Escucharte || Haikyuu!! [Kei...

By UstedSeraArte

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❝-Si es sólo un club, ¿Por qué me pediste ayuda? -Fue una excusa para verte cada segundo❞ ⚠: Ningún personaje... More

Prólogo
I-Comunicación.
II-Estudiar.
III-Persuadir.
IV- Enojo y nervios.
V-El poste.
VI- Limón.
VII- Primer día.
VIII- El club.
IX- Jugar.
X- Malentendidos.
XI- Escucharte.
XII-Espejos.
XIII- Gustar.
XVI- Otoño y pastel.
XV- Esos cuatro.
XVII- El día y el siguiente.
XVIII- Los tres días.
IXX- Dos y uno.
XX- La tercer semana.
XXI- Quedarse quieta y no hacer nada.
XXII- Fuera de casa

XVI- Segundo intento.

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By UstedSeraArte

Keishin Ukai se encontraba haciendo la cena en el momento en que su hermana arribó la casa. Se sobresaltó al escuchar un fuerte portazo, por lo que se aproximó por la entrada a la cocina a echar un vistazo.

Hoshi seguía con las dos bolsas en sus manos, complicando un poco su trabajo de sacarse los zapatos. Por lo que con un par de patadas pudo hacerlo exitosamente, pasando por fin a su hogar.

El teñido se puso frente a ella, dándole un saludo con solo su mano. Pero no recibió respuesta, y estaba seguro de que lo había visto. Mientras ella subía, pensó que podría haber sido, ¿Acaso había olido la cena?, sabía que no le encantaba el brócoli, pero no sé pondría así por ello. ¿Se peleó con su madre?, solo estuvo con ella por ir a Tokio, se preguntó si la había acompañado al médico o a despedirla, pero según le dijo, fueron dos chicos efusivos y los otros dos sin batería quienes la habían llevado a la estación. ¿Será problemas de adolescentes?, ya había pasado por eso, pero ella era una chica, eran problemas diferentes. Aunque si su madre no le habló sobre esos temas, como no lo hizo con él, tendría que encargarse de explicarle a su hermanita de casi diecisiete el sex...

—¿Ya está la cena?—la voz de Hoshi sobresaltó a Keishin, quién dió un pequeño grito agudo que su hermana logro distinguir.

El semblante indiferente de la pelinegra era algo raro en ella, lo único que podía significar era que estaba molesta por algo. El rubio maldijo interiormente mientras se recomponía.

—Sí, solo siéntate.

Al acomodar un poco la mesa para que entrara la olla con la sopa, la pelinegra lo hizo todo monótonamente, como si fuera un robot. Normalmente era así cuando le molestaba algo.

Al servirle la sopa de brócoli, solo le dió un «Gracias», seguido de que metió la primer cucharada en su boca, mientras salía un poco de vapor de su plato.

Y de repente recordó, ella había venido sola desde la estación hasta aquí. ¿Cómo pudo olvidar eso?, dejó a su pobre hermanita sola en la estación del pueblito de Miyagi. Le pudo haber pasado cualquier cosa de camino hasta la casa. Si fuera ella, estaría muy enojado.

—¿Sabías que ya estaba pagada?—soltó de repente Hoshi.

Oh, Keishin estaba totalmente perdido en todos los sentidos.

—¿Qué cosa?—trató de hacerse el tonto probando su sopa, la cuál le faltaba un poco más de sal.

—La cirugía para mis oídos, ¿Ya lo sabías?—el rostro de la pelinegra no mostraba nada, solo un semblante curioso— Le pregunté a mamá pero dijo que te lo pregunte a tí.

Perfecto, su madre le había dejado toda la responsabilidad y el cargo. ¿Para qué tener enemigos si esa era su familia? 

Soltó un suspiro dejando la cuchara de lado—No nos faltaba mucho para llegar al monto. Sólo era un poco menos de la mitad.

—Sí, hace una semana.—inquirió la menor— No puedes pagar de un día al otro de la nada.—la chica se levantó de su lugar, llevándose también su tazón al lavaplatos dejándolo allí. Se dirigió hacia la salida, donde se dió la media vuelta— Solo me hubieran dicho que ya la pagaron, eso era todo.

El silencio gobernó el lugar para Keishin, dejándolo solo con su sopa de brócoli.

(...)

—¿Para quién son estas cosas?

Se alertó al ver a Nishinoya inspeccionar la gran bolsa donde traía las cosas. Movió un poco su pie para volver a esconderlas, ahuyentando al chico. Ese día llegó más temprano de lo normal para que nadie la viera andar con esas cosas por toda la escuela.

Para su suerte, Nishinoya Yuu era alguien que se distraía con facilidad, por lo qué sacó un cuaderno del compartimento de su asiento y se lo extendió.

—Es lo de ayer. Te extrañamos en el club, Hoshi-chan—le comentó el castaño con un puchero.

Ukai tomó el cuaderno mientras le daba una sonrisa—Gracias, y no fue para tanto, solo estuve dos días afuera.

—Ya,—el cuerpo de Noya se desplomó lentamente en su silla, quedando su rostro en el respaldo del asiento— pero solo tú y Yamaguchi saben entender a Tsukishima. El otro día no estaba tan mal, pero ayer sí.—se acercó un poco más para prestarle atención— Creo que fue porque vió que estabas con esos chicos. Umh, ¿Kenma y Akaashi?

¿Cómo supo que estaba con ellos?, no recordaba haber hablado con nadie ayer que no sea su hermano.

—¿Por qué le molestaría?

Nishinoya no pudo responder debido a que ese mismo momento el profesor entró al aula, que conveniente, profesor de física.

El resto de la mañana pasó rápido, el frío comenzó a hacerse presente una vez llegada la tarde. Un poco antes de que terminara su entrenamiento, corrió rápidamente a los vestidores para dejar allí las dos cosas que le debía dar al rubio.

Según le había indicado Yamaguchi, ese era el casillero de Tsukishima, así que dejó allí las cosas y volvió rápidamente al vestidor de las chicas del otro lado, al ver cómo todos salían ya del gimnasio.

Una vez ya cambiada y abrigada, se dirigió a la salida donde estaban Yamaguchi y Tsukishima esperándola. Avanzó rápidamente hacia ellos, dónde solo el peliverde le saludó, mientras que el otro chico se colocó los auriculares blancos, metiéndose en su mundo.

La conversación con Yamaguchi como siempre fue animada, hablaban de cualquier cosa y podían entenderse fácilmente con un par de señas. Aunque por el frío sus manos se estaban comenzando a congelar.

Al despedirse de Tadashi, pudo por fin acercarse más a Tsukishima, el cuál no lo había visto durante todo ese tiempo. Estaba por tocar su hombro cuándo vió de reojo algo en su mano derecha, la contraria dónde estaba. De ella se sostenía un peluche de dinosaurio verde con lentes, el mismo que había visto en la juguetería de Tokio. También podía divisar el color naranja de la flor a un lado.

Cuando volvió la mirada hacia el rubio, éste ya se había sacado los auriculares y se encontraba mirándola fijamente.

—¿Me quieres robar?

—Solo miraba lo que tenías allí, ¿De dónde lo sacaste?

La semblante seria de Tsukishima cambió totalmente y desvío la mirada. Alzó el peluche y la flor a la altura de su pecho, mirándolos con algo que parecía emoción. Sin embargo, volvió a dejar caer su mano a su costado, como si le restará importancia.

—Alguien rarito me está dejando regalos. Son estúpidos.

—¿Entonces los tiraras?—preguntó algo preocupada.

—Claro que no, sería un desperdicio.—pudo ver como las mejillas del chico se tornaban rojas.

Rió silenciosamente mientras acunaba sus manos y suspiraba fuertemente para que se calentaran. Ese día lastimosamente por haber salido a las apuradas, había tomado el abrigo que no tenía bolsillos, olvidándose también de sus guantes.

Sin embargo, la mano izquierda fue tomada sorpresivamente por otra, contagiandose inmediatamente de su calor. Sabiendo que la mano delgada pero de un tamaño más grande que la suya era de Tsukishima, se sonrojó inmediatamente, escondiéndose bajo su bufanda.

No hablaron el resto del camino, las manos de ambos estaban entrelazadas, no se miraban, por lo cuál no supieron que las mejillas del otro estaban totalmente rojas, ni tampoco que sus corazones latían al mismo rápido compás.

Pero aquello no duró tanto, ya que sintió como su mano quedaba sola al llegar a la entrada de su casa. Sin embargo, un calor en su mejilla derecha se hizo presente. Tsukishima había depositado un beso allí y se fue caminando rápidamente hacia la otra calle.

Ella, en cambio, entró rápidamente a su casa sintiendo un calor en su pecho, seguido de un cosquilleo en su mejilla.

El mayor de los Ukai apreció todo detrás de la ventana, siguiendo a su hermanita hasta las escaleras, quién parecía estar muy en lo suyo como para notarlo. No sabía si estar feliz por ella, de que estaba encontrando a alguien, o si de estar algo confundido al respecto de que fuera un bloqueador central de casi dos metros que no sabía cómo comunicarse con la gente.

Pero de algo estaba seguro, de que le encantaría revivir un romance adolescente.











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omg, no entiendo cómo esto tiene tantas leídas, pero ¡Gracias por su apoyo!^^

Un dato curioso: Las Gerberas, según el lenguaje de las flores, son muy relacionadas con la amistad y con la pureza del primer amor. También, en el calendario Hanakotoba, las Gerberas son del 27 de septiembre, o sea, el cumpleaños de Tsukishima.

anyways, me alegra que les guste ^^

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