JULLS.
Ya era otro día. Hoy después de clases, teníamos un pequeño entrenamiento de lacrosse.
El coach me dio la oportunidad de practicar ser defensora, ya que había visto con la fuerza lograba derribar a los chicos.
Y aparte, en las temporadas que jugué con este equipo siempre hacía de defensa con Scott, o incluso Stiles, pero con este ultimo yo era más su defensa de los chicos.
Por otro lado, nos dimos cuenta que el sabueso que atacó a Liam el otro día, estaba muerto, ya que ese día llámanos a Scott y junto a Malia y Lydia fueron a buscarlo.
Y cuando lo encontraron, estaba muerto con un herida en su cabeza producida por una bala, y lo más extraño, es que era una bala con la marca Argent.
Y por lo que sabía, Crish ya no se dedicaba a cazar, o alguno de su familia, aunque no los conocí a todos.
Mientras esperaba a Liam y a Mason, me encontraba con Corey en las bancas del campo. Hablando sobre cosas de la vida.
—Pero no entiendo, ¿son o no son?, –preguntó él confundido.
—No pero a la vez si, ¿entiendes?, –dije colocando mis guantes.
—No en verdad, –negó con la cabeza.
—Dejémoslo en que estamos intentando algo, –hice una mueca.
—Las relaciones entre heteros son muy raras, –soltó Corey de la nada, y no pude evitar soltar una carcajada.
Seguimos hablando un rato más hasta que vi a otro chico llegar al campo de lacrosse con su equipo y un maletín.
Lo reconocí enseguida. Lo había visto algunas veces ya que habíamos jugado contra su equipo, Devenfort.
Pero, no sabía su nombre, ya qué las veces que jugamos lo más que interactuamos fue cuando a ambos nos tocaba sacar la pelota o cuando nos derribábamos el uno al otro.
Recuerdo que una vez él me dejó en la banca un juego, ya que me empujó tan duro que sentí que me quebró la espalda. Por suerte no pasó a más, y solamente tuve que descansar.
Sabía que Liam y él se conocían, porque cada vez que lo veía: enojo era lo único que se sentía cerca de Liam. O por como se miraban retadoramente. Lo que sea que pasó entre ellos, espero que ya lo hayan podido arreglar.
Me incliné hacia Corey para poder hablarle en bajito.
—¿Sabes como se llama?, –le pregunté siguiendo al chico con la mirada disimuladamente. Corey miró en la misma dirección.
—Oh si, se llama Brett Talbot, fue ex-compañero de Liam en Devenfort.
—Oh..., –Brett dejó sus cosas en una banca un poco lejos de nosotros mientras empezaba a preparse.
—Él también es hombre lobo.
Abrí mis ojos hasta su tope sorprendida.
—Wow...
—Mason está obsesionado con sus cuadritos en su abdomen, aveces me dan ganas de golpearlo, –murmuró Corey y lo miré.
—¿Tu?, pero si tienes cara de qué no matas ni una mosca, –comenté frunciendo un poco el ceño, —Aparte no creo que tenga tantos cuadri-
Me quedé callada al dirigir la mirada hacia donde él estaba, ya que Brett se estaba quitando la camisa para cambiarla por otra de manga larga, y así el sol no queme tanto su piel.
Y como dijo Mason, de verdad se tenía un cuerpo admirable por mujeres y hombres.
—Retiro lo dicho, Mason tiene razón.
Sentí como alguien más se puso a mi lado, asomando su cabeza entre Corey y yo.
—¿A quien miramos?, –reconocí su voz, Mason.
—A Brett...
—Julls cayó en sus encantos, –le dijo Corey, y enseguida lo miré.
—¿Qué?, ¡no!, –frunci el ceño.
Era guapo y todo, ni siquiera Mason podía negarlo pero, eso no significaba que me había gustado.
—¿En que encantos cayó Julls?, –otra voz, a nuestras espaldas habló mientras se ponía detrás mío. No tuve que darme la vuelta para saber que era Liam.
Y en este momento quiero que me trague la tierra, y de paso matar a Corey.
—Los de Brett.
Definitivamente, hoy Corey no llega a su casa.
—Corey este es el momento en donde debes callarte, –entre cerré los ojos.
Liam quien estaba detrás mío, hizo mi cabeza para atrás suavemente para que pudiera mirarlo.
—¿De qué habla el camaleón?
Y así fue, como tuve la oportunidad de conocer a Liam celoso. Porque hasta a la vuelta de la esquina se le notaba.
—De nada, no sabe lo que dice, –rodé los ojos y lo golpeé en la pierna, —Es solo que Corey me dijo que Mason dice que tiene un buen cuerpo y pues no mentía, –me encogí de hombros.
Liam suspiró dejando sus cosas en la banca. Con mis labios le formule a Corey que lo iba a matar y seguí poniéndome mis equipos.
—¡Dunbar!
Los cuatro giramos la cabeza hacia la dirección de la voz, aunque ni siquiera nos hayan llamado a los restantes.
Vimos a Brett correr hacia nosotros y detenerse junto en frente.
—¿Iniciamos ya?, –preguntó él, soriendonos a todos.
Noté como Mason se le quedó viendo atontado, y como Corey lo pellizco enseguida.
—Sí, –Liam se levantó y caminó hacia el campo. Segundos después fue seguido por mi y Corey.
El pelinegro se colocó en la portería a mi lado, ya que ambos seríamos los atajadores, por esta vez.
No era muy buena en eso, pero Scott me recomendó que aprendiera a hacerlo, para ser defensora y porque no se sabe cuando me toque hacer esa posición en algún partido.
Empezamos el entrenamiento. Y Brett fue el primero en tirar antes de esquivar a Liam pero, logré atrapar la pelota antes de que entrara a la portería.
Los chicos que nos estaban viendo, empezaron a aplaudir y a hacer bulla emocionados.
Brett hizo una mueca de asombro y a la vez de orgullo porque pude atrapar un tiro suyo. Corey tomó otra pelota y la lanzó para que volvieran a iniciar.
Liam se puso de defensa para impedirle el paso a Brett, pero de todas formas él lo esquivó como si nada y corrió hacia la portería tirando la pelota. La cuál ni Corey ni yo pudimos atrapar; por lo que Brett logró anotar un tiro.
Logré escuchar como Brett le decía cosas a Liam cada vez que anotaba, y eso, en algún punto molestaba a Liam.
Brett volvió a tirar y gracias a que Corey y yo chocamos el uno con el otro por ver quien atrapaba la pelota: Brett movió el stick en otra dirección, y anotó el tiro.
Corey y yo nos miramos indignados.
Seguimos el entrenamiento y en todos los tiros que Brett hacía, esquivaba o tiraba al suelo a Liam. Anotando el tiro algunas veces, ya que algunas pude atraparlas.
De la nada, Liam empezó a correr tratando de impedirle el paso a Brett, tanto, que cada vez se acercaban a nosotros y si no se detenían nos íbamos a caer los cuatro.
Cuando los vi demasiado cerca, me hice a un lado y dejé que los tres se cayeran al suelo, llevándose todo y portería.
Los miré raro mientras éstos trataban de levantarse. Brett fue el primero en levantarse y miró a Liam.
—Estas perdiendo, –Liam lo fulminó con la mirada y se levantó. Sabía que ese comentario fue lo que llevó a Liam al borde de su ira.
Decidí no decir nada y dejar que se fuera de nuevo a su posición. Ayudé a Corey a levantarse, mientras estaba alerta por si Liam se transformaba.
Luego de unos segundos en los que Liam y Brett se preparaban. El más alto corrió hacia la portería, pero fue derribado por Liam con fuerza, quién enseguida tomó la pelota y corrió en la misma dirección.
No hizo falta esperar para saber que la iba a lanzar con fuerza, así que me corrí un poco dejando que Corey la atajara.
Pero esta lo golpeó e hizo que cayera al suelo. La pelota al golpear la cancha, hizo un agujero.
Abrí la boca frunciendo el ceño, y lo miré:
—¿Qué demonios?
Ayudé, —otra vez—, a Corey a levantarse, y noté como Brett y Liam hablaban, mientras que el más alto le daba leves golpe, y Liam solamente se mantenía tenso.
Luego, Liam salió de ahí. Fue directamente a la bancas mientras se quitaba el casco y sus equipos de manera brusca. Volteó un poco la cabeza y me miró unos segundos.
Yo solamente lo miré preocupada por su comportamiento, y con miedo a que pase más y sus ataques de ira regresen.
Porque fui testigos de varios.
Él solamente me miró serio, pero sus ojos azules reflejan otra cosa; tristeza.
Luego se fue directo a los vestidores, y decidí dejarlo que fuera solo. Notablemente, él necesitaba tiempo a solas.
Le hice una seña a Brett, indicándole que salía del entrenamiento. Me dirigí a las graderías para sentarme junto a Mason, y a esperar que el entrenamiento acabe.
Solté un suspiro y tiré mi cabeza hacia atrás frustrada. Mason me miró.
—Julls, él estará bien.
—Eso espero.
***
Cuando el entrenamiento terminó salí en busca de Liam. En el resto del entrenamiento, no volvió, así que cuando todos los chicos se fueron fui en busca de él a los vestidores.
Apenas entré a este, vi a Liam tratando de arreglar la puerta de su casillero, pero como este no se despegaba, terminó por golpearse en la cara.
Traté de reprimir una risa para terminar de acercarme.
—¿Necesitas ayuda?
Él se dio la vuelta asustado, y cuando miró que era yo, trató de ocultar el hecho de que su casillero estaba... prácticamente roto.
—¿Qué...qué haces aquí?, –tragó saliva.
—Vine a buscarte, ¿estás bien?
El rubio suspiró rendido. Dejó de lado la puerta de su casillero y acomodó su cabello tomando haciendo en la banca.
—¿Quieres que sea honesto?
—De preferencia, sí, –me crucé de brazos, —Sé que no es de mi incumbencia, pero me preocupas Liam, me preocupa que vuelvas a tener ataques de ira.
—A mi también me preocupa, –bajó la cabeza jugando con sus dedos.
—Liam...¿qué es lo que exactamente pasa?, –tomé asiento a su lado. El rubio miró al suelo mientras pensaba en qué decir.
—Scott ya casi se irá, –dijo finalmente, —Malia y Lydia también, y Stiles ya se ha ido. Todos se están yendo, Julls.
—Liam, van a ir a la universidad. No se irán para siempre. Tu y yo iremos a la universidad, todos lo haremos, pero eso no significa que sea para siempre.
—Lo sé, pero estamos en ultimo año, ¿cómo se supone que equilibre el último año y ser el nuevo alfa?
—Nadie espera que tu seas el-
—¡Scott lo espera!
Le di una mirada triste. Suspiré y apreté mis labios.
—Nadie espera que lo hagas solo Liam, estoy aquí, sabes que no me iré a ningún lado sin ti, –dije, haciendo que el de ojos azules levantara su cabeza y me mirara, —E incluso si los chicos lo esperan, no permitiré nada de eso. Así que deja de pensar, que todo el cargo lo tendrás tu solo.
—¿Y si no estoy listo?
—Nadie, está listo para esto. Pero eso no significa que estarás solo, Mason y Corey estaran ahí, yo estaré siempre contigo, y nada podrá impedirlo.
—¿Ni siquiera Brett?
Solté una risita.
—Ni siquiera Brett... Liam tu eres el que me gusta, no él, no nadie más, y si estoy intentando esto contigo es porque de verdad te quiero y eso, implica estar contigo, apoyarte en todo lo que pueda pero para eso necesito que confíes en mi, y que si tienes un problema, me lo digas, así ambos veremos como arreglarlo juntos, porque créeme, no es lindo tener un problema y lidiar sólo con el, siempre necesitamos a alguien.
Él no dijo nada, solamente me miró entristecido y cuando menos lo esperé, Liam me envolvió en sus brazos.
Puse mi cabeza en su hombro, pegando mi rostro a su cuello mientras él bajaba la cabeza y escondía su rostro en mi hombro. Su usual olor a vainilla invadió mis fosas nasales, dándome una cálida sensación de paz.
No sé cuanto tiempo estuvimos así, simplemente disfrutando la compañía del otro. Hasta que al mismo tiempo ambos nos fuimos separando, y dejamos que nuestros rostros quedaran cerca uno del otro.
Liam acarició mi mejilla, para luego besar esta con suavidad, dándome una linda calidez que me hizo sonreír de lado.
Dios, no sabes cuanto me gustas Liam Dunbar.