¿Escuchas Girl in Red? | PRON...

By Ash-Quintana

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Las cosas comienzan a complicarse para Andy cuando descubre que siente algo más que una simple amistad por su... More

1. Ahora soy tu novia
2. Hay que pegarle
3. Los amigos no te cuernean
4. Quedé como estúpida
5. Jade con J de "Joder, qué pesado"
6. Me sacan del armario
7. Tengo un gay panic
8. Una pelea (finalmente)
9. LA BESÉ
10. Reforzamos la amistad
11. ¿Charlie escucha Girl in Red?
12. He dicho algo malo
13. Ahora ella es mi novia
14. ¿Qué somos?
15. No salió como esperaba
16. Expongo a Charlie y Jade me expone a mí
17. La novia de Noah (no soy yo)
18. La estampo contra la pared (padre nuestro que estás en el cielo)
19. Mamá, papá, soy gay
20. La hice llorar (verga)
21. Ahuevo chismesito
22. Alana esconde algo
23. Ay, atrapadaaaa
24. ¿Noah?
25. Jade me es infiel
26. Se me junta el ganado
28. Sexo telefónico
29. No puede ser
30. Hay destinos más ricos que otros
31. Chica promiscua ¿Me estás coqueteando?
32. F
33. ¿Lo que pasa en el ascensor se queda en el ascensor?
34. Lo lograron. Finalmente la rompieron
35. Hoy es noche de...
36. El no novio de Jade
37. Caballo homosexual de las montañas
38. Charlie me acorrala
39. Un último baile
40. Epílogo
Ash llorando
Extra 1: Que me bese la cumpleañera
¡Segundo libro!
¡Libro en físico!

27. Reunión en la ducha

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By Ash-Quintana

Intenté disimular lo mejor que pude el hecho de que Noah y yo estábamos peleadas. En primer lugar, porque mamá y papá no sabían que habíamos terminado. Y, en segundo, porque no quería que Charlie se sintiera más incómoda de lo que lo estuvo toda la semana.

El hecho de solo pensar en cómo le explicaría a mis padres que había acabado mi relación con mi mejor amiga de toda la vida en tan solo un mes me estresaba. Me sentía un terrible fracaso, aunque supiera que ellos no me juzgarían.

Para cuando mamá y papá consiguieron vender todas las mermeladas, la feria ya casi acababa y era más de media noche. Metimos todas nuestras cosas en el auto con cansancio y nos apretujamos las tres en los asientos traseros, con Charlie en el medio.

Dormimos casi todo el viaje. No me desperté hasta que el auto se detuvo delante de la casa y Charlie apartó mi cabeza de su hombro con una mano.

—Hueles a tierra —se quejó.

Froté mi frente contra su hombro para pegarle mi olor y ella soltó un quejido, pero estaba demasiado cansada como para defenderse.

Cuando miré a Noah la encontré completamente despierta, con la cabeza apoyada contra el cristal y el cuello de su abrigo cubriéndole la mitad del rostro. Había subido las piernas sobre el siento y las abrazaba. Era tan pequeña que entraba sin problema.

Metimos los cajones vacíos y la mochila de mamá en la casa, pero nuestra fuerza de voluntad llegó hasta la sala de estar. Mamá y papá subieron directamente a su cuarto y nosotras hicimos lo mismo.

Normalmente entrábamos las tres en mi cama de dos plazas sin problema, y esa noche yo estaba lo suficiente cansada como para que no me importara dormir pegada a Noah

Charlie se dejó caer sobre mi colchón y yo a su lado. Noah se sentó en el borde y comenzó a quitarse los zapatos con calma, como si no quisiera llamar nuestra atención.

—Te he dicho que hueles a tierra —repitió Charlie, quien tenía el hocico a un par de centímetros de mi cabeza. Empujó mi cabeza lejos de ella con una mano—. Báñate.

—Nooo —me quejé. No quería levantarme—. ¿Por qué tú no hueles a tierra?

—Ya te he dicho que yo sí me baño. —Apoyó la planta de su pie descalzo en mi espalda y me empujó con suavidad hasta el borde del colchón—. Báñate o deja que Noah duerma en el medio.

Abrí los ojos y me senté antes de frotármelos.

—De acuerdo, me bañaré.

—Ya era hora.

—Nos guardas el agua.

Les eché una mirada molesta.

—De todas formas, Noah quería contarte algo.

Las risas cesaron y la aludida abrió más los ojos antes de entrecerrármelos con rabia ¿De verdad pensaba que me iba a olvidar de eso?

Recogí mi ropa del mueble y salí del cuarto. Había un baño en el primer piso y en la planta baja, pero no quería despertar a mis padres, así que usé el de abajo.

Da un poco de miedo bañarse en la madrugada cuando no hay nadie alrededor, y mucho más estando en el medio de la nada, pero tantos años así ya me habían acostumbrado.

Me metí en la ducha y dejé que el agua corriera. Charlie tenía razón: estaba mugrosa.

Estuve un par de minutos viendo el agua con tierra escaparse por la tubería antes de comenzar a lavarme el cabello.

Entonces escuché la puerta del baño abrirse y cerrarse con fuerza.

Di un respingo y me aferré al grifo para no caerme.

—¿Mamá? —pregunté asustada.

A lo mejor aún me seguía dando miedo ir al baño en la madrugada.

—¿Lo sabías? —preguntó la voz de Charlie y suspiré con alivio. No podía verla por la cortina, pero entonces recordé que me estaba bañando y volví a aterrarme—. Lo que hizo Noah ¿Lo sabías?

—Charlie, me estoy bañando —dije un par de tonos más alto de lo habitual.

—¡¿Puedes responderme?!

Tiré de la toalla que colgaba sobre la cortina justo cuando Charlie la corrió. Grité y me cubrí lo mejor que pude. El agua la empapó en un par de segundos.

—¿Lo sabías? —repitió, esta vez con más calma.

Su nariz estaba roja y sus ojos llorosos. Ella me miraba como si yo fuera su última esperanza y el remordimiento quemó en mi pecho. Pero no respondí.

—Dime que no.

Charlie se metió en la ducha y yo di un paso hacia atrás.

—Estás completamente loca.

—Andy, dime que no me estuviste viendo la cara de estúpida todo este tiempo —Me ignoró y siguió avanzando hasta que mi espalda chocó contra la pared del baño. El frío de los azulejos me provocó un estremecimiento—. Dime que eres mi amiga y que nunca me harías algo así. Que tú no tenías idea.

—Charlie, yo no tenía idea —le prometí.

El agua cayó sobre su cabello, rostro y hombros. Su suéter se comenzó a empapar, pero ella se veía tan triste y tan desesperada, como si todo su mundo dependiera de lo que yo le dijera. Se veía tan vulnerable.

—Yo nunca te haría eso. —Levanté uno de mis brazos para tocar su rostro. La tinta celeste de su máscara de pestañas se diluía con el agua—. Apenas me he enterado. Quise decírtelo, pero...

—Ella es tu novia.

—Ella no es mi novia —la corregí—. Hemos terminado.

Sus ojos se abrieron un poco más, pero las gotas de agua que caían desde sus pestañas le hicieron cerrarlos con fuerza.

—¿Cuándo?

—El lunes. —Mi mano tanteó en la pared hasta dar con el grifo y lo cerré para que dejara de caerle agua encima. Ella ya estaba empapada, de todas formas—. Le dije que si no te lo contaba, lo haría yo.

Cuando volvió a abrir los ojos me buscó con la mirada. Mi mano aún seguía en su mejilla. No sé por qué, pero creía que si la soltaba ella se derrumbaría.

—¿Me lo prometes?

—Sí —insistí—. Charlie, lo siento mucho.

Ella dejó escapar un poco de aire de sus labios con alivio antes de derrumbarse. Apoyó su frente en mi hombro y yo la abracé por instinto.

—¿De verdad creías que yo tenía algo que ver con eso? —pregunté con sorpresa.

Una parte de mí pensó que sólo estaba siendo dramática, pero verla tan aliviada me hizo pensar que esa idea de verdad le estaba comiendo la cabeza. Tal vez ella también se había estado sintiendo como la tercera rueda, así como Noah lo hizo.

Quitó la cabeza de mi hombro para volver a mirarme y se pasó una mano por el rostro para apartarse el cabello del rostro. Un poco de viento entró por la pequeña ventana y tembló.

—¿Cuándo te has enterado?

—Después de la fiesta.

—¿Por eso han peleado y estado así toda la semana?

La pregunta hasta me ofendió.

—Claro que ha sido por eso ¿En serio creías que yo...?

Ella me besó.

Sentí sus labios sobre los míos antes de poder procesar lo que acababa de hacer. Se sintieron fríos y húmedos, pero gentiles. Estuvieron un segundo, y al siguiente se fueron, como una pequeña caricia.

Parpadeé con sorpresa.

—¿Qué...? —balbuceé.

¿Estaba alucinando? De tanto haberme hecho la imbécil preguntándome cómo se sentiría besar a Charlie ¿Finalmente eso había hecho efecto en mi cabeza?

Debí de haberme visto muy estúpida, porque cuando ella reparó en mi expresión pareció horrorizarse.

—Lo siento. —Retrocedió un paso en la ducha—. Lo siento. No quería hacerlo.

Sentí que las palabras se me mezclaban en la lengua.

—¿Estás segura de que no querías? —pregunté con sorpresa. Ella hizo otro amague de marcharse y la retuve por el borde de su manga con una mano mientras sostenía el nudo de la toalla con la otra—. No, no, espera. Charlie ¿Qué fue eso?

—¿Qué crees que fue, imbécil? —Cuando volvió a mirarme parecía deshecha—. Te quiero, Andrea. —¿Cómo?—¿No vas a decir nada?

¿Qué se suponía que dijera?

—¿A qué te refieres con...?

—No hagas preguntas estúpidas —respondió con amargura—. Sé que no debería estar diciéndote esto ahora —Rodó los ojos—. No debí perdonarte por lo que me has hecho, ni haber entrado en la ducha. Y las dos sabemos que tampoco debí enamorarme de ti. Pero no importa cuánto lo intente ni cuanto me mienta a mi y a ti. —Se alzó de hombros con resignación—. No puedo soportar la idea de perderte. Incluso si sólo me quieres como tu amiga.

Entré en un gay panic.

No tenía idea de qué responderle, pero tampoco quería quedarme ahí parada sin decir nada. No sabía que sentía por ella, pero lo que si sabía es que quería que volviera a besarme.

—¿Puedo besarte?

La pregunta pareció sorprender a Charlie, pero asintió y esta vez fui yo quien se acercó.

El beso fue más lento esta vez, pero igual de cuidadoso, como si temiéramos estropear algo. Sostuve el nudo de la toalla con una mano y Charlie buscó la otra para tomarla.

—¿Ves lo que pasa cuando te bañas? —susurró luego de un rato contra mis labios—. Alteras el orden del universo.

Solté una carcajada y la empujé para apartarla.

—¿Entonces no estás enfadada conmigo por esconderte una semana lo de Noah?

Su rostro se endureció.

—¡Sí, estoy furiosa!

Fue casi cómico de ver cómo pasaba de una emoción a la otra con tanta rapidez.

—¿Y besas a todos con los que te enfadas o es que a mí no te resistes?

Por un momento me permití olvidar en dónde estábamos y qué acababa de suceder. Éramos solo Charlie y yo molestándonos, como siempre lo habíamos hecho.

Ella chasqueó la lengua y me empujó. Mi espalda volvió a tocar la pared fría de la ducha y mis manos se cerraron con fuerza alrededor de la tela de su camiseta.

—Sólo a ti —respondió antes de volver a besarme.

Me deshice en sus brazos. Cuando sus labios volvieron a tocar los míos ya no había gentileza en ellos. El beso fue más intenso.

Ella metió el dedo pulgar entre mis labios para separarlos primero. Su otra mano estaba al costado de mi rostro, con las puntas de sus dedos tocando el comienzo de mi nuca.

Sabía a la mermelada que había robado de uno de los frascos luego de comer. Como a arándanos, pero mucho más dulce. Y cuando su mano se cerró entre mi cabello me escuché soltar un gemido por lo bajo.

Charlie apartó su rostro y me vi en la obligación de abrir los ojos cuando sentí la ausencia de su tacto. Se sintió como despertar de golpe de un sueño profundo.

—No podemos hacer esto aquí —dijo.

—¿Qué? ¿Quieres una cama? —Me pasé la lengua por los labios—. Podemos echar a Noah de mi cuarto.

—Qué graciosa que estás hoy ¿Te comiste verga de payaso?

Se pasó el brazo por los labios para limpiarse y dio un paso hacia atrás. Su cabello estaba pegado al costado de su rostro y la tela de su suéter celeste estaba empapada. Su pecho subía y bajaba mientras intentaba volver a respirar con normalidad.

Quise tirar de su suéter y volver a besarla, pero sabía que ella tenía razón.

Sí, podía hacer eso. ¿Y luego qué?

¿Volver a arruinar todo, como sucedió con Noah?

—¿Qué hacemos ahora? —murmuré.

—¿Por qué me lo preguntas a mí? Yo te he dicho lo que siento.

—Como si eso cambiara algo. —respondí sin pensar—. Tú sigues teniéndole miedo a tus padres homofóbicos y yo acabo de arruinar una amistad de toda la vida con Noah por salir con ella.

Eso pareció enfadarla.

—Lo dices como si fuera mi culpa...

—No lo es. —Avancé hacia ella—. Lo siento. Sabes que no me refería a eso. Lo que quiero decir es que tal vez no es el momento para ninguna de nosotras de tomar alguna decisión o dar un paso a algo.

Teníamos que tomarnos las cosas con más calma y ver a dónde iban. Pero no aquí y no ahora, con Noah en el cuarto. Yo estaba segura de que eso era lo mejor que podíamos hacer.

Pero la pregunta era ¿Charlie me creería? ¿O pensaría que sólo estaba jugando con ella?

—¿Puedo hacerte una pregunta? —Habló finalmente. Se veía algo insegura—. ¿Yo te gusto, o sólo me has besado porque estaba llorando?

Pensé en Charlie esa noche, en la manera en la que se negó a mirarme cuando me regaló el mini componente, como si se avergonzara. Las carcajadas que soltó cuando la arrastraron al centro del baile. Ella tocando Toxic con su guitarra eléctrica, ella bromeando con el centro de estudiantes.

Pensé en esa vez que se vistió una semana completamente de negro porque no la escogí para un proyecto de a dos en clases. Pensé en la manera que se ve cuando apenas se despierta, con las marcas de la almohada en su mejilla y el cabello despeinado. Los lunares de su espalda, los pasadores en forma de estrella en su cabello. Y sus labios.

Jamás iba a admitir la cantidad de veces que mis ojos se desviaron a sus labios cuando hablaba.

—Charlie, no te he besado porque estabas llorando.

—¿Te gusto?

La respuesta salió más fácil de lo que esperaba.

—Creo que sí.


-.-.-.-.-.-

Holaaa ¿Cómo están? Escribo un mensajito rapido porque ya son las 21.30 y todavía no actualicé JAJAJ Me van a matar.

¿Que tal les fue en la semana? ¿Algo importante que les haya pasado? 

Yo regreso a clases el lunes yaaaay.

¿Qué les pareció la escena de la ducha? JAJAJ quiero agregar que la escribí probablemente borracha y decidí dejarlo así. Me voy a arrepentir de esto en el futuro.

¿Qué team son?

Bueno, les dejo una ilustración que hice de los outfits de charlie hoy y la publiqué en mi instagram. Recuerden seguirme ahi y en twitter para enterarse de todos los spoilers y las ilustraciones y juegos que hago. Ayer hice un preguntas y respuestas en pareja con los personajes.


baaai

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