Capítulo 16
La cucharilla con la que Brittany daba vueltas la taza de café resonaba en la cocina aquella mañana, se supone que lo había preparado para funcionar el día pero se había sumido en sus pensamientos una vez más.
Miriam entraba a la cocina como cada mañana y suspiró al ver de nuevo a la rubia como las mañanas anteriores.
Tenía trabajando con Brittany los últimos cuatro años, así que preocuparse por ella y por la pequeña Isabella era algo que no podía dejar de hacer.
Al parecer la noche de nuevo no fue para el descanso total de Brittany, pensaba la señora preparando una taza de café nuevamente para la rubia, Brittany estaba tan sumida en los pensamientos que no se había dado cuenta de su presencia.
-Si lo toma así no le gustará - dijo quitando la taza de las manos de la rubia - Aquí tiene, está caliente y con la cantidad de azúcar que le gusta.
-¿Qué haría yo sin ti, Miriam? Muchas gracias.
-¿Otra noche más sin dormir? Lleva varios días así desde que volvió de casa de su mamá. -le decía Miriam mientras sacaba las cosas para preparar el desayuno.
-Es algo sobre Isabella - La rubia decía preocupada, todo fue desde el día que vio a Santana y tuvo el desmayo - lleva semanas así despertando a mitad de la noche, llorando...
Aquel día cuando la niña llegó Brittany pudo notar como algo iba mal con ella, y por más que intentaba hablarlo Isabella se rehusaba a decirle que sucedía.
Brittany no quería pensar que la conexión y la confianza con Isabella podría estar fallando, su niña jamás le había ocultado nada, pero ya no sabía qué más hacer, Rachel estaba lejos y Quinn con mil cosas además del trabajo.
Miró su teléfono y sonrió al ver un mensaje de Santana, la noche anterior pasaron hablando por teléfono por horas y la latina se ofreció a ir por ellas en la mañana y llevarlas a la escuela , y después cuando decidieron dejar la llamada Isabella había despertado por una pesadilla.
-Miriam vendrá alguien para desayunar a casa, por favor puedes preparar tostadas y poner la mermelada de frambuesa.
-Pero a usted le gusta la mermelada de mora. -La señora la miró confundida.
-Si lo sé, pero esa es la mermelada favorita de Santana. -La rubia sonrió por segunda vez aquella mañana al mencionar a la latina -Iré por Isabella, si aún no estamos abajo le dices que puede esperarnos en el comedor.
Brittany subió más animada de lo que estaba minutos antes en la cocina, y con una sonrisa entró a la habitación de su hija, como era de esperarse Isabella aun seguía dormida y con el patito abrazado a ella y se sentó en la cama acariciando los mechones de pelo que caían en la cara relajada de la pequeña.
Santana quitaba la llave del auto después de haber parqueado frente la entrada del jardín de la casa de Brittany, respiro profundamente antes de bajar del auto y estaba nerviosa de nuevo, no era la primera vez que hablaba con la rubia en los últimos días y habían estado intercambiando mensajes para saber la una sobre la otra cuando no podían verse, recordaba cuando Patt le hace bromas por estar sonriendo a la pantalla y negaba riendo por la locura de su cuñada.
Frente a la puerta tocó el timbre y esperó unos pocos minutos hasta que una sonriente Miriam le recibió, saludó a la señora y pasó a la sala mirando alrededor para encontrar a cierta rubia, pero no había rastro de ella o la pequeña Isabella.
-La señora Brittany dice que puede esperar en el comedor - le ofreció Miriam, indicando el camino a la sala comedor - ¿Quiere café o jugo para acompañar el desayuno?
-Un café estaría perfecto Miriam, muchas gracias. -le sonrió amablemente a la señora después de tomar asiento en el comedor.
Isabella bajaba animadamente las escaleras de la mano de Brittany... aunque tenía una sonrisa en su rostro se le notaba como no había podido descansar bien y una vez más la rubia había hecho el intento de saber cuál era la razón de sus pesadillas o por lo menos le dijera que mostraban sus sueños, pero no obtenía respuesta de la niña solo silencio.
-Buenos dias, Santana. -Brittany saludo mirándola de arriba a abajo, la latina estaba completamente hermosa, cosa normal en ella. -¿Cómo estás?
-Buenos días Brittany... -de sus labios casi escapaba decir que ahora que la tenía frente suyo estaba perfectamente y ante ese pensamiento, sus mejillas estaban rojas. -Estoy muy muy bien, es que el día promete ser... hermoso. -la sonrisa en sus labios había llegado para quedarse, las dos chicas solo se miraban como si nada más estuviera en su entorno.
Isabella que había estado mirándolas quiso reír por la cara de tonta que Santana tenía al ver como veía a su mamá... se colocó frente a ellas y dando golpecitos con sus zapatos al suelo fue la manera que encontró en sacar a aquellas dos de esa nube en la que se encontraban.
-Buenos días Tana. -dijo cruzando sus brazos. -¿No me vas a saludar?
-Claro que sí, princesa. -Santana queria reir por ver a Isabella con sus bracitos cruzados y el ceño fruncido -Estaba saludando a tu mami, pero ya soy toda tuya. -extendió sus brazos para cargarla y la llenó de besos dejando a la rubia viéndolas con amor.
-Me tendré que poner celosa -Brittany las miraba reír a las dos y su corazón quería salir del pecho.
-Mami me puedes compartir con Tana.
La rubia sabía que la niña estaba pensando que su comentario era por ella pero en realidad lo único que su comentario significaba era que quería estar en la posición que su hija estaba ahora, recibiendo esos besos y abrazos de la morena.
-Claro, hay que compartir. -Santana dejaba a Isabella en la silla y se sentaba de nuevo, invitando a la rubia a sentarse a su lado. -Anda rubia, ven que se nos hace tarde, además tengo que demostrarle a Tasha que yo llego a tiempo a las cosas.
-¿Por qué? Siempre llegas a tiempo con Elizabeth
-Eso es porque Patt nos ayuda con todo, y deja las cosas listas y Tasha es muy mandona y nos manda a la hora exacta -Santana reía por su rutina en las mañanas. -Pero dijo que hoy estaría un poco... distraída y seguro llegaría tarde a llevarte, entonces le demostraremos que no tiene razón, me encanta cuando la dejo sin palabras. -Brittany dejó el café a un lado para poder reír por la competitividad de Santana y Tasha en todo, los últimos días pudo notarlo, y amaba que Santana siguiera siendo así.
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-¡Estamos aquí! -dijo Santana apagando el auto frente a la escuela y dio un vistazo a la hora -Cinco minutos antes.
-Deja de competir tanto con Natasha. -Brittany reía cuando Santana la miró y encogió sus hombros, la morena salió rápidamente del auto y fue directamente a abrir la puerta de la rubia y estiró su mano para ayudarle a bajar - ¿Me puedes ayudar con Isabella? Tengo que contestar un mensaje.
A lo lejos del auto veía como su hermana venia junto a su cuñada y su sobrina charlando animadamente, conecto la mirada con Tasha y sonrió orgullosa al ver que le había ganado y no tuvo razón en reprochar a Santana que había llegado tarde, Patterson reía porque la apuesta era que en la próxima noche de películas su mujer tenía que cantar cada canción que saliera y así hacer igual la escena, y sabía lo ridícula que Tasha se sentía con eso... pero ya pensaría en alguna forma de salvar a su esposa de ese martirio.
-Vaya... parece que alguien se equivocó conmigo... -decía de forma burlesca y Patt solo negaba sonriendo cuando se encontraron todas al fin.
-Basta, no quieres que Tasha llegue de mal humor a la oficina, hoy al parecer es un día movido para nosotras...
-No comenzamos a trabajar y el teléfono no ha parado un segundo -se quejaba la morena -creo que llegaremos un poco después de la hora de la cena. -le informaba a su hermana.
-Hoy cenariamos en casa de Brittany, llevamos días hablando sobre eso ¿lo olvidaron? -Santana les decía haciendo un gesto de desánimo.
-Ahí estaremos, te lo prometo. -Patt le sonrió a su cuñada -Tu hermana y yo tenemos algunas cosas como siempre, pero hoy es algo clave.
-Por más que quieras decirme no lo harás, eso lo entiendo. -decía Santana rodando sus ojos mientras acariciaba las mejillas de Elizabeth -Nos vemos esta noche.
Pov Brittany.
Deje mi teléfono después de unos minutos de estar contestando los mensajes que Rachel me había dejado esta mañana y había olvidado completamente por estar al pendiente de todo lo que hablaba con Santana, y no vi para nada el teléfono cuando veníamos en el auto camino a la escuela porque a Santana se le había ocurrido la maravillosa idea de poner modo karaoke para animar un poco la mañana y despertar un poco más a Isabella.
Veía a Elizabeth correr junto a Isabella alrededor de las chicas y me acerque al fin para poder saludarles, no podríamos estar mucho tiempo allí porque solo faltaban unos minutos para comenzar las clases, me hice al lado de Santana que al parecer estaba hablando sobre la cena en casa esta noche, estaba nerviosa por esto, no podía creer que de alguna u otra forma estaría con el amor de mi vida, nuestra hija y el resto de lo que sería nuestra familia.
Hasta hace meses tenía en mi mente la idea que jamás podría recuperar a Santana, o por lo menos tenerla a mi lado como tantas veces soñe desde que había desaparecido, me veía sola con mi pequeña Isabella, viéndole crecer y recordandome con todas esas pequeñas cosas que había sacado de su madre, pensando en quizás que jamás podría tener una respuesta en cuanto a Santana no estando en nuestras vidas se tratase.
Pero ahora estaba aquí, frente a mi hija la que ahora en este momento estaba abrazada a las piernas de su madre buscando protección de su prima, estaban jugando a atraparse y ahora el fuerte de Isabella para no ser atrapada era esconderse riendo mientras asomaba su cabeza de un lado a otro por las piernas de Santana, ¡Mi niña ahora tenía una prima! no estaba tan sola, mi corazón cada vez se sentía más lleno de felicidad al saber que mi pequeña bebé tenía una familia.
Tenía ahora a dos tías que estaban más que dispuestas a brindarle todo el amor del mundo, la forma en que Tasha había reaccionado cuando supo todo lo que su mujer había descubierto fue algo que no tenía precio.
Recordaba aún la cara de asombro que esa noche no se le iba a la latina, Tasha seguía mirando a Isabella en todo el rato que habían estado viendo la película, y aunque yo me encontraba sumida en mis pensamientos y mirando a Santana jugar con nuestra niña, también me daba cuenta de la morena frente a nosotras, con su cabeza apoyada en el hombro de Patterson y la pequeña Lizzie en sus piernas... estaba sin despegar la vista de Isabella y de Santana juntas, podía notar como esa chica que demuestra ser ruda y un poco fría con personas desconocidas, tenía su corazón derretido de amor al ver que su hermana tenía un pasado hermoso y también un futuro, a mi lado si así lo quería Santana.
Santana hablaba sin parar y yo no podía dejar de verla como pasaba siempre que estábamos juntas desde las últimas semanas, de a poco podía sentir como recuperaba a Santana y hoy por hoy podría decir que ahora éramos amigas, entonces en un tablero de tanto espacios iba avanzando uno a uno, y esperaba poder llegar al final de ese tablero justo como soñaba, con mi amada morena.
Narrador:
-¿Entonces nos vemos esta noche, brujita? - Santana susurraba a la rubia cuando le dio la espalda a su hermana y cuñada para no ver como se reían.
-Claro que si, estuve esperando por esta noche toda la semana ¿vendrás por nosotras a la salida? -preguntaba la rubia con una sonrisa enorme y sus mejillas sonrojadas.
-¿Quieres que venga por ustedes? -la ilusión en la voz de la latina era notable y tomar su mano fue un acto reflejo, no fue algo que pensó hacer... después de unos segundos se dio cuenta de aquello y antes que pudiera separar sus manos, Brittany le apretó un poco respondiendo con una sonrisa.
-Claro que quiero que vengas por nosotras, el día apenas empieza y yo quiero que termine solo por saber que te veré de nuevo.
-Entonces aquí estaré esperando por ti, te veo en la tarde brujita. -La latina se acercó a Brittany y dejó un beso en su mejilla, Santana se sentía la mujer más valiente del mundo por hacer eso, estaba nerviosa -¿Serás una niña buena? -se agachaba a la altura de Isabella, la niña asentía con una sonrisa y abrazaba a la morena.
-Adiós Tana. -Dejo un pequeño beso en su mejilla y se giró hacia las chicas que terminaban de despedirse de Elizabeth. -Adiós. -Corrió hacia ellas y le dio un abrazo a cada una, Brittany pudo ver a Tasha cerrar sus ojos con una sonrisa de tranquilidad al tener a su sobrina entre sus brazos.
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Aquella tarde la latina había estado al tiempo que había acordado con la rubia para ir por ellas, aunque la pequeña Elizabeth se había ido con Tasha que había pasado por ella para ir a prepararse para la cena de esa noche.
Después de salir por ellas las chicas pensaron que aun era temprano y podrían ir al parque por un helado y jugar un poco por la niña, asi podrian aprovechar el día soleado que estaba siendo aquella tarde, poco después de estar allí la idea de una película había caído en la cabecita de Isabella, pero salir de allí para esperar una función en el centro comercial más cercano no parecía algo que podría ser en ese momento, se les había ido un buen rato en el parque con la pequeña y ahora tendrían que ir a la casa para tener la cena lista y recibir a la hermana de Santana junto a Patt y Lizzie.
Al llegar a la casa Miriam las esperaba a las tres con una sonrisa y por supuesto merienda para tomar antes de comenzar con la cena, así que las tres terminaron en la habitación de la pequeña Isabella todas apretujadas en la cama con la niña en medio de las dos viendo una película de las tantas que la niña tenía en su pequeño estante.
La idea de ver Ratatouille por supuesto había sido de la rubia al decir que la película iba a corde con los acontecimientos de aquella tarde, riendo porque Santana decía que era incapaz de cocinar algo decente, que cuando la cena era su tarea del dia pedía comida en algún restaurante o solo hacia sandwiches para salir del paso, entre risas la rubia dijo que todos eran capaces, que la película de la ratita lo decía.
-Anda Santana, no seas flojita. -la rubia reía mientras terminaba de picar algunas zanahorias -Solo es picar esto así. -le explicaba.
-Yo me encargo de la salsa, si es solo dar vueltas con la cuchara. -mostraba la cuchara en su mano con una sonrisa y la rubia rodaba sus ojos de forma divertida.
-Tenemos que trabajar en tus habilidades de picar verduras, te haré una experta.
-¿Tu prometida sabía cocinar? -la sonrisa en el rostro de la rubia se había desvanecido y Santana pensaba en lo tonta que había sido en ese momento, cerró sus ojos pensando en que había fastidiado el momento e intentó disculparse pero antes que pudiera hacerlo la rubia la interrumpió.
-No, solo decía que si los restaurantes traían comida pues eso sería su solución. -recordaba la rubia la noche en que Santana había dicho aquello -Entonces cuando queríamos algo de comida casera, yo cocinaba mientras ella me miraba hacerlo con una copa de vino en sus manos...
-No quise ser entrometida...
-No lo eres, puedes preguntarme lo que quieras Santana. -Brittany dio media vuelta para ir al refrigerador y sacar unas cuantas cosas -¿Me ayudas con esto?
-Claro, ¿No se supone que Miriam estaría aquí? -la morena se acercaba a su lado pasando sus manos por los costados dejando a la rubia entre su cuerpo y la mesada haciendo que su respiración se cortara un poco -No es que me esté quejando... -el calor de la respiración de Santana tocó el cuello de Brittany y cuando la morena se alejó extrañó ese contacto.
-Ella está cuidando a Isabella... -Brittany recordó como Miriam había guiñado a Britt cuando vio a Santana darse vuelta para buscar un poco de agua antes de salir de la cocina -Dijo que nosotras podemos encargarnos de la cena.
-Entonces no podemos defraudarla ¿verdad? -sonrió coqueta.
Santana estaba dejándose llevar en el comportamiento en cuanto a la rubia se trataba, no quería cohibirse de nada, quería ser y actuar de la forma en que la rubia le provocaba y aunque en su mente siempre tenía la idea que le tocaba luchar contra el recuerdo del gran amor de Brittany, no se daría por vencida en ver cómo las cosas con aquella hermosa rubia se dieran.
-¿Quieres seguir contándome sobre ella? -la latina dudaba si seguir preguntando sobre la chica, pero no podía evitarlo... sentía que Brittany al hablar de ella le mostraba su ser al completo.
-Entonces... a esa terca no le gustaba cocinar...
-Cómo a mí... -dijo Santana riendo -Podríamos ser amigas.
-Mejores amigas... aunque con el carácter que comparten -la rubia decía divertida pero queriendo gritarle que no hablaba de nadie más, que hablaba de ella misma. -Cuando llegábamos tarde de trabajar... su mamá nos preparaba esos platillos deliciosos.
-Que lindo, entonces tu suegra es genial. -la latina seguía comentando animada mientras seguía dando vueltas a la salsa.
-Si, mi suegra me quería muchísimo, nos apoyó mucho también. -se acercó a ella y quitó la cuchara de las manos de Santana -Esto debe ser apagado ya... que su madre no esté más en este mundo es una de las cosas más duras que me han pasado...
-Lo siento mucho Britt. -La rubia dejó la cuchara a un lado lo que estaba haciendo y la miró quedándose congelada en el lugar, no podía creer lo que había escuchado.
La rubia aun estaba ahí mirándola, y Santana no sabía qué le pasaba... dio unos pasos hacia ella para preguntar si necesitaba algo, temía que algo como la última vez sucediera con ella, pero antes de poder reaccionar tenía a la rubia abrazándola fuertemente.
Sus brazos automáticamente se pasaron alrededor de Brittany rodeando su cintura y abrazándola de igual manera, con la misma efusividad con la misma fuerza.
Inspirando con fuerza el aroma dulce de aquella rubia que la tenía completamente hechizada bajo esa mirada de cielo que tenía.
Brittany pudo sentir como su corazón se juntó, eliminando algunas grietas que aun tenia al tener a su morena entre sus brazos de nuevo junto a ella, para Brittany no había imposibles ahora que tenía a su amor frente a ella y mirándola de la misma forma que lo hacía antes, incluso si esa cabecita la olvidó... podía sentir el amor de la latina por ella, seguía intacto... su Santana seguía ahí.
Sintió como la morena pasaba sus manos suavemente por su pelo mientras la abrazaba y sonrió porque era algo que Santana siempre hacía, no pudo evitarlo unas lagrimas estaban cayendo antes que fuera consciente de aquello.
-¿Te molesta que te llame de esa forma? -La morena preguntaba sin despegarse de ella.
-No, no me molesta -decía Brittany con sus ojos cerrados y su cara metida en el cuello de la morena mientras sonreía, Santana sintió como los labios de la rubia rozaron su piel al sonreír y tener sus labios tan cerca por el abrazo - Es solo... no se.
-Sea lo que sea, me gusta tenerte así... -Santana seguía dejándose llevar de su corazón.
-A mi me gusta también estar de esta manera -susurraba la rubia controlando un poco más para no llorar del todo. -Me gusta que me abraces Santana... ¿Lo harás más seguido?
-Yo haría todo lo que me pidas Britt... estas semanas juntas han sido muy lindas, disfruto mucho el tiempo contigo y la pequeña Isabella... quiero darte las gracias.
-¿Gracias? -la rubia estaba confundida.
-Por dejarme ser parte de la vida de Isabella como lo estas permitiendo -Brittany se separó un poco para mirarla a los ojos "Oh Santana, si tan solo supieras" -Esa niña hace que mi corazón siempre esté lleno y además si le agregamos tu compañía... no se si pensaras que estoy loca pero estar con ustedes me hace sentir que en mi vida no hay vacíos.
Santana acarició la mejilla de la rubia con una pequeña sonrisa al ver como Brittany la miraba con sus ojos llenos de lagrimas sin dejar de sonreír, le alegraba el corazón sentir que le daba felicidad a la rubia con sus palabras y dejarle saber el cómo se sentía... "Lo único predecible de la vida es que es impredecible" recordó la morena la frase en la película que horas antes habían visto juntas con Isabella, dándole sentido ahora en este momento con la rubia frente a ella, pensando en todas las noches que pensaba que no encontraría algo que hiciera que su corazón se acelerase de la forma en que lo hace cuando está con ella y con la pequeña Isa. |
-Sabes... ver películas con las niñas me ayuda a pensar mucho... y hace días vimos una con Elizabeth donde preguntaba qué sentía al dejarme llevar y cerrar los ojos... "Cierra los ojos, ahora olvida lo que ves. ¿Qué es lo que sientes?"
-¿Le diste significado ya? -la rubia preguntaba en un susurro.
-Espero hacerlo ahora, y que no me alejes. -contestaba segura pero aun con un poco de inseguridad en su interior -Quiero cerrar mis ojos y sentir como el tiempo se detiene dejándonos solas a las dos, y eso creo que puedo lograrlo con algo que tu puedes darme... -la cercanía de la latina era mínima susurrando cerca a los labios de la rubia. -Cierra los ojos y dime lo que sientes Britt... -dijo antes de colocar sus labios contra los de la rubia, volviendo de nuevo al abrazo sin dejar de besarla, con sus brazos alrededor de Brittany, sintiendo cómo llenaba cada parte de ella que sentía perdida, haciendo que Brittany sintió como su mundo estaba de nuevo puesto en marcha, sintiendo los suaves y delicados labios de la rubia al fin.