—¿Hemos llegado ya? —me pregunta Harper.
—Sí —digo deteniendo el coche en el aparcamiento.
Lleva con los ojos tapados con un pañuelo desde que subimos al coche. No va a ser ningún misterio donde nos encontramos porque en cuanto bajemos del coche va a escuchar el sonido del mar, pero me da igual, es un momento especial para los dos.
—¿James? —pregunta a mi lado.
Permanezco en silencio, salgo del coche para rodearlo y llegar a la puerta del copiloto.
Abro su puerta y tomo su mano para ayudarla a bajar del coche. Se tambalea un poco y se agarra a mi cuerpo para no caerse. Me gusta. Cierro la puerta y el coche, y la guío hasta la playa.
En cuanto sus pies tocan la arena se estremece.
—Escucho el mar.
—Silencio o nada de esto tendrá sentido.
Me alejo de ella un momento para colocar la manta sobre la arena y saco rápidamente de la cesta el aperitivo especial que he preparado junto a mi padre para ella. Tiene todas las cosas que le gustan, incluida una pizza casera, la especialidad de mi padre.
Regreso junto a ella y la guío hacia el mar. Pongo mis manos sobre sus ojos y ella automáticamente coloca sus manos sobre las mías.
—Sorpresa —susurro sobre su oído.
Apartó mis manos y el pañuelo a la vez. Harper tarda un tiempo en acostumbrarse a la luz, pero en cuanto ve la sorpresa que le he preparado puedo ver un brillo especial en sus ojos.
—¿Lo has preparado tú? —dice sorprendida—. No lo pregunto por nada en especial, es que no te tomaba por un chico que supiera cocinar.
—Aún tienes que conocer mucho de mí —digo con una sonrisa.
Nos acercamos a la manta y nos sentamos juntos. Le sirvo cerveza en un vaso y se lo ofrezco.
—Gracias.
No tardamos en devorar los aperitivos. Estaban buenísimos, la verdad es que mi padre y yo hemos hecho un buen trabajo.
—Si tuviera que quedarme con una cosa, sin duda me quedaría con la pizza. Estaba buenísima.
—He preparado todo menos eso —me rio—. Así que mi padre es un gran chef, ¿eh?
—Sin duda —se ríe—. Lo tuyo también estaba bueno, pero me falta el postre.
—No he traído na...
No me deja terminar. Harper empuja mi pecho con la mano, haciendo que mi cuerpo se tumbe completamente sobre la manta. Se coloca encima de mí, con las piernas colocadas a cada lado de mi cuerpo y acerca su boca a la mía.
—Esto está mejor —susurra sobre mis labios, antes de besarme de nuevo.
—No quiero que esto termine nunca —le digo.
Harper sigue besándome como si no me hubiera escuchado, pero sé que lo ha hecho.
Abro los ojos regresando a la realidad, tengo el corazón agitado y me he despertado con ganas de estrecharla entre mis brazos. Ha sido una noche larga y apenas he dormido, pero ha merecido la pena porque he podido estar junto a ella una vez más.
Siempre recuerdo aquella cita como si hubiera ocurrido ayer. La repito en sueños una y otra vez anhelando no olvidarme nunca de ella, porque fue en ese momento cuando me di cuenta de que estaba enamorado de Harper Edwards.
Harper me vuelve loco desde hace tiempo. Somos tan diferentes, pero a la vez tan iguales. Nos complementamos el uno al otro y eso me encanta, porque nunca había conectado tan fuerte con una chica. Es por eso además por lo que creo que hemos chocado desde que nos conocimos.
—Buenos días bella durmiente —me sobresalto al escuchar la voz de Brandon desde el otro lado de la habitación—. No he querido despertarte porque se te veía muy a gusto en la cama. No parabas de repetir su nombre, una y otra vez. ¿Acaso estabas teniendo un sueño erótico de esos? —dice aguantándose las ganas de reír.
—No —digo incorporándome y sentándome en el borde de la cama.
Brandon no para de mirarme fijamente esperando que le diga algo más.
—Han sido pesadillas más bien.
—Entiendo, ¿algún día me hablaras de esa chica? ¿Cómo era? Harper, ¿verdad?
Niego con la cabeza y me levanto para vestirme.
—No lo haré, no le des vueltas.
—De acuerdo, me marcho a desayunar. ¿Nos vemos en el entrenamiento?
—Claro.
Espero a que salga por la puerta para pararme enfrente del espejo. Tengo un aspecto horrible, las ojeras se me van marcando más, día tras día, y tengo el pelo revuelto. Intento arreglármelo, pero después de varios intentos desisto. Saco del armario unos pantalones negros de chándal y una sudadera del mismo color. Me visto y me pongo las zapatillas a una velocidad sorprendente.
Cojo la mochila del suelo y me la echo al hombro. No me da tiempo a desayunar antes de ir a clase y ya puedo escuchar la voz del entrenador reprochándome que tengo que mantener una buena alimentación si quiero estar en forma, pero sinceramente me da igual.
Últimamente no tengo mucha hambre.
Entro en la primera clase del día y pierdo la noción del tiempo. Algunas personas se acercan hablar conmigo, incluida alguna que otra chica, pero, aunque estoy presente en la clase, mi mente está en otro lado.
—Y eso es todo por hoy —dice el profesor llamando mi atención.
Y así de rápido ha pasado la mañana. Sorprendente, ¿verdad?
De camino a la residencia, me compro algo para comer. Cuando llego a mi habitación, tiro los restos del bocadillo en la papelera y cojo mi mochila para el entrenamiento. Hoy es mi primer día y estoy bastante nervioso.
Los nervios vuelven a apoderarse de mi cuerpo como el día que me presenté a las pruebas para entrar en el equipo de fútbol americano del instituto. Thomas no confiaba en mí y se rio cuando le conté mi intención de presentarme, pero más me reí yo cuando entré en el equipo. Después él, por pura envidia, se presentó y también lo seleccionaron.
Me miro de nuevo en el espejo antes de salir de la habitación y me repito una y otra vez:
—Tú puedes con todo, lo conseguiste una vez y mira hasta dónde has llegado. Si estás aquí es porque eres bueno, de los mejores. Tienes que demostrarlo.
Cierro los ojos y asiento con fuerza autoconvenciéndome de que es verdad.
¡Hola!
¿Qué os ha parecido el capítulo?
James también está lleno de inseguridades y echa mucho de menos a Harper, hasta el punto de soñar todos los días con su primera "no cita". Pero, entonces, ¿por qué ninguno de los dos da el paso?
Este capítulo está narrado por James y no es el último, ya que compartirá la narración junto a Harper. Creo que debéis conocer también a James, porque las apariencias engañan y le terminareis cogiendo cariño ya veréis.
Nos leemos la semana que viene.
Con cariño, Alice♥