La Respuesta De La Venganza (...

By KatherinneGarcia756

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La vida de Elizabeth Parker está a punto de cambiar por completo, de una vida ordinaria y apacible a una llen... More

CAPÍTULO #1
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
Capítulo 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
Epílogo

CAPÍTULO 2

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By KatherinneGarcia756

(Domingo)

Estoy en el parque, en un picnic con mis amigas, la brisa es fresca, se pueden ver a las personas trotando y a otras escuchando música, todo está muy tranquilo.

– ¿Van a ir a la feria el próximo sábado? –pregunta Samanta algo emocionada, posiblemente porque ya su novio Alexander la había invitado con anticipación. No me cae mal, pero no se puede considerar una salida de chicas que el objetivo es para convivir si una de ellas lleva a su pareja.

Samanta y Alexander se habían conocido en el cumpleaños de él, tuvieron buena química como quien dice, se la pasaron toda esa noche hablando y bailando, después de una semana se volvieron novios, Rose y yo lo vinos venir de tanto que conspiramos desde la primera vez que los vinos que se la pasaban bien juntos, y ojos de loca nunca se equivocan.

– Cuenten conmigo, me encantan los juegos mecánicos –responde Rose mientras tomaba de la malteada de proteínas, pero sabe dios que significa eso.

– Suena bien –declare sonriente.

– Entonces nos reuniremos en mi casa ese día a las 02:00pm, y de allí a la feria –propuso Samanta también con una encantadora sonrisa. Terminamos de comer y jugamos diferentes juegos de campo para entretenernos hasta que llego la hora del almuerzo. Nos despedimos y cada una se fue a casa.

Después de comer el resto del día estuvo muy aburrido no me imaginaba nada que me quitara la flojera de hacer algo, así que se me fue toda la tarde escuchando música. Era domingo y no tenía planes, así que luche contra el aburrimiento haciendo cualquier actividad para despejar la mente, después del feroz combate para levantarme de la cama continué con mis audífonos pero escuchando música de ambiente para comenzar a leer, la música en lo personal no hace nada especial mientras leo; pero bloquean el sonido para no distraerme con otra cosa.

Estuve en eso unas 3-4 horas, cuando me inspiro me olvido de las personas y mis alrededores. Ya eran las 07:00pm cuando me llamaron para comer, baje y cenamos en la cena de forma normal, si no hubiera escuchado la conversación diría que nada pasa ya que mis padres no hablaron ni se comportaron extraño, no sé si ya lo abran arreglado. Estaba a punto de volver a ponerme a leer hasta que se hiciera a mi parecer la hora de dormir hasta que recibí una llamada, tome el teléfono puede ver que se trata de Rose.

______________________________

– Hola, ¿Elizabeth? ¿Dónde estás?

– Hola Rose, en mi casa en ¿dónde más?

– ¿Cómo que en donde más? pues en mi casa, acaso se te olvido la noche de chicas que haríamos hoy.

– Caíste, claro que no, voy en camino –no era cierto se me había olvidado por completo.

– Te espero, Samanta tampoco ha llegado, la llamare en un momento.

– De acuerdo, haya nos vemos.

– Ok

– ... –

______________________________

Pegue un brinco de la cama y empaque lo más rápido que pude la primera muda de ropa, y otras cosas para pasar la noche; fue difícil convencer a mis padres con el permiso no anticipado, pero como sabían que se trataba de mis amigas me dejaron, cuando llegue a la casa de Rose, note que Samanta no había llegado a la casa, le pregunte a Rose me dijo con un acento muy gracioso que la había llamado y que llegaría un poco tarde, y la razón era porque estaba con Alexander.

Después de media hora, llego Samanta y empezamos la noche de chicas, los padres de Rose no estaban, pero siempre nos daban permiso de hacer de su casa nuestro sector de juegos, ellos esta noche habían salido a un cena y nos dejaron a cargo, horneamos galletas, pasteles, jugamos póker, twister, después ya era lunes, y a las 01:00am empezamos a ver la maratón de terror. Teníamos todo preparado, las palomitas de maíz, los refrescos, y estábamos muy cómodas con muchas almohadas.

En ese momento escuchamos sirenas de ambulancia y patrullas de policías, por unos instantes los confundimos con la película pero no sincronizaba el sonido con la imagen; fuimos a revisar, y por la ventanas pudimos verlos, me extrañe de que iban en dirección a mi vecindario, rose vivía parcialmente cerca de mí, tan solo unos minutos caminando.

Me entro el espíritu del chime y por curiosidad ligada con la preocupación llame a mis padres pero ninguno de los dos me respondían, aumentaba en mi la ansiedad (de seguro están dormidos) pensé, y haciendo un nuevo intento llame a la vecina y esta sorprendentemente a esa hora si respondió.

______________________________

– ¿Hola?

– Hola señora Scott, soy Elizabeth, vi pasar ambulancias y policías, y se dirigían hacia halla ¿está todo bien?

– Linda... –tardo vario segundos en responder, segundos que para mí eran interminables, como si estuviera pensando en que decir, mientras mi incertidumbre crecía, finalmente para confirmar mis dudas y aumentar mi desesperación respondió– tus padres... ‒escucho hipidos por llanto‒ ha sucedido algo horrible.

‒ Señora Scott, por favor cálmese me está asustando ¿Qué le pasa a mis padres?

‒ escuche disparos... lo siguiente que sé es que la policía llega y... los encontró tirados en el suelo ‒le cuesta hablar.

– ¿¡QUÉ!? No puede ser posible –negaba insistentemente‒ ¿qué paso? –pregunte como pude, tenía un nudo en la garganta que me dejaba una sensación hasta el punto de no poder respirar.

– Los encontraron en la sala con un disparo en la cabeza a ambos, la policía no encontró evidencia, excepto una nota, pero no sé qué pueda decir.

– No puede ser –hablaba entre sollozos, esperando que la señora ya mayor de edad se haya informado mal, o mal interpretado las cosas.

– Esto no en justo, porque estas cosas le suceden a gente de bien, tus padre no merecían eso.

‒ Gracias señora Scott ‒cuelgo la llamada de inmediato, me falta el aire y la pasión en mi pecho es muy fuerte por la angustia.

______________________________

Serian solo sospechas o conclusiones sin sentido, pero tenía una sensación de conexión con lo de ayer, ¿tendría que ver algo con la estafa? Las personas que frecuentaban la cantina de mi papá, eran de temerles, no les gustaban que jugaran con ellos, mucho menos que les robaran dinero.

Por simple diversión ese tipo de personas matan a cualquiera, ¿por qué no lo harían con mi padre?

Me quede en shock unos segundos procesando toda la información, todavía no me lo podía creer, cuando por fin pude reaccionar salí corriendo hacia mi casa, cuando llegue ya se habían llevado los cuerpos de mis padres, el comisario era amigo de mi papá al verme se acercó a mí y me dijo.

– Elizabeth, ciento lo de tus padre, nosotros nos encargaremos de los trámites para su entierro, no te preocupes.

– Pero ¿Qué sucedo? ¿Qué sucederá conmigo?

– Tengo entendido que tienes una tía muy al norte de la ciudad, te trasladarlas allí.

– Pero... Todos mis amigos están aquí.

– Tienes que comprender que eres menor de edad, y no podemos dejar que te valgas por ti sola, prepara tus cosas, te llevaremos ahí en 15 horas, te sugiero que descanses también.

– ¿No encontraron nada?

– Ninguna evidencia todavía. Pero no me parece bien exponerte a estas cosas.

Sin decir más, dio media vuelta dándome la espalda, para volver a hablar con otros policías.

No podía creerlo, no sabía qué hacer, lo no asimilaba por completo.

Mis amigas llegaron a la escena, me abrazaron y lloraron a mi lado, Rose sugirió volver a su casa, yo accedí. Llegamos y las muchachas trataban de consolarme, Samanta buscaba agua y Rose me echaba brisa con el periódico, seguro por mi color pálido. ¿Y yo? solo podía quedarme ahí, recostada en el sofá, sin creer lo que pasaba, mis padres muertos, lo negaba todo porque no quería aceptarlo.

Después de una hora, fui a la morgue donde tenían a mis padres. Camine por el pasillo, largo y pobremente iluminado, había una sensación lúgubre en ese lugar, que aumentaba a cada paso que daba.

Me conseguí con uno de los empleados y le pregunte que donde se encontraban los cuerpos de mis progenitores. En eso llega un hombre alto, con una bata blanca, era alpino sus ojos rojos parecían brillar en la oscuridad, el me dirigió a la habitación donde los tenían. A llegar pude verlos unos instantes.

– La causa de muerte fue una herida de bala en la cabeza –me dijo el forense– la mujer la presenta en la sien derecha, fue la primera en morir, seguramente atacada por sorpresa, el señor tiene la abertura en la nuca, es posible que el atacante le haya disparado mientras intentaba huir –mi padre no era de los que huía, algo andaba mal– pero–al escuchar eso fije mi vista en aquel hombre a mi lado, con una expresión de súplica para que terminará la frase– a juzgar por el arma encontrada en la mano de la víctima, pudo haber otro atacante en la escena del crimen, mientras el mayor concentrado en el primer homicida, el segundo debió aprovechar y dispararle a traición –ahora sé que no era un solo asesino, podrían ser dos– tienes 5 minutos para despedirte.

El médico forense se da la vuelta, y cierra la puerta a sus espaldas, dejando me a mí con los cuerpos ya fallecidos de mis padres. Las lágrimas empezaron a salir de mis ojos, escucho pasos y veo a otro hombre aparentemente un doctor con ojos que parecen brillar como el anterior, aunque en esta ocasión eran de un llamativo azul celeste, le calculo unos 17 años, y 1,69cm de altura, no tarda mucho en notar mi presencia.

– Eres Elizabeth Parker ¿verdad?, la hija de los recién llegados – preguntó.

– Si soy yo, como sabes de mis padres –no parecía trabajar en este lugar.

– El forense que le atendió hace rato, es mi padre –por eso los mismos rasgos– y lo estoy ayudando.

– no pareces un trabajador de aquí, ni siquiera debes ser mayor de edad o ¿me equivoco?

– Pues no, no te equivocas, aunque no juzgues mi conocimiento por mi edad –me dedica una sonrisa cálida- mi padre es muy estricto, y ya desde esta edad me está entrenando para que siga su profesión. Y la verdad, es algo que me gusta, que me apasiona hacer.

– Ya veo.

– Lamento lo de tus padres

– ¿cómo puedes saber lo que puedo estar sintiendo?- pregunte extrañada, ¿por qué le interesaría?

– Porque yo lo he vivido, yo perdí a mi madre–esto me dejo helada, en verdad sabia por lo que pasaba –si eso fue difícil, más difícil deben ser las dos personas que más amas.

En ese momento, sin darme cuenta lágrimas empezaron a caer nuevamente, lleve mis manos a mi rostro para limpiarlas, y sin previo aviso sentí un ¿abrazo?

– No me he presentado, me llamo Adán –sea lo que sea lo qué paso, no me sentía en desconfianza.

– Mucho gusto Adán, soy Elizabeth.

– El gusto es mío, Elizabeth –culminada esa presentación nos separamos.

– ¿Por qué?

– Hay cosas que no se pueden controlar, la muerte es una de ellas. No sabes cuando está cerca, ni cuando sucederá, pero sabes que existe y que llegara.

– Eso es cierto, pero me refería al hecho de ¿por qué me abrazaste si ni me conoces?

– Ah eso, pues no necesito conocerte saber que necesitabas un abrazo. No soy muy expresivo, pero las personas me dicen que soy bueno consolando.

– ¿enserio?

– Sí, de hecho mi segunda opción para una carrera era psicología.

– Y ¿por qué no la preferiste antes que está?

– Porque me apasiona la carrera de mi padre, y no necesito estudiar para saber que una persona triste lo que necesita es desahogarse y drenar todo lo que tiene dentro, para ti seria el abrazo.

– Gracias por eso, todos me dicen que todo va estar bien y que me calme, pero yo estoy muy alterada.

– Eso nunca funciona, si algo he aprendido es que decirle a alguien que pasa por una emoción fuerte que se calme, es igual que decirle a un niño que no llore porque se ha caído de la bici y se raspo la rodilla. No va a dejar de llorar.

– Muy cierto.

– Lo mejor que se puede hacer es limpiarle y curarle la herida, ayudarlo a que lo supere y no solo decirle que tiene que hacerlo.

– Impresionante, serias un buen psicólogo.

– Gracias –mira su reloj– ya es tarde, y no te puedes quedar más tiempo aquí. Te acompaño a la salida.

– Si gracias.

En la salida volví a despedirme que aquel muchacho desconocido, que a pesar de eso la tranquilidad que transmite es increíble.

Volviendo a mi realidad, regreso a la casa de rose ya no hay nada esperándome en la mía. 

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AVISO IMPORTANTE

Por motivos de precaución, he creado una segunda cuenta @kathe_books_2 , ya que está podría perderla al no tener acceso al correo a la que está afiliada. La segunda cuenta será utilizada únicamente para publicar mis historias.

Esta por ser la primera novela, tiene muchos errores y mala narración, así que en la segunda cuenta esta historia será republicada, ya corregida y cambiada por una narración decente y con estructura.

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