Axel se acercó más a su oído pegando todo su cuerpo con el de Eli y surrando con una voz gruesa y seductoramene lujuriosa dijo: - Tengo arena en lugares que no deberían tener arena, pido el baño primero.
Eli cerró sus ojos y lanzó un supiro. - Si, Axel... ¡Espera! ¿Qué? - Dijo sobresaltada.
- Gracias. - Dijo él apartándose mientras reía.
- ¡Eso no es justo! - Protestó. - Pensé que sería otra cosa.
- ¿Que pensaste? - volvió a reír divertido.
- Nada, ve al baño antes de que me arrepienta. - Refunfuñó Eli.
Axel entró a la ducha y se quedó allí por un largo rato pensando en sus emociones y llegó a la conclusión de que deseaba a Eli como el infierno, la deseaba desesperadamente, pero no se animaba a decir nada. Sin enbargo, lo que acababa de hacer lo había dejado con la mente en blanco. Ella no se opuso a su agarre, ni a cuando él le habló al oído, ni a nada. Si él la hubiera besado, ella no hubiera protestado. Eso le llenó de esperanzas.
En cambio Eli estaba en crisis nerviosa.
¿Era posible que comenzara a sentir cosas por alguien que supuestamente tenía que odiar? O en realidad la pregunta era: ¿Realmente odiaba a Axel Doson?
Por poco pierde el control y le arrancaba la camisa para poder pasar sus manos descaradamente por ese pecho enorme. ¡Dios sabe cuanto quiso verlo sin ropa!
Se sentó en el sofá, que estaba impregnado con el olor del perfume de Axel, tan varonil, tan sexy, tan lleno de... emociones y trató de leer un libro para calmar un pocos sus hormonas trastornadas.
***
Luego de que Axel se fuera a la Carpintería, Eli llamó a Camila y se juntaron en un bar para poder conversar tranquilas. Tenía que desembuchar todo antes de que su cabeza exlotara.
- ¡Más tiernos! - Exclamó Camila.
- Entiendes que eso es malo ¿Verdad?
- Pero ¿Por qué lo es? - Preguntó confundida.
- No lo sé, sólo sé que es malo. Yo no puedo hacerme ilusiones con él... - Agachó su mirada. - No quiero terminar lastimada de nuevo. No lo soportaría. - Negó con su cabeza.
- Pero con esto te demuestra que él no es como los demás, si te quiso defender de James es por que siente algo. - Concluyó Camila.
Eli quedó sin palabras, no tenía nada que replicar contra eso. Su gesto con ella, de tratar de animarla y ser tan tierno no tenía explicación.
- Vamos, Eli. Es lindo, sexy, tierno, te protege de idiotas ¿Qué más quieres?
- Hola chicas. - Dijo un chico alto, tes bronceada y ojos color miel casi dorados, acercándose a la mesa en dónde ellas estaban.
Eli miró por encima de su hombro y vio que otro chico igual a él sonreía. Gemelos.
- Hola. - Dijo Camila.
- Soy Max y él es Matt. - Dijo el rubio alto.
- Nos preguntábamos si las podíamos acompañar tomando un café. - Dijo Matt.
Eli y Camila se miraron un poco extrañadas. Cami negó con la mirada pero cuando estuvo a punto de decir: "No, Gracias." , Elizabeth dijo:
- Claro, ¿Por qué no? - Sonrió coqueta. Camila la pateo por debajo de la mesa.
- ¿Cómo se llaman? - Preguntó Max.
- Ella Camila, yo soy Elizabeth - Dijo amablemente.
- Bonitos nombres... igual que ustedes. - Dijo Matt.
- Gracias. - Dijo Camila.
- ¿Qué hacían dos linduras solas por aquí?
- Esperábamos a nuestros novios. - Dijo Camila rápidamente. Ésta vez Eli pateó a Camila por debajo de la mesa.
- Ay Cami, ya te dije que él no es mi novio. - Rió Eli.
Los gemelos sólo las miraban confundidos.
- ¡Oh que tonta! - Rió Camila. - Es tu esposo, cierto.
Eli abrió grande sus ojos. Camila le estaba espantando a los Gemelos sexys.
- Entonces no las incomodaremos. - Dijo Matt apartándose de la mesa junto con Max.
Los Gemelos se fueron y Elizabeth quedó echando humo por las orejas. ¡Qué rayos pasaba con Camila!
- Me espantaste a los gemelos. - protestó Eli. - ¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué hiciste eso? ¡Me gustaba Max!
- Tú estas con Axel, Eli.
- No lo estoy, Camila. Axel y yo NO SOMOS NADA. - Recalcó. - Me voy. - Tomó su bolso.
- No te enojes, Eli. Sólo fue una travesura. - Dijo Camila tratando de convencer a Eli para quedarse.
- Aquí tienes lo del café. - Dejó un par de billetes en la mesa. - adiós.
Estaba totalmente enfurecida... ¡Quién le había dado el derecho a Camila! Ella podía coquetear con quién quisiera.
Condujo un par de cuadras sin saber a donde iba, sólo conducía para pensar y de pronto se encontró en la puerta del mugroso bar al que Axel iba.
Dejó su auto aparcado en la vereda.
Entró con cuidado fijándose de que Axel no estuviera allí, pero obviamente él seguía en la carpintería. Fredy y Carlos tampoco se encontraban allí.
Caminó entre las mesas y se sentó en uno de los taburetes de la barra. Mandy la reconoció al instante.
- Oye... tú eres la chica de Axel. - Dijo sonriendo.
- No soy la chica de Axel. - Corrigió amablemente. - Sólo tenemos un problema en común.
- Qué te trae por aquí. - Dijo Mandy pasando un trapo por la barra.
- Quiero un trago. El más fuerte.
- ¿Tú también vienes a desahogarte? - Rió Mandy mezclando un par de bebidas. - ¿Qué sucede cariño?
- Estoy realmente confundida. - Se apoyó en la barra y con una mano sostuvo su cabeza.
- ¿un hombre?
- Si. - Musitó. - Tengo la leve sospecha de que eres bruja y estas adivinando todo lo que me sucede. - Rió.
- Lo noto en tu mirada. - dejó el vaso en cerca de la mano de Eli. - Si te sirve de algo... dejate llevar. - Susurró. - Él no te romperá el corazón.
Mandy se fue a atender a otras mesas y Eli quedó pensando en las palabras de Mandy. ¿Qué estaba sucediendo en su vida?
***
Después de varios tragos Eli estaba al borde del coma alcohólico, y seguía pidiendo más y más. Queria olvidarse de todo lo que estaba sintiendo y encontró la solición en la bebida.El bar comenzó a llenarse de hombres acompañados de sus mujeres y ella se encontraba recostada en la barra bebiendo de a sorbos su décimo tercer trago.
Había pasado por variad fases de ebriedad:
*Alegre;
*Charlatana;
*Pensativa:
Y ahora pasaba por la fase depresiva. Sólo faltaba la fase agresiva.
–No te parece que ya estás demasiado borracha, linda. - Dijo Mandy.
- Tú no opines. - Dijo con voz arrastrada. - Y sirveme otro de estos. - Apuntó al vaso casi vacío mientras lágrimas caían de sus ojos inexplicablemente.
- Creo que tendré que llamar a Axel. - Murmuró tomando su teléfono.
Axel estaba saliendo de la carpintería. Había sido un día en el que le había dado gusto trabajar con su padre. Después de la cena de Eli, Wade se había vuelto más tolerable y amable, hasta incluso bromista cómo solía ser de joven. ¡Por fin estaban progresando!
Estaba subiéndose a su moto cuando recibió la llamada de Mandy.
- ¿Qué necesita la mujer más guapa del mundo? - Rió Axel.
- Que tierno cariño, pero te llamo por algo urgente. - Dijo con su voz seria. - Necesito que vengas por Eli.
- ¿Qué pasó con ella? ¿Está allí en el bar? ¡Qué demonios hace en el bar! - Se alteró.
- Vino por un trago y se descontroló un poco... ahora está en la barra protestando por otro trago. Debes llevartela.
A lo lejos se escuchaba la voz de Eli pidiendo más bebida mientras golpeaba su puño contra la barra. La fase agresiva ya había llegado.
- ¡Maldición! Esa mujer no aprende que no debe beber. - Tomó el puente de su nariz. - Mantenla ahí. Voy por ella. ¡Y que ningún maldito bastardo se le acerque! - y luego colgó para salir como un rayo por las calles.
***
Axel entró de golpe al bar e inmediatamente divisó a Eli en la barra.
Eli ya estaba agresiva pero muy agresiva. Como pudo comenzó a subirse por el taburete y se trepó en la barra.
- Si no me das otro trago, te mataré. - Dijo a punto de lanzarse sobre Mandy.
- Tú no mataras a nadie. - Dijo Axel tomándola de la cintura y bajándola de la barra antes de que ella se lanzara sobre Mandy y le diera con una botella vacia en la cabeza.
- Sueltame idiota. - Protestó.
- Gracias a Dios llegaste. - Dijo Mandy supirando de alivio. - Ésta chica es un peligro.
- Si que lo es. - Dijo Axel subiéndola a su hombro como una bolsa de papa.
- Bajame. - chilló. - te mataré a ti también.
- Llevala a casa... y ten un analgésico poderoso para mañana. Lo va a necesitar. - Rió Mandy.
- Gracias, Mandy. - Sonrió Axel
- Los mataré a todos, malditos hijos de su pinche madre. – Gritaba pataleando.
- Dale saludos de mi parte cuando se le pase la borrachera. - Gritó antes de que Axel saliera con ella en brazos.
Eli seguía pataleando y gritando amenazas.
- ¿Dónde pusiste tus llaves? - Preguntó Axel.
- No te lo diré.
- Lo harás.
- No. - Canturreó.
- Vamos. - La bajó. - No hagamos las cosas más difíciles.
Eli sacó las llaves de su auto del bolsillo trasero de su short y las mostró bamboleándolas frente a Axel.
- Si las quieres, tienes que sacarla de aquí. - puso las llaves dentro de su sostén.
Axel sólo la miró. Sus ojos dilatándose de...
- No me hagas sacarlas de ahí. Sólo dame las llaves y nos iremos a casa. - Extendió su mano.
- Nop.
- Está bien. - Dijo Axel encogiéndose de hombros.
Él la tomó de un brazo y metió su mano en el sostén de Eli para sacar las llaves, trato de no tocar mucha piel pero era imposible. Su piel se erizó al entrar en contacto con la piel caliente de Eli.
- Ya las tengo. - Las agitó frente a la cara de Eli quién estaba totalmente paralizada.
- ¿Cómo... - Dijo sorprendida. - cómo te atreves a tocar mis tetas estando ebria? Eres un estúpido. - Dijo frunciendo el ceño.
- Estás ebria, cuando estes mejor mañana, te pediré disculpas. Ahora entra al auto.
No desafies a Axel Doson, si tiene que tocar tus tetas... lo hará.