En el día más oscuro y en la noche más iluminada, se inició así la profecía.
El castillo estaba iluminado por la luz de la luna, el casos del día había cesado y yo corría por los corredores del castillo hasta la habitación principal donde yacía la reina en trabajo de parto, había predicho que nacería una bebe hoy sábado pero no pensé que el castillo estuviera tan caótico, debido a lo desastroso que había sido el día.
Pero aun así las doncellas cumplieron con lo que les había pedido. Al llegar a la habitación la reina Isis estaba siendo acompañada por dos doncellas. La primera una joven de cabello mono, de tés blanca, y ojos azules como el cielo, su nombre y, hija de una vieja amiga que falleció hace poco. Yo adopte a Kira como mi protegida, y la segunda, una mujer mayor, la cual no me generaba nada de confianza. Pero no tenía tiempo de interrogatorios en este momento.
Al llegar junto a Isis, esta ya estaba a punto de dar a luz, cosa que me facilito el trabajo, dos minutos después ya tenía en mis brazos a la futura reina, mi nueva aprendiz, a la que le pasaría todos mis secretos y sabiduría.
Una hermosa niña de piel trigueña, de cabello castaño, labios carnosos, con una pequeña naricita, de ojos café tan oscuro como la noche, de pestañas largas, con una perfecta sonrisa, me observaba, atenta a cada uno de mis movimientos, yo estaba encantada con su mirada tan alegre, Salí de mi trance con un grito de horror, Isis gritaba con desespero desde la cama, y señalaba a algo detrás de mí, al botear vi como Kira forcejeaba con la extraña mujer que me había ayudado al igual que Kira en el parto. Kira trataba de quitarle a la mujer una brillante daga, con la cual trataba de apuñalarla mientras gritaba obscenidades y blasfemias sobre el imperio, yo aunque perpleja por lo que veía, logre conjurar un campo de protección alrededor de Kira, Isis, la pequeña que aun estaba en mis brazos y yo. Mientras, Isis ya le había comunicado la situación al rey Cesar, por enlace mental.
Hábilmente conjuro un ( Maurus captum), un simple hechizo que amara a tu enemigo
Para cuando llega el rey y las tropas ya yo he controlado la situación.
- ¿Cómo osas atacarnos, vieja decrepita?, ya sabía yo que no eras de fiar. Cada una de mis palabras salen con ira y ganas de ahorcar a esa vieja traidora.
- La oscuridad me ha enviado a destruir a eso que tienes en brazos y no descansare hasta cumplir mi misión.
- llévensela a las catacumbas e interróguenla. Ordenó el rey Cesar a las tropas, que ya habían invadido la habitación y rodeado a la intrusa.
- ¡No, no, no, suéltenme, debo acabar con ese monstro!, mi amo me lo ha ordenado. La vieja loca grita mientras es arrastrada por los soldados fuera de la habitación.
El rey Cesar corre hacia mí y toma a la pequeña en sus brazos.
-¿Cómo ha entrado aquí? y ¿Por qué la oscuridad quiere hacerle daño a mi pequeña?. El rey Cesar me mira como pidiendo una explicación, lastimosamente la tengo, pero aun no puedo contestar a sus preguntas.
- Y yo que voy a saber ¿cómo entro?, no veo mi bola de cristal todo el tiempo, también tengo otras cosas que hacer. Y no me mires así, como si yo supiera lo que me preguntas. Le respondo con firmeza y un tanto ofendida, pero claro el no sabe que por dentro me siento culpable por no responderle.
- Amor creo que será mejor que reúnas a los mejores soldados y los dejes custodiando la puerta, además pienso que sería buena idea que Kira se quede con migo mientras tú y Artemisa van a interrogar a la prisionera. Es más fácil que esa arpía responda tus preguntas. La reina Isis le dice al rey, muy segura de sus palabras.
-Sí, yo me quedare con ella, además no creo que alguien más venga a hacernos daño sabiendo que estamos siendo vigiladas por los soldados. Dice Kira tomando a la pequeña y entregándosela a Isis, que la toma con extremo cuidado y admiración palpable.
- Si amor ve tranquilo, Kira y yo cuidaremos bien de la pequeña. La reina toma una manta y envuelve a la pequeña criaturita.
- Dejaré un escudo protector alrededor de ustedes, nadie podrá tocarlas, ni nada podrá atravesarlo. Vamos Cesar debemos interrogar a la vieja loca. Digo al final con un tono de burla, el rey me mira un tanto desconfiado por mi tono pero aun así no me dice nada al respecto.
Al salir de la habitación veo al rey Cesar convertirse en un enorme lobo castaño, con sus brillantes ojos dorados, retándome a una carreara y yo con un asentimiento de cabeza acepto su reto como de costumbre, dejo que se adelante por el pasillo, al perderlo de vista hago un pequeño conjurito y me tele-trasporto hasta las catacumbas, al llegar veo como brincan de la sorpresa dos de los guardias que estaban en el pasillo custodiando a la prisionera, siento venir a paso rápido al rey, así que les hago una seña con mis manos a los dos guardias para que guarden silencio, ambos asienten y siguen como si no hubieran visto nada.
- Hasta que por fin llegas, tenía rato esperándote. Le digo entono de burla, el me gruñe y se desconvierte, empuja la puerta del pasillo para entrar a los calabozos de las catacumbas, el general Robert nos esperaba junto a la intrusa. Robert al vernos hace una reverencia y nos hace un ademan para que pasemos.
- Ya podemos comenzar con el interrogatorio. Dice el general de forma seria, pero puedo sentir su emoción por poner en práctica los nuevos trucos que le he enseñado.
- Bien, procede Robert. El rey lo autoriza para comenzar.
- De mi boca no saldrá ni una sola palabra. Dice la prisionera muy segura de sí, estaba en medio del calabozo atada a una silla.
- No será necesario. Le dice Robert colocando su dedo índice en la sien de la intrusa. A la vez que yo recito el encantamiento en voz alta.
- ¡ Revelat vestram ! , revela lo que ocultas, no te resistas, tarde o temprano el podrá ver tus recuerdos. Al decir esto veo como Robert después de unos segundos quita su dedo y me mira perplejo.
- La… pro…pro… la profecía se ha… iniciado. Balbucea Robert dirigiendo su mirada a mí.
- Hay que proteger a la niña. Robert mira el rey con decisión y sale corriendo del calabozo, se a donde se dirige así que lo sigo.
- ¿Hay más con ella?. Le pregunto temiendo su respuesta.
- S. Al escuchar su respuesta me concentro y tele-trasporto al rey, que aun seguía en las catacumbas, a la habitación de la reina.
- Robert, conviértete. Le ordeno.
- Pero, y si pierdo el control. Me dice dudoso.
-Pero nada, Conviértete ya. Le demando. Esta vez no duda y se convierte ante mis ojos en un enorme lobo negro de brillantes ojos grises. Subo a su lomo con agilidad, el me mira extrañado, pero aun así corre a toda velocidad por los pasillos. Mientras nos vamos acercando se escucha en blandir de las espadas y huesos rompiéndose. Al llegar veo una escena atroz, un mino-tauro negro en su totalidad como una sobra traída del más allá, había acabado con la vida de ocho soldados y cuatro más seguían en pie, pero heridos casi que de muerte. Al instante en que me bajo del lomo de Robert, este arremete en contra del mino-tauro, que estaba de espaldas a nosotros tratando de entrar a la habitación, el mino-tauro en un rápido movimiento se voltea y enviste a Robert con sus cuernos, este lo esquiva con un gran salto, los cuatro lobos que seguían en pie lo rodean y todos lo atacan al mismo tiempo por todos los lados. Chillidos y gruñidos se escuchaban, más guerreros iban llegando. Todo pasa tan rápido, pero aun así logro recordar.
- ¡ La música ! , ¡ Kira canta con migo ! . Grito para que Kira pueda escuchar .
Canto con todas mis fuerzas y una linda melodía sale de mi voz.
- * Cuandoooo la esperanzaaa sea acabadooo, el único rayooo de luuuz es tu voooz, vasta yaaa, no maaas, alza tu voz, para que se escuche yaaa (Bis)*.
Segundos después escucho una flauta unirse a la voz de Kira y la mía, y la vestía instantánea mente se tranquiliza. Uno de los lobos arremete contra su garganta y acaba con su vida, si es que se pude decir que vivía, al instante la gran creatura negra se desintegra y no queda rastro de ella. De mi sale un grito ahogando por la impresión, todos estaban cubiertos de sangre, algunos con heridas profundas.
Corro hasta la puerta de la habitación, que aun estaba trancada con un hechizo, y al abrirla veo algo que me dejo perpleja. (…continuara…)
Horas antes en el mundo humano…el día más oscuro iniciaba.
Este día ha sido un día de tormenta, no se ha visto ni el más mínimo rayo de sol, es como si la luz decidiera irse y no intervenir, la oscuridad se ha apoderado del día y al parecer todos se están tristes, deprimidos o de mal humor, algunos han salido a hacer destrozos en lugar de ir a trabajar, en las calles se ven hombres armados con cuchillos, machetes y pistolas, se escuchaban disparos y gritos de horror, temo salir pero debo hacerlo, soy partera y enfermera, debo atender un parto natural en casa de una paciente, vive a unas calles de aquí así que no me tomara mucho llegar.
Al salir de mi casa corro sin parar, esquivando a todos los extraños, que al verme se miran entre sí, pero yo no paro de correr, de un momento a otro siento que me persiguen, volteo sin dejar decorrer y veo como cuatro hombres con cara de matones, cuchillos en mano, y obviamente con malas intenciones, corren tras de mí, al darme cuenta corro aún más rápido, solo me falta una cuadra para llegar. Corro y corro hasta llegar a la casa, en la puerta me esperaba el esposo de la señora, era un hombre alto de ojos grises,muy musculoso su mirada era penetrante y un tanto desconfiada, estaba acompañado de sus guarda espaldas, los cuatro hombres que me perseguían, al verlo dejan de perseguirme y paran en seco, uno de los guarda espaldas se acerca a mí y me guía hasta la habitación donde se encontraba la señora.
Atiendo un parto difícil de unas seis horas, le doy la bienvenida al mundo a un hermoso bebé, muy diferente a cualquiera que haya recibido antes, no se veía para nada indefenso, es veía musculoso, de piel clara, de cabello castaño tirando a rubio, era más grande de lo normal, al levantarlo en mis brazos abrió sus ojos, su mirada reflejaba paz, sus ojos eran igual de grises que los de su padre, y me regalo las sonrisa más hermosa que había visto.
Le entregue el niño a la madre, quien me lo recibió con una sonrisa igual de amplia que la de su pequeño, el padre que estaba apoyado en el marco de la puerta, corrió a abrasarme y me dio las gracias, luego llego hasta donde estaba la mujer y le dio un beso en la frente, me retire de la habitación y me fui con el recuerdo en mi mente de una hermosa familia feliz.
Los guarda espaldas me acompañaron y me llevaron hasta mi casa en una limosina, la noche ya estaba cayendo, el caos había cesado y al llegar a casa mi hermana ya había llegado, me esperaba con un taro de helado de vainilla, como todos los sábados, subimos a terraza a ver la luna y las estrellas, la noche se veía completamente iluminada por la luna, no era una noche oscura como había lo había sido el día, se acuchaban aullidos de lobos que eran cercanos, así que mi hermana y yo decidimos irnos a dormir, la noche trascurrió con una calma y pasividad nunca antes vista, desde mi habitación se escuchaba el aullar de los lobos que fue como música para mis oídos, me quede dormida después de un par de minutos y no supe más, caí en un sueño profundo.
La noche, que estaba siendo iluminada por la luna, era la perfecta compañera para iniciar el viaje al imperio, los padres y el pequeño iniciaron su viaje en busca del portal, en compañía de su mamada, files hombres y mujeres, que seguían las ordenes de su Alfa, y estarían dispuestos a morir por proteger al pequeño, sin conocer su oscuro destino e ignorando los peligros que representaría estar a su lado.
- Abril, amor, debemos partir ya, ¿qué tantas cosas llevas si en casa hay todo?. Digo, sin comprender su afán por empacar hasta las sabanas.
- Cariño, que no ves que si no llevo las sabanas mi nene se puede resfriar. Abril me dice con un tono meloso y como si fuera obvio.
- ¡No inventes mujer!, el niño es del más puro linaje, un vientecito no va ha hacer que se resfríe, mi corazoncito esta mas que adaptado al frio de las montañas, además no está haciendo brisa, la noche está tranquila. Le digo al principio un poco ansioso, pero como siempre ella con su dulce mirada me desarma, y le termino explicando mi punto.
- Pues, noche tranquila o no, aun así le llevare las mantas al niño. Me dice muy firme en su decisión y tan terca como siempre termina llenando un morral como con diez mantas. Ni que el portal estuviera a meses de aquí.
- Y sabes que, no solo le llevo las mantas al niño, también nos llevamos todo lo que está en la nevera, con todo el mercado que queda. Y no solo eso, más te vale que todo lo que empaque este en el auto, porque como me encuentre algo por allí timado o cuando lleguemos a casa se haya quedado algo aquí, ¡ Te hago regresar por ello, ¿me oíste bien Reynaldo? ! . ¡Hay caraba ya está molesta! solo me llama por mi nombre cuando enserio está molesta.
- Si cariño, todo estará en el auto antes de que bajes; voy a ir llevando las cosas. Le digo al oído melosamente para que se calme un poco, se que le encanta.
Voy bajando al primer piso, los miembros de la manada ya han preparado los autos para el viaje, le pido a uno de los muchachos que lleve al auto las cosas que llevaba en las manos, el chico las toma y corre hasta uno de los autos, subo al primer piso y entro en la habitación, donde mi querida Abril ya tenía todo listo, al tomar su maleta, la del pequeño y la mía, escucho un golpe sordo y de repente la voz desesperada de mi beta se escucha en mi cabeza.
-** ¡NOS ATACAN, NOS ATACAN!**.
-**¡ ¿QUIEN NOS ATACA? !**. Le pregunto, buscando una respuesta pero nada, no obtuve repuesta.
-** ¡ ALFA HAY UN ESPIRITU ATACANDONOS ! , ¡ UN ESPIRITU BLANCO, SOLO LA LUZ TIENE PODER SOBRE ELLOS !**.
la esposa de Thomas, mi beta, me informa con nerviosismo e ira en su voz.
-**¿DONDE ESTA MI BETA ?**. Le pregunto temiendo lo peor.
-** EL… , HA MUERTO**. En un hilo de voz me responde Elisa, estoy más que seguro él se ha llevado una parte de ella, una parte que podría hacerle mucha falta. Solo espero que ella no muera de tristeza.
-** ¡HAY QUE HUIR! , TODOS A LOS AUTOS, ¡AHORA!, ES UNA ORDEN!**. Escucho a todos correr hacia los autos, tomo a Abril entre mis brazos, las maletas en mi espalda y ella tenía al pequeño angelito abrasado contra su pecho, escucho como el espíritu se dirige hacia nosotros, llego hasta la ventana de la habitación, la abro. ( **me alegra haber comprado una casa con ventanales grandes**). Sin más me lanzo por la ventana, Abril se sujeta a mí con fuerza, y no deja de mirarme a los ojos, el pequeño seguía dormido (**por suerte tenía el sueño pesado**), al tocar el suelo, no era lo que esperaba, caímos en la parte de atrás de la camioneta roja de Elisa, una hummer H3T, todos estaban afuera esperando ordenes, se que si no hubiéramos salido de allí en unos minutos, todos ellos hubieran ido a buscarnos, y encontrarían la muerte en el camino.
El combatir a un espíritu de luz no es opción, es una muerte segura.
-**¡TODOS DIRIJANCE AL PORTAL¡**. Me comunico mentalmente con todos los miembros de la manada.
- ** ALFA ALGUIEN DEBE DISTRAER AL ESPIRITU, O SINO IRA TRAS LA MANADA Y NADIE SE SALBARA **. Elisa me hace caer en cuenta, alguien debe distraerlo o todos morirán. Debo quedarme, soy su Alfa y no pienso sacrificar a nadie.
-** TIENES RAZON, ALGUIEN DEBE DISTRAERLO, YO ME QUEDARE **. Le digo no como una orden sino como una decisión que no quisiera tomar.
-** ¡NO! ¡NO!, YO ME QUEDARE, USTED TIENE UN NIÑO QUE CUIDAR, YO YA ME HE QUEDADO SOLA, NO VALE LA PENA QUE USTED SE SACRIFIQUE SIENDO QUE PARA MI, MI VIDA YA NO TIENE SENTIDO**. Elisa me dice muy segura de sus palabras y antes que pueda responderle ya está fuera del auto y se convertía en una loba gris, sus ojos denotaban tristeza y furia, sus músculos estaban tensos y en posición de ataque.
Aun con Abril en mis brazos, salto fuera de la parte de atrás, abro la puerta del copiloto y la introduzco en el auto, cierro la puerta, ella me mira desconcertada con el pequeño aun dormido en sus brazos, corro a la puerta del piloto y me subo al auto, justo al lado de la puerta del piloto, Elisa esperaba la salida de aquel espíritu.
-** Váyanse, yo me hare cargo, les daré tiempo para que huyan, y no, no cambiare de opinión, ni nadie se quedara con migo**. Elisa se comunica con toda la manada, quienes conociendo su carácter no le refutan.
- ** DEBEMOS IRNOS YA**. Al decir estas palabras Abril es puso mal, ella y Elisa son grandes amigas. La miro a los ojos antes de encender el auto y veo su mirada perdida, al encenderlo, su mirada cambia, veo paz y tranquilidad en ella, estoy seguro de que Elisa ha hablado con ella.
Todos los autos arrancan y vamos atravesando la ciudad a toda velocidad, ya estábamos llegando a las afueras de la ciudad, Abril y yo íbamos en la camioneta roja de Elisa, tras nosotros iban los demás miembros de la manada, en unas hummers negras, camionetas de estilo militar, blindadas por seguridad, y bien equipadas por dentro.
Mientras atravesábamos la ciudad, todo es veía en paz, ignoraban lo que nos ocurría, el pequeño se despierta y comienza a llorar, escucho una voz que estremece mi cabeza.
-**¡ REGRESA POR ELLA ! ¡ REGRESA !** . La voz de un bebe llorando retumbaba en mi cabeza, yo no podía creerlo, involuntariamente frene el auto, y el bebe llora aun más, Abril me da una mirada matadora, pero yo aun no entiendo ¿qué rayos pasa? es imposible que yo haya escuchado su voz, es solo un pequeño.
-**¡ REGRESA ! ¡ AUN HAY TIEMPO DE SALVARLA !**. El bebe vuelve a hablarme y no deja de llorar, no lo pienso más, me bajo del auto y me convierto en un lobo, de pelaje negro y ojos grises, el color característico de nuestra manada, aunque hay excepciones, Abril me grita desde el auto.
- ¡ ¿Qué haces? !, ¡ no vayas !, ¡ morirás ! . Es lo último que logro escucharle, ya yo había comenzado a correr en mi forma lobuna, no me importo que algún humano pudiese verme, aunque no había ni un alma en la calles, ya había atravesado toda la ciudad y en cuestión de segundos llegue a la casa, Elisa estaba siendo protegida por una extraña mujer, un escudo blanco de energía atajaba al enorme espíritu blanco. Elisa aun estaba en su forma lobuna, la mujer que la protegía dijo un conjuro en voz alta, la verdad no le entendí nada, pero al instante el espíritu se esfumo, yo corrí hacia Elisa y me convertí en humano, ella cayó en mis brazos en su forma humana, la extraña mujer que la había salvado, se volteo con una sonrisa de satisfacción en su rostro, pero al ver a Elisa derrumbada en mis brazos su sonrisa se borro.
- Hay que llevarla a un lugar seguro. La mujer no se ve nada asustada, ni preocupada.
- No se preocupe, no es nada grave. La mujer me regala una sonrisa alentadora.
-Venga con migo, mi manada nos espera en la afueras de la ciudad, ellos le brindaran protección, aunque a mi parecer usted no la necesita, ¿A dónde se dirige? . Le digo de forma amable, le debo la vida de Elisa.
- Me dirijo al portal del reino, imagino que ustedes también, así que…, sí, iré con ustedes.
- voy a buscar un auto, ¿podría sostenerla un momento?. Le pregunto un poco menos preocupado por Elisa, que ya estaba despertándose.
- claro. La mujer me responde, con una mueca torcida.
- Huy, esta pesada. La oigo susurrar y forcejear un poco con Elisa que aun esta como adormilada.
Se la entrego a la mujer y me dirijo en busca de mi auto, una hummer H3 alpha, de color naranja, que estaba en el garaje de la casa, la enciendo me dirijo a la entrada, donde aun esta la mujer junto a Elisa. Me bajo del auto y cargo a Elisa para subirla a este, la joven mujer se adelanta y abre la puerta de atrás del auto, recuesto a Elisa en la parte de atrás y me subo por la puerta del copiloto, la mujer ya estaba sentada en el asiento del piloto.
- Lumina. Ella me tiende la mano con una sonrisa amable en su rostro.
- Mucho gusto, Reynaldo, Alfa de la manada montaña de luna, como nuestro nombre lo dice vivimos en las montaña del reino. Le digo tomando su mano.
- Yo debería conducir, estamos con prisa. Le digo lo más amable posible, para no sonar grosero.
- ¿Me crees lenta lobito?, ya verás. Lumina enciende el auto y pisa el acelerador, saliendo a toda velocidad.
- Al menos sabes ¿a dónde vas? . Le pregunto mientras veo que va en dirección contraria de donde está la manada.
- Pues claro que se, a las afueras de la ciudad, ¿no es obvio? . Me responde muy segura.
- Pues si supieras ¿a dónde vas?, te darías cuenta que vas en dirección contraria. Le digo en tono de burla.
- Ya lo sabía. Lo dice al mismo tiempo que gira la camioneta y corrige la dirección.
Después de uno minutos llegamos a las afueras de la ciudad. La manada nos esperaba fuera de los auto y comiendo de lo que habíamos empacado para el viaje. Los autos estaban estacionados a un lado de la carretera, y los chicos ya habían hecho una fogata. Al llegar Lumina, se estaciona detrás de una de las camionetas.
- Espérame en el auto. Le digo a Lumina.
Al bajar Abril se lanza sobre mí y me abrasa.
- ¿Estás loco?, ¡como se te ocurre irte solo!, ¡pudiste haber muerto!, ¿pensabas dejarme sola?. Me dice un tanto alterada por haberme ido sin decirle nada.
- Yo te lo explicare todo, pero primero vámonos a casa, y sí, también te explicare como salimos vivos de allí.
- Ella es Lumina, ella nos salvo. Le digo a Abril y ella solo asiente y le sonríe a Lumina desde a fuera del auto.
- Vámonos. Abril les ordena a toda la manada, todos se levantan y se suben a sus camionetas. Nos dirigimos al portal, está protegido por un hechizo, que oculta el portal de los humanos.
Atravesamos el portal y nos dirigimos a las montañas, luego de unas horas llegamos a casa.
***Nota de autora***
Hoy primero de mayo del 2015 , me decidí a publicar mi primera historia , quiero hacerles saber que el nombre, la portada de esta historia están sugetas a cambios , Agalia en griego significa sabiduría por esta razón quise usarla como titulo , pero repito esta sugeta a cambios . Quiero de todo corazón dedicarle este capitulo a dos personas que me han ayudado mucho y me han animado a seguir esta historia ellas son :
* Maria Fernanda Amaya Arias y Maylin Andrea Rodriguez que fueron las primeras en eschucar mi historia.
Espero que hayan disfrutado esta historia y me gustaria que me lo hicieran saber con sus comentarios y votos . Gracias por darle la opurtunidad de ser leída a esta historia .
: ) Att: Gabriela Dávila Albor .