Emma POV
— ¡EMMA, DESPIERTA!—abro los ojos, asustada, sin saber de dónde procede ese grito. Parpadeo unas cuantas veces hasta que mis ojos se acostumbran a la luz solar, permitiéndome ver.
— Aurora...
— SÍ, SOY YO.
— ¿Por qué chillas?—acabo de desperezarme y me siento en la cama. Mi amiga está sentada a mi lado.
— Porque quiero que me cuentes lo que hiciste ayer. Me preocupaste mucho.
— Ya sabías que había quedado con Killian—sonrío al recordarlo.
— Sí, pero pensé que vendrías a comer. O a cenar. ¡No sabes lo que me costó mentir a tus padres!
— ¿Qué les dijiste?
— Que estabas muy enferma y preferías estar en tu habitación. Ah, y que no querías recibir ninguna visita.
— ¿Y se lo creyeron?—ella asiente.
— Soy Aurora, la princesa más adorable y buena de todos los reinos —ruedo los ojos— No podría mentir a nadie.
— Lo tendré en cuenta la próxima vez.
— Espera, ¿habrá próxima vez? ¡Cuéntamelo todo!
Le narro a mi mejor amiga el perfecto día que pasé ayer con Killian, desde que llegué hasta que me dejó en el castillo.
Flashback
Bajamos de mi caballo antes de llegar al castillo para evitar hacer mucho ruido, no puede enterarse nadie de que ando fuera a estas horas. Solo se oye el canto de los grillos ocultos entre la hierba del bosque. Killian está a mi lado, su mano junto a la mía.
— Bueno, Swan, creo que es hora de despedirnos—dice cuando llegamos al castillo.
— Sí... Me lo he pasado muy bien hoy...
— Yo también—su sonrisa me confirma lo que dicen sus palabras.
— ¿Volveremos a vernos?—hago una mueca— Si mis padres no me castigan de por vida—él se ríe.
— En unos días navegaré hacia Neverland y, si te soy sincero, no tengo ni idea de cuándo voy a volver. Así que me gustaría... bueno, ya sabes, pasar más días contigo antes de irme...
No quiero que se vaya. Y menos sin saber cuándo va a volver. Nunca había conocido a nadie que me tratase tan bien y me hiciera sentir tan especial en tan poco tiempo.
— Yo también quiero eso. Quiero pasar todos los días que sean posibles contigo antes de marcharte—una sonrisa triste se dibuja en sus labios antes de acercarse para dejar un beso en mi mejilla.
— Haré lo posible por volver a verte, y si tus padres no te dejan... encontraré una solución—sonrío y entro en el castillo.
Algunos guardias me ven y me saludan. Les pido que no digan nada y sé que me van a guardar el pequeño secreto. Hago todo lo posible por llegar rápidamente a mi habitación sin hacer ruido y me meto en la cama.
Fin flashback
— ¿De verdad te dibujó?—asiento sonriendo y me levanto de la cama para coger el dibujo que sigue en el bolsillo de mi vestido.
— Mira—se lo enseño y sus ojos se abren de golpe.
— ¡Emma, sales preciosa! ¡Dibuja muy bien! Me gusta para ti, sí. Será el futuro rey del reino—le doy un golpe en el brazo.
— ¡Aurora! ¡Solo somos amigos!
— Por ahora... ¡Y se nota que os gustáis!—me suben los colores sin poder evitarlo y me tumbo de nuevo en la cama, ocultando mi cara bajo la almohada.
Las carcajadas de Aurora terminan cuando oímos el "toc toc" de la puerta. Mis padres entran sin siquiera pedir permiso.
— Aurora, es mejor que te vayas. Tenemos que hablar con Emma—dice mi padre sin molestarse en mirar a mi amiga. Algo va mal.
La chica, que hace unos segundos estaba riendo a carcajada suelta sobre mi cama, se levanta y sale de la habitación sin decir nada. Yo me recompongo en la cama.
— Emma, nos has defraudado—dice mi madre, sin más, y entonces entiendo qué es lo que ha pasado.
Flashback de la noche anterior. Snow POV.
Hoy ha sido un largo día. Estoy reventada. Solo quiero tumbarme en la cama y descansar. David y yo hemos pasado prácticamente todo el día fuera del castillo acompañando a Flora y Estéfano. Como hacía mucho tiempo que no venían por el reino tenían ganas de visitar los lugares donde David y Estéfano solían jugar de pequeños. Siempre han sido buenos amigos.
Me acerco a la ventana de mi habitación, desde donde se ve la entrada del castillo, apoyándome en ella. La imagen de Emma vuelve a venir a mi cabeza. Esta mañana Aurora nos ha dicho que se encontraba mal y cuando he intentado ir a verla ha dicho que no quiere recibir visitas. La verdad es que eso me ha impedido disfrutar plenamente de la pequeña excursión que hemos hecho.
Unos brazos rodean mi cintura desde atrás y al momento pequeño besos envuelven mi cuello. Sonrío ladeando la cabeza para dejar un pequeño beso en los labios de mi marido.
— ¿En qué piensas?—dice, apoyando su cabeza sobre mi hombro derecho.
— Ahora mismo en Emma... no me puedo creer que no quisiera verme...
— Es normal, cariño. Ahora tiene a su mejor amiga, quien seguro que le comprende perfectamente.
— ¡Pero yo lo hago también! ¡Y somos amigas!—noto su risita cerca de mi oído.
— Snow, nuestra hija se hace mayor... es normal...—vuelve a darme besos en el cuello, cada vez más cerca del oído. Cierro los ojos, disfrutando de la sensación.
David deja mi cuello unos minutos después, haciéndome girar para quedar frente a él. Veo de reojo una figura en la puerta del castillo y me separo de mi marido, dejándole con una gesto de frustración en el rostro.
Me acerco a la ventana de nuevo y no me puedo creer lo que veo. Mi hija entrando en el castillo.
— ¿Qué pas—las palabras se quedan en el aire cuando David se coloca a mi lado y ve con sus propios ojos la respuesta a su inacabada pregunta—No puede ser. Dime que no es Emma.
— Es Emma...—susurro, aún impactada por lo que estoy viendo. David suelta un gruñido y se dirige a la puerta de la habitación, dispuesto a encarar a nuestra hija. Le detengo antes de que lo haga— Cariño, es tarde. Mañana por la mañana hablaremos seriamente con ella.
Tras dos largos suspiros mi marido asiente, dándome un pequeño beso en los labios, y nos acostamos en la cama. El cansancio hace todo lo demás.
Fin del flashback. Emma POV.
— Papá, mamá, yo... puedo explicarlo...—mi madre mira a mi padre unos segundos antes de dirigirse a mí.
— Espero que tengas una buena explicación, jovencita.
— Y para que quede claro, sea cual sea tu excusa, estás castigada.
— ¡No, papá, por favor!
— Emma Nolan, nos has hecho creer que estabas enferma cuando ni siquiera estabas en casa. ¿Cómo pretendes que confiemos en ti ahora?—siento mis ojos humedecerse.
— Pero... necesitaba ver a alguien...—mis padres fruncen el ceño.
— ¿A quién?—dice mi madre esta vez. Suspiro.
— Su nombre es Killian Jon—antes de que pueda acabar la frase mi padre me interrumpe.
— ¿Estuviste todo el día con un desconocido? ¿En qué estabas pensando, Emma?
— ¡No es un desconocido!
— Bajad la voz. Chillando no conseguiremos nada. David, deja que tu hija se explique antes de decir nada.
— Como decía, su nombre es Killian Jones... No sé si os acordaréis pero bailé con él en mi cumpleaños...—noto mis mejillas teñirse de rojo. Hablar de esto con mis padres es muy complicado— Os dije que había ido a tomar un poco de aire y lo hice, pero él también—mi padre está apretando los puños, no quiero saber lo que saldrá de su boca cuando le toque hablar— No es lo que pensáis, de verdad. Él es un buen chico. Quizá no sea un príncipe pero es teniente de la marina de otro reino y eso es más que suficiente para mí—mi madre me sonríe— Y quizá no sepa tanto de él porque apenas le conozco pero lo poco que sé es que me trata como nadie lo había hecho nunca. Entiendo perfectamente que estéis enfadados conmigo y que me hayáis castigado y os prometo que no estoy orgullosa de haberos mentido, pero no me arrepiento de haber pasado el día con él.
Mis padres se miran sin decir nada. Mi madre sonríe de lado y él aprieta la mandíbula, intentando relajarse.
— Cariño... ¿estás enamorada de él?
— ¿Qué?—me esperaba cualquier cosa menos eso— No lo sé... creo que no... Pero me gusta—mis mejillas arden.
— Emma, si algo sabemos bien tu padre y yo es que contra el amor verdadero no podemos hacer nada. Si lo es, le aceptaremos tal y como sea—sonrío.
— Gracias, mamá—me acerco a abrazarle.
— Pero eso no quita que estés castigada todo un mes sin salir—dice mi padre, serio aún.
— Pero... Killian se va en una semana y no sabe cuándo volverá... ¿podré despedirme al menos?
— No—dice mi padre firmemente.
— David...—mi madre le sonríe de lado.
— No voy a dejar a mi hija sola con ese marinero sin haber tenido una conversación con él. Emma sigue siendo mi pequeña...—me acerco a él y le doy un abrazo también.
— Tranquilo, papá. Estaré bien.
***
Ha pasado casi una semana desde la última vez que vi a Killian. Seguramente ya se habrá ido a Neverland y no he podido despedirme de él. Vivo encerrada en mi habitación ya que mis padres no me dejan salir ni al jardín.
Aurora ha aprovechado estos días que yo he estado aislada para dirigirse al castillo donde residen los reyes que viajaron desde diferentes reinos para asistir a mi cumpleaños. Sé que habló con sus padres sobre Phillip, el príncipe del que está enamorada, y le dejaron ir a buscarle. Pese a que sus padres quisiesen casarle con otro príncipe, confiaron en el buen juicio de Aurora. Yo también lo haría, la verdad.
Así que seguramente mi amiga esté ahora confesándole sus sentimientos a su príncipe mientras yo estoy aquí, odiándome por mentir a mis padres. Si no lo hubiera hecho, podría haberme despedido de Killian. Ahora ya es demasiado tarde. Noto cómo mis ojos se humedecen y rompo a llorar.
El canto de un ruiseñor cerca de mi habitación me distrae y dirijo mi vista hacia la ventana de mi habitación. Me levanto y me dirijo hasta él. Abro la ventana y le acaricio. He heredado el don para los animales de mi madre. El pequeño pájaro se mueve un poco y veo que tiene algo atado a una pata. Lo cojo. Es una nota.
Bueno, aquí acaba el capítulo. Como ya dije, estoy en semana de exámenes —prácticamente estoy todo el curso así >.<— así que es posible que alguna semana no suba capítulo; pero prometo intentarlo. Iré sacando tiempo.
Espero que os haya gustado aunque no haya tanto CS xD No os olvidéis de comentar para hacerme saber si os gusta <3