Un cuerpo para dos.

By Ada-Moon

3.5K 672 52

La familia López esconde un secreto. La adolescente Rayilunsel tiene miedo a mostrarse tal y como es, pero d... More

Sinopsis:
Advertencias:
Personajes:
Prólogo:
Capítulo#1 La bebé en el bosque.
Capitulo#2 La escuela.
Capitulo#3 Mi tío Dominick.
Capitulo#4 El beso.
Capitulo#5 La transformación.
Capitulo#6 Naturaleza Depredadora.
Capitulo#7 ¡Sangre!
Capítulo#8 De regreso.
Capitulo#9 Recuerdos.
Capitulo#10 Encuentro con Derek.
Capitulo#11 Confundida.
Capítulo#12 Una amiga.
Capítulo#13 Luna llena.
Capítulo#14 Aterrada.
Capítulo#15 Necesito tiempo.
Capítulo#16 ¿Familia?
Capitulo#18 Impactada.
Capitulo#19. La pelirroja.
Anuncio importante:
Capitulo#20. Te odio.
Anuncio importante
Epílogo:

Capitulo#17 La mordida.

110 24 4
By Ada-Moon

Sentí pasos subiendo las escaleras, se detuvieron frente a la puerta, tocaron suavemente con los nudillos.

—Adelante.—dije.

—Hija, baja a almorzar.

Era la voz de mi madre. ¡Todavía me llamaba hija!, aunque podía ser por costumbre, aún así se sintió bien.

—Un momento.

—No demores. Te estamos esperando.—continuó diciendo detrás de la puerta cerrada.

Mi madre no entró en cambio sentí sus pasos de retirada. Almuerzo en familia. Creo que seguía siendo parte de esta familia. Me animé, había estado muy deprimida.

Me lavé la cara. Quería borrar las huellas de mi llanto. Me maquillé un poco, solo para iluminar mi rostro. No quería que me vieran demacrada. Bajé con rapidez. Al llegar al comedor estaban los tres sentados, espérame. Me miraron en silencio. Caminé un poco insegura, estaban sus caras muy serias. Jalé mi silla cabizbaja y me senté.

—Tú tío nos contó que es lo que te gusta comer—habló mi padre algo cohibido.

Miré lo que tenía en frente. Sabía lo que era de antemano. Desde mi cuarto puedo distinguir y diferenciar todos los olores.

—Sí, Dominick me conoce bien.

—No le digas Dominick, es tu tío.

Me regañó mi padre tomándome por sorpresa.

—¡No lo es!—recalque.

Todas las miradas recayeron sobre mí, me sentí intimidada.

—Creo que metiste la pata.

—¡Silencio Leyla, no estoy para tí!

—Okey, me callo.

—Ahora que sabes que no eres nuestra hija biología, ¿no nos consideras tú familia?

Mi madre se veía muy dolida.

—No es eso mamá, ustedes siempre serán mis padres, yo los amo.

Estaba temblorosa, no sabía que decir o hacer.

—Entonces el problema es ¿solo conmigo?

Sí, es contigo Dominick, no te acepto como mi tío porque me gustas. Quise gritar pero me contuve. Ya era más que suficiente con la confesión de esta mañana como para echarle más leña al fuego.

—Es solo que mi tío nos dejó por mucho tiempo y aunque regresó aún estoy resentida.—dije en cambio.

No era del todo una mentira. Estaba resentida aún por su larga ausencia. Eso justificaba un poco mis duras palabras o eso creía.

—Tú tío tuvo demasiado trabajo, se encargó solo de su vida, no es justo que lo trates así—lo defendió mi padre.

—Está bien, lo siento—respondí conciliadora.

Creo que era lo más oportuno. Dominick me miraba con un gesto de dolor. No podía entenderlo. Por un lado me ignoraba y por otro parecía demasiado sensible a mis palabras.

—Comamos—ordenó mi padre.

¿Cómo me iba a comer esta carne sin agarrarla fuerte y meterle los dientes? Tomé un cuchillo y me dispuse a cortarla pero no calculé mi fuerza y el plato se abrió en dos mitades.

Alcé mi vista cohibida y me encontré tres pares de ojos mirándome fijamente.

—Lo siento, está muy dura.—me disculpé apenada.

Parece que hoy iba a ser el día de mis disculpas. A pesar de que ellos se estaban esforzando por aceptarme, yo simplemente no encajaba.

—Come como gustes, no somos extraños para que conserves tus modales.—sonrío mi madre alentadora.

—No quiero que me vean como si fuera un animal.—admití.

—Somos tu familia, no pensaremos mal de ti hija.—aseguró mi padre.

—Come como ya te he visto antes.—me animó Dominick.

Con tanta comprensión de parte de todos me entró ganas de llorar. Los ojos me picaban, no me pude contener y me rajé en llanto. Metí mi cabeza entre mis manos para ocultarme de sus miradas y la recosté a la mesa. Sentí que arrastraron una silla y luego unos pasos acercándose a mí. De pronto unas fuertes manos me tomaron por los hombros, me incorporaron y sin saber ni cómo sucedió, estaba mi cabeza descansando en un pecho sólido. Mientras unos cálidos brazos me envolvían.

—No llores así pequeña, estoy aquí para tí. Siempre estaré, lo prometo. Jamás me volveré a marchar.

Escuchar a Dominick decir esas conmovedoras palabras mientras me abrazaba, parecía increíble. ¡Me   sostenía sin ningún temor! Esto era más de lo que podía soñar.

Poco a poco me calmé, me sentía tan reconfortada. Saber que le importaba hasta el punto de consolarme con su cuerpo y sus palabras era demasiado adictivo.

—Ya pequeña, no llores más, vamos a comer en familia.—expresó mi madre con cariño.

Dominick me apartó con delicadeza y me guió de vuelta a mi puesto. Pese a todo estaba feliz. Seguía teniendo una familia.

***

Llegué a la escuela, el bullicio matutino siempre me molestaba, aún cuando los lunes era menos intenso que el resto de la semana. Era evidente que el comienzo de la semana de clases, después de dos días de descanso, era pesado para todos y la mayoría estaban desanimados.

Entre el ruido fui capaz de distinguir una voz muy especial para mí.

—¡No! No más, ya basta por favor.

Era la voz de mi amiga Jandiara. Nadie más podía escuchar su súplica pero yo sí.

—Esto te lo buscaste tu misma por ser amiga de ese fenómeno, te lo advertí y no escuchaste. Tenías que alejarte pero eres testaruda, espero que ya lo hayas entendido, no quiero tener que volver a enseñarte a obedecer...

Corrí a toda velocidad en dirección de las voces. Podía escuchar la respuesta burlona de Katerine, también las risas y vitoreos de sus compañeras.

—¡Son unas malditas. Me las voy a comer vivas!

Leyla estaba ciega de irá, nunca la había sentido así.

Llegué al lugar y la escena que ví me nubló la razón. Tenían arrinconada a mi amiga contra la pared y quemaban su piel canela con cigarrillos. Por su actual estado había sido muy golpeada antes.

Me abalencé sobre ellas sin previo aviso. Una mano impidió que mordiera mi objetivo. Quería devorar a Katerine. Una chica se atravesó y mordí su brazo. El sabor metálico de la sangre me tomó por sorpresa. El grito de horror generalizado me devolvió a la cordura. Abrí mi boca y dejé escapar a la víctima. ¡Me había transformado por completo!, me lo confirmó la sombra de un lobo gigante reflejada en la pared. Las chicas salieron corriendo como almas que llevan el diablo.

Jandiara calló de rodillas aterrada, incapaz de moverse y escapar como las demás. La pobre estaba demasiado lastimada. Por instinto me acerqué y lameé sus heridas con cariño. La pobre temblaba como una hoja abatida por el viento.

Se acercaban personas al lugar así que salí corriendo. Estaba muy asustada pero eso no evitó que me sintiera bien en esta forma. Me metí en el área del parque y me escondí detrás de unos arbustos. Volví a mi forma humana. Estaba perdida. No tenía ropa. El alboroto pronto se extendió. Oía todas las voces y los ruidos desde mi escondite. La mayoría  hablaban sobre un enorme lobo. El sonido de las sirenas de una ambulancia captó mi atención. Seguramente estaba aquí para trasladar a la chica que mordí y a mi amiga. No era mi intención hacerle daño a nadie aunque esas chicas se lo merecían. Lo que le estaban haciendo a mi amiga era inhumano.

Me escabullí hasta el área del gimnacio, por suerte nadie me vió. Rompí la cerradura de mi taquilla y saqué mi ropa de educación física. Cuando terminé de vestirme salí. Me dirigí al lugar en donde habían estado lastimado a mi amiga.

—Estudiante, deténgase.

Lo hice, estaba asustada. El corazón se me quería escapar del pecho.

—¿Usted a visto a algún animal?

Las palabras del hombre uniformado me paralizaron.

—Tranquila, nadie sospechará de nosotras. ¿Quién creería que nos convertimos en lobo? Es absurdo para los demás.

Leyla tenía razón. Me calmé.

—No oficial, no he visto a ningún animal.

—Está bien, puedes marcharte, se suspendieron las clases por este día. No comprendo que haces aún por aquí.

—Disculpe señor oficial, ya me voy.

Emprendí mi camino hacia la salida, con disimulo recogí los pedazos de mi ropa de uniforme e íntimas a mi paso. De último encontré mi mochila. Sus asas estaban rotas pero su contenido estaba intacto, era un alivio. Durante el camino de salida varios oficiales me detuvieron para pedir información. Les contesté al igual que al primero. Cuando al fin tomé mi bicicleta y me alejé respiré aliviada.

—Por poco y nos descubren, !que susto!

—Lo dices o lo preguntas.

Sonreí, después de un golpe intenso de adrenalina el cuerpo se siente bien. Voté en un contenedor los restos de mi ropas.

—Tenemos que tener más cuidado, hoy salió bien pero otro día quizás no correremos con la misma suerte. No te hagas adicta a la adrenalina.

Advirtió Leyla. Ya estaba de vuelta la voz de la razón. Hice una mueca de desagrado.

Tomé mi teléfono del bolsillo de mi mochila rota y marqué.

—Hola Rayilunsel—respondió Jandiara desde el otro lado de la línea.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien.

Al parecer mi amiga no quería contarme lo que le pasó.

—Se lo que te hicieron, somos amigas, no me lo ocultes.

Hubo un silencio prolongado del otro lado de la línea. Al final un suspiro.

—Estoy bien, de verdad. Ya me examinaron y todo fue superficial.

—¿Dónde estás?

Me dió la dirección del hospital donde estaba.

—Espérame, voy para allá.—dije y colgué.

Me fui en la bicicleta, no estaba muy lejos. Mi amiga me estaba esperando en la entrada.

—Para qué viniste hasta aquí, mis padres están comprado mis medicamentos, luego me llevarán a casa.

—Lo siento.

Fue mi única respuesta. Jandiara me miró con ternura.

—No es tu culpa.

—Sí lo es, esta vez te maltraton por ser mi amiga.

—Yo fui la que quiso ser tu amiga y no me arrepiento.

—Eres demasiado buena.

—¿Cómo supiste que Katerine y su pandilla abusaron de mí y que fue por tí?

Me miró interrogativa. No supe que decir. Me quedé muda.

—A nadie le dije lo que me pasó.— continúo hablando mi amiga.—¿Sabes? un lobo gigante me salvó...

—¿Creés que te salvó?

—¡Siiií!, lo hizo. Al principio pensé que no, que también me iba a atacar luego de que las chicas huyeron despavoridas, yo estaba tan dolida que no pude moverme. Estaba totalmente aterrada pero luego el lobo lameó mis heridas y mira, ¿lo vez?

Me mostró su brazo, las heridas están sanando más rápido de lo normal.

—Después de pasarme su lengua disminuyó considerablemente el dolor. Ese lobo negro es mi salvador.

No podía creer que Jandiara estubiera hablando con orgullo y simpatía de mi loba interior. Me decidí a revelar mi secreto.

—Jandiara yo...

—Ahí vienen mis padres. Voy a descansar, mañana hablamos en la escuela.

Tal vez fue mejor así. No debía contarle mi secreto a nadie más. Es lo mejor para todos. Por un impulso casi meto la pata pero por suerte los padres de Jandiara llegaron justo a tiempo.

—Mamá, papá les presento a mi mejor amiga.

Creo que era más bien la única. Jandiara estaba animosa después de todo, era increíble esta chica. Estaba orgullosa de ser su amiga.

—Mucho gusto, mi hija no para de hablar maravillas sobre tí.

Dijo su madre.

—Así es—confirmó su padre—espero que un día de estos pases a saludarnos por nuestra casa.

—Sería bueno que estudiarán juntas, el periodo de exámenes está muy cerca.—corroboró la madre.

—Con gusto lo haré, muchas gracias por la invitación.—acepté.

Se despidieron y se fueron en el auto de su padre. Por suerte mi amiga estaba bien. Nunca imaginé que mi lengua tuviera propiedades curativas y anestésicas. Era bueno saberlo. Mi teléfono sonó, qué raro, era Dominick.

—Hola.

—¿Puedes hablar, no interrumpo tus clases?

—Puedes, no estás interrumpiendo nada.

Qué extraño, él nunca me llamaba y menos en horario de escuela.

—¿Quieres salir esta noche a comer conmigo?

Su propuesta me desconcertó.

—Porqué no mejor a almorzar.

Si él podía ser atrevido yo podía serlo más.

—Estás en la escuela, no es correcto.

Contestó después de un silencio, quizás lo tomé por sorpresa.

—Suspendieron las clases.

—Qué raro, ¿sucedió algo?

—Sip, sucedió que un lobo mordió a un estudiante...

—¿Estás bien? Ya salgo para allá, dime dónde estás para ir a recogerte.

Estaba muy alterado de pronto, me arrepentí de mis palabras. No era mi intención preocuparlo. Le dije en dónde estaba y más rápido de lo que pensé estaba aquí. Descendió del auto presuroso y me examinó de pies a cabeza.

—¿Estás bien?

—¿Qué crees?, qué un lobo me atacó, aunque ese fuera el caso me puedo defender muy bien, deberías saberlo.

Me tomó de la mano y me guió al coche, abrió la puerta y me colocó la mano en la cabeza para protegerla. Luego dio la vuelta y ocupó el puesto a mi lado. Prendió el motor y se dirigió al centro.

—¿Cuéntame qué pasó? ¿De dónde salió un lobo en la escuela? ¿Acaso eras tú...?

—Pues sí—admití, me miró con reclamo por un momento pero no dijo nada y volvió su mirada al frente.—Lo siento, Katerine y su pandilla estaban maltratado a mi amiga y Leyla y yo perdimos el control y nos transformamos. Fuí yo la que mordió a la chica que salió herida.

El auto se salió de la vía rápida, se pegó a la orilla del andén y se detuvo de golpe. Me balancee.

—¡¡¡¿Te descubrieron?!!!

El grito quejumbroso de mi tío me tomó por sorpresa. Lo miré. Él estaba asustado. No preguntó por el estado de la chica o de mi amiga, lo único que le importaba era saber si fui descubierta.

—No, nadie se dio cuenta de que era yo.

—¡¿Segura?!

—Completamente, no te preocupes.

—¿Sabes lo que te podría pasar si alguien te descubre?

—Sí, lo imagino...

—¡Entonces no lo hagas maldita sea!

Dominick estaba furibundo.

—Pero tenían a mi amiga...

—¡No me importa tu amiga, me importas tú!

—No seas egoísta.

—¡Por ti lo soy! Hay otras formas, apedrealas o llámame y yo iré enseguida y les daré una lección. Haz cualquier cosa menos exponerte. ¡Entiende de una vez que si te pierdo me muero! No puedo vivir sin tí.

Se acercó demaciado a mí, sus ojos estaban brillantes como un cristal pulido. Dos lagrimones salieron de sus preciosos ojos. Me besó en la frente con persimonia.

Se apartó de pronto y puso una mano en el volante y con la otra  graduó la caja de verdad. Tomó pronto la vía rápida y condujo en silencio por la avenida.

Era mucha la tensión que había entre nosotros. Por más que nos quisiéramos no congeniábamos, siempre terminamos distanciados. Lo amaba demasiado. Yo ya lo había admitido para mí, de nada servía seguir engañándome. Quizás por mi culpa él levantaba una barrera. Yo lo estaba presionando con mi amor. Él me amaba como familia y yo como mujer. Él quería cuidarme y protegerme como su adorada mocosa pero tenía que moderarse por mi culpa, seguramente para que yo no lo malinterpretara o lo asaltara de pronto con un beso en la boca. Se lo estaba poniendo todo difícil. Tenía que moderarme o terminaría por correrlo de mi lado para siempre.

—Tío, lo siento no he sido una filial sobrina. Te prometo que lo seré a partir de ahora. Siempre te llamaré tío, lo prometo.

Lo ví apretar el timón con fuerza hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Me atreví a alzar la mirada a su rostro y su mandíbula estaba muy contraída.

—¡No me llames tío, dime Dominick!—ordenó mordiendo las palabras. La frialdad en su voz me congeló. ¿No quería ser mi tío?

—¿No te llamo tío, porqué?

—Tú misma lo dijiste, no merezco que me llames tío, estuve mucho tiempo ausente.

Ya comprendo. El todavía estaba molesto por mis palabras de aquel día. Lo entendía perfectamente.

—Pero a papá no le gusta que te llame por tu nombre.

—No te preocupes por eso, yo me hago cargo.

—Pero yo quiero hacerlo...

Insistí para darle seguridad. Era lo mínimo que podía hacer.

—No quiero y punto. ¡No vuelvas a llamarme tío!

Si te gusta no olvides votar. Cualquier error comenta, no tengo mucho tiempo para rectificar. Se acerca el gran final. ¿Dominick y Rayilunsel podrán tener un final feliz?














Continue Reading

You'll Also Like

538K 62.7K 15
Harry había pasado por varias injusticias a lo largo de su vida. Había perdido y amado; preguntado y respondido. Pero aquella vez, cuando sabiendo qu...
346K 22K 28
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
94.8K 6.5K 56
Liah, princesa de Evigheden, próxima monarca del reino más grande y poderoso conocido hasta la fecha. Luna, princesa de Calanthe, próxima esposa de l...
48.5M 4.6M 83
Primer libro de la serie #GoodBoys. En físico gracias a Nova Casa Editorial (este es un borrador). Inteligente, perfeccionista, competitivo, meticulo...