Estaría mintiendo si dijera que su autocontrol aún estaba en su punto máximo. Gojo se había estado burlando de ti durante años, viendo la forma en que tu bonito coño se apretaba alrededor de la nada cuando apartaba sus pálidos dedos.
"Satoru," ahogaste otro maullido, tus dedos presionando contra sus brazos desesperada por el. "Por favor, por favor. ¡Te necesito!"
Una mano suave recoge las lágrimas que se habían acumulado en el borde de tu visión mientras los hermosos ojos de Gojo llenan tu mirada. Un color tan azul que parecía como si alguien hubiera capturado el brillo de un rayo que destellaba dentro de sus ojos.
"Te ves tan bonita así", tararea, una sonrisa adornando sus labios cuando ve tus ojos rodar hacia atrás. "Toda desesperada por mi polla, ¿eh? ¿Qué pasó con la tímida doncella en ese entonces?
Ella se había ido, corrompida durante mucho tiempo por él. No es que te estuvieras quejando.
Se inclina hacia atrás entre tus piernas abiertas, mirando tus pliegues expuestos con una especie de hambre que te hace temblar. "Mírate", suspira, acariciando su polla ante la vista embriagadora ante él. "Todo extendido para que yo lo disfrute. Sería una pena si te dejara solo así, ¿no? "
"¡No!" Tu reacción es instantánea, un sonido agudo y lastimoso de desesperación ante la idea de que te deje colgando.
"Es una broma." Captura tus muslos para acercarte.
Hay un sonido audible de placer arrancado de los dos cuando finalmente ingresa la cabeza de su polla contra su raja que gotea. Sin embargo, la vibrante anticipación está acompañada por la familiar sensación de miedo que destella en ti cuando vislumbras la gran circunferencia y longitud que tiene, tus ojos tensos cerrados.
No importa cuántas veces Gojo te haya follado, su tamaño todavía te hace temblar de los nervios de manera incómoda.
Sintiendo tu ansiedad, sus grandes manos se desplazan desde tu mejilla para ahuecar tu rostro donde el hombre alto se inclina para plantar un dulce beso en tus labios entreabiertos, saboreando brevemente la dulzura azucarada que vino con el beso. "Relájate bebé", susurra, pero hay esa visión palpable de emoción salvaje que marca su sonrisa ante la idea de hundirse en tu calor apretado.
No puedes evitar chillar cuando se entierra en tu coño con espasmos, tus sensibles paredes revolotean sobre cada cresta y vena de su polla que tiene a Gojo gimiendo.
"¿Te quieres venir ya?" Pregunta, como si no pudiera ver tu lindo coño apretándose alrededor de su longitud. Oyes su risa retumbar en su ancho pecho y contra el tuyo.
Demasiado avergonzada para responder, asiente con la cabeza, los dedos encuentran su camino para cerrarse alrededor de tus muñecas.
"¿Me estás tomando tan bien esta vez hmmm?" Gojo arrulla, estirando un dedo para hacer rodar tu clítoris hinchado, lo que le valió una sacudida estremecedora a través de tu cuerpo. Él te inmoviliza con facilidad, sin apenas hacer ningún esfuerzo. "Buena chica, tomando mi polla tan bien, supongo que este coño fue realmente hecho para mí, ¿verdad? Tal vez ya ni siquiera tenga que jugar con tu clítoris, solo vas a chorrear como una puta para mi".
Gruñendo, Gojo se entierra más profundamente, los muslos temblando ante la sensación de que tu coño se aprieta a su alrededor. Sollozas en el estiramiento, pero no haces ningún movimiento para evitar que se balancee más hasta que toda su longitud esté enterrada en tu estrecho agujero.
La sensación de estar llena te atrae mucho, arqueando la espalda para exhibir tus tetas. Cuando ves a Gojo, sus ojos se abren de par en par, las pupilas tan azules que podrías perderte en ellas.
Estás casi medio delirante ante la sensación de su calidez envainada en ti, apenas puedes mantener los ojos abiertos cuando Gojo comienza a moverse. Él te besa y folla tu tierno coño, poniendo especial cuidado en atrapar tu sensible clítoris cada vez que sus caderas se encuentran con las tuyas sobre el sonido obsceno de sus bolas golpeando tu trasero.
Puedes sentir que tu orgasmo aumenta cada vez que empuja hacia adelante, el dolor de su polla golpeando contra tu cuello uterino se mezcla a la perfección con el placer cuando se frota contra tu punto dulce.
"¿Se siente bien bebé?" resopla en tu oído.
"¡Se siente tan bien, Satoru!" asientes con la cabeza, "¡Por favor, quiero más!"
Él siente que te estás mojando cada vez más, sabe la forma en que tu pequeño cuerpo tenso tiembla cuando llegas a tu borde debido a la abrumadora estimulación.
"Satoru," jadeas, las lágrimas se aferran a tus pestañas cuando alcanzas el clímax y tus uñas clavan lunas crecientes en su piel. Él sonríe a tu rostro, transformado en una pintura completamente lasciva de placer eufórico.
"Terminaste tan rápido", jadea Gojo, acelerando su paso tan repentinamente que tus ojos se abren de par en par. "¿Que hay de mí?"
"E-estoy sensible", tratas de detenerlo con un gemido patético, tus manos empujando contra su pecho cincelado tan débilmente que se ríe de tus esfuerzos.
"Quédate quieta, bebé", gimiendo cuando siente que tu coño se aprieta de nuevo a su alrededor. Serías su muerte algún día. "Voy a arruinar este bonito coño tuyo".
¿Quién eres tú para negarle eso? Finalmente te recuestas contra las almohadas, dejándolo follarte como él quiere mientras presiona tus rodillas contra tu pecho para golpear tu pobre coño hasta que chorreas por todas partes, haciendo un desastre en la cama.
Gojo tiene una vista perfecta de tu coño de esta manera, la vista de tu figura más pequeña debajo de él y la forma en que tu agujero se estira para acomodarse alrededor de su polla solo lo estimula aún más.
Eres tan linda de esta manera. Dejando que te estire más allá de tu límite habitual, tus pechos rebotan con cada embestida y Gojo no puede resistirse a colocar una de tus tetas en su palma, saboreando la suavidad de tus pechos con su toque.
Él puede sentir la suave resistencia cuando te golpea como un martillo, forzándote a otro orgasmo hasta que te reduces a un lío de balbuceos con la lengua colgando de tu boca y tus ojos en blanco en esa adorable expresión que ama absolutamente.
"Jo-joder". Gojo siente que su propia espiral de placer se rompe en él mientras sucumbe a su propio orgasmo por la forma en que tus paredes gomosas se aprietan alrededor de su palpitante polla. "Vas a tomar cada gota de mi semen en tu coño", gruñe, negándose a alargarlo hasta que te vea asentir débilmente.
"Buena niña." Él gime, finalmente satisfecho de su propia euforia antes de inclinarse para ocupar el espacio junto a ti.
Instintivamente, te atrae hacia su abrazo, su polla todavía se retuerce dentro de ti.
"Te quiero mucho." Gojo murmura en tu cabello, sintiendo la forma en que tu pecho se nivela lentamente. Contigo en su abrazo, todo se siente bien. Finalmente pudo tomar un soplo de aire fresco del mundo oscuro en el que vivía. La reconfortante calma de tu calidez anidada en él hace que la opresión en su pecho se alivie poco a poco.
A veces, le aterrorizaba lo profundamente enamorado que estaba de ti.
"Y también te amo." Dijo con una sonrisa