En el gran y gigantesco hospital caminaba la joven de cabellos celestes, hacia mucho que no iba a aquel lugar y le era muy extraño y escalofriante verse en esa situación.
Ella odiaba los hospitales y todo lo que tuviera que ver con ellos, la mayoría de las veces hasta se espantaba al oír mencionar ese nombre, ahora no era muy distinta la situación.
Examinó a detalle el lugar, las puertas, los pisos y hasta a las personas, quería ver si alguien le era familiar de algún lado.
Yuki paro en seco al ver una melena de dos colores a escasos metros de ella, lo reconoció de inmediato y agradeció por el hecho de que esté estuviera de espaldas. Yuki no quería hacerse la situación más incómoda con aquel chico que había vuelto a hablarle, no quería volver a perderlo.
—¿Estarás bien Shoto? —dijo para sus adentros mientras lo observaba pasar a una de las tantas habitaciones.
Ella tenía curiosidad pero tampoco era como que se convertiría en Sherlock Holmes o en algún espía para acosar a aquel chico, no. A Yuki podía interesarle mucho algo pero nunca quebrantaría su privacidad, ella era conciente de cuando alguien la requería y cuando no así que dejo pasar aquello y se dirigió dónde ella sí era requerida, donde su médico.
Apesar de que las cabelleras albinas sentadas frente a la habitación de aquel chico la mirarán, ella simplemente pasaba de largo aquellas personas y se concentraba en ir rumbo a su cita con el médico.
—¿Es ella cierto? —preguntó una voz femenina a una persona a su lado.
—Si Fuyumi, es ella —respondió una voz masculina, ahora Yuki sabía como se llamaba aquella chica de tal dulce voz.
—¿Se acordará de mí? Digo me ha visto en la graduación de Shoto y también me ha visto una vez en la preparatoria de Shoto. —La femenina había atraído la atención de Yuki con solo mencionar al sujeto «Shoto», Todoroki Shoto le había mencionado una vez sobre su única y mayor hermana, Fuyumi Todoroki.
Yuki ladeó la cabeza al pensar que habían muchas personas llamadas Shoto con familiares o amigos llamados Fuyumi, tampoco era que ella quería meterse dónde no la llamaban, había aprendido hace mucho que no era algo cómodo para ninguno.
Las voces se alejaron, y Yuki se encontró frente a una puerta de madera blanca con un pequeño cartel en ella; habitación de control, nombramiento y búsqueda de quirks.
Ella no recordaba muchas cosas, su mente solía ser traicionera al igual que —de muchas maneras— su corazón.
El médico era una persona mayor, parecía rondar entre los sesenta y setenta, tenía arrugas y el pelo canoso; el era todo un hombre anciano y no parecía ser malo, apesar de que sus años extras la intimidaban.
—Bienvenida, Señorita Suisei —hablo el hombre mayor mientras señalaba una silla frente a el— Mi Quirk me permite saber que quirk tiene cada persona y como funciona, es por esto que supe que podía pasar si usted tocaba a su padre —reveló intentando ganar la confianza de aquella chica—. Mire le voy a explicar.
Yuki observaba atentamente al mayor, parecía seguro de sí mismo y eso era una muestra de que lo que decía debía ser cierto.
— El Quirk de su padre se compone de cierta forma de una parte de su quirk, la parte de oxígeno ¿No es así? —Yuki asintio— básicamente su quirk al ser casi compatible con el de su padre absorbió una pequeña parte de el y evolucionó, fue casi como una reacción.
Absorbió, ni que fuera esponja.
Yuki sabía a la perfección eso, desde niña se lo solían decir sus padres.
—Ahora que los residuos del nitrógeno han desaparecido es posible que muestres inestabilidad, recuerda que tú capa de nitrógeno está desapareciendo y que el oxígeno y la capacidad de crearlo va a incrementar notoriamente. Recomiendo que tú profesor este al tanto de esto para cambiar tu entrenamiento y ayudarte a controlarlo de forma segura.
Las manos del médico empezaron a anotar en su libreta las observaciones que le daba, quería que su paciente tuviera una buena ayuda.
—Eso sí, no te diré exactamente como, eso lo tienes que descubrir tú.—El alzó su dedo y le apuntó a ella quién saltó hacia atrás sorprendida.
—¿Es para volverme más independiente? —pregunto— Me agrada.
—Eso es bueno, puede que si sigue así ya no tenga que venir muy pronto. —Sonrio a gusto por escuchar su respuesta, la mayoría de adolescentes solía exaltarse o inclusive exigirle ayuda.
Fuyumi y Natsuo observaron el perfíl de aquella peli-celeste al entrar en aquella habitación a escasos cuartos de donde ellos se encontraban, les pareció curioso verla entrar en la sección de ayuda, descontrol y de conocimiento de quirks ¿Es qué acaso necesitaba ayuda con el suyo?
Ninguno de los dos sabía acerca de ello así que decidieron ignorarlo y dirigirse devuelta con su madre y hermanos (porque Kesshō y Dabi también estaban internados ahí)
Natsuo miraba debes en cuando atrás de él, quería saber el porque esa chica siempre tenía que aparecer en la vida de su hermano menor ¿Acaso también era un matrimonio arreglado por partes de sus padres? ¿O simplemente era mera coincidencia? El desconocía ese hecho.
—Creo que si me llegará a enterar de que el viejo lo planeo me largo de la casa y pido que me desheredé —murmuró por lo bajo con cuidado de que ninguno de los otros albinos lo escuchará.
Touya por otra parte se dedicaba a destrozar las cartas que su padre le enviaba, le tenía un odio a tal repugnante ser y quería destrozarle el rostro a golpes. Antes de ahorraba su irá, Kesshō siempre se lo impedía pues decía que el era mejor que el mounstro de su padre y madre.
—¿A dónde fueron? —preguntó el bicolor observando como el par de tensaba.
El nerviosismo le entró a Natsuo y este Simplemente comenzó a divagar y a decir incoherencias.
Fuyumi golpeó su cara ante la mala jugada por parte de su hermano menor y simplemente se rindió y soltó el ya no tan secreto.
—Vimos a Suisei Yuki en la sección de ayuda de quirks —contesto—, no le tomamos tanta importancia o bueno YO no le tome tanta importancia como Natsuo.
El albino sin cadenas la miro indignado y llevo una mano a su pecho mientras abría la boca y hacía aun lado su nerviosismo.
—Perdón, pero a mí me parece muy sospechoso que la sobrina del mejor amigo del viejo siempre se topé en nuestro camino.
El otro albino simplemente rompió en risas y había comenzado a golpear la mesa de tanta gracia que le había causado el comentario de su hermano menor.
Touya por otra parte ahorró sus ganas de golpear a todos los presentes (excluida a su madre) y simplemente trato de explicar lo que le daba gracia a su mellizo.
—Esta más inútil de lo normal porque nosotros nos encargamos de investigar si se trataba de algún matrimonio arreglado antes que tú —señalo al albino (con cadena quien comenzaba a asentir.
—¿Y lo es? —preguntó la mayor mientras observaba a sus hijos confundida.
Shoto por otra parte espero la respuesta, quería saber si sus sentimientos habían sido manipulados por su padre.
—No —respondio Kesshō— aunque el viejo intentó que fuera Ryoshi, se negó a vender a su sobrina en tal plan y la mantuvo alejada de nosotros, hasta...—
El heterocromático salió del lugar y se dirigió a esa zona donde dijieron sus hermanos a ver visto a aquella chica, quería ver sus ojos y quería sentirse aún más bien de lo que estaba al verle sonreír.
Caminó y caminó hasta llegar al lugar, y se apoyó en una pared mientras esperaba a que ella saliera de algún cuarto en específico.
Su corazón latía y una sonrisa torpe apareció en su rostro de solo pensar en que su dulce fantasía no podía ser mejor, ella no era producto de manipulación por su padre, ella era auténticamente lo que lo hacía sentirse vivo.
Movió su cabeza a los lados para dejar de pensar en ello y simplemente comenzó a ver la puertas, esperando a que de una de ellas saliera la joven de cabellos azules. No tuvo que esperar mucho y en unos minutos más vió a la joven salir de un consultorio y mirar el papel que había en su mano.
Shoto desvío la mirada, era una de esas pocas veces en que el le miraba sin su uniforme escolar y apreciaba la forma en la que ella expresaba con la vestimenta.
Yuki al dejar de lado el papel pudo observar a una cabellera de dos colores a escasos metros de ella, se acercó lentamente a el recordando a los chicos de antes y jugó con su cabello buscando calmarse.
Shoto le miro y Yuki se sonrojó, ninguno de los dos quería romper la burbuja del silencio tan pacífico que los tenía de rehenes, pero ambos eran concientes de que así debía de ser.
Tal vez no fue con palabras, pero si involucró labios.
Shoto Todoroki al fin había obtenido el beso con el cuál fantaseo desde que era infante y Yuki había besado a la persona que hacía a su corazón latir de tal manera.
Si tan solo no fuera por la falta de aire, ellos
hubieran seguido con la danza de labios y la muestra de afecto.
Pero eso no duró mucho, pues los jóvenes habían vuelto a besarse.