El Amor En La Última Vuelta

By tuESCRITORfantasma

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❀Dedicatoria❀ Para esos amores que están en nuestro corazón y que la mente no es capaz de soltar, para esos... More

⚠️Advertencias⚠️
❀ Dedicatoria ❀
꧁Prólogo꧂
꧁Capítulo 1꧂
꧁Capitulo 2꧂
꧁Capitulo 4꧂
꧁Capitulo 5꧂
꧁Capitulo 6꧂
꧁Capitulo 7꧂
꧁Capitulo 8꧂
꧁Capitulo 9꧂
꧁Capitulo 10꧂
꧁Capitulo 11꧂
꧁Capitulo 12꧂
꧁Capitulo 13꧂
꧁Capitulo 14꧂
꧁Capitulo 15꧂
꧁Capitulo 16꧂
꧁Capitulo 17꧂
꧁Capitulo 18꧂
꧁Capitulo 19꧂
꧁Capitulo 20꧂
꧁Capitulo 21꧂
꧁Capitulo 22꧂
꧁Capitulo 23꧂
꧁Capitulo 24꧂
꧁Capitulo 25꧂

꧁Capitulo 3꧂

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By tuESCRITORfantasma

Marlena's Pov:

Día de la carrera:

La carrera estaba terminando estaba terminando, estábamos todos en el Paddock viendo la carrera por grandes pantallas.

— ¡No! —gritó una chica con una chaqueta de Ferrari en una mesa distante.

Yo estaba comiendo un pedazo de pizza porque Max y yo había salido apurados de la casa sin poder desayunar por la hora en que habíamos amanecidos tirados en el sofá.

— Me preocupa Max —murmuré a Elliot que se encontraba a mi lado.

— ¿Por qué?

— No desayunó, casi no durmió y tenía un ánimo pésimo solo que no quiso demostrarlo. —argumenté mirando la pantalla atenta al número 1 que iba en la posición 5

— ¿Se podría dormir en la carrera? —un poco preocupado preguntó Elliot

— También podría desmayarse —avisó Mariana que se encontraba escuchando lo que hablábamos

— Y va a ser por mi culpa —dije poniendo mis manos en mi cara con pesar—saldré a tomar aire.

— Mira el lado bueno —mentó Lilith—Enzo y Carlos están en los dos primeros puestos

Ella tenía razón ambos habían dado una buena carrera, pero no podía quitarme el pesar de que Max estaba atrás y sin desayunar por mi culpa.

Comencé a caminar con pasos largos hacia afuera del local para tomar un suspiro en el aire libre.

Al salir miré a mi alrededor, estaba todo vacio se veía que aún se mantenía la carrera porque cuando acababa habían muchas personas aquí.

Volví a entrar después de unos minutos y Max Verstappen viene liderando la carrera con una ventaja considerable sobre sus rivales.

— Por dios, que bien —susurré para mi misma

Sin embargo, en la vuelta 18, cuando se acercaba a la curva 10, conocida como "La Caixa", algo inesperado ocurrió. Un coche de la mitad de la parrilla, que había tenido una mala salida, intentó realizar un adelantamiento arriesgado por el interior.

Max, consciente de su posición y del tráfico que se avecinaba, decidió defender su línea. En ese momento, el piloto que intentaba adelantarlo no logró frenar a tiempo y terminó chocando contra el lateral del Ferrari de Max. El impacto fue suficiente para desestabilizar el monoplaza, que se deslizó hacia el exterior de la pista.

Afortunadamente, el accidente no fue tan grave como podría haber sido. Max logró mantener el control durante unos momentos más, pero finalmente el coche se detuvo en la grava al borde de la pista. Al salir del monoplaza, Max respiró hondo y se pasó la mano por el cabello, visiblemente frustrado por lo ocurrido. Se dirigió hacia los comisarios para discutir el incidente, sabiendo que este tipo de situaciones son parte del deporte, pero siempre difíciles de aceptar.

El equipo de Ferrari rápidamente evaluó los daños, la carrera había terminado para el rubio.

—Tengo que ir a verlo —lo primero que pasó por mi mente fue lo primero que dije.

Salí corriendo del local con un poco de culpa y ansiedad en el pecho. La multitud comenzaba a dispersarse, pero aún había un buen número de aficionados que vitoreaban a los pilotos y discutían sobre el incidente. Sentí cómo el ruido de la carrera se desvanecía a medida que me acercaba al área de los garajes, donde los mecánicos y el equipo de Ferrari se movían rápidamente para evaluar los daños del coche.

Al llegar, vi a Max hablando con uno de los comisarios, su expresión era una mezcla de frustración y decepción. Me acerqué un poco más, tratando de no interrumpir la conversación, pero mi corazón se aceleraba al verlo así.

—Max —dije suavemente, y él se volvió hacia mí, su mirada se suavizó al instante.

—Marlena —respondió, su voz un tanto apagada—. No debiste venir aquí.

—No podía quedarme ahí sin saber cómo estabas —contesté, sintiendo que la culpa me invadía nuevamente—. Lo siento tanto, no debí dejarte salir sin desayunar.

Él suspiró, pasándose la mano por el cabello una vez más. —No es tu culpa. Esto es parte del juego. A veces las cosas no salen como planeamos.

—Pero te vi caer al suelo y... —mi voz se quebró un poco—. Me asusté.

Max sonrió levemente, una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. —Estoy bien, realmente. Solo es frustrante. Tenía una buena carrera en mis manos.

Miré a su alrededor, notando que el equipo estaba trabajando para llevar el coche de vuelta al garaje. La atmósfera era tensa, y podía sentir la presión que todos estaban bajo. —¿Qué vas a hacer ahora?

—Hablar con el equipo y ver qué podemos aprender de esto —dijo, encogiéndose de hombros—. No hay mucho más que pueda hacer.

—¿Puedo quedarme contigo? —pregunté, sintiendo que necesitaba estar a su lado en este momento.

—Claro —respondió, y aunque su tono era neutral, su mirada reflejaba gratitud.

Nos movimos hacia un rincón más apartado del paddock, donde podíamos hablar sin las distracciones del bullicio. Mientras observábamos a los mecánicos trabajar en el coche destrozado, Max comenzó a contarme sobre lo que había sentido durante la carrera, sobre cómo había intentado mantener la calma a pesar de la presión.

—A veces me pregunto si realmente vale la pena —confesó—. Todo este esfuerzo y sacrificio... para terminar así.

—Vale la pena porque eres increíble en lo que haces —le dije sinceramente—. No dejes que un accidente defina tu carrera ni tu valor como piloto.

Max me miró, y por un instante, vi un destello de esperanza en sus ojos. —Gracias, Marlena. Necesitaba escuchar eso.

La carrera continuó en la pantalla detrás de nosotros, pero en ese momento, todo lo que importaba era él y el apoyo que podía ofrecerle.

Narrador Omnisciente:

—¿Has visto a Marlena? —preguntó Enzo, su voz un poco más baja, casi como si temiera la respuesta.

—Sí, está justo allí —señaló Carlos hacia el grupo que se aglomeraba cerca del podio. Ella estaba sonriendo y aplaudiendo junto a otros amigos, y su presencia parecía iluminar el lugar. Enzo tragó saliva, consciente de que este era su momento para acercarse a ella.

A medida que se acercaba, pude ver cómo su expresión cambiaba; había una mezcla de nerviosismo y determinación en su rostro. Cuando finalmente llegó junto a ella, su voz salió un poco temblorosa.

—Marlena —dijo Enzo—. Quería agradecerte por estar aquí hoy. Tu apoyo significa mucho para mí.

Ella sonrió, sus ojos brillando con cariño. —Siempre estaré aquí para ti, Enzo. Estoy tan orgullosa de lo que has logrado.

En ese instante, la conexión entre ellos era innegable. Sin embargo, Marlena se mantuvo en su zona de confort; aunque apreciaba profundamente a Enzo como amigo, algo le impedía dar el paso hacia algo más. La tensión era palpable mientras él buscaba las palabras adecuadas. Ella no aceptaba que lo quería, de hecho ni siquiera lo pensaba, porque tal vez era así aunque nadie lo creyera.

—Hay algo que quiero decirte —comenzó Enzo, sintiendo cómo la presión aumentaba en su pecho—. Desde hace tiempo he sentido algo más por ti. Eres una persona increíble y…

Antes de que pudiera terminar, Carlos interrumpió con una broma ligera para aliviar la tensión: —¡Vamos! ¡No te pongas tan serio! ¡Estamos celebrando!

Marlena rió suavemente, agradecida por la interrupción. Aunque Enzo se sintió frustrado por no poder expresar sus sentimientos en ese momento, sabía que había tiempo para eso. La amistad que compartían era valiosa y no quería arriesgarla precipitándose.

(...)
— Max... realmente me tengo que ir —mentó la chica un poco triste fuera de la casa
Ya se habían despedido de todos y ella estaba intentando despedirse de Max porque él era el único que no iría al aeropuerto, los demás estaban en el auto impacientes esperándola.
— Marlena, ya vamos —gritó Mariana estresada por tanta espera
— Al menos dame un abrazo —ya rendido sedió a la despedida
Él envolvió sus brazos alrededor de la chica y olió su dulce olor por lor que estaba seguro no seria la última vez.

Meses después:
En estos meses pasados habían cambiado un poco las cosas. Alonso jamás había vuelto a responder a lo que Marlena daba gracias porque había comenzado a sentir cosas por Max ya que se veían seguido y pasaban mucho tiempo juntos.

A Elliot y Enzo los vió en una gala hace unos meses lo cual le agradó mucho solo sintió algo extraño al ver a Enzo con Patricia, Elliot le comentó que llevaban un mes y que se veían felices a lo que ella trató de ignorar y buscar otro tema de conversación; si algo nadie entendía era lo testaruda que podía ser Marlena, ni si quiera ella lo entendía a veces.

Mariana ya no se llevaba tan mal con Lando, y él de vez en cuando se aparecía en su puerta para darle una sorpresa.

Elliot había empezado a jugar en la Champion League algo por lo que estaba muy feliz, porque sí el casanova Elliot era futbolista y uno bueno.

Pero Lilith ella aún se quejaba de que estaba sola, aunque siempre ignoraba a los chicos que de le acercaban, como por ejemplo Elliot cada vez él se quería acercar más a ella.

Ahora se encontraba en la casa de Max tomando café después de una tonta pelea que él había comenzado por algo que se esforzaba en no aceptar, celos.

No, aún Marlena y Max no son novios, tampoco se han besado, bueno sí; una vez en una fiesta pero al estar borrachos decidieron hacer como que no pasó, ella no quiso ir muy rápido para tener su tiempo y porque al ser tan testaruda no aceptaba que había sentido alguna molestia al ver a Enzo con la otra chica.

— Marlena, por favor... acéptalo —trató de convenser el rubio a Marlena de esto que les contaba.

— No hay nada que aceptar, Max —replicó ella cruzando sus brazos.

Así es, era como una niña pequeña, cuando le dices algo que no le agrada se molesta.

— Bien —mentó él tirándose en el sofá

— Max —murmuró la rubia—no se por qué estamos discutiendo

— Tienes razón si no somos novios —aclaró el chico ya molesto.

Y tenía razón, pero a ella le molestó eso así que tomó su chaqueta encima del brazo del sofá y se marchó con largos pasos, él no fue tras de ella solo se quedó en el sofá pensando y mirando al techo.

(...)

La chica se encontraba en su cuarto con la cabeza en los pies de su mejor amiga encima de su cama.

— ¿Pero si te molestó ver a Enzo con novia? —aún curiosa preguntó la morena

— No.—argumentó roñosa

— Pero Max tuvo razón ustedes no son novios...

— Ya da igual, no quiero problemas ahora.

— Tienes razó...—y la voz de Lith fue interrumpida por el timbre de la casa.

— Yo voy —anunció la chica levantándose de la cama corriendo hasta la sala pars abrir la puerta.
Tomó el pomo lo giró y la cara casi le llegaba al piso.

¡Hola problemas!

— Esperé un abrazo no una boca abierta —protestó el chico en frente a ella.

— ¡Enzo! —mentó Lilith detrás de Marlena viendo al chico y mientras más de acercó a la puerta vio al otro chico—Y Elliot —murmuró mirando al otro

Ambos se encontraban con abrigos y gorras para no ser reconocidos.

— ¿Qué hacen aquí? —preguntó Marlena sorprendida.— ¿Y los trabajos?

— Estamos enfermos de un gripe terrible —fingió malestar sarcásticamente Elliot

Lilith's POV:

— ¿Marlena, estás molesta? —preguntó Elliot creyendo que ella estaba molesta con ellos por aparecer sin decir nada.

— No, no con ustedes.—respondió ella abriendo más la puerta para que pasaran— Adelante, es bueno tenerlos aquí.

Desde mi punto de vista era un poco difícil para ella al ver al chico por el que no sentía nada pero por el que sí sentía creía que sí.

Ellos pasaron y Elliot trató de abrazarme pero me escapé como pude, sin embargo Enzo y Marlena se estaban abrazando fuertemente en medio de la sala

— Siempre es algo bueno volver a verte, Marlena —murmuró Enzo con la chica en sus brazos.

— ¿Enzo? —preguntó Max en la puerta bastante serio por lo que estaba viendo.

— ¡Max, amigo! —disimuló Elliot con una sonrisa el momento incómodo

Marlena y Enzo se separaron, ella solo miró a Max como si nada hubiese pasado.

— ¿Te quedarás parado en la puerta? —preguntó Marla con una sonrisa esperanzadora

— Hola a todos —mentó Max aún con los ojos sobre Marlena.

Si me lo preguntan yo creo que ellos se ven bien juntos pero no me gustan como pareja.

Lo sé, todos aman como se ven pero yo he presenciado como mi amiga es a su lado y como es con Enzo... como la hace ser Max y cómo la hace ser Enzo, Max le da lo que ella quiere no lo que necesita. Eso lo entenderán pronto, no ahora.

— Dime que tienes un buen café italiano hecho —suplicó Elliot rompiendo las miradas de ambos rubios.

— ¿Los tórtolos están molestos? —susurró a mi lado con un tono perspicaz Enzo

— Enzo... —avisé con la mirada.

— ¿Ustedes cómo están aquí? —preguntó Max curioso

— Ehm... —Elliot con una tasa de café salía de la cocina y trató de contestar pero nada salió de su boca.

— Yo vine a... —Enzo se aclaró la garganta buscando respuestas

— Porque voy a inaugurar la nueva sede de Los Montana aquí donde seré una abogada de renombre—Marlena habló compartiendo una mirada cómplice con el ojimiel

— Felicidades —mentó Max alegre abriendo los brazo para abrazarla.

Ella lo abrazó y nos miró con una sonrisa, la cual yo entendí que ellos estaban a salvo porque ella se encargaría de que Max no se enterara.

El abrazo duró unos segundos más a lo que Enzo ignoró texteando en su teléfono, Elliot me miraba al igual que yo pero trataba de hacer cuando él no se fijaba.

— Me invitaron a un Club hoy en la noche —explicó Enzo—¿Les gustaría ir?

— Me parece bien —afirmé mirando a Marlena—¿Marlena?—pregunté invitandola a ir con nosotros.

— Me apunto.—habló Marlena sonriendo de boca cerrada

— Yo voy.—aceptó Elliot y luego miró a Max para no ser descortés— ¿Vas?

— Bien —el neerlandés aceptó

(...)

— Marlena, solo faltas tú —llamé a la puerta de Marlena que se encontraba aún en su cuarto—. Max está aquí.

— Adelante

Entré a su habitación y ella estaba con un vestido azul de tirantes pegado al cuerpo con algunos pliegues y unas botas de tacón negras al tobillo, un maquillaje simple solo un delineado marrón corto y unos labios rosa claro con gloss que se aplicaba justo cuando entré. El cabello estaba suelto y planchado.

— Te queda espectacular —acepté con una sonrisa.

— Como tú —habló mirándome

Yo llevaba un vestido verde claro de satin pegado al cuerpo también plisado un poco parecido al de ella, con unos tacones plateados. Llevaba de maquillaje un delineado pronunciado en negro y los labios con gloss. El cabello en una coleta alta.

Tomó su bolso negro al hombro encina de la cama y salió caminando, yo caminé detrás de ella hasta llegar a la sala.

— Que linda —murmuró Max casi sin mirar a mi amiga.

— Lilith y yo nos vamos en mi auto —comentó Elliot aguantando mi cintura por detrás de mi.

Me puse un poco nerviosa y mis mejillas se encendieron no puede creer que puede hacer esto solo porque acepté uno cuantos besos en España.

— No —negué mirando con desaprobación dando un paso hacia adelante.

Si alguien sabía como ponerme nerviosa sin enterarse era Elliot, si supiera que su sirena le temblaba el cuerpo de tan solo pensar en tenerlo cerca.

— ¿Ya nos vamos? —preguntó Max levantándose del sofá

— Vamos —se dirigió a la salida Enzo con un aire de pocos amigos casi chocando con Max.

— Max y yo nos vamos en su auto —avisó Marlena con una sonrisa de boca cerrada saliendo con Max

Nosotros también salimos y visualizamos el coche de Enzo nos apresuramos en entrar. Elliot en el copiloto y yo detrás. Los tres nos quedamos viendo como Marlena y Max se iban en el Ferrari azul oscuro del neerlandés.

— ¿Te pasa algo? —preguntó Elliot viendo cómo si amigo encendía el auto.

— No.

(...)

Ya llevamos un rato en el club Enzo, Elliot y yo estábamos en la barra mirando como Marlena bailaba, Max solo la seguía.

Me fijé en cómo Enzo la miraba, como si estuviera dispuesto a traerle el universo en una pequeña caja.

— Si no te acercas ella jamás sabrá que te quiere —murmuré mirando al pelicastaño

— No me gustan las chicas con novio—espetó el tomando de su bebida

— No es su novio —aclaró Elliot cantante

— Lo dice el que tiene novia

— ¿Patricia? —preguntó creyendo que hablábamos de ella

— Obvio

— No quieran saber por qué estamos juntos, fue solo un incidente de borrachera.

— ¿Qué? —pregunté bastante intrigada

— Ella dijo: "Somos novios" y yo respondí que sí.

— Qué relación de mierda —menté un poco impactada.—, hasta hace un rato creía que eran la típica pareja feliz.

— ¿Y si hacemos de cupido? —preguntó Elliot mirándome

— Cupido usa pañales porque la caga, no se entrometan —amenazó con la mirada el castaño.

(...)

— Bueno chicos...—trató de levantarse Enzo— me voy a casa. —se despidió con una mano y con la otra llevaba su chaqueta al hombro.

Iba a nuestras casa, Marlena y yo le habíamos avisado a los chicos que se podían quedar con nosotras, ellos se tardaron en decir que sí pero acabaron aceptando.






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