombres sacrifican a los cazadores para que ella pueda quedar embarazada y así traer del limbo a Balthazar? ¿Se han vuelto locos? — pregunta, casi histérico.

Mi estómago se revuelve ante sus crudas palabras y Aitor se aclara la garganta incómodo al escuchar a su amigo hablar con tanta soltura a los tres lideres, los cuales fruncen el ceño por su insolente actitud, cosa que me pone aún más nerviosa y me obliga a soltar a Jackson con rapidez y a tirar del brazo de Troian para llevarlo conmigo a las escaleras.

—Iremos a... iremos a tomar un poco de aire — nos excuso y evito la mirada enojada y chispeante de Jackson la cual me advierte que no le gusta que esté tocando a Troian.

Ignoro olímpicamente aquello y nos dirijo hacia la planta baja, para luego salir por una de las puertas corredizas y llevarnos a la playa desierta, la cual solo se encuentra iluminada por la luna y por dos hogueras a varios metros de nosotros.

—Troian, ¿estás loco? ¿Quieres que te maten? — le grito bajo, golpeándole el hombro y obligándole a reaccionar, cosa que le saca un bufido y le hace cruzar los brazos.

—Tu eres la loca si estás considerando este plan de mierda — responde también gritando bajo y dedicándome una mirada enojada.

—¡No es un plan de mierda! ¡Tiene sentido! — vuelvo a exclamar y a golpearle el hombro, molesta con él por no apoyarme en estoy y ayudarme a traer a Balthazar de regreso.

—¿Sentido? ¡Quieren poner un niño en ti cuando tú ya tienes otro dentro! — vocifera molesto, antes de negar y levar sus manos a su cabello para tirar de él con evidente nerviosismo —. Tu cuerpo apenas puede cargar con uno, Valerie, ¿te imaginas lo que pasaría si llevas dos? — pregunta desesperado.

Mi estómago se retuerce al escuchar sus palabras y mi corazón se estruja al entender el porqué de su insistente negativa en el tema.

Está preocupado por mi y por Jack.

Suspiro pesadamente e intento calmarme para no mandarlo a la mierda cuando no se lo merece, antes de masajear mi sien y dedicarle una mirada cansada que también le obliga a bajar la defensa al ver mí vulnerabilidad.

—Escúchame, Val, en este momento no puedes ponerte a cazar imposibles, ¿lo entiendes? Debes concentrarte en vivir y en mantener a salvo a Jack. Tienes que pensar en Jack, maldición — gruñe Troian, apretando mis hombros con fuerza y mirándome con suplica.

Sus duras palabras me hacen lagrimear y mis labios forman un puchero en advertencia de que voy a llorar, sin embargo ambos detenemos la discusión cuando una sombra se mueve a nuestro costado y el corpulento cuerpo ahora de Jackson se hace notar, dedicándonos una mirada cavilante que nos hace maldecir a ambos.

—¿Por qué lady Valerie debería pensar en mi? — pregunta con frialdad el castaño, haciendo temblar al rubio cuando su verde mirada observa de manera amenazante hacia las manos de Troian sobre mis hombros, las cuales rápidamente quita, antes de dar dos grandes pasos hacia atarás y alejarse de mi.

Cierro mis ojos con fuerza y suspiro con pesadez al entender que fuimos unos idiotas al pensar que Jackson no nos seguiría. Vuelvo a abrir mis ojos cuando los pasos del demonio se escuchan cada vez más cerca de mi y me estremezco cuando su calor penetra de manera abrumadora contra mi, aún al estar a un metro de distancia.

Mi mirada se estrecha con la suya cuando lo tengo de frente y su verde frialdad vuelve a recordarme que él no es Balthazar, que, por más que mi cuerpo sienta de todo por este demonio que tengo en frente, mi corazón solo aclama el nombre de su hermano.

—Respóndame — ordena cuando ninguno de los dos contesta y un silencio tenso abunda en la desolada playa, cosa que me saca otro suspiro derrotado al entender que, si no suelto la lengua, el voluble demonio frente a mi podría tomárselas contra Troian.

—Él no estaba hablando de ti — susurro lentamente, sin apartar mi mirada de la suya y captando el momento justo en que la confusión se hace presente en sus claros ojos.

—Explíquese — demanda de nuevo con frialdad, poniéndome muy nerviosa cuando da otro paso en mi dirección, seguido de otro y otro, acortando la distancia y obligándome a inclinar la cabeza hacia atrás para poder verle.

—Jack es... — me detengo cuando no se como explicárselo y niego, antes de tomar una de sus manos de manera sorpresiva y obligarle a adentrarse en la enorme sudadera que llevo puesta —... él — termino en un susurro.

Mi piel se eriza cuando sus cálidos dedos palpan la piel de mi vientre. Las lágrimas se apoderan de mis ojos cuando Jack se mueve en mi interior luego de largos días sin hacerlo, cosa que Jackson evidentemente siente y que lo deja sin palabras en su lugar.

—Lo nombraron por mi — habla bajo como si lo dijera para sí mismo, antes de asentir, comprendiendo todo —. Balthazar siempre fue el hermano sentimental — declara, de vuelta con su usual frialdad, antes de darle una suave caricia a mi vientre que deja hormigueando esa zona y quitar la mano con rapidez.

Mi piel arde cuando sus dedos se alejan y los míos pican por tomar su mano y devolverla a mi vientre, cosa que evito hacer con dificultad cuando la falta de su calor me resulta sofocante y la intensidad en su mirada verde me atraviesa con un nuevo brillo en ellos que no sé qué significa.

—¿Sentimental? — río por su respuesta y le dedico una mirada incrédula que le hace fruncir el ceño —. Balthazar es de todo menos sentimental. Los dos son bastante parecidos en eso — sonrio levemente al recordar lo poco sentimental que era Balthazar cuando me follaba.

Maldición, necesito sexo. Estúpidas hormonas.

Negando por ese pensamiento, vuelvo mi atención hacia Troian y le observo suplicante cuando este niega con molestia al observar a Jackson, quien, afortunadamente, ignora su mirada y se dedica a repararme a mi con aquella intensidad característica de él y de su hermano.

—Aitor ha llamado al doctor de nuestra familia y este ha informado que, siempre y cuando Valerie se mantenga controlando ambos embarazos, el ritual se puede hacer y ella puede cargar con ambos niños — declara Jackson para la sorpresa de ambos, obligándome a dejar de observar a mi a amigo y a dedicarle una mirada anonadada al demonio a mi lado, el cual parece molesto cuando me ignora y le dedica una mirada amenazante a Troian —. Este plan no se dará a la ligera, niño, nunca pondría en riesgo a mi mujer. Ni siquiera por mi hermano. Si digo que se puede hacer, se puede — escupe soberbiamente.

El semblante impenetrable de Jackson me pone de los nervios hasta a mi, pero Troian no parece amedrentarse esta vez y, en cambio, aprieta sus labios con fuerza, antes de asentir con lentitud y responderle a la mirada amenazante.

—Espero entienda, lord Jackson, que estos son otros tiempos. Usted no ha estado al mando de esta secta por siglos, pero lady Valerie sí, lo que la vuelve mi única líder en este momento. No dude en ningún momento que no protegeré su vida con uñas y dientes, en que respetare sus demandas y la apoyaré en cada paso que dé. Y si ella decide llevar a cabo este plan, pondré mi mayor esfuerzo en hacerlo realidad — expresa con seguridad y una sonrisa se expande en mis labios al escucharle —. Pero yo solo respondo órdenes de ella, no de usted. El respeto de esta secta se gana y usted recién ha llegado. Mantenga a salvo a lady Valerie y tendrá nuestra voluntad — declara por último.

El cuerpo entero de Jackson se tensa por aquellas palabras, pero no se mueve en lo absoluto ni reacciona de forma agresiva, sino que responde tomando mi cintura y pegándome a su cuerpo de forma protectora.

—No esperaba menos de mi secta — habla Jackson, pareciendo orgulloso y sorprendiéndonos de sobremanera a Troian y a mí por aquella respuesta inesperada —. Espero que tu también entiendas que yo no soy mi hermano, yo no conozco a ninguno de ustedes. Pero si conozco lo que siento por mi humana y, si alguno de ustedes falla en mantenerla a salvo, no tendré misericordia. Los destriparé y le dejaré los restos a Balthazar para su regreso — asegura con frialdad y con su mirada brillando de manera aterradora.

Troian por fin parece amedrentarse por esas palabras y se encoge en su lugar, cosa que me da pie a intervenir, intentando terminar con la situación incómoda y por fin ir al grano de todo esto.

—Entonces lo haremos — declaro con seguridad, poniendo mis ojos celestes en los verdes de Jackson y dedicándole una sonrisa complacida que ilumina de satisfacción su mirada —. Traeremos a Balthazar de vuelta.

—Traeremos a Balthazar de vuelta — aseguran al mismo tiempo, llenando mi corazón de esperanza y mi cuerpo de fortaleza para enfrentar lo que se viene.

Aguarda un poco más, mi amor, iremos por ti.

_______________________________
¡Hola! Tarde una semana nada más esta vez y les traje el capítulo más largo que escribí a la fecha, espero que lo amen y que hayan entendido todo.

Todavía faltan muchas incógnitas por resolver en la historia, pero solo quedan cuatro capítulos, así que les pido paciencia, porque estos últimos capítulos van a ser difíciles de escribir, además de largos.

En fin, espero que les haya gustado y les mando un beso enorme. 😘

Candela. ♥️

Pat: les recuerdo que en mi cuenta de Instagram siempre subo adelantos, respondo preguntas sobre la historia y aviso cuando voy a actualizar, por si quieren ir a seguirme, el usuario es delacalderon ♥️

Pdt2: también les recuerdo qué hay un grupo de WhatsApp de la historia por si quieren unirse, el link está en la descripción de mi perfil de Wattpad ♥️

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