Cuando TaeYong volvió a entrar a casa, Mark ya estaba esperándolo de brazos cruzados y con el ceño fruncido.
—¿Qué acaba de pasar?
—¿Uh?
—¿Qué es eso? —preguntó viendo las grandes bolsas que su amigo cargaba.
—Regalos de YoonOh—susurró.
—¿De verdad los aceptaste?
—Vino a disculparse. Además, sería muy descortés de mi parte rechazarlos.
—Aceptaste sus obsequios, pero lo mandaste al diablo, ¿cierto?
TaeYong guardó silencio.
—¿No lo hiciste?
—L-lo hice, pero Jeno lo vio y lo metió a la casa. Mark, hubieras visto sus rostros...
—Al verte a ti me doy una idea—suspiró—. Debes de ponerle límites por el bien de los niños. No puedes dejar que vuelva, así como así.
TaeYong miró nervioso hacia un lado.
—¿TaeYong? ¿Qué hiciste?
—Vamos a salir para ver cómo se dan las cosas.
—¡¿Te volviste loco?! —gritó en un susurró—. Él ni siquiera es gay.
—¿Cómo lo sabes?
—Desprende heterosexualidad, TaeYong. Además, tú lo dijiste... Solo era amable. Jamás le gustaste y eso quedó muy claro cuando huyo el día que te le confesaste.
La realidad lo golpeó.
—P-perdón por ser tan directo—aclaró su garganta.
—Jeno me dijo que el señor YoonOh—dijo imitando la voz chillona de su sobrino— se va a quedar en Corea y que vendrá seguido. ¿No lo mandaste al diablo?
TaeYong suspiró rendido y le contó lo que había pasado.
—Y para su sorpresa él fue quien propuso que saliéramos.
—A su edad a mí también me hubiera gustado follarme a alguien mayor—rodó los ojos.
—¿Qué es follar, papi? —la voz de Jeno hizo que los tres mayores palidecieran.
—E-es—tragó saliva con dificultad—. Olvídalo, mi amor—acarició su mejilla.
—Pero tú me dijiste que nunca me tenía que quedar con la duda.
—Es algo asombroso—dijo Johnny coqueto—. Los grandes lo hacemos, bueno tu papá tiene mucho que no lo hace y por eso está amargado—rio.
Tanto TaeYong como Mark lo golpearon.
—Mi amor, ve por tu hermano y suban a dormir.
Jeno asintió y le gritó a Jun para subir a su habitación.
—Si Jeno vuelve a mencionar esa palabra, estás muerto, Johnny.
—Perdón—rio—. Pero, Yong, no lo quise decir de esa forma, pero puede que solo te esté usando para cumplir una fantasía... —susurró.
—Supongamos que es cierto. ¿Por qué habría de meterse con un padre soltero habiendo más hombres? ¿Por qué ilusionar a los niños?
—Tal vez porque está loco y le gusta hacer sufrir a la gente.
TaeYong no podía creer que sus amigos estuvieran diciendo todas esas cosas.
—Pensé que se sentirían felices por mí y por los niños.
—Me sentía feliz cuando lo conocieron, pero ahora, ya no confío en él, así que perdóname, pero no puedo estar tranquilo y mucho menos feliz—Mark se encogió de hombros.
—Si no confías en él, confía en mí.
—En ti es en quien menos confío, amigo—rio—. Tú confías de más en las personas.
—No les diré a los niños hasta que me sienta completamente seguro.
—Eso dijiste con JongHyun y todos sabemos cómo terminó.
—YoonOh no es como él.
—¿Cómo estás tan seguro?
—YoonOh es lindo con los niños y eso me basta para confiar ciegamente en él.
Mark guardó silencio y soltó un gran suspiro.
—Por favor, ten cuidado.
—Lo tendré.
—Si te vuelve a hacer daño, lo mataré—Johnny acarició su hombro.
—Gracias, John. Buenas noches—tomó las grandes bolsas y subió a la habitación de sus hijos.
Los menores estaban cepillando sus dientes, así que su padre aprovechó para poner los regalos sobre sus camas.
—¿Podemos dormir contigo, papi?
—Sí, mi amor—sonrió—, pero antes miren lo que les trajo YoonOh.
Los pequeños abrieron las bolsas y soltaron un gritito de emoción.
—¿Las trajo de Finlandia? —preguntó el mayor.
—Sí—rio—. Cuando lo vean le dan las gracias, ¿De acuerdo?
Ambos asintieron frenéticamente.
—Bien. Vamos a dormir—tomó las manos de sus hijos y los llevó hasta su habitación.
Les deseó las buenas noches con un beso en la frente y se acurrucó con ellos.
Una vez que sus hijos estaban dormidos, comenzó a acariciar su brazalete y luego de un buen rato de estar sonriendo como tonto, al fin se quedó dormido.
A la mañana siguiente, TaeYong despertó en cuanto sonó su alarma, la apagó y se levantó con cuidado para darse una ducha.
Luego de vestirse, despertó a sus hijos con un par de besos y palabras dulces. Sabía que no tardarían en despertar, así que bajó a la cocina para comenzar a preparar el desayuno.
No pasó mucho tiempo cuando Mark bajó aun con el cabello húmedo y comenzó a ayudarlo.
Estaban cocinando tranquilamente cuando entró una llamada al celular de TaeYong.
—Es YoonOh, ¿qué hago? —preguntó nervioso.
—Solo responde—rio.
El pelinegro asintió, suspiró y respondió la llamada.
—Buenos días, YoonOh—saludó con un extraño tono de voz.
Mark comenzó a reír bajito de su actitud "natural".
—Buenos días.
La piel del mayor se erizó al escuchar su voz mañanera.
—Buenos días—repitió más nervioso que antes.
—¿Qué hace? ¿Lo desperté?
—No, estoy preparando el desayuno.
—Oh, lamento molestarlo.
—No es ninguna molestia. ¿Tú qué haces?
—Sigo acostado. Solo llamaba para desearles buen viaje.
Alguien que solo "quería follarlo" no debía ser tan atento, ¿O sí?
—Muchas gracias—sonrió.
—Diviértanse.
—Lo haremos.
—Saludos a los niños.
—Gracias.
—Le enviaría saludos a los Seo, pero dudo que quieran aceptarlos.
—Yo también lo dudo—rio.
YoonOh rio al otro lado de la línea.
—Cuídense y abríguense bien.
—Sí, gracias.
—Hasta luego.
—Hasta luego, YoonOh...
TaeYong colgó la llamada y reprimió sus ganas de gritar.
—Pareces un adolescente viviendo su primer amor.
TaeYong negó con una sonrisa nerviosa y siguió haciendo lo que hacía antes de la llamada.
Los primeros en aparecer en la cocina fueron los pequeños Lee. Se sentaron en la isla con ayuda de su tío y comenzaron a saborear el desayuno.
Mark se disculpó y subió para apresurar a su esposo, así que TaeYong aprovechó para darles el recado de YoonOh.
—¿Y por qué no va, papi?
—Porque ya tenía planes, mi cielo—mintió piadosamente.
Jeno asintió y comenzó a comer su fruta.
Luego de cargar la camioneta de los Seo con todo lo necesario para el viaje, emprendieron su camino.
El trayecto fue muy ameno, ya que los pequeños no paraban de hablar sobre lo que harían al llegar y Johnny los animaba más diciéndoles que rentarían trineos y que los enseñaría a esquiar, aunque no sabía cómo.
Todos estaban asombrados. La nieve era de un blanco impecable, no había demasiada gente y el lugar era enorme, incluso tenían teleféricos para subir a las colinas.
Luego de rentar dos trineos, los empleados del lugar les dieron las medidas de seguridad que debían seguir para evitar accidentes.
Decidieron subir a la colina más pequeña, así que solo hicieron falta algunos escalones para llegar ahí. Bajaron una y otra vez por ahí, pero los niños querían bajar desde lo más alto, así que subieron hasta la cima por el teleférico.
Vaya que era alto. La vista era hermosa, pero también escalofriante.
—Papá, ya no quiero—Jun miró aterrado hacia abajo mientras jalaba la manga de la chaqueta de su padre.
—Todo estará bien, mi amor—se inclinó para mirarlo directamente a los ojos—. Puedes subir detrás de mí para que no veas cómo bajamos.
Jun negó mientras un puchero amenazaba con hacerse presente.
—¡Papi, corre! —gritó Jeno desde el trineo.
—No, mi amor, baja de ahí.
—¿Qué sucede? —preguntó Johnny llegando a su lado.
—Jun ya no quiere bajar, así que volveremos a la colina pequeña.
—Explícaselo a Jeno—Johnny dijo divertido viendo a su sobrino.
—Yo volveré abajo con Yeri, así que puede venir conmigo—Mark sonrió cálidamente.
—¡Corre, papi! —Jeno se balanceó sobre el trineo con emoción haciendo que se deslizara hacia abajo—. ¡Papi!
TaeYong vio en cámara lenta como Jeno iba cayendo colina abajo.
—¡Jeno! —sin pensarlo dos veces y olvidándose de la primera regla del lugar, comenzó a correr detrás de él.
—¡Señor, no puede correr colina abajo! —le gritó uno de los tantos hombres que estaban ahí para asegurarse de que nadie rompiera las reglas.
—¡Es mi hijo! —le respondió sin mirarlo y siguió corriendo hacia abajo.
Era cuestión de tiempo.
No pasaron ni diez metros cuando su pie se torció y comenzó a rodar por la nieve sin oportunidad de detenerse o sostenerse de algo.
Lo último que sintió fue su cuerpo chocando con un gran bulto de nieve y luego de eso, su vista se obscureció, pero en el fondo podía escuchar como lo llamaban una y otra vez.
—¿TaeYong?
Trató de reconocer la voz, pero le fue imposible, así que con todas sus fuerzas comenzó a abrir los ojos.
Tardó en acostumbrarse a la luz, pero al fin lo hizo. ¿En dónde diablos estaba?
Trató de incorporarse, pero su cuerpo comenzó a doler, así que emitió un gran quejido.
—Tranquilo, no trates de moverte rápido—habló un hombre de tez blanca y cabello negro.
—¿Y mi hijo?
—Con tus amigos.
—¿Qué pasó?
—Te caíste. La caída te provocó una contusión, una costilla rota y algunas lesiones menores en la espalda. Es un milagro que solo te haya pasado eso—comenzó a hacer anotaciones en su expediente.
TaeYong asintió mientras analizaba lo que el doctor le decía. Miró su muñeca que estaba cubierta por un pequeño vendaje.
—¿Y mi brazalete?
—Cuando te revisé ya no estaba. Supongo que se quebró por el impacto, pero antes de cortó un poco.
De nuevo, TaeYong asintió y suspiró.
—¿Mi hijo está bien?
—Está perfectamente bien.
—¿Puedo verlo?
—Claro—mostró una radiante sonrisa y salió para avisarle a los chicos que TaeYong había despertado.
—¡Papi! —los pequeños corrieron hacia la cama y se detuvieron.
TaeYong se incorporó con ayuda del doctor y abrazó a sus hijos con cuidado. Se sentía tan culpable por haberlos preocupado de esa manera.
—¿Te duele, papi?
—No, mi amor—mintió—. ¿A ti te duele algo?
El menor negó mientras sorbía su nariz.
—El doctor lo detuvo, así que salió ileso—Mark acarició la cabeza del pequeño.
—Muchas gracias.
—No hay de qué—salió de la habitación para darles un poco de privacidad.
Comenzaron a hablar sobre el doctor, ya que, realmente fue una suerte que estuviera ahí y detuviera a Jeno para luego correr y revisarlo.
Johnny se quejó, ya que al haber bajado por el teleférico se perdió la gran caída y el gran aterrizaje.
—¡Eres un idiota! —su esposo lo golpeó en la costilla.
—¿Crees que quieran darnos el vídeo? Podrías hacerte viral y vivir con eso.
Mark rodó los ojos y negó.
—Lamento molestarlos, pero el paciente tiene que descansar.
—¿M-me tengo quedar?
—Al menos dos días.
TaeYong miró rápido a sus hijos con preocupación.
—Obviamente se quedan con nosotros—dijo el más alto—. Mañana vendremos a verte, ¿Sí? Despídanse de papá, niños.
Jeno y Jun se aferraron a las manos de su padre y luego de un par de minutos en los que TaeYong les dijo palabras dulces para tranquilizarlos, se fueron.
—Por la noche vendré a cambiar los vendajes de tu muñeca. Descansa por lo mientras—salió casi enseguida.
TaeYong estaba bastante inquieto. Llamenlo exagerado, pero se sentía extraño sin sus hijos cerca.
Todo empeoró cuando YoonOh lo llamó. Decidió ignorarlo, pero el menor insistió, así que al fin respondió.
—Hola—saludó lo más tranquilo que pudo.
—Hola—rio—. No pensé que me evitaría tan pronto.
—N-no, es que estaba dándoles de cenar a los niños.
—Oh, lamento molestar.
—No es ninguna molestia.
—¿Cómo les fue? ¿Se divirtieron?
—Sí, todo estuvo de maravilla—miró su muñeca desnuda.
—Que bueno... —se quedó en silencio un momento—. Pensaba en ir mañana y llevarles pizza para la cena...
—¿Mañana? —su voz sonó rara.
—Sí.
—Justamente mañana tengo algo que hacer con Johnny y Mark.
—Oh, está bien.
—Ya estoy aquí—el doctor entró a la habitación.
—Y-yo me tengo que ir. Descansa, YoonOh—susurró lo último y colgó la llamada.
—¿Interrumpí algo?
—No, no se preocupe.
—Háblame de tú, por favor.
TaeYong asintió en silencio.
El doctor tomó su mano y comenzó a hacer su trabajo en silencio.
TaeYong se sentía incómodo, ya que sentía que el doctor estaba acariciando su mano y muñeca cada vez que tenía oportunidad.
—Debo decir que me sorprendió mucho cuando oí al pequeño gritarte papá.
—¿Uh?
—Es que luces demasiado bien para ser padre—se encogió de hombros y se alejó de él.
—Gracias... —acarició su muñeca y miró hacia otro lado.
—¿Era importante?
—¿Qué?
—El brazalete que perdiste. ¿Era importante?
—Sí... Fue un regalo especial de Navidad—suspiró.
—Lo lamento mucho—el doctor hizo una mueca y salió de la habitación.
Luego de dos días que a TaeYong le parecieron eternos, al fin pudo salir del hospital, pero con la indicación de reposo absoluto por unos días más.
Johnny llegó a recogerlo solo, lo cual le pareció raro y de inmediato preguntó por sus hijos.
—Están preparando tu fiesta de bienvenida—rio dulcemente—. Finge que te sorprendes al llegar.
TaeYong negó riendo y se levantó luego de firmar los papeles necesarios.
—¿Podría darnos unos segundos a solas, por favor? —pidió el doctor al joven más alto.
Johnny asintió, tomó la maleta de su amigo y salió de la habitación.
—Si tienes complicaciones no dudes en venir y buscarme.
—Lo haré. Gracias.
—Oye, disculpa por ser tan atrevido, pero ¿te gustaría ir a cenar algún día?
—Es muy gentil de tu parte, pero estoy saliendo con alguien...
—Oh, ya veo—se encogió de hombros y sacó una tarjeta color negro de su bata—. Llámame.
TaeYong tomó la tarjeta algo inseguro.
—Es mi número del trabajo—rio.
Se detuvo a leer la tarjeta y sonrió con amabilidad para salir rápido de la habitación.
Al volver a casa fingió sorpresa al ser recibido por sus hijos y por su amigo. Lo que sí le sorprendió y bastante, fue que lo recibieron con tiernos dibujos con "te amo, papá" y "te extrañamos, papá" escritos por todas partes.
Sus hijos no se separaron ni un segundo de él y cuando se levantó al baño, los pequeños lo ayudaron a ponerse de pie e incluso lo esperaron afuera para ayudarlo a volver al sofá.
Cuando la noche llegó, sus amigos tuvieron que irse, pero antes le prometieron que irían a verlo al siguiente día para ayudarle con los quehaceres del hogar.
Johnny lo ayudó a subir hasta a su habitación y en cuanto se acostó, sus hijos se recostaron a su lado.
—¿Podemos dormir contigo, papá? —preguntó Jun en un susurro.
—No, vayan a dormir a su habitación—intervino Johnny—. Pueden lastimar a papá.
—No pasará nada—su padre acarició sus mejillas.
—Si se mueven te pueden lastimar, TaeYong.
—No se moverán, ¿verdad?
Los pequeños negaron con una expresión triste.
—Vamos tío Johnny, déjanos dormir juntos—pidió su amigo con una sonrisa.
Johnny negó riendo, se despidió de los pequeños con un gran beso al igual que su esposo y salieron de la casa de los Lee.
TaeYong despertó a media noche porque el dolor de las costillas comenzaba a molestar, pero no sabía si podía tomar alguno de sus medicamentos antes de la hora estipulada.
Tenía tres opciones:
Uno. Llamar a su doctor. Lo cual no era muy buena idea considerando que lo había invitado a salir.
Dos. Llamar a YoonOh para que le pidiera ayuda a su padre, aunque eso significaba que tenía que contarle que había tenido un accidente y que había perdido su brazalete en el. Además de que lo había evitado un poco estos días y YoonOh podría creer que solo lo buscaba cuando quería algo y él no quería darle esa impresión.
Tres. Llamar a sus amigos, pero seguramente ellos le darían el sermón del año creyendo que alguno de sus hijos lo había lastimado.
Tomó su celular y llamó a su mejor opción de las tres.
—¿Hola?
—Teléfono del doctor Kim Doyoung. ¿Quién lo busca?
—U-un paciente.
—El doctor Kim está en cirugía. ¿Cuál es su nombre?
—Lee TaeYong.
—De acuerdo, señor Lee. Yo le digo al doctor Kim que lo llamó.
—Gracias.
TaeYong fue hasta la habitación de sus hijos para que no lo escucharan como se quejaba del dolor. Se recostó en la cama del mayor y esperó un buen rato, pero nada pasaba, así que bajó a la cocina para tomar un té con la esperanza de que aligerara el dolor o al menos que lograra calmar sus nervios.
Pasó casi una hora cuando el doctor le devolvió la llamada y él seguía sufriendo, pero esta vez en el sofá.
—¿Quieres ir a cenar ahora? —preguntó coqueto.
—Y-yo... dijiste que podía llamarte si tenía complicaciones.
—Oh, sí. ¿Qué sucede?
—Mis costillas están doliendo mucho desde hace un rato. Ya tomé el medicamento para el dolor, pero no surte efecto—se quejó.
—¿Hace cuánto lo tomaste?
—Hace como siete horas.
El doctor suspiró.
—¿Alguien en tu casa puede inyectarte?
—No. Vivo solo con mis hijos.
—Si gustas puedo ir... o puedes esperar al amanecer para venir al hospital.
Su mente decía que esperara, pero el dolor no cedió.
Recibió al doctor Kim en la madrugada para que literalmente viera su trasero.
🌹🌹
Muchas gracias por sus comentarios en la parte anterior, ya me organicé para poder actualizar semanalmente otra vez <3
Las actualizaciones serán los miércoles, pero ya no podía esperar más porque extrañé mucho esto unu
Demosle la bienvenida a Doyoung *abucheos*
No se preocupen que no tendrá mucha participación en la historia XD
Es mi primera vez escribiendo escenas como la de la caída, así que una disculpa si no está bien estructurado
Se viene un capitulo muy bonito <3
Ah, y les tengo una pregunta... Cómo llegaron aquí? Buscaban nuevos ff Jaeyong? Se los recomendaron? Como fueeeeee?
Nos estamos leyendo uwu