The sniper «BingJiu»

By _HannaStar_

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Luo Binghe tiene una misión: Acabar con el objetivo llamado Yue Qingyuan. Xiao Jiu tiene una meta: Ser el mej... More

Objetivo en la mira
Objetivos de oro
Objetivos y mentiras
Francotirador de corazones
Objetivos claros
Ajustando miras
Disparos oscuros
Disparos sorpresa
Ambiciones del tiempo
Las personalidades del invisible
Doble cara del disparo
Enterrando la verdad
Silenciadores sin arma
Disparo de amor
Disparo para el enemigo
Perfectos mentirosos
Dulce corazón amargo
Corazón de hielo
Disparo de la verdad
Declaraciones enemigas
Rascacielos de naipes
Revelando al enemigo
Asesinando extraños
Besos enemigos
Nuevo objetivo escondido
Ruleta rusa
Laberinto de dudas
Preludios de caza
Apología
Punto de mira
Catarsis enemigas
Entre inicios y misiones
El cazador y la presa
Mentiras continuas
Rivales del destino
Sembrando lo indeseado
Problemas internos
La tríada de los tiradores
Advertencia y engaño
¡Oh sorpresa!
El derrumbe del rascacielos
Destruyendo la mira
La mente de todo
Mentira blindada
Peón caído
Partida perdida
Tormenta de hielo
La resurrección del caído
Agridulce libertad
El precio de ser libre
Perfecto tirador
Corazones plásticos
Disparo final
Epílogo: The Sniper

Construyendo un rascacielos

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By _HannaStar_

Las hábiles manos de Xiao Jiu se paseaban por uno de los tantos archivadores, buscaba más que información, algún movimiento mal hecho, corrupción, casos de carpetazos donde el afectado haya perdido la demanda o contrario a ello ganado a costa de soborno, algo que influyera lo suficiente como para hundir a Yue Qingyuan con tales evidencias.

Consultó su reloj, conociendo a su jefe la visita a la tienda no demoraría mucho, si se lograba encontrar con Shang Qinghua tendría el tiempo suficiente, sabía que había hecho bien en hacer coincidir sus horarios para encontrarse frente a frente, esperaba que el menor no se mostrara huraño o en su defecto dolido por verse de nuevo con su ex.

En la habitación no existía ruido alguno, Xiao Jiu se había encargado de aceitar bien cada cajón para que se desplazasen con la suavidad de una pluma al momento de tirar de estos, aquel espacio era privado, lo más personal de Qingyuan tanto que ningún empleado entraba, ni Jiu y ahora se encontraba violando esa intimidad en el despacho y archivador prohibido.

—¡Vamos, no puedes ser tan recto y justo como aparentas! —Masculló extrayendo algunas carpetas para hojearlas de manera fugaz.

Había logrado hurtar la llave de aquella habitación cuando Yue Qingyuan tomaba una de sus largas duchas, estaba agradecido de que en esa habitación no hubiesen cámaras, de lo contrario tendría que borrar evidencia y eso solo retrasaría su objetivo.

Entre archivos y documentos, tiró del último cajón superior encontrándolo casi vacío, y era casi ya que en este solo se apreciaba un sobre transparente, una simple bolsa hermética la cual resguardaba un viejo celular, Xiao Jiu recordaba que aquel modelo telefónico había salido aproximadamente hacía cuatro años por lo que arqueó la ceja curioso y sin esperar más sacó la bolsa para extraer el móvil, de su bolsillo sacó el teléfono desechable sabía que no se parecían en absoluto los modelos pero serviría por si a Yue se le ocurría entrar y revisar ese cajón, guardó el móvil en su bolsillo y lo suplantó por el pequeño.

Bajó la vista hasta ver un folder negro que se perdía gracias a la poca luz con la que Xiao trabajaba, lo tomó sintiéndolo apenas pesado; entre sus dedos había adquirido el grosor de una tesina, abrió dicha carpeta y se sorprendió de ver la foto de un hombre de espaldas a la toma, se apreciaba también a una mujer en el suelo, posiblemente inconsciente aunque todo cambió cuando el secretario se fijó en el charco de sangre que había.

Cerró la carpeta y la guardó acomodándola minuciosamente entre su chaleco y su camisa, logró sujetarla con el cinturón y tras comprobar que no se viera demasiado evidente, desabrochó su saco para mantener la prenda holgada.

Cerró de nuevo el cajón y salió de ahí por seguridad ya que no podía pasar demasiado tiempo lejos de su escritorio o comenzaría a levantar sospechas, peor aún por si a alguno de seguridad se le ocurría asomarse al computador para revisar las cámaras y notar que estas estaban desconectadas.

A paso sigiloso, alerta y con la mirada bien puesta sobre el pasillo oculto, salió de la habitación cerrando con seguro, abandonó el pequeño cuarto y caminó con normalidad al fingir que salía del sanitario contiguo, justo a tiempo cuando una de las sirvientas pasaba con un nuevo juego de sabanas para la recamara del candidato.

Al llegar a su puesto, reconectó todas las cámaras y prosiguió en su labor, aunque realmente ya no tenía nada que hacer puesto que todo ya estaba listo desde un día antes por lo que solo se dedicó a tontear en su lectura de la psicología de los colores, al menos debía admitir que su profesión real le seguía gustando aunque ya no la desempeñaba desde hace años.

Aproximadamente dos horas después llegó un tranquilo Yue Qingyuan con una bolsa entre sus dedos, Xiao Jiu alzó la vista del computador y observó al hombre quien se mantenía demasiado inexpresivo.

—Llegué A'Jiu.

—¿Cómo le fue señor?

—Del demonio —colocó la bolsa en el escritorio—, lo compré para ti, espero te guste.

—Gracias —se limitó a acercar un poco más la bolsa, su vista se mantuvo en el hombre que no se movía, aquello hizo al secretario comenzar a sudar de las palmas puesto que el silencio en Yue era demasiado sospechoso. ¿Y si lo había descubierto? ¡No, imposible! Haciendo acto de valentía y retomando el papel de secretario cortes, se inclinó hacia el frente para verle mejor—, ¿Ocurrió algo?

—Sí... ¡Oh Dios mío! —Qingyuan dejó caer los hombros, se talló el rostro con ambas manos y suspiró realmente fuerte— ¿Podrías acompañarme a la sala? Necesito un trago.

—Claro señor.

Xiao Jiu siguió a su jefe, el recién llegado se fue despojando del saco y la corbata para desabotonar lo suficiente su camisa; se sentía asfixiado, extraño, desesperado y pronto se dejó caer sobre el elegante sofá y procedió a masajear el puente de su nariz en señal de frustración.

El secretario observó el movimiento y sirvió el licor favorito de su jefe en una copa, lo cedió y fue rápidamente tomado. La expresión de Yue Qingyuan ponía tenso a Xiao Jiu quien no sabía lo que había ocurrido, se sentía sumamente ignorante y aquello no le gustaba ya que era amante de saber todo ante cualquier movimiento.

—Me encontré con Shang Qinghua. —Soltó después de beberse el contenido de la copa.

—¿Y qué sucedió? —Internamente comenzó a relajarse porque el altercado si había ocurrido.

—Pude verlo mejor y debo decir que luce realmente hermoso, no ha cambiado mucho, pero aunque quise hablar con él, no me escuchó.

—¿Por qué no?

—Sigue dolido conmigo, me odia lo sé, le confesé que lo sigo amando pero creo que es muy tarde.

—Nunca es tarde para el amor —expresó recordando aquella frase que había olvidado donde la había leído—, tal vez piense que él lo odia pero por algo se han reencontrado, quizá significa que puede haber una oportunidad.

—¿Lo crees? —La mirada esperanzada de Yue hizo sonreír a Jiu para sus adentros, su jefe era tan manipulable en el tema amoroso, ahora faltaba aplicar lo mismo con Qinghua.

—Lo creo señor.

—¡Oh Dios, A'Jiu! No sabes lo mucho que me ayuda hablar contigo, sé que puede resultar molesto pero callar lo que me sucede llega a volverse asfixiante —habló relajado puesto que su secretario había rellenado su copa de nuevo—, por cierto ¿cómo vas con los hoteles?

—Bien, podrá empezar la campaña con éxito.

—¿Irás conmigo?

—Lo siento señor, esta tarde recibí una llamada de mi madre diciendo que mi padre ha sido hospitalizado —suspiró largo y cansino. Siendo un excelente actor—, debo ir a verlo.

—¿En serio? Oh lo siento mucho, ¿necesitas ayuda en algo?

—No señor, estaré bien, así que espero que empiece esa campaña con el pie derecho.

—Gracias A'Jiu —miró la hora y negó—, no robaré más de tu tiempo, espero descanses bien y nos vemos mañana.

—Igualmente señor, hasta mañana. —El joven secretario se levantó del sofá contiguo y acudió a su escritorio para tomar su bolsa de regalo y sus cosas personales.

Se despidió cortés de todos, con una sonrisa apenas visible pero educada, bajó al estacionamiento subterráneo y tras encender el auto arrancó saliendo por la cochera trasera de la gran mansión.

Finalmente y cuando se encontraba lo suficientemente lejos del hogar ajeno, pudo respirar y relajar la postura, sacó de la parte trasera de su chaleco el folder negro y lo colocó dentro de la bolsa, acto seguido se despojó del saco y el chaleco, los dobló y cubrió con estos el folder, retomó el camino cuando se sintió lo suficientemente informal como para no levantar sospechas.

Al llegar al fraccionamiento, aparcó y suspiró, mediante el retrovisor observó la casa a oscuras de Binghe, volvió a suspirar y fruncir el ceño, tomó sus pertenencias y bajó del auto.

Entró silencioso a su hogar, revisó que todo estuviese en orden y encendió la luz, acomodó sus cosas en su oficina, extrajo el folder y lo llevó hacia la segunda planta, donde se internó en su pequeño despacho, al estar en la soledad de su hogar se sintió tranquilo, lo suficiente como para detallar mejor la fotografía.

La imagen demostraba que había sido sacada con flash puesto que no se veía más allá de un piso terroso, el rostro del hombre era irreconocible por estar de espaldas, mientras que el de la mujer era incluso peor puesto que se apreciaba deformada la cabeza y ligeramente aplastada hacia los costados, las zapatillas negras y el pantalón sastre pegados al suelo solo hicieron pensar a Jiu, quien mantuvo la mirada fija en la foto hasta que la bajó.

Sus ojos apenas se abrieron en sorpresa al verse revelada otra fotografía, esta vez era el cadáver de la mujer, evidentemente tenía el cráneo destrozado, la mirada vacía y los delgados hilos de sangre nacientes de su boca y nariz hicieron al joven sentir más curiosidad.

¿Por qué Yue Qingyuan escondía eso? La figura del hombre no concordaba con la complexión de su jefe puesto que este último tenía la espalda ancha y las caderas estrechas. Descartó esa posibilidad y siguió revisando.

—¿Xiyan? —Leyó en voz alta el nombre, le sonaba más no recordaba de donde, siguió leyendo lo que aquel pequeño informe decía—, Su Xiyan, esposa del candidato a gobernador Lao Gongzhu fue asesinada por su propio esposo siendo víctima del forzado silencio, ¿qué hay detrás del asesinato? ¿Celos? ¿Problemas económicos? Todo está relacionado a la extraña relación que tiene Lao con la actriz aclamada de Wujin, Sha Hualing quien se pronuncia como alguien fiel a la campaña del antes mencionado.

Jiu bajó la hoja, su mirada cargada de asombro era digna de contemplar, así que se trataba del presidente de Wujin, pero ¿cómo sabía Qingyuan que él era el asesino?

Su mano derecha viajó hacia el bolsillo de su pantalón donde se encontraba el móvil, con la curiosidad latente bajó a su oficina para prender el aparato más se dio cuenta de que probablemente estaba descargado, con algo de prisa encendió su computador y conectó uno de los cables al teléfono para tener acceso a los archivos.

Se sorprendió al descubrir varias fotos, entre las más viejas se hallaban algunas de él con Shang Qinghua en lo que parecía ser citas, otras eran del menor estudiando y otras de paisajes, su vista bajó por la pantalla de plasma en busca de algo más hasta que encontró un vídeo, de inmediato lo reprodujo escuchando el sonido de la tierra friccionar con el calzado.

—No puede ser —la voz de Qingyuan se oía en un claro susurro, la cámara se movió enfocando hacia el edificio, pese a la oscuridad, se apreciaban dos siluetas en lo alto de aquel inmueble abandonado, pronto se escucharon los pasos de su jefe avanzar más y después la voz de lo que parecía en ese entonces el candidato a gobernador—, la va a matar.

Lejanamente se oían los gritos de la mujer, Jiu no perdió de vista a las siluetas hasta que una de ellas cayó velozmente del último piso, estampándose directamente contra el suelo terroso. Acto seguido un grito ahogado por parte de Yue y después el silencio.

—La mató... —Susurró asombrado Xiao Jiu, jamás había visto un homicidio en vídeo, y eso le causó cierto interés.

El sonido de los pasos lo hizo volver a poner atención, esta vez Yue Qingyuan grabó como una silueta se acercaba a lo que parecía ser el cadáver de la señora Su Xiyan y un instante después surgió un destello, un flash que correspondía a una foto, ahora sabía de quién era esa silueta, otro destello alumbró la oscuridad y esta vez sí logró revelarse el rostro de un muy enojado gobernador.

La cámara bajó, la respiración agitada de Qingyuan era lo único que se escuchaba, todo se volvió oscuro de un momento a otro, el sonido de las pisadas rápidas contra la tierra sonaban a desesperación, unos segundos más tarde se oyó el ruido de una puerta cerrarse y un motor encender, acto seguido el vídeo acabó.

Xiao Jiu se llevó ambas manos a la boca para callar un grito mudo, conmoción, curiosidad, todo aquello se generó en su estómago, la información revelada había sido un golpe demasiado crudo para él, Yue Qingyuan sabía demasiado, era testigo directo de un homicidio y no hizo nada, solo huyó como un cobarde.

—¿Por qué? —Susurró aún lleno de emociones, de inmediato abrió el buscador y tecleó el nombre de la esposa fallecida, le sorprendió ver diferentes noticias y cada una con una causa de muerte diferente— ¿Accidente de avión? ¿Muerte en carretera? ¿Envenenamiento? ¿Muerte a manos de la mafia? ¿Ajuste de cuentas con el ahora gobernador?

Xiao Jiu vio el historial de la difunta, era hermosa, culta y refinada, de todas las notas amarillistas que leyó, todas llegaban a la conclusión de que había sido una pérdida dolorosa e irreparable en el corazón del gobernador.

—Políticos —escupió con un deje de molestia—, no guardó luto ni un año cuando se casó con la actriz y ahora tienen cuatro hijos. ¿Por qué callaste Yue Qingyuan?

La cuestión lanzada había creado una gran intriga en él, ¿quién podría saber?; subió de nueva cuenta al despacho donde extrajo otro celular y envió un mensaje, corto y especifico.

«Mañana a las 8 pm. Hotel bambú»

El mensaje era claro, ocultó la información robada en uno de los cajones y bajó para esconder el celular entre los libros huecos que él mismo había moldeado, acto seguido eliminó el historial de navegación y procedió a hacer su cena.

El caso de la esposa del gobernador le había resultado inquietante por el hecho de que Qingyuan no había sucumbido al deseo de justicia, con esto quedó demostrado de que su jefe si tenía un lado oscuro y no descansaría hasta investigar el motivo por el cual no reveló información, quizá hasta estaba relacionado amistosamente con Lao Gongzhu, no se le haría extraño aunque en el tiempo que llevaba trabajando con él, no habían salidas ni encuentros entre gobernador y candidato.

Mientras tomaba una ducha, apoyó uno de sus brazos contra el borde de la bañera, el agua caliente lo relajaba, el cabello húmedo y la mirada inexpresiva hacían ver aquella escena como un posible suicidio, más no era así, los pensamientos de Jiu corrían a una velocidad vertiginosa, necesitaba saciar sus dudas, esclarecer sus pensamientos sobre los ideales aparentemente justos de Yue y nada resultaría mejor que manipularlo para enviarlo a brazos de otro para así tener camino libre y seguir investigando en ese espacio privado.

—Flores —musitó sin moverse—, en una de las fotos vi a Qinghua sosteniendo un ramo de flores, no rosas, no tulipanes, simples flores nubes, de gustos demasiado sencillos —sonrió con pesadez moviendo la mano colgante hacia su cabello—, dulce y tierno Shang, si no quieres por las buenas, será por las malas, así el patético de tu hermano se enoje conmigo no será problema para mí el hacer caso omiso y exponerlo a él con tal de que deje de fastidiarme.

Giró apenas su cuerpo para cambiar de posición, cerró los ojos y suspiró, tendría que hacer un doble trabajo en referencia a su jefe y Shang Qinghua, los reuniría, haría que coincidieran en lugares, mandaría a Yue a los brazos de un reticente Shang que acabaría por ceder al amor.

Se sentía cupido, uno frustrado y desilusionado ya que sus pensamientos se vieron alejados del trabajo para pensar en Binghe y su sonrisa, sus ojos, su porte, todo.

Después del baño, se colocó su pijama y acostó a dormir, necesitaba descansar para tener un correcto desempeño en sus ideas prontas a ser realizadas.

—Sale dentro de dos días de campaña. —Anunció Mobei ante un relajado Binghe que observaba por los binoculares la casa contigua, lamentablemente no podía ver nada porque las cortinas eran gruesas— ¿Qué haremos?

—Irnos a casa y descansar, es arriesgado seguirlo, lo más probable es que con todo el antecedente de candidatos fallecidos, vaya bien asegurado, además de que no es tan fácil ocultar un rifle entre la gente, no tenemos por qué exponernos.

—Supongo; ¿qué harás en esos dos días?

—¿No es obvio? —el moreno alejó su cuerpo de la ventana para sonreír satisfactoriamente—, veré a Qingqiu.

—¡Al menos finge un poco de desinterés!

—No puedo. Es imposible.

Mobei rio, le alegraba ver a su amigo así de feliz, se alegraba por él, realmente deseaba que la misión ya acabara para poder verlo marcharse y así ver su sueño realidad al formar una familia y estar tranquilo.

—Bueno Romeo enamorado, ¿qué me enseñarás hoy? —Cuestionó animado.

—¿Sería buena idea mandarle un regalo? Podría con ello tomarlo como un anticipo a mi llegada. —Binghe ignoró la pregunta de su amigo para centrarse en Qingqiu.

—¿Qué diablos? —Mobei Jun sonrió, se alzó de hombros despreocupadamente y tomó asiento en una de las sillas viejas— Supongo que sería algo lindo para él.

—Había pensado en enviarle flores a su trabajo pero no sé dónde labore, realmente no hemos tenido tiempo de hablar sobre los empleos.

—Lo que me recuerda —el moreno adoptó una pose seria— ¿él sabe a lo que te dedicas?

—No —contestó bajando la mirada—, le he dicho que trabajo custodiando el palacio de gobierno.

—¿Y te creyó? —Cuestionó al borde de la risa.

—¡Claro!

—No sé si él sea demasiado ingenuo y no tenga la remota idea o realmente tenga interés en ti y fingió creerte porque realmente no hay soldados en palacio de gobierno, te recuerdo que los custodios son policías, no militares.

—¡Oh mierda! —Dicho aquello no pudo evitar carcajear por su gran metida de pata, Qingqiu no le había dicho nada al respecto, se había tomado con calma y comprensión su labor— ¡Espero realmente no se haya dado cuenta!

—Podrías descubrirlo cuando se encuentren de nuevo, por ahora un detalle hacia él no estaría mal, aligeraría las cosas si es que ya sabe que le has mentido —habló entre bajas risas—, ¿qué tal una caja de rosas y una caja de ese delicioso chocolate gourmet que se derrite al toque?

—¿Caja de rosas?

—Sí ¿no sabes qué son? —ante la negativa de su amigo Mobei Jun se sintió experto en el tema ahora él sería quien le instruiría—, son cajas de madera, mayormente cuadradas de altura no mayor a diez centímetros, en ellas se depositan solo las cabezas de las rosas, dando un toque elegante y romántico al quitar el largo tallo espinoso, además de que luce realmente lujoso.

—¿Las venden en cualquier florería? —Cuestionó sumamente interesado.

—Claro, aunque debido a que no sabes donde trabaja, deberás enviar el regalo a su casa.

—Suena mejor, en un futuro podré enviarle detalles a otro destinatario.

—¿Le enviarás eso hoy?

—Sí, quiero que sepa que existo y que no he dejado de pensar en él.

—¡Que romántico! —Mobei hizo una falsa mueca de asco antes de sacar su móvil y buscar el número de la florería— ¡Lo que uno hace por amor!

—Gracias por tus palabras innecesarias. —Continuó la broma.

Horas más tarde, el pedido había sido confirmado, pagado y próximamente enviado, esperaba realmente que Qingqiu recibiera ese regalo aun siendo de noche ya que la florería entregaba los pedidos personalmente.

Mientras el tiempo transcurría, se dedicaron a su labor, Binghe continuó explicándole a Mobei Jun el uso del silenciador y sus ventajas, así como también le enseñó a limpiar tanto las miras como los aditivos antes mencionados.

Pasaron la mañana y parte de la tarde hablando de los diferentes tipos de armas, los cuidados y las posiciones correctas para sujetar un rifle en el suelo y de pie.

—«Eres lo más hermoso que me pudo haber pasado en la vida, las risas, las tomadas de mano, las fotografías, los momentos íntimos, las conversaciones largas de nuestros temas favoritos causaron en mi un gran amor hacia ti. Perdón por haber sido un idiota. Te amo» —La nota que contenía dicha confesión fue arrugada entre las manos de un molesto Shang Qinghua— ¿Qué se cree?

—¿Qué pasa? —La voz de su compañero sacó al menor de sus malos pensamientos.

A pasos calmos, con una bata blanca y un mandil negro cubriendo parte de su cuerpo, se acercó su mejor amigo, aquel que había conocido en la universidad y que ahora laboraba a su lado.

—Un idiota me mandó esto —señaló con asco un hermoso ramo de nubes blancas con violetas, la nota yacía arrugada entre sus dedos—, maldito imbécil.

—¡Oh tranquilo!

—No puedo, no puedo estar tranquilo cuando todo se volvió caos —Qinghua alardeó golpeando con desdén el ramo haciendo que cayera al suelo, arrojó la nota a la mesa metálica y se encaminó hacia su lugar de trabajo, tomando de nueva cuenta sus guantes de látex y sus gafas protectoras—, mi vida ya estaba bien.

Ambos yacían en la morgue, estaban haciendo la evaluación de un cadáver cuando uno de los asistentes se acercó al dúo para informar que afuera se encontraba un chico con un ramo de flores, en especial para Shang Qinghua, el nombrado se asombró al oír aquello, se retiró lo necesario para salir y buscar al chico, topándose con que era un simple encargado. Tomó las flores y las llevó a la ante sala de trabajo, al leer la nota y comprobar las iniciales, no pudo hacer más que arrugar el papel y maldecir tanto interna como externamente.

Su compañero se arrodilló para tomar el papel, leyó en silencio y después dirigió la mirada hacia su amigo, quien yacía concentrado cortando con ayuda de la sierra eléctrica el cráneo del cadáver.

—Yue Qingyuan —habló más no fue escuchado por el ruido de la máquina— ¿por qué te busca de nuevo tu ex novio? —Cuestionó acercándose al menor.

Shang Qinghua apagó la sierra y la dejó con sumo cuidado en la mesa, encaró a su amigo unos segundos antes de seguir laborando, retirando el cuero cabelludo para exponer el cráneo fragmentado limpiamente por una línea.

—No tengo idea.

—¿Acaso piensa conquistarte de nuevo después de todo lo que te hizo? —Chistó molesto.

—No lo sé. —Su mirada se concentró en separar el hueso para exponer el cerebro.

—¡Imbécil! ¡Que se vaya al diablo con todo y su política!

—Suenas demasiado celoso —bromeó Shang despegando el órgano de la cavidad para colocarlo en una báscula—, demasiado celoso.

—Puede que esté celoso, también estoy enojado.

—Si te oyera tu esposo me mataría lentamente —el joven anotó en una tablilla el peso y tomó medidas—, soy joven para morir así.

—Mi esposo es demasiado relajado contigo.

—Lo dice el que no soporta las miradas de asesino serial, en serio deberías pensar que por algo él y yo no congeniamos, creo que aún no supera que tú y yo hayamos sido novios.

—No supera que hayamos tenido sexo.

—¡Oh mi Dios! ¿Tienes que atormentarlo con eso? —Qinghua carcajeó encarando de nuevo a su amigo.

—Es mi manera de reprocharle cuando me rompió el corazón al fijarse en otro antes de mí.

El joven rodó los ojos con diversión, en verdad su amigo deseaba verlo muerto en manos de un esposo celoso y resentido.

—Procura no expresar tu molestia frente a él, Yue es cosa del pasado.

—Yo también soy cosa del pasado y no te atormento diez años después de haberte jodido la vida.

—Quizá se deba a que apenas llevas cinco años y el tormento te lo da alguien llamado esposo.

—¡Oye!

Los amigos rieron, Qinghua se sentía feliz de tener a su mejor amigo a su lado, su corto noviazgo bastó para hacerle saber que no estaban destinados y que era mejor acabar bien a terminar heridos, Yue Qingyuan seguía clavado en su corazón y hacía casi imposible que cualquier relación se lograba, con su amigo no era la excepción y no se arrepintió de terminarlo.

Con el paso del tiempo Qinghua se había cerrado herméticamente ante la posibilidad de encontrar el amor en una persona, se había centrado en su trabajo en la SEMEFO y por supuesto en sus esporádicas carreras clandestinas en motocicleta, solo eso lo mantenían en pie referido al amor, hacia cosas materiales y de adrenalina.

Su compañero observó a su amigo, bajo esa sonrisa pudo saber la verdad a través de su mirada, aún lo amaba, y detestaba saberlo porque por años él había construido pedazo a pedazo a su joven amigo, le parecía injusto que esos años de trabajo se vinieran abajo por un regalo y una coincidencia en persona, él merecía ser feliz lejos de Yue Qingyuan.

—Estoy bien —expresó el menor al ver la preocupación en los ojos adversos, le regaló una sonrisa tranquilizadora intentando apaciguar el pensamiento de su amigo y suspiró—, al menos esta vez no he llorado en un rincón.

—Shang...

—Al menos esta vez pude expresar lo mucho que lo detesto sin querer lanzarme a su brazos arrepentido de mis palabras.

El compañero guardó silencio, permitió que su amigo retomara su labor de extraer órgano a órgano del cadáver recibido, pronto tiró la nota a la basura y se colocó a su lado tomando la tablilla para apuntar lo que Shang decía, redactarían el informe pericial y esperarían a que el cuerpo fuese reclamado o si se daba el caso, se alzara una denuncia por el homicidio cometido.

Lo que el joven médico no sabía era que una persona, no lejana a él sonreía victorioso frente a su computador tras recibir el llamado que confirmaba que aquel ramo había sido enviado y entregado.

—¿Qué más sigue? —cuestionó mirando al frente antes de levantar el teléfono de nueva cuenta para marcar y esperar— ¿hablo a la pastelería francesa? —tras recibir la confirmación moduló su voz y habló:— desearía encargar un bizcocho genovés con relleno de fresa y cubierta de chocolate, adjuntando a ello una nota.

Giró lentamente en su silla, su mirada se paseó lenta y confiada por el hogar enemigo, su vista se posó sobre la puerta de madera donde yacía su jefe, posiblemente leyendo un libro.

—Sí claro, quiero que diga «para el amor de mi vida, mi luz y mi inocencia, perdón por haberte fallado, espero podamos hablar mañana en la tarde, te estaré esperando en la cafetería cercana a tu trabajo, no olvides que te amo» —recitó aquello triunfal—, claro haré la transferencia en unos momentos. Gracias. —Y colgó.

Horas después, Xiao tocó la puerta del estudio, Yue Qingyuan yacía absorto en un libro, demasiado concentrado en ello, tanto que no notó la presencia de su secretario hasta que este se detuvo frente a él y aclaró su garganta.

—Señor, lamento interrumpirlo pero le llegó esto —Xiao Jiu extendió una caja pequeña frente a él, la mirada interrogante de su jefe le hizo colocar el paquete entre sus manos—, lo envía Shang Qinghua.

—¿Qué? —La sorpresa fue inmediata, el hombre tomó de inmediato el regalo y rompió sin cuidado el papel que lo envolvía, al descubrir una caja de cuero negro supo que era y lo confirmó al abrirlo— ¡Un reloj! —El candidato tomó sonriente el presente y lo observó curioso.

—¿Un reloj?

—¡Tiene una nota! —Detalló en el pedazo de papel y leyó— «Qingyuan, lamento haberme comportado tan agresivo ayer, espero me perdones y quieras hablar conmigo, ¿me concedes una plática armoniosa? si aceptas te estaré esperando mañana por la tarde en la cafetería cercana a mi trabajo, salgo a las cinco, espero no me dejes plantado y no sigas molesto por mi actitud. Te ama Shang Qinghua.»

El silencio reinó unos segundos, Jiu observó a su jefe totalmente ensimismado en la marea de emociones, aquel regalo, aquella nota solo significaba que Shang deseaba brindarle otra oportunidad, quizá hablando recordarían los viejos tiempos y con ello el mayor podría acercarse más al joven para re conquistarlo y hacerle saber que pese a todo el tiempo separados jamás había dejado de amarlo, le pediría perdón por sus errores y le rogaría por una oportunidad, una donde prometería enmendar sus errores y valorar el amor antes que la política.

—Iré. Prepara todo para mañana A'Jiu, iré a re conquistar al amor de mi vida.

Xiao Jiu solo pudo asentir y marcharse, lejos de su jefe y tras la puerta cerrada, sonrió triunfal después de confirmar que con una simple nota Yue Qingyuan podría volverse tan manipulable como quisiera, tal vez para el mayor era una debilidad que lastimosamente Xiao Jiu tomó como una oportunidad para escalar y seguir escarbando en los casos de su jefe en busca de más evidencias que demostrarían lo corrupto que era al igual que todos los candidatos a gobernadores.



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Según yo no tiene errores, según :'v

Me avisan si los tiene, XD




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