Capítulo 10
Santana seguía hablando con Isabella sobre la canción y haciendo preguntas sobre Brittany por la última media hora, el piano fue ocupado un rato después de haber terminado con el helado y ahora tenía las notas de la canción en sus manos para colocarla frente donde se guiaría para tocarla.
Isabella se sentó con ella en el amplio banco del piano y la miraba acomodar todo con admiración.
Antes de comenzar a tocar la morena se había dedicado a peinar el liso pelo de la pequeña, acomodó su pelito en un rodete improvisado al igual que el suyo y reían por los pequeños mechones que le caían a los lados.
Patterson llegó a casa una hora después de la que había acordado, pero había estado solucionando la vida de medio mundo en esa condenada oficina, Brittany se ofreció a llevarla y había pasado la tarde en el laboratorio de la rubia sabelotodo, se veía tan calmada pero Brittany quería reír cuando la pobre perdía la paciencia con uno de los practicantes de allí.
-Esperare a Isabella aquí, ¿puedes bajar con ella? -le pedía a Patt sonriendo.
-¿segura que no quieres subir? Puedes quedarte para la cena. -le ofrecía la rubia fuera del auto amablemente.
-Es un poco tarde y no me gusta dejar la comida de Miriam, la próxima me quedo. -Brittany le brindó una sonrisa en modo de disculpa y Patterson solamente asintió.
-Está bien, pero mañana no te salvas de conocernos a todas juntas, te vas a divertir... lo único que debes saber es que estamos un poco locas.
-Dile a tu cuñada que se consiga un anillo como esos de las series de vampiros, así no le debe tener miedo al sol. -bromeaba.
-Se lo diré -Patterson reía -Iré por Isabella, no tardaré.
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-Hola familia. -Saludaba Patterson entrando a la casa -Oh, hola casa sola. -Dijo al no ver a nadie en la sala, hasta que escuchó unas teclas del piano. -Aquí están. -saludó al entrar al estudio donde se encontraba el piano de Santana.
-Hola señorita Patt -Isabella le saludaba con una sonrisa.
-Hola preciosa -se acercó y le dio un beso en su frente -¿te diviertes con Tana? -La niña asentía -Tu mami está abajo, me pidió que te lleve con ella.
-Adiós Tana. -La niña se abalanzó sobre ella dándole un abrazo sonriendo.
Santana recibió el abrazo feliz, tener a esa pequeña en sus brazos le daba una sensación de paz como si fuera una de las piezas que faltará en su vida para sentirse completa.
Vio a la niña tomar su mochila y tomar la mano de Patterson para salir de la habitación, cuando bajó la mirada al piano se dio cuenta de lo que a la pequeña Isabella se le había quedado.
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-Señorita Patterson
-¿Qué pasa princesa?
-No quiero ver a Lizzie triste -dijo la niña apretando su mano cuando salieron a la calle y le hizo un ademán a Brittany con su manito para que esperase.
-¿Le pasa algo a mi Lizzie? -preguntaba Patt arrodillándose para mirar a la pequeña a los ojos
-Ella no quiere que usted y la señorita Tasha estén enojadas. -hizo una mueca -es que las escuchó discutir el día que la señorita Tasha volvió...
-Intentaré hablar con ella mi vida, gracias por decirme.
-Y, ¿Señorita patito? -Patterson quería matar a Santana por enseñarle el apodo que la morena le había puesto años atrás -Cuide a la señorita Tasha.
-Claro, bonita. -La rubia le acarició la mejilla.
-La señorita Tasha también está triste, y hoy le dolía su brazo. -dijo mirando seriamente a Patt con ese ceño fruncido tan parecido al de Santana -Tiene que cuidarla y darle mucho mucho amor, ¿Entendido? Mami dice que los abrazos con amor son la cura para todo, y quizá si usted le da un abrazo y le sonríe la señorita Tasha va a sonreír también.
-No conozco una niña que me haya dado un consejo tan bonito hasta hoy -La rubia abrazó a Isabella y besó su frente -Muchas gracias Izzie, te prometo que hoy hablaré con Tasha ¿Ok?
-Los abrazos son mágicos y con amor son mejores. -La niña volvió a abrazarla -Adiós señorita Patito.
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Santana estaba sentada con una foto de Isabella y su mamá en lo que al parecer era un picnic en Central Park, la niña estaba sentada en las piernas de la rubia las dos con una sonrisa enorme mirando frente a la cámara, Isabella tenía un lindo vestido color rojo con medias de bailarina color blancas, tenía su pelito negro suelto y un gran lazo rojo dejándole su pequeño capul caer en su frente, era una niña tan linda.
Y entonces miró a Brittany, la rubia tenía una sonrisa que iluminaba incluso más que el sol que pudo haber hecho ese día, su pelo era tan rubio que parecían pedacitos de oro cayendo por sus hombros, y sus ojos ¡Vaya que ojos! Pensaba la morena, la sonrisa hace que sus ojos se achicaran un poco, pero aún así podía apreciar el azul tan hermoso que le caracterizaba, miraba su sonrisa una vez más y sentía un revoloteo en su estómago, más que mariposas sentía una estampida cualquier otro animal en su estómago.
-Oye tu, muchacha sonriente -La voz de Patt la sacó de sus pensamientos mirando la foto -¿Que miras con tanto interés?
-¡Pato!
-Deja de decirme así -Santana reía hasta que sintió un cojín en su cara -A ver, ¡Ajá! Mirando a la maestra de tu sobrina.
-¡Claro que no! -las mejillas de Santana parecían dos tomates -Es que a Bella se le quedó esa foto y yo... pues yo... estaba viendo lo lindo del paisaje...
-El paisaje llamado "Brittany Susan Pierce" -La rubia seguía molestándola. -agradeceme.
-¿Por qué haría eso?
-Porque soy la mejor cuñada del mundo entero -decía con obviedad -y porque te conseguí una cita.
-Pato, deja de creerte la página de citas -La morena le decía saliendo del estudio -Eso no funciona.
-Mañana iremos por Brittany, iremos a la feria todas juntas.
-¿Qué? -Santana la miraba sin creer lo que estaba escuchando.
-Así cómo lo oyes, así que busca tu mejor vestido que mañana vas en plan de conquista.
-Deja de decir babosadas, Patterson.
-Mami. -Elizabeth venía con su osito de peluche en las manos y sus ojitos aún adormilados
-Hola, mi cielo. ¿Tu mamá está dormida?
-Estaba dormida cuando salí. -dijo sentándose en la sala -¿Aún están enojadas?
Patterson miró a Elizabeth y alzó la cejas en sorpresa si era verdad lo que Isabella había dicho cuando bajaron del edificio, Elizabeth se había dado cuenta de todo.
-Lizzie, vamos. -Santana le tendió la mano -Ayúdame con la cena.
-Hoy mamá y yo te leeremos el cuento que quieras -Acaricio su mejilla y le dio un beso en la frente -Iré a ver cómo está tu mamá.
La lamparita en forma de nube que normalmente estaba en la habitación de Elizabeth ahora estaba en la mesita de noche de la habitación de las chicas, miró la jarra con agua y las pastillas ahí mismo y una pequeña nota con el horario de cada una.
Miró el reloj, casi era la hora para tomar la siguiente para el dolor, Patt pensó en lo que hablo con Brittany y su pecho volvió a sentir ese pequeño vacío doloroso de pensar en lo que hubiese sido si su morena no estuviera ahí ahora.
Se sentó en la cama y miró la Tasha dormir boca arriba con algunas almohadas a sus costados para no moverse tanto y lastimar su brazo.
-Tasha -susurraba para no asustarla -Es hora de tu pastilla.
Miró como abría sus ojos y la observó, tenía su pelo un poco despeinado y sus ojitos chiquitos por estar recién despierta, era el cuadro más lindo que veía cada día al despertar.
Sirvió un poco de agua en el vaso y sacó la pastilla del recipiente, ayudó a que la morena se acomodara un poco en la cama y quedara sentada apoyada en el respaldo y le dio la pastilla en su mano, cuando vio que la metió a su boca le dio el vaso con agua espero para que lo bebiera todo y lo recibió para dejarlo donde estaba anteriormente.
-Hola -La rubia acomodaba un poco su pelo. -¿Cómo te sientes? Isabella dijo que tu brazo te dolía.
-Solo un poco -La latina miraba las sábanas -Hice un esfuerzo hoy cuando intenté detenerte para que no te fueras... solo queria que hablaramos para arreglar las cosas
-Lo siento... -pero antes que la rubia pudiera seguir hablando ella la detuvo para disculparse.
-Yo tengo que decir lo siento, fui una estúpida. -Tasha miraba en este momento al techo -debí pensar mejor las cosas, y no decir que yo podría ir a esa misión... podría haberme quedado contigo y controlar misiones como hemos hecho miles de veces... -Patterson suspiró y se sentó del lado donde Tasha tenía su brazo bueno y se recostó en su hombro.
-Fuiste una estúpida, y con todas las letras eso no está a discutir -La rubia acariciaba la mano que reposaba en el abdomen de la latina -pero es tu trabajo, es lo que amas hacer, y sé que si estos años dejaste eso en parte fue por mi culpa...
-Patt no sigas por ahí, hablamos de eso cuando decidimos estar juntas.
-Tash...
-No, lo hablamos. -Tasha se acomodó y abrazo con su brazo bueno a la rubia -te prometí no ir a misiones lejos si no me lo pedían, y esta vez fui yo quien pidió ir, sabiendo el riesgo que corría. -Su mano se posó en el pelo de Patterson -Siento que te falle y le falle a Elizabeth, y ahora cuando no te he tenido por días mirándome con nada más que enojo me di cuenta que si tú hicieras lo mismo yo estaría igual de enojada, entiendo ahora tu punto mi amor, y lo siento.
-Creo que reaccioné por impulso y cuando me di cuenta solo actuaba por mi orgullo, pero hoy... Brittany me ayudó a entender lo que mi terquedad no me dejaba, incluso Isabella que abogó por ti. -La morena sonrió -Lizzie está triste, Isabella estaba preocupada por nuestra hija, me dijo que te cuide y que te dé un abrazo para curarte -le relataba la charla que había tenido con la pequeña momentos antes. -lo siento Tash, sabes que te amo.
-claro que lo sé, y yo te amo a ti con todo mi corazón. -Acaricio su mejilla y le sonrió.
-Hoy cenamos en la cama, necesitas guardar reposo.
-Amor, pero quiero estar afuera con ustedes.
-Vendremos a cenar aquí, hazme caso por favor. -le dio un beso en los labios y pego su frente a la suya al terminar
-No me imagino una vida sin ti. -La rubia le sonrió y besó sus labios nuevamente. -Iré a darle una mano a tu hermana, descansa un poco más. -dijo acercándose a la puerta pero antes de irse dio media vuelta para decirle a Tasha - ¡Tu hermana tiene una cita!
-¿Qué? Oye, no puedes soltar una bomba e irte. -la morena se sentó en la cama.
-Claro que puedo. -la rubia reía al salir de la habitacion.
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Siguiente día:
-¿Por qué no tomas una siesta? -decía Brittany entrando a la sala de la casa después de haber estado con Isabella jugando en el jardín. -Necesitas mucha energía para hoy, recuerda que iremos con las mamis de Elizabeth a la feria en unas pocas horas.
-¿Y también irá Tana?
-¿La tía de Izzie? -la niña asiente -Patt dijo que irían todas, así que supongo que sí.
-Ella te caerá muy bien mami. -la niña sonreía subiendo las escaleras tomadas de las manos -Siempre me cuida, ¡Adivina qué!
-¿Qué cielo?
-Ama el helado de mandarina como yo.
-¿En serio? Bueno, ahora tienes una compañera de helado. -la rubia le quitaba los zapatos y entraban al baño, Brittany la miraba con amor y recordó algo acerca de Santana. -Ese es el helado favorito de tu mamá.
-¿En serio? -la niña decía emocionada -Vaya, pues entonces somos 3 en el club. -sonrió
La tarde había pasado más rápido de lo que la rubia esperaba, terminaba de peinar su pelo y acomodando su vestido, Isabella estaba lista hace unos minutos tenía un linidisimo vestido amarillo floral, y unas lindas sandalias blancas.
-¡Mami, vamos! -la niña dijo al escuchar un auto estacionarse afuera.
Brittany tomaba las cosas que llevarían a la salida y bajó las escaleras con Isabella, Miriam las veía con una sonrisa desde la planta baja, con el abriguito de la pequeña isabella en sus manos.
-Nana, prometo ganar un peluche para ti. -Abrazó a Miriam cuando le ayudó con su abrigo.
-Que se divierta, señora.
-Gracias Miriam, no te preocupes por la cena, seguro que lo haremos fuera. -le sonrió -puedes tomarte la tarde libre, además mañana irías a ver a tu hija, puedes irte ahora si quieres, nos vemos el lunes.
Abrió la puerta de la casa para salir al fin, y al ver a Sam frente a ella le borró la sonrisa en su rostro, no esperaba que fuera él, eso estaba claro.
-¿Saldrán? -preguntó al ver a Brittany tan arreglada.
-Si, ya lo sabías. -contestó la rubia tomando a Isabella en brazos. -Te dije que hoy estaríamos fuera.
-Lo había olvidado, ¿puedo ir con ustedes?
-No. -dijo Isabella -Es una salida solo con mami.
-Pero le estoy preguntando a tu mamá.
-Sam, dejala. -la rubia lo fulminó con la mirada -Isabella está hablando en serio, además nos invitaron solo a ella y a mi.
Sam miró seriamente a las dos.
-Eso sucede porque no le dices a la gente sobre mi.
-No tengo porqué hacerlo, no tienes que estar en todo lo que haga yo.
-Brittany...
-No quiero discutir frente a la niña, te agradecería si finalizas ahí.
Sam quedó con la boca abierta al ver como le hablaba la rubia, no pudo decir nada más porque un auto se estacionó frente a la casa y tocó la bocina dos veces.
-Llegaron por nosotras.
Las chicas dentro del auto esperaban por Brittany, Santana miró al tipo que estaba hablando con la rubia y Tasha seguía jugando en la parte de atrás del auto con Elizabeth.
-Ahí está ese pesado. -se quejaba Patterson en el asiento de copiloto.
-¿Quien? -Tasha miró al frente -ya veo quien.
-¿Quién es ese?
-El pesado que se supone es novio de Brittany -Santana miraba al tipo de nuevo y sintió que lo odio desde ese mismo momento -es un aprovechado, y esa rubia ya no sabe cómo hacer para mostrarle que no lo quiere más que cómo un amigo, ojala pronto sea valiente de hacerlo.
-Brittany, necesitamos hablar. -Sam le pedía.
-Estaré ocupada. -dijo soltándose del agarre que le apretaba la muñeca.
-Mami, nos esperan. -Isabella se desesperaba.
Brittany cerró sus ojos en desesperación y miró como la puerta del auto de las chicas se abría, miro una cabellera oscura salir de la parte trasera y al pasar al frente vió a Tasha, se quedó ahí mirando si la rubia necesitaba ayuda para quitarse al tipo de encima y después salió Patterson, miró en la misma dirección que su esposa y Brittany con una seña para que esperase un poco más.
-¿No saldrias con Quinn y Rachel?
-¿No era que no te acordabas? -preguntaba la rubia exasperada -Las chicas no pudieron este fin de semana, y ellas me invitaron a salir con ellas, y ahora estás haciendo que me retrase.
-Brittany, ¿nos vamos? -Tasha grito desde la entrada al jardin frente a su auto.
-Si, solo dame un momento. -dijo mirando a Sam.
-Brittany, por favor. -hablaba Sam.
-Está bien, hablaremos.
-¡Mami! dijiste que irías con nosotras -se quejaba la pequeña
-Lo sé cielo, pero esto es importante. -la rubia la puso en el suelo y se acercó a su oído. -Mami se va a liberar de la torre. -le susurró.
-No te quiero dejar sola. -dijo la niña con miedo -él es malo mamá.
Brittany se acercó a las chicas y les explicaba la situación, Tasha miraba a Sam sin confiar en él, ella confiaba en el instinto de Patterson cuando le dijo que el muchacho era para nada bueno, y más cuando escucho el audio de Patterson en el laboratorio confirmando que él fue quien ese día había negado que la casa a la que habían llamado a confirmar si era la casa donde Isabella vivía.
-¿Estás segura Brittany? -preguntaba Patterson tomando la mano de Isabella. -Podemos esperar.
-No creo que me tome poco tiempo lo que pienso hacer, creo que llegó la hora de aclarar las cosas.
-Si necesitas algo, no dudes en llamarnos. -le ofreció Tasha
-Vamos princesa. -dijo Patt. -mami tiene cosas que hacer, pero la próxima vez iremos juntas.
-¿Por qué no vas y ganas un pato? -dijo Brittany agachándose a su altura. -Así luck tendrá un amigo. -le dijo con una sonrisa.
-Te quiero mami. -la niña le abrazaba.
-Y yo a ti mi amor. -besó su frente -te veo más tarde, diviertete muchisimo.
Santana miraba a las chicas venir con Isabella y se sintió un poco decepcionada, al parecer la rubia no vendría con ellas, se aseguró de ello cuando vio como la muchacha entraba a la casa seguida del rubio, vio a Isabella sentada en la parte trasera cuando las chicas le ayudaron con el cinturón y podía ver la mirada triste de la niña, suspiró y bajó del auto pasándose al asiento junto a ella.
-Conduce tu Pato, yo me quedaré con las niñas aquí.
Tasha miró a su esposa poner sus ojos en blanco y subió al asiento de copiloto para hacerle compañía, sabía que Patterson detestaba que le dijera así.
Brittany dejó que Sam pasara a la sala de la casa y le dijo que le esperase para ponerse algo más cómodo, se miró en el espejo e hizo una mueca al tener que quitarse la ropa que había elegido, se había esforzado por verse bien para nada.
Bajó y encontró a Miriam esperándola en la planta baja con un pequeño bolso, ahí tenía las cosas que necesitaría para el fin de semana.
-Miriam, pensé que te irías.
-Sí, pero vi que llegó el señor Evans, ¿quiere que me quede?
-No, no te preocupes. -la rubia le sonrió -al fin y al cabo seguramente estará fuera de aquí para la hora de la cena, yo puedo pedir cualquier cosa.
-¿Está segura?
-Claro que si, ahora solo quiero que vayas a ver a tu familia, seguro te extrañan -asintió y salió del lugar.
Miró el vaso con agua en la mesita de centro y a Sam de pie frente a la foto de Brittany con Isabella en el bautizo de la niña.
-Tu me dirás que es de lo que quieres hablar. -la voz de Brittany lo hizo girarse y mirarla.
-¿Qué está pasando con nosotros?
-Sam...
-No Brittany, no entiendo.
-Es porque nunca quisiste ver que no pasaba nada -la rubia soltaba cada palabra olvidando a quien le estaba hablando, Patterson tenía razón si jamás dejaba de pensar en los demás nunca podría elegir qué hacer. -Sam, se que fue mi error decirte en primer lugar que si te daría una oportunidad esa vez, pero después comprendí que no pasaría nada más de lo que ya teníamos, y eso es la amistad que compartimos desde que estábamos en la escuela.
-Pero cómo puedes hacerme una cosa así Brittany, todo este tiempo lo único que haz hecho es usarme.
-Jamás te usé, te seguí viendo cómo ese amigo que siempre me protegió en la escuela cuando aún...
-Cuando aún no estaba Santana... -dijo Sam apretando el vaso con whiskey que tenía en la mano. -Sabes Brittany, nunca pensé que serías tan estúpida. -la rubia levantó la mirada y estaba herida -Debes aceptar de una maldita vez que Santana no volverá, ni por ti y tampoco sabrá de esa niña que tienen en común.
-Tu no sabes eso... y si eso no pasa es mi problema si la sigo esperando el resto de mi vida.
-Cuando te des cuenta que ella no estará más nunca, cuando eso te golpee vendrás a mi llorando por mi perdón.
-Pensé que podríamos ser amigos, como lo eramos antes. -decía Brittany mirando al piso.
-¿¡Eres idiota!? -gritó el rubio asustando a Brittany.
-¡Suficiente! crees que porque estas enojado y ahora estoy siendo un poco egoísta eligiendo lo que siento, puedes venir a gritarme y decirme lo que te venga en gana, y eso no es así. -La rubia estaba completamente molesta -Sam, no puedo negarte que no me sienta herida por como te estás comportando ahora, pero ya sufrí demasiado dolor con la pérdida de la persona que yo amo, creo que nada podría lastimarme más que eso.
Sam la escuchaba hablar aún de Santana y podía sentir cómo le hervía la sangre.
-Lo único que por todos estos años me hace seguir adelante es mirar a mi hija. -dijo la rubia sin dejar que la mirada amenazante de Sam le amedrentase. -Nunca te habías atrevido a hablarle mal, o por lo menos en eso si fui estupida para no darme cuenta que no la quieres para nada, la manera en que le hablaste hoy fue horrible, dejarla en la escuela sin importarte una mierda de lo que pudiera pasarle fue lo peor. -la rubia estaba realmente enojada -sino había dicho nada sobre lo "nuestro" -dijo haciendo comillas con sus dedos -Es porque no quería lastimarte, pero el limite es Isabella, ella dice que eres malo.
-¿Le vas a creer a una niña de casi seis años?
-Ella es mi hija, por supuesto que le creo. -dijo la rubia -La enseñé a no mentir, y se que si ella me dice eso sobre ti no es porque seas una dulce y mansa paloma en como la tratas. -dijo la rubia frente a él. -te juro que si algun dia me llego a enterar que le hiciste algo más que una contestación fea cómo la de hoy, yo misma te busco y te enterraré vivo.
-Vaya así es cómo tratarías a tu "amigo" de años.
-No, es que en el momento que alguien que se meta con mi niña no dudaré en dar el merecido incluso si esa persona eres tú.
-Estás usando a tu hija como excusa para terminar conmigo.
-No, es una razón por las cuales lo hago.
-Y además de esa cual es otra de las tantas... -el rubio había perdido su paciencia.
-Que yo no te amo, eso es lo principal. -la rubia miró sorprendida el vaso que segundos atrás estaba en manos del rubio estrellarse contra la pared.
-No puedes hacerme esto ahora Brittany, no ahora.
-Ahora es mejor que dejar pasar más tiempo, me siento mal por dejarte pensar demasiado tiempo, lo contrario a mis sentimientos, creí que serías lo suficientemente listo para darte cuenta de eso.
El rubio metió la mano en su bolsillo y dejó a la rubia boquiabierta, el rubio estaba implorando de rodillas con anillo en mano que se casara con él.
-Vamos Sam, no hagas esto.
-¿Ni así me aceptarás? Brittany yo te amo.
-Pero yo no a ti. -dijo la rubia decidida, si con esto lo perdía cómo amigo ya no tendría nada que hacer, solo aceptar su decisión.
-Puedes aprender a amarme.
-Amar no es una asignatura de la universidad Sam. -la rubia se apartó de él. -El amor surge y nace, no se aprende. Te dije que no quería nada contigo, intente quedar cómo amigos pero es algo que estás complicando, si no aceptas eso... tendrás que irte de nuestras vidas para siempre.
-¡Te odio! -dijo pero la rubia sabía que él solo hablaba por la rabia del momento. -¿Sabes cuánto gasté en este anillo?
-Vendelo, ese no es mi problema asi que puedes venderlo y recuperar algo del dinero, no te di pie a pensar que podríamos casarnos, ni siquiera convivimos, y esto parece de todo menos una relación Sam, ya acéptalo y mira la realidad. -la rubia cerró los ojos cansada de la situación. -por favor, acepta mi decisión, quiero que el lunes tomes las pocas cosas tuyas que están en la habitación de invitados.
-Espero solo una cosa Brittany, ojala el dia que escuches algo más sobre Santana, sea la noticia que está muerta. Es mi único deseo para ti y esa niña malcriada que tienes.
No supo en qué momento, pero el impacto de la mano completamente abierta del rubio impactó en su rostro tirándola al piso por la fuerza que había usado, sin nada más que decir Sam salió del lugar hecho una furia dejando a Brittany recomponiendose en el piso, aun un poco perdida de lo que había pasado, el golpe la había dejado un poco aturdida, de su labio corría un hilo de sangre y de sus ojos ahora caían lagrimas en cascadas.