TaeHyung se estaba dando cuenta que hizo una inversión en vano al remodelar y adecudar una habitación para JungKook, ya que aquel pequeño logró convencerlo muy fácilmente de que lo dejara dormir con él, usando sus ojos de bebé como armas a su favor... Y bueno, aquel "Hyung~, te prometo que será solo está noche", se convirtió en una invasión a la habitación del mayor.
Pero, ¿a quién iba a engañar? Le encantaba.
Era la mañana del cumpleaños de YoonGi, y TaeHyung tenía en mente hacer una pequeña celebración. Para ello, ya había hablado con JiMin.
-¿Bebé?
Pronunció TaeHyung adormecido al no sentir a JungKook junto a él.
Se levantó de la cama inmediatamente y corrió a buscarlo en toda la casa, hasta que lo vió en la cocina.
Y Dios, sintió tranquilidad al verlo. Lo detalló una vez más, los rayos de luz haciendo su piel blanquecina brillar, su cabello negro y despeinado cayendo libre, su contextura frágil y delicada, sus movimientos melódicos.
Sonrío. Estaba agradecido de tenerlo con él. Estaba agradecido porque ahora podía acostarse y levantarse sabiendo que JungKook estaba con él.
Lo amaba. Adoraba a ese chico.
-¡Tae!- Exclamó JungKook con un notorio sonrojo en todo su rostro.- ¿Por qué no te vistes?
TaeHyung bajó su mirada. Y sí, efectivamente no tenía nada.
-Tú me desvestiste anoche, no te hagas el inocente.- Dijo con un tono gracioso de indignación.- Además, mírate. Tú te estás adueñando de mis camisas.
JungKook soltó una risa.- Ve a vestirte y vienes a desayunar conmigo.
TaeHyung hizo lo que le indicó.
Si amar no es pecado, TaeHyung ya se había ganado el cielo entero.
-
-Ay, YoonGi. ¡Ya levantate!
El nombrado gruñó en respuesta.
JiMin estaba sentado sobre su novio tratando de hacerlo despertar. De verdad que no lo había golpeado porque era su cumpleaños.
-Cariño~, por favor. Despiértate.
Otro gruñido.
-¿Sabes? Estoy totalmente desnudo sobre ti y ni cuenta te das por no despertarte.
Tal y cómo había pensado el más chico, eso sería suficiente para que YoonGi se levantará de inmediato.
El mayor se movió y abrió sus ojos.
-Ah, eres un mentiroso.- Dijo quejándose.
-Y tú, un pervertido. Anda a desayunar.- Habló firme el menor.
-¿Sabes que estás despertando mi polla por estar sentado justo ahí?
YoonGi pasó sus manos por las piernas de su novio apretándolas un poco.
-¿Ah, sí? Pues vete a desayunar y luego miramos que nos depara el destino.
-
-¿Quién?
Preguntó Elizabeth mientras salía del baño.
-Soy yo.- Respondió Jin.
-Adelante.
-Debo preguntarte algo y necesito que seas honesta, Elizabeth.- Habló mientras tomaba asiento sobre la cama de su prima.- Ayer te escuché hablando por teléfono, y al parecer era NamJoon... Quiero que me digas que tienes con él.
Elizabeth percibió un frío recorrer su cuerpo y se sintió ansiosa.
-Bueno... No somos nada.
-¡Elizabeth! ¿Acaso olvidas que usas siempre el altavoz? Lo escuché todo. Eres una hija de puta.
Jin apoyó sus codos sobre sus rodillas y escondió su rostro entre sus manos con desesperación.
-¿Sabes algo? No me duele que estés con él, porque bueno, conozco a NamJoon y él no estaría con alguien del que no esté muy enamorado... Me duele que no me dijiste y me acosté contigo cada noche.
El dolor era notorio en su voz quebrada.
-Yo lo amo, él es y será siempre la única persona a la que amaré... Aunque sé que el sentimiento no es mutuo, no me importa, hice mal.
-Jin, y-yo n-
-CÁLLATE, ELIZABETH KIM. ¡ERES UNA CONDENADA HIJA DE PERRA!.. ¡SABES! ¡TÚ SABES CUANTO AMO A NAMJOON Y NO TE IMPORTÓ! DESEO QUE TE RETUERZAS EN EL INFIERNO ¡MALDITA!
El castaño tomó un suspiro para calmarse a sí mismo. Sentía la sed de partirle todos los huesos a la mujer que tenía en frente, pero no. No.
-No te quiero cerca de mí. No me vuelvas a hablar.- Dijo con las lágrimas cayendo de forma imparable por su rostro sonrojado de la ira.- ¡Ah! Casi lo olvido.- Jin caminó mantenimiento la distancia más corta entre ellos.- Llegas a tocar a JungKook... ¡MÍRAME!.. Llegas a hacerle algo a ese chico y te juro, que te desaparezco de este planeta yo mismo. No me importaría ser el primer Kim en acabar con alguien de su familia.
Jin se dió media vuelta y salió de la habitación.
Elizabeth quedó perpleja. Dos amenazas, un nuevo récord.
-
-¿Ya está todo listo?- Preguntó TaeHyung ansioso.- Ya vienen para acá.
-Dios, pero si no me estás ayudando.- Dijo JungKook acomodando la mesa.
TaeHyung soltó una risa al verlo tan concentrado al organizar todo. Porque de verdad, todo lo hizo JungKook; él fue quién eligió el regalo, el pastel y la cena, la cual también fue hecha por él.
El mayor lo tomó de la cintura y lo hizo dar vuelta para que le mirara a los ojos.
-Koo.
-Dime.- Respondió con una sonrisa al ver al mayor con esa cara de felicidad tan única.
-Te amo, Koo.
JungKook sintió su interior volar. Su corazón reaccionó y se sonrojó de inmediato.
-Yo te amo a tí, Tae.
TaeHyung juntó sus labios con los de JungKook y lo besó con suavidad. Un beso muy calmado y especial, uno en donde no les importaba nada más que el otro.
Un pequeño grito los sobresaltó.
-¡¿USTEDES DOS, QUÉ HACEN?!- Exclamó JiMin.
-Vaya, vaya. TaeHyunggie es todo un galán.- Dijo YoonGi en tono de burla dirigiendo una mirada cómplice al castaño.
-Tae, pero si mi Kookie es un niño.
JungKook se sonrojó y TaeHyung trató de aguantar la risa.
-Ya, cielo. Déjalos... Sabrá Dios que cosas sucias hacen este par.- Habló el mayor de todos los ahora presentes, ganándose un codazo de su novio.
La noche transcurrió muy cálidamente. Comieron hasta que sus estómagos les permitieron y todos quedaron impresionados con las habilidades de JungKook para cocinar.
Hablaron, rieron y bebieron un poco.
YoonGi y JiMin se sorprendieron al saber que JungKook ahora vivía con TaeHyung, pero les pareció algo bonito para ellos.
-Bueno, supongo que es hora de irnos.- Habló JiMin.- Es tarde.
-Oh, ¿en serio?- Preguntó JungKook con un puchero haciendo reír a los demás.
-Claro, debo hacerle un bebé a este chico sexy.- Dijo YoonGi dándole una palmada en el trasero al rubio.
-¡YoonGi!- Chilló JiMin completamente rojo.- No se supone que debas exponer eso.
Sonaron las últimas risas y los dos mayores se retiraron a su apartamento. Mientras TaeHyung se encargaba de su Koo en estado de embriaguez.
Lo tomó de la cintura y lo llevó a la habitación. Sacó una pijama para ayudarlo a vestir.
-¡No! Bañame primero.
A TaeHyung le iba a dar un ataque en el corazón si JungKook se seguía comportando de una manera tan mimada. Le encantaba como era de caprichoso, pero también le encantaba cumplirle esos caprichos; así que puso a llenar la bañera rápidamente, lo desvistió mientras estaba listo y lo cargó hasta allí.
Puso unas burbujas en el agua, tomó algo shampoo y se sentó a masajearle el cabello con delicadeza.
JungKook soltó un suspiro. Se sentía tan bien el hecho de ser cuidado, y más si quien lo cuidaba era alguien que le tuviera invadido el corazón.
-Tae...
-Dime.
-¿Me vas a hacer un bebé también?- Preguntó con tono aniñado.
TaeHyung rió ante la situación.
-No creo que sea lo mejor, debes descansar.- Dijo, recibiendo un quejido en respuesta.
El baño de JungKook había terminado. TaeHyung se encargó de vestirlo y de acomodarlo en la cama.
El castaño ya se iba a dormir también, hasta que el timbre de su casa sonó. Quizás YoonGi había olvidado algo.
Se acercó a la puerta y abrió con suavidad.
-Vaya, que fácil es encontrarlos.
-Elizabeth, ya vete.