Miserable Matrimonio (Saga #1...

By _EJBlack_

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Disponible en Amazon Kindle (otra versión) Liviana Johnson, hija del conde de Hamilton, lleva enamorada de M... More

Capítulos de muestra
🍂《Booktrailer》🍂
Capítulo 1®
Capítulo 2©
Capítulo 3©
Capítulo 4©
Capítulo 5©
Capítulo 6©
Capítulo 7©
Capítulo 8©
Capítulo 9©
Capitulo 10©
Capítulo 11©
Capítulo 12©
Capítulo 13©
Capítulo 14©
Capítulo 15©
Capítulo 16©
Capítulo 17©
Capítulo 18©
Capítulo 19©
Capítulo 20©
Capítulo 21©
Capítulo 22©
Capítulo 24©
Capítulo 25©
Capítulo 26©
Capítulo 27©
Capítulo 28©
Capítulo 29©
Capítulo 30©
Capítulo 31©
Capítulo 32©
Capítulo 33©
Capítulo 34©
Capítulo 35©
Capítulo 36©
Capítulo 37©
Capítulo 38©
Capítulo 39©
Capítulo 40©
Capítulo 41©
Capítulo 42©
Capítulo 43©
Capítulo 44©
Capítulo 45©
Capítulo Final©
Epílogo
Agradecimeientos©

Capítulo 23©

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By _EJBlack_


El día del baile había llegado y la residencia de los duques era todo un caos de empleados corriendo de un lado a otro tratando de que todo quedase perfecto para la noche. Liviana estaba algo nerviosa, era el primer baile que organizaba, y aunque contaba con la ayuda de lady Jayne, su nana y lady Lilian, no lo podía evitar. Marcus estaba en su despacho con asuntos del ducado, pero de vez en cuando preguntaba si necesitaba algo, cosa que tenía muy sorprendida a Liviana.

-¿Tu padre estará presente en el baile? - preguntó lady Lilian.

-No lo sé, no le he preguntado si desea estar presente, aunque conociendo la personalidad de mi padre lo dudo.

-Pero deberías decirle, tal vez y quiera despejarse un poco, ver cuatro paredes día y noche no debe ser muy divertido - comentó Jayne.

-Puede que tengas razón, le preguntaré más tarde - dijo Liviana.

-¿Y cómo ha sido su trato contigo, Liviana? - preguntó lady Lilian.

-Bastante bien, ya no es como antes, parece... respetarme o tal vez... quererme, tan solo un poco - respondió tomando de su taza con té.

-Tu padre sí te quiere - dijo su nana.

-Pero antes no lo demostraba, y ahora no mucho -alegó Liviana haciendo una mueca.

-¿Y de qué color será tu vestido esta noche? -preguntó Jayne cambiando de tema.

-Lo sabrás en la noche, quiero saber si me reconoces con la máscara puesta, ¿aunque con este cuerpo quien no me reconocería? - dijo Liviana en tono divertido.

-Liviana - dijo Jayne en tono de reproche, ella siempre le había dicho que no tenía por qué sentirse avergonzada por no ser tan delgada como todas las demás.

-Lo siento -dijo riendo.

Pasaron el día mirando los últimos detalles para el baile, hay que mencionar que no supo nada de Marcus en todo el día, y que quedó más que sorprendida cuando su padre aceptó asistir al baile, a última hora tuvo que ordenar a preparar un lugar en el salón, uno muy visible solo para su padre.

Solo faltaban minutos para dar frente a todos en el salón de baile. Su nana la ayudó con su vestido, este era de un rojo vivo y brillante, tenía algunos adornados en negro y dorado, simplemente hermoso, su máscara era negra con detalles dorados también, para ese evento decidió dejar aún más a la vista su oscuro cabello, haciendo un moño alto y dejando la cola suelta y rizada, esta le caía por los hombros tapando un poco la piel desnuda, había olvidado mencionar que el vestido tenía un escote algo provocador pero a la vez reservado, nada que llamara la atención ni provocara un escándalo.

-Estás hermosa mi niña, sin duda serás la anfitriona más bella - expresó su nana sonriendo y maravillada por cómo había quedado Liviana.

-¿Tú crees? - preguntó algo dubitativa mirándose en el espejo.

-Claro que si Liviana, sabes que nunca te miento.

-Gracias, por todo - dijo abrazándola fuertemente.

-De nada mi niña.

Sintió como tocaban la puerta y decidió salir, Marcus la esperaba para bajar juntos al salón donde ya la mayoría de los invitados los esperaban. Cuando la vio, simplemente se quedó mudo y dejó de respirar por varios segundos.

Estaba hermosa, más que eso, bellísima, maravillosa, tenía que reconocerlo, y ese escote con sus ondulado y oscuro cabello lo estaban volviendo loco, deseoso de poder posar sus labios por esas zonas y acariciar su cuerpo como noches atrás; realmente estaba necesitado, pero no de cualquier mujer, sino de ella, su mujer. Desde la última vez que le hizo el amor en su despacho no la volvió a tocar y eso lo tenía realmente malhumorado esos días, la necesitaba, y esa noche pensaba saciar su sed con su esposa.

Su esposa.

-Estás... - trató de hablar pero las palabras simplemente no salieron.

-Si dirás alguna grosería mejor te callas -dijo Liviana deteniendo lo que pensaba decir y mirándolo fijamente a los ojos a través de su máscara, no podía negar que estaba realmente guapo, y la máscara negra lo hacía ver aún más guapo, tuvo que mirar hacia otro lado antes de que Marcus notara que se lo estaba comiendo, literalmente, con la mirada.

-Iba a decir que estás realmente hermosa, no podré apartarme de ti esta noche -dijo divertido por sus palabras.

-¿Por qué? - preguntó ella.

-Muchas miradas recaerán sobre ti, y más las masculinas, y todos tienen que saber que eres la duquesa de Agnes, y mía -respondió acercándose a sus labios con intención de besarla, pero Liviana se escabulló, no quería retrasarse para bajar y sabía que si Marcus la besaba terminarían en cualquier parte de la residencia menos en el salón de baile, además, aún no olvidaba la última vez que estuvieron juntos.

-Mejor bajemos, deben estar esperándonos - dijo Liviana y Marcus sonrió pícaramente.

-Podrás resistirte ahora, pero esta noche volverás a ser mía - susurró Marcus en su oído haciéndola estremecer.

Respiró hondo antes de empezar a caminar, sorprendida por la acción de Marcus al tomar su brazo y entrelazarlo con el de él. No sabía porque estaba tan posesivo últimamente, y no podía olvidar el hecho de que no le había escuchado mencionar más el tema sobre el divorcio. Al llegar al salón todos pusieron su atención en ellos, y rápidamente los comentarios y susurros fueron evidentes.

-Todo quedó maravilloso, felicidades - alagó Marcus.

-Gracias, aunque tu madre y Jayne me ayudaron un poco, ah y mi nana también -respondió Liviana feliz por el logro alcanzado.

-Esta noche daremos mucho de qué hablar por un largo tiempo -dijo Marcus.

-¿Por qué lo dice Marcus?

-Una, porque todo está perfecto, además de que hace mucho nadie daba un baile de Máscaras. Y segundo, porque según todo Londres estamos a punto de anular este matrimonio -respondió él.

-¿Acaso no es verdad?

-Luego hablaremos de eso - indicó Marcus -. Disfrutemos de nuestra noche.

Ya no se sentía muy feliz y las ilusiones se fueron, pensaba que había olvidado el tema sobre la separación, pero seguía ahí, y debe recordar que Marcus no la quiere, solo es atracción y pasión, como cualquier hombre.

-Claro - dijo ella.

Luego de eso Marcus dio un pequeño discurso a los invitados agradeciéndoles su presencia, luego fue en busca de sus amigos, no sin antes pasar a saludar a algunos socios, Liviana estaba sorprendida, Marcus la presentó ante todos como su esposa.

Eso eres ¿no?

Dijo la vocecita de su conciencia.

-Liviana estás hermosa - dijo Jayne llegando a ellos, ya otras damas habían pasado a saludar y elogiar el gran trabajo de Liviana, aunque lo que realmente querían era descubrir más a fondo la relación entre los duques.

-Tú igual, estás hermosa Jayne - respondió Liviana.

-Marcus - saludó Jayne y este le sonrió en respuesta.

-Concuerdo con mi esposa, y de eso también se dio cuenta Christian, no ha parado de mirarte desde que llegó, y hablando de eso, voy a saludar a mis amigos - dijo para dejar a las dos damas solas, no sin antes dejar un beso en la cien de Liviana, algo que las dejó totalmente sorprendidas.

-¿Qué fue eso? - preguntó Jayne.

-Ni idea, está muy raro desde ayer - respondió Liviana encogiéndose de hombros -. ¿Ha habido algún cambio entre Christian y tú? - preguntó cambiando el tema.

-No - Respondió Jayne bebiendo de su copa -. Se niega a hablar conmigo de lo que pasó hace unas noches.

-No debiste de haberlo hecho - dijo Liviana.

-Lo sé, fui débil, pero sabes que cuando estás enamorada no puedes resistirte mucho - y Liviana lo sabía perfectamente, porque con todo lo que Marcus le hacía, ella seguía ahí como una tonta -. Pero lo que más me dolió fueron sus palabras en la mañana. Ni siquiera me dejó hablar, se fue y desde ese día trata por todos los medios de evitarme.

-Pero debes de insistir y hablar con él, no puede venir a ti cada vez que quiera y luego dejarte. No pensé que fuera tan prejuicioso.

-Soy una idiota al seguir enamorada de él - dijo Jayne algo triste y enfadada consigo misma -. Le he demostrado que lo amo más que a nada, hasta mis padres, que él sabía que los amaba, me dieron de lado por mi amor a él. Le he dicho que podía perdonarlo por lo ocurrido hace cinco años si me decía su verdadero motivo, pero es un imbécil orgulloso.

-Las dos somos idiotas por seguir enamoradas de hombres tan imbéciles y orgullosos, no sé a dónde los llevará su orgullo.

-Liviana - su cuñada, lady Aline, llegó interrumpiendo la conversación entre ellas -. Estás hermosa, todo está hermoso.

-Muchas gracias - dijo Liviana sonriendo.

-Lady Jayne.

-Un placer volver a verte, lady Aline.

- Todos hablan de esto y de lo maravilloso que la están pasando, la orquesta es muy reconocida y la música aún más. Realmente te esmeraste, digno de una duquesa.

-Lo mismo pienso - dijo lady Lilian uniéndose a la conversación.

-Pero no fue todo mío el esfuerzo, también el de Jayne y por supuesto el suyo - indicó Liviana refiriéndose a lady Lilian.

Siguieron hablando sobre otros temas mientras que más invitados llegaban, Liviana de vez en cuando se fijaba en su padre que hablaba con el esposo de Lady Lilian, su mejor amigo, estaba feliz por él.

-Para ser el primer baile que organiza tu esposa, quedó perfecto Marcus - comentó su amigo, lord Anthony.

-Cierto - continuó lord Christian -. Y hablando de tu esposa, te tenías muy callado el tema de tu anulación, pensé que éramos tus amigos.

-Y lo son, pero era un tema delicado, además ya eran muchos problemas para sumarle otro a sus listas - respondió Marcus-. Pero ese tema queda zanjado, mi matrimonio se mantendrá y el rumor se quedará como lo que es, un rumor.

-Esa decisión me gusta más. Aunque ciertamente amigo, casi no nos hemos reunido para hablar, ya casi no se presentan por el club -mencionó lord Anthony.

-Claro, de todos nosotros eres el que más libertad tiene -indicó lord Christian.

-Ya ni tanto, mi madre está tras de mi para que consiga una esposa, dice que ya es tiempo y que tengo que darle un nuevo heredero al ducado, y por supuesto, un nieto - dijo lord Anthony haciendo una mueca aburrida.

-No eres tú solo, mi padre me está presionando también, llevo poco tiempo con el título de Marqués y ya quiere que me case - dijo lord Christian, pero a Marcus no se le escapó hacia donde se dirigió su mirada.

-Deberías casarte - comentó Marcus -. Es más, pienso que deberías pedirle matrimonio a lady Jayne.

Lord Christian lo miró sin entender.

-¿Jayne? - preguntó lord Christian.

-Vamos, no te hagas Christian, sabemos perfectamente que la quieres, ¿recuerdas hace unos años el escándalo que protagonizaron? - dijo lord Anthony.

-Además estarías salvando el honor que tú mismo manchaste.

-Eso fue un error, era joven y no sabía lo que quería - explicó lord Christian.

-La excusa de todo libertino - Marcus rió por el comentario de lord Anthony -. ¿Pero en serio no te quieres casar con Jayne?

-¿Quién querría casarse con una solterona? - preguntó Christian disimulando su molestia por haber dicho esas palabras.

-Desde luego cualquiera que estuviese desesperado buscando esposa - respondió Marcus -. Además, fuiste el encargado de que quedara solterona, obligándola a una vida de exilio en el campo. Bien sabes que si hubiese tenido la oportunidad de casarse, muchos hubieran luchado por ese puesto.

-¿Podemos dejar de hablar de eso? - suplicó lord Christian.

-Solo digo que deberías pensarlo y dejar tus prejuicios de lado para empezar a ser feliz con quien realmente amas - dijo Marcus para alejarse de sus amigos e ir a sacar a su esposa a bailar, en esos momentos estaba poniendo en práctica las palabras que le acababa de decir a su amigo.

Pero sus planes se vieron frustrados cuando los hermanos William entraron al salón, realmente no le molestaba, pero nada más saber que lord Logan William estaba más que interesado en su esposa le ponía la sangre a hervir.

-Hola guapo, te he estado buscando - dijo una voz femenina a su espalda, una voz que había reconocido perfectamente.

-¿Qué haces aquí Emma?

E.J. Black

XXIII

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