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Sorprendentemente el saber cómo iban a conseguir cada una de las gemas, a Ángela la mantenía ocupada. Con su mente enfocada y por primera vez, positiva.
Trataba de evitar de pensar lo peor y enfocarse en lo que todos estaban hablando y tratando de razonar. Era bastante interesante el saber como cada uno tenía una historia con cada gema sin saber lo que realmente significarían.
—¿Qué clase de doctor era?
—Una mezcla entre otorrinolaringológico y mago. —Su padre habló. Estaban él, Nat, Banner y Natasha en la mesa conversando.
—¿Otorrinolaringológico? —Ángela susurró a su padre mirándolo.
—Tiene una casa en Greenwich Village.
—Sí, ¿en la calle Sulivan?
—Mmh. En la calle Bleecker.
—Espera, ¿vivía en Nueva York?
—No, en Toronto. —Dijo Ángela con sarcasmo .
—Chicos. —Nat interrumpió. —Si eligen el año indicado, hay tres gemas en Nueva York. — Todos miraron a Nat pensando.
—No puede ser.
—Muy bien. Tenemos un plan. Seis gemas, tres equipos, una sola oportunidad.
"... Hace cinco años, perdimos. Todos nosotros. Perdimos amigos. Perdimos familiares. Perdimos una parte de nosotros mismos. Hoy tenemos una oportunidad de recuperar todo... conocen sus equipos, conocen sus misiones. Consigan las gemas. Tráiganlas de regreso."
—Solo un viaje de ida y vuelta. Nada de errores... ni segundas oportunidades. Casi todos vamos a un lugar que conocemos. No significa que debamos saber qué esperar. Tengan cuidado. Cuídense mutuamente. —Steve hablaba mientras que el pulso de Ángela de aceleraba. —Es la mayor pelea que enfrentamos.. y vamos a ganar.
Ángela sintió la mano de su padre apretar la suya mientras miraban al capitán. —Cueste lo que cueste.
—Es muy bueno para eso. —Rocket habló y Ángela rio asintiendo.
—¿Verdad?
—Ya lo oíste. Presiona esas teclas, Wazowski. —Su padre habló mientras Ángela exhalaba. —Por favor... ten cuidado, te lo pido. —Le dijo y acarició su cabello. —Lo ruego.
—Estaré bien. Lo prometo. —Ella lo miró y sonrió levemente. —Te quiero...
—3000 lo sé. Estoy celoso, de hecho. Morgan te lo dijo primero, es una ofensa. —Ambos rieron.
Ángela iría con Rhodes y Nebula.
Pues en 2012, en la batalla de New York, Ángela era una adolescente, no participó en aquellos tiempos y recordaba a Pepper haberla hecho dormir con pastillas para que no quisiera buscar a su padre.
Todos se habían posicionado en círculo, en la máquina con los trajes listos. Ángela estaba a lado de su padre y enfrente de Nat.
—Nos vemos en un minuto. —Les sonrió sintiendo como a cada uno el casco se les colocaba cubriendo su rostro. Ángela cerró los ojos nerviosa y exhaló cuando su casco se colocó.
Y en cuestión de unos segundos, se encontraba junto con Nat, Clint, Rhodes y Nebula en un planeta.
Ahora cada quién tenía su respectivo traje. El de Ángela estaba un poco más mejorado en cuestión de ser resistente a sus elementos, si era sincera, le gustaba y lo había extrañado.
—Chicos, rapidito. Vamos. Vamos contrarreloj. —Nat se apresuró para que salieran de la nave.
—Todo eso es de mucha ayuda. — Ángela rio y se acercó a Clint para abrazarlo.
—Cuídate. — Le susurró y apretó el abrazo. —Funcionará.
Clint la miró y sonrió levemente. —Lo sé, tengo esperanza. —La miró a los ojos sabiendo bien a los que se refería.
—Consigan la gema y regresen, no lo arruinen. —James habló haciendo que Nat se separara para dar otro abrazo a Ángela.
—Ten cuidado, ¿sí? — Nat abrazó a Ángela haciendo que ella asintiera y sonriera. —Va a funcionar. —Le susurró a Ángela sonriéndole levemente.
—Me cuidaré, abuela. —Rodó los ojos ante el apodo haciéndola reír.
—Cuídense entre ustedes. — James habló viéndolos meterse a la nave.
—Sí. —Nat asintió y se despidió por última vez.
La nave despegó haciendo que sólo quedaran los 3.
—Las coordenadas de Vomir están puestas. Lo único que tienen que hacer es no caer. — Nebula habló e hizo que Ángela sintiera por un segundo preocupación.
—Bueno, entonces... esperamos a que aparezca ese tipo Quill y nos lleva a la gema del Poder, ¿no?
—Vamos a refugiarnos. — Nebula habló. —No somos los únicos que buscamos la Gema en el 2014.
—Espera. ¿De qué hablas? ¿Quién más la busca? —James habló y Ángela frunció el ceño igual de confundida.
—Mi padre... — Nebula se giró a ellos lentamente. —Mi hermana... y yo.
—¿Y tú? — Ángela habló.
—¿Dónde estás ahora mismo? —Rhodes preguntó pero Nebula sólo calló haciendo que la siguieran. —Estoy un poco nervioso.
—No lo estés, papá te dejó encargado como mí niñero.
—Sí bueno, recuerdo que lo hice una vez, tenías como 8 años y fue una locura. — Exageró, porque realmente Ángela de niña era calmada pero muy astuta.
—Aquí nos quedaremos. —Nebula habló señalando una pequeña roca. — A esperarlo.
Los tres estaban sentados y callados esperando a Quill. Era algo tenso pues Ángela miraba a Nebula con la cara extraña y confundida.
—¿Todo bien? —Preguntó dirigiendo su mirada a ella. —Te ves...
—Sí. Estoy bien. — Su voz era como siempre sin expresión.
Había pasado un tiempo desde que estaban ahí.
Esperando a Quill, no estaba desesperada, pero la preocupación solo la hacía pensar en su papá.
—Hielo.
—Sí.
—Rayos.
—También. — Ángela susurraba enseñándole a Rhodes sus manos con sus poderes. —¿Algo más, James?— Preguntó burlona.
—Metal. —La oscura voz de Nebula los distrajo, ya que sólo había estado observando la demostración de Ángela.
Ángela sólo alzó su mano hacia James y en forma de burla, empezó a atraer el metal de su traje. —¡Hey! No. Detente. —Ángela rio y pudo jurar que Nebula un poco al ver como se quejaba.
—Hey. Shh. —Angela guardó silencio. —Siento algo. —Miró a sus lados concentrándose. —Calor corporal, es alguien.
—Es él. —Nebula avisó haciendo que se voltearan y miraran por debajo de una roca. Quill, quien apenas y había visto unos segundos hace cinco años, venía caminando con unos auriculares puestos. Los tres miraban como Quill bailaba.
—Entonces, ¿es un tonto?
—Sí.
Rhodes golpeó a Quill en el rostro sin hacerlo reaccionar ante su presencia. Nebula fue quien se encargó de buscar algún artefacto en él.
—¿Qué es eso?
—La herramienta de un ladrón.
Con una mano en llamas, Ángela iluminaba el camino y a Nebula de abrir una pared con la herramienta que habían quitado de Quill.
Cuando esta se abrió, se veía la Gema. Nebula fue la primera en intentar avanzar pero James la detuvo.
—Ahora es cuando salen púas... con esqueletos en las puntas y eso. — Rhodes dijo asustado.
—¿De qué hablas? —Nebula habló.
—Cuando interrumpes en "El Templo de la Gema del Poder"... habrá muchas trampas explosivas.
—Eso sólo pasa en las películas. —Ángela frunció el ceño. —Banner nos desilusionó acerca de las películas, ¿recuerdas?
—Dios mío... —Nebula ignoró y al igual que Ángela se adentraron hacia la Gema.
—Bueno. Continúen.
Rhodes caminó detrás de ellas, un poco más lento pero caminaba.
Ángela observó como Nebula sin pensarlo metía su mano hacia lo que parecía la Gema, pero al hacerlo, su mano empezaba a quemarse. Compartió una mirada con Rhodes cuando vieron eso.
—No siempre fui así. — Nebula habló después de un largo silencio, observando su brazo. Ángela había tenido intención de ayudar pero ella se negó.
—Yo tampoco. Pero trabajamos con lo que tenemos, ¿no? —Rhodes miró a Ángela y asintió. —Sincronicemos los relojes.
Ángela, Nebula y Rhodes se juntaron, con su muñeca arriba y con los dedos en los relojes. —Eso es muy Ben 10. — Angela susurró riendo.
—Tres, dos, uno... —Ángela cerró los ojos justo cuando el traje cubrió su cuerpo y su rostro.
En cuestión de minutos, había aparecido de regreso en el Complejo.
—¿Las consiguieron todas?
—¿Me estás diciendo qué esto realmente funciona? —Rhodes rio.
—¡Ángela! —Tony gritó buscando a su hija. —¿Estás bien?
—Sí, sí. ¿Tú? —Ella jadeó y sonrió levemente sabiendo que habían conseguido las gemas.
—Bien. Digamos que... hablé con tu abuelo. —Ambos rieron y ella lo miró confundida, pero volteó a la izquierda viendo a los demás.
—Clint. ¿Dónde está Nat? —La pregunta de Banner hizo que Ángela buscara con sus ojos a Natasha.
Sin embargo, el silencio y lágrimas de Clint hicieron que todos pensaran lo peor.
La poca estabilidad emocional que Ángela tenía, se desbordaba cada vez más y la esperanza se desvanecía.
Era impresionante la fe y confianza que Natasha tenía en ellos. Porque de alguna manera ella sabía que podía funcionar y confío en ellos para que el trabajo lo hicieran.
Ángela recordaba a Nat como una mujer guapa y con clase, cada que la veía, deseaba ser como ella a su edad.
Los mejores consejos de chicos fue por ella, los mejores consejos de moda, de cabello, de habilidades, fue por ella.
Natasha.
Sus lágrimas salían pero realmente era más su necesidad de pelear, de luchar y honrar su muerte.
—¿Sabemos si tenía familia?
—Sí. Nosotros. —Steve habló y Ángela sintió sus lágrimas bajar.
Se encontraba en el pequeño muelle, todos vistiendo negro.
—¿Qué? ¿Qué haces? —Thor los miró.
—Le respondo.
—No, actúas como si estuviera muerta. ¿Por qué actúas así? Tenemos las gemas, ¿no? Mientras tengamos las gemas... Cap, podemos hacer que vuelva, ¿no? Basta de tonterías, somos los vengadores. Recomponte.
—No podemos hacer que vuelva. —Clint interrumpió el ataque de Thor. Angela sólo los miraba mientras que sus lágrimas seguían saliendo.
—¿Qué?
—No se puede deshacer. No se puede.
Thor rio secamente antes de hablar. —Escucha, disculpa, no te ofendas pero eres un ser muy terrenal. Y hablamos de magia espacial... y "no se puede" parece muy definitivo, ¿no crees?
—Sí, sé que no estoy al nivel de ustedes. Pero igual ella no está aquí, ¿no? —Clint habló.
—No, a eso me refiero.
—No se puede deshacer. —Su voz se cortó. —O es al menos lo que el tipo rojo y flotante tenía para decir. Quizá quieras hablarle a él. Ve a buscar tu martillo y ve volando a hablar con él. —Gritó haciendo que Thor callara. —Debí haber sido yo. —Su voz se cortó. —Sacrificó su vida por esa maldita gema, arriesgó su vida por eso...
—Ella no va a regresar. —Dijo Hulk después de lanzar lejos la banca. —Debemos hacer que valga la pena. Debemos hacerlo.
—Lo haremos. —Ángela habló sin dejar de mirar sus pies.