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Llevo una semana fuera de mi Hacienda, por unas prácticas y gracias a Dios ya puedo volver a mi hogar, pues hecho demasiado de menos a mi familia pero sobre todo a mi padre.Estoy deseando llegar y poder salir a montar a caballo con el mientras me cuenta anécdotas de cuando era joven.
Las manos sudan por llegar ya, pues desde hace horas tengo una opresión en el pecho que no me deja ni respirar tranquila, es como si me dijera que algo está mal y es que están fuerte que llega hasta dolore necesito ver a mi familia ya y calmar mis estúpidos nervios.
Hecha una bola de nervios bajo del taxi una vez que ya ha aparcado cerca de la entrada y ha sacado mi maleta del maletero.
Siento un ambiente raro como triste ,pues ni siquiera vi trabajadores por los alrededores como de costumbre. Corro literalmente hacía la puerta, meto la llave en la cerradura y una vez ya la he abierto entro la maleta y ansiosa entró rápidamente también
- ¡Papa! - prácticamente grito, apesar de saber muy bien lo que esto le molesta a mi madre - papa - llamó otra vez en un tono normal al no obtener respuesta.
Antes de poner un pie en la escalera para buscarlo baja toda mi familia y si eso incluye a Fernando y Eva aunque mis padres no bajan.
-
abuelo - digo feliz mientras lo abrazó - os extrañe muchísimo a todos... - hablo entusiasmada y con una sonrisa de oreja a oreja, pero al ver sus expresiones de dolor me cayó - ¿Ocurre algo? - pregunto al ver que nadie habla.
- hay hijita - el lamento de mi abuelo me borra la sonrisa y pone un nudo en mi garganta - no sé cómo decirte esto - habla otra vez y Busco la mirada de Norma para intentar descifrar que pasa pero al ver como la aparta me imagino lo peor.
El ambiente se vuelve tensó y nadie se atreve a hablar y empiezo a desesperarme.
- tu padre, bernardo murió - la odiosa voz de mi cuñado llena el recibidor pero sus palabras hacen eco en mi cabeza una y otra vez durante varios segundos
Murio, murió.
Desconecto pero aún cuando mi mente no asimiló la noticia mis ojos ya están llenos de lágrimas.
Vuelvo a la realidad cuando siento unas manos en mis brazos, miro a Norma y me aparto de ella agobiada por mis emociones.
- no puede ser...no puede ser - miro el suelo mientras murmuró una y otra vez en alto pero más que nada para mí misma.
Miro las escaleras y las subo todo lo rápido que mis piernas me lo permiten tropezando en el camino por culpa de mis lagrimas que parecen no tener fin.
Abro la puerta en un fuerte portazo y un sollozó se escapada de mi al ver la cruda realidad.
El murió, el me dejó sola, el no estaría para mí más, el simplemente se fue para siempre
Miro en un punto fijo sintiendo que todo a mi alrededor se cae sobre mi, las rodillas me tiemblan y termino en el suelo dándole rienda suelta a mis lágrimas.
- hija - me llama pero simplemente no puedo ni mirarla - mirame porfavor - agarra mi mentón pero no puedo enfocar mis ojos en ella solo puedo llorar - respira, porfavor tranquilizate vas a tener un ataque de pánico hija - su voz la escucho lejana y la opresión en el pecho cada vez me duele más.
Empiezo a respirar entrecortada sintiendo como mi propio cuerpo me niega el paso del oxígeno es una sensación tan amarga pero al sentirme mareada no sé cómo actuar.
Siento una calor corporal y es cuando mi dolor se apacigua un poco, es Norma, su abrazó me consuela pero mi respiración sigue siendo irregular.
Necesito mi inhalador.
-
tranquila Eli...suhh estoy contigo pequeña - habla con calidez pero en este momento simplemente nada me consuela cierro los ojos intentando regular mi respiración - respira tranquila - me consuela y cuando siento que me aparta de ella abro los ojos para ver el inhalador, lo lleva a mis labios y pos tomas la agonía de no poder respirar desaparece.
Pero hay otra que tardara mucho en desaparecer...
•Al día siguiente•
Un día después, un día desolado y horrendo para la familia Elisondo, pero sobre todo para la hija menor de Bernardo , para la princesa del fallecido como el le decía.
Esa muchacha desconsolada sin encontrar refugio en ningún lado.
¿Y como encontrarlo?Si su padre había muerto, el que espantaba los monstruos de debajo de su cama cuando era pequeña ya no estaba, su consuelo cuando su corazón dolia.
Ella no entendía porque la vida era así porque le arrebataba a su padre cuando aún lo necesitaba con ella y es que la vida es así simplemente se lleva a la gente sin ningún vivo remedio.
Toda la familia se encuentra en sus asientos mirando al sacerdote dar comienzo al entierro de un ser querido para algunos de los presentes, las Elisondo mantenían la compostura delante de todos aunque alguna que otra lágrima solitaria saliera de sus ojos las gafas de sol lo ocultaban.
Pero la más pequeña de ellas rompía toda compostura, Elizabeth yacía de rodillas enfrente del ataúd de su padre mientras soltaba sollozos, importando le poco lo que los demás pensaran de ella y por más que sus hermanas tanto como su abuelo Intentaron que se sentará ella negó, ella se negaba a ocultar lo mucho que le dolía decirle adiós a la persona más importante para ella su padre.
- Iniciamos con el gran dolor que se siente por tan inesperada partida, pero con el consuelo de saber que el cielo ganó un alma justa - comienza el padre - como esposo, como padre y como ser humano fuiste un hombre ejemplar, alguien que cumplió cabalmente con todos sus deberes, derrochando amor y protección para todas aquellas personas que lo rodearon - hubo un silencio donde solo se escuchaba los pequeños sollozos de la muchacha que abrazada el ataúd donde yace su padre - descansa en paz mientras nosotros nos resignamos y esperamos el momento para reunirnos contigo - finaliza con una bendición apartándose.
Los enterradores caminan hacia el ataúd para enterrarlo pero para eso primero tenían que apartar a la muchacha que se negaba a separase de el ataúd.
- vamos Elí - su hermana Sarita intenta apartarla, y Elizabeth muy a su pesar se dejó apartar con los ojos inchados de tanto llorar para abrazar fuertemente a su hermana.
- el volverá a por mi... ¿A que si? - pregunta en un lío de voz pero con esperanza.
- ya está Elí, estamos contigo, ya veras que el nos cuidara desde el cielo - intenta consolarla su otra hermana Jimena una vez que Sarita la sentó entre ella y Jimena.
La que peor se encontraba de las muchachas asintió recargandose en Jimena viendo como enterraban a su padre.
•Horas depués•
Tiempo después el funeral finalizó y con ello la familia Elisondo volvió a su hogar para que cada quien pudiera asimilar como podía la pérdida. Pérdida que acababa de destrozar a otra muchacha al enterarse por un simple periodico que el amor de su vida murió. Dejándola desesperada por saber cómo ocurrió esa tragedia.
Y por culpa de malos consejos y personas codiciosas llegó a donde solo empeoraría sus sentimientos hasta enloquecer la.
- no se mueva - ordena la matriarca de la familia Elisondo arrastrando a una jovencita hasta su sala - no se mueva de ahí - vuelve a ordenar soltando la bruscamente - ¡Eva, Eva! - llama con urgencia, mientras la joven mira a su alrededor con lágrimas en los ojos abrazándose a si misma.
Cualquier que la viera se daría cuenta de cuando destroza y desconsolada de encuentra.
- si, señora - aparece Eva en la sala contestado a su llamado.
- haz el favor de reunir a toda la familia - ordena la mujer mayor sin dejar de mirar a la joven.
- ¿Ahora?- pregunta la sirvienta mirando confundida a la joven.
- si, llámalos a todos incluyendo a mi papá - dice Gabriela girando a verla - menos a Elizabeth, ella ya tuvo suficiente, y necesitó que se presenten ahora mismo - finaliza firme para voltear a ver a la joven otra vez.
Eva desaparece dirigiéndose al comedor, donde toda la familia se encontraba sentada en la mesa menos Elizabeth.
- disculpen que los interrumpa, doña Gabriela los necesita a todos en la Sala menos a la señorita Elizabeth - Eva llega interrumpiendo.
- ¿que ocurre Eva? - Jimena es la primera en preguntar.
- no lo se, pero lo mejor es que vayan inmediatamente esta muy impaciente - contestá y mira a Norma - y alguien esta con ella - finaliza.
- ¿alguien? - pregunta Fernando confundido.
Pero la pregunta se queda en el aire pues todos se dirigen a la sala.
¿que pasó mamá? - Norma pregunta entrando a la Sala - ¿quien es la señorita? - vuelve a preguntar mientras mira a la joven.
- enseguida se las presentó - le contesta su madre sin apartar la mirada de la muchacha - pónganse cómodos - y con eso todos se sentaron - bueno ya está toda mi familia reunida, ahora si se la puedo presentar - empieza la señora aún mirando a la joven Livia - estas son mis hijas : norma, Jimena y Sarita - presenta mirando a cada una a la vez que las menciona - hijas de mi inolvidable esposo Bernardo - habla remarcando la palabra esposo - tuvimos tres hijos mas, falta Elizabeth que se encuentra indispuesta por la pérdida de su intachable padre y dos más que desgraciadamente fallecieron al nacer- le informa a la muchacha con sus ojos vueltos en llamas.
Mientras la joven Livia simplemente quería salir, bastante era el dolor que tenía en su corazón por la perdida de su amor para tener que soportar la humillación por solo aver seguido su corazón
- este es Fernando Escandón - Gabriela lo presenta mientras se dirige a el - el esposo de Norma - la nombrada dio un gesto de incomodidad -como todos nosotros una persona intachable- términa de decir.
- ¿a que se debe esta presentación, Gabriela? No entiendo nada - interrumpe su yerno totalmente confundido.
- no te preocupes fernando ya lo entenderás - contesta simple y se dirige a su padre- y este hombre es mi papá, un militar retirado que quedó paralítico cumpliendo su deber - ahora se señala así misma - Y yo usted ya lo sabe soy la esposa fiel - ahora camina hasta la joven que se encoge aún más en su lugar - mamá dedicada a su hogar - los presentes allí se dieron una mirada confusa por la situación - y ante todo la dama que usted se esperaba encontrar.
- porque no terminas de una vez por todas con esta presentación ridícula - interviene don Martín al ver la incomodidad de la joven- y nos dices quien es esta adorable muchachita - pregunta poniendo sus ojos en la mencionada.
- no se los diré yo - contesta y zarandea a Livia - diles, diles quién eres muchachita, diles a que vinistes y porque - le dice de malas maneras. - ¡diles! - ordena al ver que la joven no tenía intención de hablar.
- yo no se que pasa con esta señorita mama, pero evidentemente esta muy nerviosa con todos nosotros.- interviene Norma arta de su madre.
- y así debe ser, porque ella creía que se iba a enfrentar solo a mi, pero lo que ocurre es que yo no oculto nada, dice llamarse Livia y que tuvo relaciones amorosas con mi esposo - confiesa al fin la matriarca impactado a todos los presentes.
- ¿que estupidez es esta señorita? Y si es una broma es de muy mal gusto - Sarita ataca mientras se levanta.
- y hay algo más, ella asegura estar esperando un hijo suyo ¿es o no es así Muchachita?- sigue avivando el fuego Gabriela.
- ¡las pelotas del marrano! - exclama Don Martín.
- mucho miedo y poca vergüenza. - insulta Gabriela.
Sarita y Jimena empiezan a negar diciendo que es una vil calumnia, mientras norma solo mira intentado averiguar algo en la actitud de la muchacha. Y mientras la familia Elisondo seguía avasallando a Livia Reyes, por solo decir la verdad, arriba en la habitación de Elizabeth, la mencionada esta al borde de la locura.
Y sin poder aguantar más se levanta de donde estaba acostada para buscar una medida contra su angustia.Rapido se dirige al botiquín de su baño y mirándose al espejo no reconoció a esa chiquilla que llenaba el lugar donde se encontrará de alegría si no alguien con una carga y un dolor angustioso.
Coge el bote de calmantes y sin medir, hecho un puñado en su mano para luego meterselas todas en la boca, con un gran vaso de agua se los tomó todas y cada una de ellas y por último se tumba en la cama abrazando una foto de su padre y ella esperando a reunirse con el.
Ella siempre supo que era una persona de sentimientos frágiles, pero su padre siempre estaba hay para ella, hasta para cualquier tontería y no podía imaginarse una vida sin el, por eso por muy loco que sonara prefiria irse con el. Lágrimas corrían por sus mejillas mientras abrazaba más fuerte el cuadro con un recuerdo bonito de su padre y ella.
Y es en esta situación donde recordó una frase que el siempre le decía.
"Siempre estaré para ti y cuando no lo pueda estar tu ya serás lo suficientemente fuerte para estar sin mi y también para ese entonces yo ya te abre visto cumplir tu sueño Princesa"
Pero no, ella no era lo suficiente fuerte y tampoco la vio convertirse una gran veterinaria. Así que no estaba preparada para estar sin el.
Mientras abajo en la Sala de estar, los Elisondo acabaron de echar a la pobre muchacha que solo decía la verdad destruyendo su vida, llevando a la muerte a una muchacha inocente, perdiendo el tiempo sin saber que igual su hermana e hija no lo tendría...
Lo que hizo la protagonista no está para nada bien todo tiene solución así que no tomar ejemplo, para nada es una buena salida
Bueno este es mi primer capitulo
¿Esta bien hecho? ¿Es muy largo?