—Estoy oficialmente aburrida.– Dijo Hannah tirando su móvil sobre su cama como si ya no le quedara una sola red social por revisar.—¿Cómo puede ser que en esta ciudad no haya una fiesta un viernes a la noche? Somos los universitarios más aburridos del puto contienente-Dijo resignada
Estábamos en la habitación de Hannah las tres tiradas, cada una con una botella de agua. Sienna hojeaba una revista de moda y yo revisaba el mapa que tenía en la cabeza desde que volví.
—Tal vez no estás buscando en el lugar correcto –Respondí levantando la mirada mientras le guiñaba un ojo a Sienna.
Hannah se enderezó emocionada.
—¿Estás hablando de una fiesta?–Dijo sonriendo ampliamente
—No, no exactamente -Dije dejando que el misterio hiciera su parte.—Pero sí hay algo... divertido, algo que podrían conocer. Un pedacito muy especial de Malibu.
Sienna levantó una ceja y yo la miré. Lo captó al instante. Hannah en cambio, se emocionó como si la hubieran invitado a la alfombra roja.
—¿Es en serio? ¡Tienes que decirme ya dónde es!
—Es una sorpresa–Le sonreí burlona
Hannah corrió al vestidor para cambiarse. Eligió su outfit más glam, mientras yo me puse mí campera de cuero y mis botas negras. Sienna se detuvo unos segundos dudando si elegir algo de ropa de Hannah.
—¿Qué hay de ustedes? ¿No piensan arreglarse?–Dijo frunciendo el ceño mientras nos miraba a través del espejo
—¿Vamos a donde creo que vamos? -Me susurró mientras ambas mirábamos a Hannah
—No digas nada -Le guiñé un ojo divertida
—¿Por qué siento que me estoy perdiendo de algo? -Preguntó Hannah desde atrás, sin entender el subtexto entre nosotras.
—Porque te estás perdiendo de algo -Dijo Sienna con media sonrisa, disfrutando el juego.—Es el atuendo ideal para el lugar que vamos–Dijo burlona
—Espera... ¿Tú también sabes donde vamos? ¿Porqué yo no lo sé, Rae?–Dijo mirándome mientras fruncia el ceño
—Porqué es una sorpresa para tí–Dije sonriéndole—Ahora dame las llaves, yo conduzco–Dije teniéndole la mano
Hannah dudo unos minutos y luego accedio. Nos subimos al auto, el cielo estaba oscuro, apenas se veían algunas estrellas que apenas se animaban a mirar lo que estaba por pasar. En el trayecto Hannah no perdió oportunidad para hacer preguntas.
—¿Vamos a una fiesta privada? ¿A una playa?–Dijo emocionada mientras miraba ansiosa las calles—Sólo dime algo Rae..¿Voy bien vestida?‐Dijo preocupada mientras se miraba al espejo por décima vez en menos de cinco minutos
—Si, podría decir que es algo así como una fiesta privads. Es un lugar muy especial -Le dije sonriendo-. Donde vas a escuchar rugidos... pero no son de animales. Y si, vas hermosa.–Dije lanzandole una mirada tranquilizadora
Sienna soltó una risa y Hannah frunció el ceño.
—¿Qué?–Dijo cruzandose de brazos
—Nada. Ya vas a ver.–Dijo mientras apoyaba la cabeza sobre la ventanilla y sonreía
—No quiero ofenderte Rae....Pero ¿Quién demonios te enseño a conducir? Es decir....No estamos en una carrera o algo así –Dijo poniendo los ojos en blanco. Yo solo la miré de reojo y le sonreí.
Cuando doblé en la entrada del predio, las luces, el humo, el sonido de los motores y la mezcla de peligro con excitación llenaron el aire. Hannah abrió los ojos como platos.
—No, tiene que ser una puta broma. ¿Qué es esto? ¡¿Dónde estamos?! ¡Reaven, vámonos de aquí ya mismo!–Dijo en un grito mientras fruncia el ceño al ver el lugar en el que estábamos
—Tranquila, Hannie.–Le dije sonriendo mientras aparcaba el auto.—Ya estuve aquí y sabés que sé cuidarme y por supuesto también voy a cuidarlas.
Sienna en cambio, estaba fascinada con el ambiente.
—Esto es una puta locura. ¿Porqué no me habias traido antes?.–Dijo bajandose del auto mientras sonreía
—Ustedes dos están completamente locas–Dijo Hannah a nuestro lado mientras enganchaba su brazo con el de Sienna y el mío, cómo si así pudiera evitar que nadie la mirara.
Y ahí estábamos, las tres. En el corazón del caos. El submundo que una vez fue mi refugio. La música vibraba en el suelo. Las miradas se cruzaban con deseo, tensión, peligro. Era exactamente lo que necesitaba. Lo que estaba buscando desde que volví. Dax nos vio apenas llegamos, su ceño fruncido fue la primera reacción que ví. Jax me sostuvo la mirada como si pudiera leerme el alma.
—¿Qué carajo hacen aquí? -Preguntó Dax en un movimiento de labios mientras se acercaban a nosotras.
—Las traje a conocer un poco de la vida real, me parecía una buena experiencia educativa.–Dije cruzandome de brazos cuando llegaron a nuestro lado
Hannah me miró como si hubiera perdido la cabeza. Siendo honesta, la había perdido hace ya mucho tiempo.
—¿Dónde mierda me trajiste?-Dijo preocupada en un susurro
—Tranquila Hannie -Le repetí mientras le sonreia a Dax y Jaxon.
Sienna soltó una carcajada al ver las reacciones de Dax y Jax, quienes nos miraban a las tres con el ceño fruncido mientras se cruzaban de brazos
—Esto es... intenso. Me gusta–Dijo Sienna, provocandolos más
—Estás dos.....Están completamente locas, en fin. Ya nos íbamos ¿Verdad?-Dijo Hannah rapidamente al ver las caras de ambos chicos.—Este lugar está lleno de delincuentes, Lex. Por favor, larguemonos de aquí –Me dijo en un susurro al oído
—Hannah ya basta. Nadie nos va a tocar. Para eso están aquí nuestros amigos. ¿Verdad?–Dije lanzandoles una sonrisa burlona a ambos chicos.
—No. No somos los putas niñeras de nadie. Mucho menos de tres niñas imbéciles que se creen invencibles–Dijo Jax en un tono tajante.
—Te recuerdo, que la que tuvo la idea de venir aquí fui yo. Así que evita hablar así de mis amigas. Jaxon–Dije frunciendo el ceño.—Y Hannah, como te dije. Nadie va a hacernos nada. Después de todo....¿Quién va a querer causarle problemas a la última ganadora?–Dije burlona mientras miraba de reojo a Jax, quien estaba con su mandíbula tensa. Estaba furioso.
Hannah asintió, pero con la mirada aún encendida de preocupación. Jax y Dax, al ver que no íbamos a irnos, sin decir una palabra se dieron vuelta y volvieron a su lugar. Sienna y Hannah me miraban atonitas por lo que acababa de decir.
—¿De verdad sabés conducir motocicletas? -Preguntó Sienna, como si de repente eso la hubiera fascinado.
—¿Acaso no les conte hace ya unos días que le gané una carrera a Jaxon?–Dije sonriendo burlona mientras ponia los ojos en blanco.—Se hacer muchas cosas, andar en motocicleta es una de ellas. Aunque... no sé si lo hago tan bien.–Mentira, lo hacía mejor que la mayoría de aquí y se los iba a demostrar.
—Tenés que correr otra vez -Dijo Sienna sonriendo emocionada como si acabara de encontrar su nueva obsesión.
—No, no no. Ustedes dos están completamente locas–Interrumpió Hannah.—Esto no es un juego.
—No. No lo es, de echo ya corrí una vez -Dije sin filtros. sonriendo.—¿De verdad no me creyeron cuando les dije que había corrido.–Dije cruzandome de brazos mientras fruncia el ceño
—Espera ¿¡Qué!?.-Dijo Hannah en un grito.—Creí que era una puta broma. No puedo creerlo, Rae.
—Y...Ganaste -Agregó Sienna
Asentí. Lo que ellas no sabían aún... era que hoy iba a volver a hacerlo. Solo que esta vez, el juego ya no era solo correr. Era infiltrarme. Ganar. Vengarme. Y Jax, que me miraba desde lejos con esos ojos llenos de confusión, deseo y dudas...iba a ser mi entrada. Me giré hacia ellas.
—Bueno....Ahora ustedes se quedan aquí. Y lo digo enserio. No se muevan de aquí -Les señalé un rincón no tan alejado dónde varios yase agrupaban en círculos.— No se muevan, no acepten nada de desconocidos y no le hablen a nadie a menos que sea estrictamente necesario.
—¿Qué? ¿Por qué? -Preguntó Hannah mirando a su alrededor como si le fuera a caer una bomba encima.
—Porque este lugar no es un lugar cualquiera, Hannah. -Me acerqué un poco más a ellas.— Y aunque no les va a pasar nada, tienen que pararse con actitud, como si esto no les importara en lo más mínimo, como si pudieran prender fuego al mundo sin siquiera parpadear.
Sienna asintió. Hannah tragó saliva.
—Pero no se preocupen -Añadí sonriendo de lado.— Las estoy cuidando. No me voy a ir muy lejos... solo tengo que hacer algo.
Me alejé, ignorando la mirada llena de pánico de Hannah. Sabía que podía confiar en Sienna para que la mantuviera en su lugar. Al alejarme de las chicas vía Jax. Estaba cerca de uno de los autos masticando algo con la mandíbula tensa. Ni siquiera se inmutó cuando me acerqué.
—¿A qué mierda estas jugando, Lexi?-Espetó Jax antes de que pudiera decir algo.—¿Por qué trajiste a tus amigas?
—Quería que conocieran este mundo -Dije sonriendo, con la cabeza ladeada.—Despues de todo....Es mi mundo.
—¿Tu mundo? -Resopló, cruzándose de brazos.—Es la segunda vez que venís a este lugar, Lexi–Dijo poniendo los ojos en blanco
Lo miré fijo. Sin borrar mi sonrisa.
—El pasado no quita que no haya estado en lugares como este antes, las veces no definen la experiencia, Jax.
Hubo un segundo de silencio entre nosotros. Su mirada me analizaba con más profundidad de la que me esperaba.
—¿De dónde saliste?–Me preguntó acercandose a mí.—Y lo más importante.... ¿Qué mierda estás escondiendo?–Dijo en un susurro sobre mis labios
—Bueno Jaxon......Eso no te lo puedo contar -Dije en un susurro.—Pero lo que sí puedo contarte... es que necesito una motocicleta. Ahora–Dije mientras pasaba mi lengua por mi labio inferior
—¿Qué?–Dijo parpadeando rápidamente, como si por su mente estuvieran pasando mil pensamientos por segundo y estuviera aturdido.
—Una motocicleta.–Dije obvia mientras ponia los ojos en blanco.—Quiero correr.
Él negó con la cabeza al instante mientras fruncia el ceño.
—No. Ya corriste una vez, y fue suficiente. Ya demostraste que podías. Todo el mundo te vio, ya saben quién eres. Si querías hacerte notar, ya lo lograste.–Dijo cruzandose de brazos mientras se alejaba de mí
—¿Qué pasa?–Dije volviendo a aercarme a él.—- ¿Tenés miedo?–Dije riéndome provocadora
—¿Miedo? ¿De tí?–Dijo riendo con sarcasmo mientras colocaba sus manos en mi cintura y me acercaba a él. Todos nos estaban mirando, incluido Dax.
—Es obvio, de que le saque el trono. Rey de las carreras.–Dije riendo burlona
—No. No tengo miedo de eso. Quedó muy claro cuando me ganaste-Respondió con frialdad.—Tengo miedo de lo que pueda pasar si seguís metiendl donde no te llaman.
Su tono cambió. Más seco. Más tenso. Luego se quedó en silencio. La tensión se volvió espesa como el humo que flotaba en el aire. Después desvió la mirada.
—Sólo te digo que tengas cuidado.
Me quedé un segundo observándolo y luego ladee la cabeza.
—Entonces Jax....¿Me vas a conseguir la motocicle? -Le pregunté en voz baja.
Jax resopló, cruzando los brazos. Miro de reojo a Dax y me hizo una seña para que se acerque.
—Voy a ver qué puedo hacer–Dijo soltandome y alejándose.
—Sabía que ibas a decir que sí.–Le dije en un grito mientras se alejaba
Le lancé una sonrisa fugaz antes de alejarme, con el corazón latiendo a toda velocidad. Volví con las chicas. Mis botas resonaban contra el asfalto del lugar, entre el ruido de motores, gritos, música pesada y humo. Hannah me miró con los ojos como platos apenas me acerqué.
—Todo listo.–Dije acomodándome el cabello mientras me acercaba a ellas.— En unos minutos las voy a llevar a un lugar donde no se pueden mover. Ni un centímetro. Y me van a ver correr.
—¿Correr?–Hannah dio un paso hacia mí, como si no me hubiera entendido bien.—No, no, no. Estás loca. Lex, no. No puedes hacer esto.
La miré fijo y me acerqué hasta que estuve a centímetros de ella. Apoyé una mano en su hombro y le susurré cerca del oído
—Relajate, Hannie. Sé lo que hago. Y sabés que yo sé lo que hago.
Hannah temblaba mientras me miraba preocupada.
—¿Y con qué motocicleta piensas correr? ¿Tenés una escondida en el bolsillo?–Dijo cruzandose de brazos mientras reía sarcástica
—Tú tranquila -Respondí sin quitar la mirada de ella.—Me la van a conseguir.
Sienna que hasta el momento solo había estado observando el lugar como si fuera una película, se acercó con una sonrisa cómplice en los labios.
—Este lugar me encanta. Tiene algo... salvaje.–Dijo sonriendo
Le sonreí encendiendo un cigarrillo
—Lo sé. Es increíble, ¿no?
Hannah soltó un suspiro cargado de indignación.
—Si. Increíblemente peligroso, dirás. No puedo creer que estés haciendo esto. No puedo creer en lo qué te convertiste.–Dijo mirándome a los ojos
La miré. Fija. Fría.
—Bien. Ya basta, Hannah. Esta soy yo ahora. No existe más la chica del pasado. No existe más la niña rica que se preocupaba por agradar, tal y cómo lo eres tú. Esta soy yo ahora, lo tienes que aceptar.–Dije hiriente mientras me cruzaba de brazos
Ella no dijo nada. Solo desvió la mirada, apretando los labios. Tragándose su miedo, su decepción o lo que fuera que estuviera sintiendo. Sienna se cruzó de brazos y miró alrededor, fascinada por las luces, los motores rugiendo, el caos vibrante que envolvía el lugar. Yo me quedé parada en el lugar, fumando. Dejando que el humo quemara lo poco que me quedaba de cordura.
Unos minutos después, ví a Dax aparecer entre la multitud. Caminaba con expresión dura, cargando un casco en una mano y detrás, un chico empujaba una motocicleta negra mate, con detalles en rojo fuego. Me miró sin decir una palabra y me tendió el casco.
—Espero que esto te sea suficiente.–Dijo seco mientras le hacía señas al chico que dejara la moticicleta a mi lado.—Y dijo Jax que ya te lo advertió
Tomé el casco con una sonrisa torcida, me acerqué un poco y le respondí en voz baja, con la mirada encendida
—Gracias, Dax. Eres más útil de lo que creía.-Dije dándole un rápido beso en los labios para luego guiñarle un ojo. Si. Lo estaba provocando
Él no dijo nada. Sólo se quedó ahí viéndome, como si quisiera decir algo más... pero no se animaba a decirlo.
Me giré hacia las chicas.
—Ahora sí. Síganme. Las voy a llevar al mejor lugar para ver cómo se corre de verdad.–Dije sonriendo
Mientras caminaba hacia el centro del caos, con el casco en la mano y el alma en llamas, solo pensaba en una cosa: Hoy voy a dejar mi marca... y no van a poder borrarla jamás.
—Ya saben. No se mueven de aquí-Les dije, girándome hacia Siemna y Hannah que aún seguía horrorizada con el lugar. Las luces neón del lugar pintaban sus rostros de tonos rojizos, violetas, como si ya estuvieran dentro de un universo ajeno al real.—No hablen con nadie que no sea yo. Y si alguien se les acerca, mírenlos como si no les tuvieran miedo. Aunque se estén muriendo por dentro.–Dije en un susurro
-Rae... -Susurró Hannah aferrándose a mi brazo.—Esto no es una puta broma. Tengo un mal presentimiento.
Le acaricié la mejilla y sonreí como si tuviera el control de todo, aunque adentro mío todo se estuviera cayendo a pedazos.
—Va a salir todo bien, ya vas a ver.–Dije guiñandole un ojo
-Vamos Hannah- Dijo Sienna visiblemente emocionada—¡Mira lo que es este lugar! Es otra dimensión. Ella sabe lo que hace. Y si no, igual va a ganar. Estoy segura de eso–Dijo mirándome mientras me sonreía.—Ahora vé, yo la cuido–Dijl guiñandome un ojo
Le guiñé un ojo a Sienna y le tiré un beso al aire a Hannah mientras me alejaba con mi casco en mano, dirigiéndome hacia el punto de partida. Mis botas hacían crujir la grava bajo mis pies. El aire estaba cargado de humo, adrenalina y peligro. Un cóctel que me sabía a hogar. Y entonces, lo vi. Apoyado contra su motocicleta, fumando un Blunt con los brazos cruzados y esa mirada que me hacía arder la piel. Jax. Me acerqué, deteniéndome a un par de pasos. Él alzó una ceja, con esa media sonrisa ladina que me sacaba de quicio.
—Y bien.....¿Qué tal esta tu motocicleta?–Dijo con su voz rasposa y grave.—Es lo mejor que pude conseguir, luego no te excuses cuando pierdas.–Dijo mirándome a los ojos mientras sonreía burlón
—Bueno.....No me puedo quejar, se ve bastante bien -Le contesté sin dudar mientras miraba la motocicleta que tenia a mi lado con una sonrisa tan provocadora como peligrosa.—Tranquilo, no voy a necesitar excusarme por nada. Voy a ganarte.....Otra vez– Dije sacándole el blunt de su boca para luego darle una calada.
—Es obvio que te deje ganar–Dijo poniendo los ojos en blanco.—Necesitas mucho más para ser considerada para sacarme el trono.–Dijo en un susurro provocador
—¿Tú dejándome ganar?Entonces será mejor que de lo mejor de mí esta noche–Dije acercándome a él.—Aunque siendo sincera....Creo que ya demostré que si quisiera, podría sacarte el lugar a tí y a todos–Dije sobre sus labios
Nos quedamos mirándonos. El mundo podía explotar a nuestro alrededor y ninguno se movería. La tensión era tan palpable que hasta el humo del ambiente parecía más denso entre nosotros.
—Te lo voy a preguntar una vez más, Lexi. ¿Quien mierda eres? -Me preguntó su voz bajó a un tono más oscuro, casi íntimo.
—¿Yo? Sólo soy una simple chica que tuvo que luchar por su vida en los lados oscuros de Londres y bueno.....Ahora de Malibú.–Dije acercándome un poco más, lo suficiente para que pudiera oler el perfume de mi cuello.—Otra cosa....Me gusta ganar. Me pone de muy buen humor. ¿A tí no?
—¿Ganar?–Dijo riendo mientras colocaba sus manos en mi cintura y me atraía a él.—Más bien... a mí me gusta dominar.–Dijo en un susurro seductor en mi oído para luego dejar un casto beso sobre mi cuello. Joder.—¿Alguna vez te dijeron que hueles exquisitamente bien?–Dijo alejándose de mi cuello para mirarme a los ojos
El calor subió a mis mejillas, pero no lo dejé ver. Solté una carcajada baja, sin apartar los ojos de él.
—¿Dominar? Qué palabra tan....Masculina. ¿Estás tratando de impresionarme?–Dije sonriendo provocadora.—Porque siendo honesta....Lo estás haciendo.–Dije mordiéndome el labio inferior
—¿Tratando de impresionarte?–Dijo riendo seco.—Sólo quiero ver hasta dónde estás dispuesta a llegar con tu estúpido juego de provocarme
—Voy a llegar hasta donde sea necesario. Y esto no es un juego para mí -Susurré acercandome tanto que nuestras respiraciones se mezclaron y nuestros labios se rozaban peligrosamente.— ¿Y tú? ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?–Le dije mirándolo a los ojos
—Hasta que te arrastres por mí‐Dijo dándome su mejor sonrisa. La malditamente seductora.
Tragué saliva. Me odié por el nudo que me provocó esa frase. Por lo mucho que lo deseaba y lo poco que podía permitírmelo.
—Suerte en la pista, Jaxon. Créeme la vas a necesitar–Dije frunciendo el ceño mientras me soltaba de su agarre y me dirigía a mi motocicleta
—Suerte para tí, Nena. Aunque al contrario de lo que creés tú, yo tengo la certeza de que no la necesitar.....Si no terminás en mis brazos esta noche.
Me alejé sin decir nada. No podía darle más. No todavía. Subí a la motocicleta, me coloqué el casco y me acomodé para la largada. No sin antes acelerarla y mirarlo de reojo a Jax, para luego darle un guiño de ojo seductor. Detrás del casco mis labios sonreían.
La guerra estaba empezando y ya no podía volver atrás.
Arranqué la motocicleta con la seguridad de quién sabe que puede incendiar el mundo si así lo desea. Jax ya estaba en su lugar. Sentí su mirada clavada en mí cuando me acomodé los guantes y cuando subí lentamente la visera del casco, dejando al descubierto mis ojos por última vez. Lo miré, miró y luego me susurro solo para que yo pudiera entender.
—Nos vemos en la meta, Nena
No respondí. Al menos no con palabras. Aceleré mi motocicleta haciendo rugir el motor como si acabara de aceptar un desafío silencioso. Una sonrisa casi imperceptible se formó bajo mi casco. La multitud alrededor empezó a enloquecer. El chico con la bandera roja se posicionó frente a nosotros. Los motores rugían, los flashes se encendían, las luces parpadeaban. Mi corazón bombeaba adrenalina pura. Pero justo antes de que todo comenzara, los pensamientos me asaltaron como un relámpago.
Ace. Papá. Mi yo de antes. La niña rica que vivía en una mansión de cristal. La que lloraba por las noches. La que no sabía pelear, ni correr, ni resistir. Negué con la cabeza. No. Esa ya no soy yo. Esta soy yo. El chico bajó la bandera. Y la carrera empezó.