La charla con tu médico y tu terapeuta se extendió por algunos minutos más, nos dieron consejos de como encarar el tema con vos, como contarte las cosas de manera que no te impacte de mala forma. La idea de darte mi diario para que leas les pareció acertada, ya que contiene bastantes detalles de todo lo que nos pasó y de como me sentía yo en esos momentos. A partir de ahí sólo quedaría responder cualquier duda que te genere lo leído, y enfrentar juntos lo que sea que el destino nos deparara.
Cuando estuve en la puerta de la habitación te encontré de salida, sentado en una silla de ruedas acompañado por una enfermera que me comunicó que te llevaban a hacer un encefalograma y otros estudios más rutinarios para tener un diagnóstico más amplio de tu estado. Así que simplemente me quedé sólo en la habitación esperándote, deseando que todo salga bien y pronto te dieran el alta.
Mientras te esperaba aproveché para llamar a mis padres, ellos siempre te tuvieron muchísimo cariño y no tenían ni idea de todo lo que estaba pasando. Al contarles pasaron por diferentes reacciones, primero alegría al saber que nos habíamos vuelto a comunicar, luego tristeza por el desafortunado accidente. Les conté cuáles eran los pasos a seguir para tu recuperación y nos enviaron sus mejores deseos, también me hicieron prometer que en cuanto estés mejor iríamos a visitarlos.
Cuando te regresaron a la habitación estabas algo cansado así que te ayudé junto con la enfermera a acomodarte y te hice caricias para ayudarte a dormir. Sabía que cuando despiertes iba a ser el momento de empezar a explicarte un poco todo lo sucedido.
Unas horas después la enfermera te despertó porque era hora de la merienda, así que te incorporaste en la cama a comer mientras yo te hacía compañia.
—kookie ¿porqué no fuiste al departamento mientras yo dormía como marmota? Me dijeron los doctores que si todos mis estudios dan bien me van a dejar seguir la recuperación en casa pero por las dudas me gustaría enviar esa bendita columna—
—Jiminssi... emm no sé por donde empezar sinceramente pero voy a tratar de hacerlo lo mejor posible— dije mientras pensaba como contarte tantas cosas que habían pasado o al menos una parte.
—Ay no me digas que ya me echaron Kookie— tu hermosa carita se frunció preocupada.
—No, no bebé nada que ver no te asustes... a ver... para que te quedes tranquilo con el tema del trabajo sólo te voy a decir que ya no trabajas más para la revista hace bastante tiempo... años en realidad— frunciste aún más la frente no entendiendo absolutamente nada —Jiminssi estás atravesando un cuadro de amnesia por eso no entendes nada de lo que digo— tus ojos se abrieron como dos platos.
—¿Q-qué?—
Traté con toda mi mejor voluntad de encontrar las palabras más claras y suaves para explicarte.
—Este no fue tu primer accidente, hace unos años tuviste un accidente muy grave en auto, y a causa de eso tuviste amnesia. La cicatriz de tu cabeza es de ese accidente y se abrió nuevamente cuando el auto te embistió hace unos días—
Mientras yo hablaba podía notar en tu cara la incertidumbre, llevaste la mano que tenías sana hasta tu cabeza que todavía seguía vendada. Tus ojos empezaron a ponerse brillosos y supe que necesitabas apoyo. Así que retiré de encima tuyo la bandeja donde tenías lo que quedaba de la merienda y me senté a tu lado. Tomé tu mano y la bajé para que se entrelace con la mía.
—Mirame bebé... no tengas miedo, todo lo que quieras saber o no comprendas te lo vamos a contar. No estás sólo Jiminssi— apretaste fuerte mi mano y vi como una lágrima corrió por tus rosadas mejillas.
—Entonces... ¿perdí mi memoria? Pero yo se quien soy, recuerdo todo...—
—Lo que tuviste fue amnesia psicológica, en aquel entonces bloqueaste partes de tu vida para protegerte de sentimientos que te hacían mal. Y ahora los médicos suponen que quizás estés atravesando algo similar o simplemente sea temporal y vuelvas a recordar todo de a poco como pasó antes— podía sentir las gotas que chocaban en mi mano, no era un llanto desgarrador sino más bien lágrimas que te ayudaban a procesar la información que estabas recibiendo.
—Los médicos y tu terapeuta personal, la que te viene ayudando hace meses creen que lo mejor es contarte todo, no dejarte confundido así que soy uno de los indicados para ayudarte—
Levantaste la cabeza y me miraste, a pesar de tener algo de tristeza también podía reconocer amor y confianza en tu mirada.
—No tengo dudas de eso Kookie... quiero saber que pasó, contame todo lo que creas que es importante para mi—
—Tengo que ser sincero con vos, vivimos muchas cosas durante estos últimos años y muchas de ellas no fueron agradables... Pero es necesario que las sepas todas Jiminssi para que puedas tomar la decisión que creas mejor para vos—
—¿decisión? ¿qué decisión tengo que tomar?—
Suspiré profundamente, tenías que saber que no estábamos juntos actualmente y aunque estaba casi seguro que íbamos a arreglamos esa noche tenía que dejarte saber todo lo sucedido y que seas libre de elegir una vez más si querías o no estar conmigo y que intentemos otra vez estar juntos.
—Esa noche que te atropelló el auto era la primera vez que nos veíamos después de casi 10 meses... estábamos separados Jiminssi—
Tus ojos se abrieron sorprendidos.
—¿Nos separamos? Por eso no tenías la llave... ¿sigo viviendo en el mismo lugar?—
—Si bebé, vos seguís en el departamento pero yo no, yo vivo con un amigo que se llama Yoongi—
—No me acuerdo de él... ¡aish que frustrante!— me reí bajito.
—No lo conoces en persona Jiminssi, así que eso no es culpa de la amnesia— me miraste y una leve sonrisita salió de tu boca dándome un poco de tranquilidad.
—Tengo algo para darte que quizás te pueda ayudar, espero que asi sea —me levanté y busqué dentro de la mochila mi diario. Volví a sentarme a tu lado y lo puse en tu regazo.
Lo tomaste e inspeccionaste por fuera.
—Es mi diario, cuando nos separamos yo empecé terapia y mi psicóloga me pidió que escribiera todo lo que nos había pasado. Nunca estuvo en mis planes que lo leas, pero al parecer ahora puede llegar a servir. Lo escribí pensando en vos todo el tiempo Jiminssi... Y supongo que cuando lo leas te va a ayudar a saber que fue lo que pasó entre nosotros... —
Lo abriste automáticamente con intención de leerlo y sinceramente me sentí completamente desnudo ante vos.
—¿Lo vas a leer ahora?— pregunté atónito.
—¿Puedo?— respondiste.
—¿Querés que te deje sólo para estar más tranquilo?—
—Quiero que estés conmigo... es más ¿me lo podes leer vos?— preguntaste poniendo esos ojitos de cachorro que me pueden. Y obviamente aunque sabía que iba a ser difícil para mi leer todo eso también lo iba a ser para vos escucharlo y era lo más justo que lo hiciéramos juntos. Si íbamos a pasar esta prueba era importantísimo que aprendamos a compartir todo, tanto lo bueno como lo malo.
—Claro que si bebé, si querés que te lo lea es exactamente lo que voy a hacer. Es muchísimo así que cuando te sientas cansado o sea demasiado avisame y paramos. Nadie nos está apurando y quiero que sea lo más suave posible para vos ¿si?—
Asentiste con tu cabeza y te corriste a un lado de la cama haciéndome lugar para que me acomode.
—Veni Jungkookie, si son cosas difíciles de enfrentar quiero que estés cerquita y que me abraces cuando este sensible—
Juro que iba a estallar de ternura cuando terminaste de hablar. No había nada en el mundo que yo quisiera más que estar abrazado a vos y ayudarte a recuperar pronto.
Nos acurrucamos lo mejor posible dentro de lo que tu yeso nos permitía y con un nudo en la garganta empecé a leer.
Las primeras páginas eran intensas, porque yo no estaba bien en ese momento y todo mi dolor y pensamientos estaban plasmados ahí. Podía sentir como te aferrabas más fuerte a mi cuerpo cuando leía cosas dolorosas.
Después de un rato paré.
—¿Estás bien? ¿querés que lo dejemos por hoy?— te pregunté preocupado porque sea demasiada información.
—quiero seguir escuchando—
—Si tenes alguna duda podes preguntarme Jiminssi—
—¿conozco a Yeri?— dijiste automáticamente.
—Si la conoces... de hecho la viste está mañana— volteaste a verme sorprendido.
—Esperá... Yeri... Yeri... ¿la enfermera?— asentí con mi cabeza.
—La misma, ella trabaja acá y cuando pasó lo del accidente fue a la primera que llamé para que me ayude—
—Ahh... bueno seguí leyendo Kookie—
Así pasamos varias horas, anocheció y no parecías cansarte. Cada tanto preguntabas sobre algunas personas que yo nombraba en el diario. Por ejemplo Hobi y te avergonzaste un poco al darte cuenta que lo habías tratado como un desconocido.
—Ay pobre lo saludé re seco... pensé que era un novio de Nam— reíste tentado.
—Jajaja no no bebé, ya vamos a llegar a esa parte no te preocupes—
Por suerte lo estabas tomando todo bastante bien, algunas cosas te causaban mucha risa por ejemplo cuando te leí la parte en donde me desmayé en el club. Para mi había sido super dramático en aquel momento pero ahora leyéndolo mucho tiempo después tenía que admitir que seguramente había sido un poco cómico para las demás personas que nos rodeaban.
Paramos cuando te trajeron la cena y yo salí a buscar algo para comer en la cafeteria. Obviamente volví y cenamos juntos, vos robándome casi toda mi comida con la excusa de que la del hospital era muy fea.
Seguimos leyendo por unas cuantas horas más, nuestras primeras citas y encuentros románticos te hicieron poner algo colorado y no pude contenerme tenía que besarte esas mejillas redonditas. Vos fuiste más allá y me besaste en los labios. Dejamos el diario a un lado por un momento para dedicarnos exclusivamente a mimarnos y besarnos. Al parecer no importaba cuantos años pasen ni cuantas amnesias sufras seguíamos siendo adictos a los labios del otro.
—Te amo Jiminssi... tanto que no encuentro las palabras que puedan describir lo que siento cuando estoy con vos—
Sonreiste hermosamente, de esas sonrisas que llegan hasta tus ojos y yo tanto disfruto.
—No busques palabras... no hacen falta porque yo siento exactamente lo mismo por vos Kookie, te amo con todo mi corazón—
Decidimos dejar la lectura para el día siguiente, ya estábamos algo agotados. Así que te ayudé a acomodarte cómodamente para que duermas y yo me acosté en un pequeño sillón que había en la habitación. No quería dejarte sólo por la noche, si necesitabas ir al baño o algo tenías que tener ayuda y yo quería estar para hacerlo.
Al día siguiente me sorprendí al despertar y ver a Yeri sacudiéndome otra vez.
—¡Volví Jk! ¿me extrañaste?— traía su uniforme y la bandeja con tu desayuno Jiminssi.
Te despertó muchisimo más suave y delicadamente que a mi, y cuando te incorporaste en la cama ya más despierto te dirigiste a ella.
—¿Yeri no?— ella se sorprendió y me miró algo desconcertada.
—Si Jimin, soy Yeri, te traje el desayuno, estoy de turno por todo el día de hoy—
—¿te puedo abrazar?—
Mis ojos y los de Yeri casi se salen de sus cuencas. Obviamente ella dijo que si y al acercarse la abrazaste lo más fuerte que pudiste dentro de lo que tu brazo te permitió.
—Gracias... gracias Yeri— pude escucharte claramente aunque lo dijiste despacio.
—Gracias por estar para Jungkook cuando más lo necesitó—
Yeri se emocionó al escucharte y inevitablemente sus ojos se aguaron. Te correspondió el abrazo con la misma intensidad y los dos compartieron algunas lágrimas.
—No tenes que agradecerme nada, él me ayudó a mi también muchísimo Jimin, creo que nos conocimos en el momento justo para ser lo que el otro necesitaba—
Como no podía ser de otra manera también lloré. Verlos así genuinamente dándose apoyo y palabras de cariño fue algo increíble.
—¡Ay no ya hicimos llorar a Jk! Ahora bancalo vos lleno de mocos— Yeri como siempre aprovechando para molestarme y buscarme pelea. Te reíste tentado y me hiciste señas para que me acerque a ustedes.
Nos abrazamos los tres juntos y la cálida sensación que tuve en el pecho no tiene descripción, por fin podía disfrutar de las personas que amo sin temor a malos entendidos o problemas.
—Bueno chicos, yo tengo que seguir ayudando otros pacientes, me alegro que me hayan visto... los dejo tranquilos— nos tiró un beso desde la puerta y se fue.
Nosotros dos nos quedamos disfrutando ese abrazo por todo el tiempo posible. Nos sentíamos felices y contenidos como nunca antes. Saber que no habías sentido ningun rechazo hacia ella me terminó de confirmar que ya no eramos los mismos de antes y que esta vez todo estaba bien.