chapter three: conociendo a Sam y sus chicos
or donde Elizabeth va a ver a su antiguo niñero.
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ELIZABETH ESPERABA EN el aparcamiento cuando notó un par de presencias frente a ella, así que apartando la mirada del libro que estaba leyendo observó a las cinco personas.
-¿Puedo ayudaros en algo?-Preguntó la rubia alzando una de sus cejas.
-¿Eres nueva, verdad? Soy Alice Cullen.-Dijo una chica con aspecto de hada.
-Sí, me llamo Elizabeth Swan.-Se presentó sonriendo levemente.
-Nosotros somos...-Empezó Edward.
-Los Cullen, lo sé, no os ofendáis pero todos os toman como dioses, os conozco.-Dijo Beth interrumpiéndole.
-Tu hermana se ha sentado conmigo hoy.-Dijo el castaño.
-Felicidades, ¿puedo hacer algo más por la realeza del instituto?-Preguntó Beth con burla.
-Nosotros nos preguntábamos si...-
Un carraspeo interrumpió a Alice, Elizabeth vio a su hermana melliza mover su peso de un pie a otro.
-Ya, la ronda de preguntas se ha acabado, lo siento, nos vemos.-
Beth subió a la camioneta, Bella no tardó ni cinco segundos en imitarla mientras los Cullen observaban a ambas mellizas interactuar dentro de su coche, los cinco tratando de escuchar su conversación.
-¿Qué querían?-Preguntó Bella calentándose las manos.
-No lo sé, presentarse supongo, ¿cómo ha ido tu día?-
-Ha sido horrible, pienso pasarme toda la tarde viendo películas, ¿me acompañas verdad?-
-Me encantaría pero papá quiere llevarme a ver a Sam y sus amigos.-
-¿Qué Sam?-
-Sam Uley, ¿recuerdas que solía ser mi niñero?-
-Sí que lo recuerdo, hace años que no lo ves.-
-Lo sé, pero así de paso veo a Jake y a Billy, no lo sé, me encanta La Reserva.-
-Siempre has tenido algo con Forks.-
Beth sonrió abriendo de nuevo su libro, eso era cierto, amaba Forks.
-Ahí tenéis la respuesta.-Dijo Edward recargándose en el coche.
-¿Sam Uley no estaba con Emily?-Preguntó Emmett curioso
-Sí, hay que descubrir que chucho anda detrás de ella.-Dijo Rosalie frunciendo el ceño.
-Creo que todavía no es un chucho.-Musitó Alice viendo al chico de pelo largo de sus visiones.
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Beth se sentó en la mesa bostezando mientras pasaba la página de su libro.
-Lizzie, quita el libro de la mesa.-Pidió su padre rodando los ojos.
-Señor, sí señor.-Dijo la rubia cerrando el libro.
-Os he pedido una hamburguesa vegetariana y una con doble de bacon.-
-Gracias papá.-Musitó Bella mirando sus manos.
-Oye, ¿qué te pasa?-Preguntó la de ojos claros observando a su melliza.
-Nada.-Masculló la castaña.
-Claro, crecimos en el mismo útero querida, está claro que te pasa algo.-Dijo Beth rodando los ojos.
-¿Huelo mal?-Preguntó entonces la melliza más callada.
-Oye, te dejé mi perfume hoy, ¿debo ofenderme por eso?-
-Elizabeth.-Pidió su padre antes de darle una mirada seria.
-Da igual.-Suspiró Bella cansada.
-Bella hueles bien, ¿algún chico te ha dicho algo? ¿O fue Jessica? Puedo partir todas las caras que necesites.-
-Preferiría no saber que andas agrediendo a otros adolescentes.-Musitó Charlie.
-No lo sabrás, lo juro.-
-Estoy bien, no es nada.-Dejó en claro Bella antes de zanjar la conversación.
La camarera, Cora, trajo las hamburguesas de los tres con una sonrisa.
-No me puedo creer lo mayor que os habéis hecho.-Dijo la mujer con una sonrisa.
Ambas mellizas sonrieron con amabilidad.
-Y además estáis muy guapas.-
-No me lo digas mucho, que me sube el ego.-Bromeó la rubia haciendo reír a Cora.
-Hola chicas, ¿os acordáis de mí?-Preguntó un hombre casi calvo.
-Por supuesto, Bella, él es Walylon, hizo de Papá Noel un año.-Afirmó Beth sonriendo al hombre.
-Esa memoria sigue siendo infalible por lo que veo.-Dijo Waylon riendo.
-No se me escapa nada.-Afirmó la rubia.
A Bella aquello no le molestaba, que todos recordaran a Beth más que a ella, eso le daba un respiro, además, Bella odiaba ser recordada, porque si lo fuera, estaba claro que sería por alguna torpeza que hubiera cometido.
-Anda deja que se coman sus hamburguesas, luego os traeré un trozo de vuestra tarta favorita.-Dijo Cora sonriendo.
-¿La de mora?-Preguntó Beth sintiendo su saliva resbalar por su lengua.
-Sí, vuestro padre sigue pidiéndola cada jueves.-Dijo la mujer haciendo reír a las mellizas.
-Gracias, nos apetece mucho.-Dijo Bella tímidamente.
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Charlie aparcó fuera de la casa de Sam y Emily.
-Bueno, ya estamos aquí, ¿lista?-
Elizabeth miró la casa durante unos segundos antes de asentir.
-Claro, vamos.-
-Oye, ¿crees que tu hermana está bien?-
-¿Te refieres a lo del olor o a Forks?-
-Forks.-
-Créeme papá, encontrará una muy buena distracción, Arizona es el pasado jefe.-
Charlie sonrió viendo cómo su hija subía las escaleras del porche y picaba a la puerta. Elizabeth observó cómo esta se abría y una chica morena apareció tras ella, era muy guapa, y sus ojos brillaban con dulzura, aquello opacaba los arañazos sobre una parte de su cara, su belleza interior ocultaba cualquier posible defecto.
-Debes ser Elizabeth, Billy Black nos ha hablado mucho de ti.-Dijo la desconocida.
-Esa soy yo, supongo que eres Emily.-
-Lo soy, ven, deja que te de un abrazo.-
Emily envolvió a la rubia, Elizabeth no pudo evitar rodearla de vuelta, porque amaba el cariño que la gente le daba, sea cual fuere, Elizabeth amaba el amor.
-Hola Charlie.-Saludó Emily cuando se separó de la chica.
-Hola Emily, me han llamado, ha habido un aviso de un oso, ¿te importa que Elizabeth se quede sola con vosotros?-
-Por supuesto que no, acabo de hacer magdalenas, y Sam puede acercarla a casa después.-
-¿Te parece bien cariño?-
-Claro papá, no te preocupes ve, y ten cuidado.-
-Siempre lo tengo.-
-Ya, tengo dudas de eso.-Dijo la chica riendo.
Charlie subió al coche patrulla y Emily y Elizabeth entraron dentro de casa, dónde se oían voces y risas.
-Chicos, Elizabeth ha llegado, comportaros.-Dijo Emily entrando en la cocina.
Los tres lobos la miraron en silencio, la chica tenía a su alrededor un fuerte escudo quileute que según las leyendas y grabados no había vuelto aparecer desde 1900.
-Elizabeth, has cambiado.-Dijo Sam tratando de recomponerse por lo del escudo.
-Bueno, es lo que conlleva el paso del tiempo, y eso.-Musitó balanceando su cuerpo hacia delante y hacia atrás.
-Soy Paul, y este es Jared.-
-¿Sois como una boyband? ¿O los tatuajes fueron un reto borrachos?-Preguntó alzando una de sus cejas.
Emily soltó una carcajada, Sam alzó sus cejas divertido y los dos lobos más nuevos sonrieron con burla.
-Más como la primera.-Dijo Paul palmeando una silla libre.
-Coge una magdalena cielo, estos tres comen como bárbaros.-Dijo Emily salvando un par para la chica.
-Muchas gracias, así que Sam, te recordaba más delgado y bajito.-
-Y yo con menos facilidad de hablar.-
-Es un arte que he tardado bastante en dominar.-Dijo Beth antes de morder el muffin de arándanos.
-Oye Beth, ¿conoces a alguien de La Reserva?-Preguntó Paul curioso.
Jared le pateó por debajo de la mesa, acción que Beth fingió ignorar, pero que apuntó mentalmente.
-A Jake, el hijo de Billy, somos amigos de la infancia, ¿por qué?-
-Curiosidad, solo eso.-Dijo Jared salvando el culo de su amigo.
Sam sabía que el escudo debía ser por algún lobo que aún no se había transformado, quizás por Jacob Black, tendría que hablar de eso más tarde con Billy.
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Cuando se hizo de noche Sam acercó a Elizabeth a su casa, pero el camino fue más interesante de lo que ambos esperaban.
-¿Por qué Paul preguntó aquello?-
Sam la miró de reojo antes de encogerse de hombros.
-No lo sé, a lo mejor le gustaste.-Mintió el alfa nervioso.
-Pues dile que no es mi tipo, tiene pinta de enfadarse con facilidad, y a mí me gustan dulces.-Dijo Beth sonriendo.
Sam rió negando divertido.
-Oye Beth.-
-¿Sí?-
-Mi casa siempre estará abierta para ti, cuándo lo necesites ven, ¿entendido?-
-Entendido, me ha gustado verte, y conocer a Emily.-
-Te va a coger cariño muy rápido, así es Emily.-
-Ya, cuídala, ella es preciosa, en todos los sentidos.-
Sam aparcó en la entrada de la chica, Elizabeth tomó su mochila del asiento trasero y miró a Sam por última vez.
-Sé que no fue por eso lo de Paul, está bien, entiendo que es secreto de boyband.-Dijo la rubia antes de bajar.
Sam vio como entraba en casa y la luz de la entrada se apagaba, vio como por la ventana de la cocina Elizabeth abrazaba a su padre y Charlie sonreía, y aún así, tan alejada, el escudo quileute desprendía una energía que casi te tiraba hacia atrás. Necesitaba encontrar de dónde venía.
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Elizabeth estaba tirada en su cama, leía Frankestein mientras sus cascos colgaban perezosamente de sus orejas agujereadas varias veces.
-Oye, es mamá.-Dijo Bella quitándole un casco a su melliza.
Beth tomó el teléfono a regaña dientes antes de colocarlo sobre su oreja.
-Hola mamá.-
-Beth, ¿cómo ha ido el primer día de clases?-
-Interesante.-Musitó la chica.
-¿Solo eso, interesante?-
Beth hizo un sonido de afirmación antes de soltar un bostezo.
-Oye mamá, estoy bastante cansada, ¿te importa que me vaya ya a la cama?-
-Claro que no, te quiero Elizabeth, de verdad que lo hago.-
-Necesito tiempo, ya lo sabes.-Susurró la rubia antes de colgar.
Dejó caer su cabeza sobre la almohada antes de que su teléfono notificara un nuevo mensaje.
Oye Beth, ¿nos vemos mañana? :) Jake
La rubia no tardó en teclear una respuesta de vuelta.
Por supuesto, nos vemos en tu casa a las cinco, perdedor ;) Beth