. 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 .M I FLOR 🌹•XVI○Capítulo Dieciséis. 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 . 💮 .
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¡Despertar en la cama, aspirar el aroma de ella y darte cuenta que todo marcha bien, es lo mejor que te puede pasar! De un encuentro inesperado, una guerra de miradas, empezamos una aventura con ilusiones.
La miro todos los días y encuentro a una mujer maravillosa, una hermosa dama. Una chica admirable por su corazón, su valentía, su mentalidad y respeto de sobremanera sus decisiones.
Encuentro en ella a una amiga en la que puedo confiar mis secretos más íntimos, somos juntos confianza, tranquilidad y paz. He aprendido más de lo que podía esperar en ella.
Roses es perfecta desde mis ojos, porque incluso sus debilidades, defectos y amenazas son un paso para su éxito. Es empática, aventurera, amorosa, sincera, hábil, soñadora y mucho más...
Ella es todo lo que quiero por el resto de mi vida, lo comprendí hace poco. Sé que llevamos poco tiempo saliendo, pero ahora comprendo aquella vez que mi hermano Frederick dijo: "No es el tiempo, es lo que vives con ella" Con ella río, me enamoro y vuelvo a nacer cada día siendo mejor.
Con Roses he descubierto la felicidad en muchas cosas que veía normales, ella me ha abierto los ojos ante realidades y momentos malos. Me enseñó a ver en dónde los demás no lo han hecho.
Veo cada día el empeño que le pone a las cosas, a todo lo que hace. Su pasión es admirable. Su amor por los niños es irreal, pero bendito, es verla y querer tener muchos hijos, porque aprecia a su sobrino, cuida con cariño a Gala.
También de ella amo la admiración que tiene por Joey. El respeto que tiene por mi padre.
Encuentro a Gala despertándome con los ojos llorosos.
-Tito, ¿Dónde está la tita Ro?-Pronuncia despacio, luce preocupada. -La busqué por toda la casa, no está. -Agrega. La envuelvo en mis brazos.
Me levanto deprisa, busco a Roses por todas las habitaciones, el baño, la cocina, el comedor, pero no está. Dejó su teléfono, su ropa, su cartera.
-Cariño, te vas a quedar con los abuelos un rato. -Explico a Gala, mientras me cambio la pijama por una camisa decente y un pantalón, ato mis zapatos y me peino un poco.
¿Dónde estará? Doy instrucciones al poco personal para que avisen si vuelve. Manejo a casa de mis padres, dejo a Gala sin muchas explicaciones, voy a casa de Roses, allí no está.
Frustrado, desorientado y muy confundido, vuelvo a casa. Encuentro algo que no encaja, no estaba ahí antes, pregunto al personal si alguien lo puso o dejó ahí, pero no. Un sobre amarillo llama mi atención, está rasgado, por lo tanto, ha sido antes abierto.
-¡Esto no puede ser!-Expreso para sí mismo, me llevo las manos a la cabeza. Sostengo fotos de Eiza en mi oficina, encima de mí. No me atrevo a ver más, así que las dejo esparcidas sobre mi escritorio.
Ahora sé que porqué Roses se ha ido. Llamo a su casa, nada pasa.
Pasa un día, trabajo mucho, la busco con pesar.
Pasan dos días, ella no vuelve, no me llama, no me busca. No va por su celular, ni su ropa, ni su bolso.
Cuando ya han pasado más de cuarenta y ocho horas, me siento muy mal consigo mismo. He asistido a su casa varias veces, toco la puerta, no abre, parece no estar allí.
-¡Tenemos que hablar, Roses!-Declaro ante la puerta. Ella no responde. Sé que está ahí, la luz está encendida.
Odio esta situación. Sabía que tendríamos problemas, porque mi vida laboral es complicada, rodeada de muchos negocios, pero esto tiene una explicación.
Escucho una señal que me alerta, por ello, me obligo a romper de una patada la puerta de entrada. Actué cometiendo una locura, pero al verla me sobrepasó el miedo. La encuentro desmayada, luce pálida, tiene los ojos caídos, actúo con rapidez, el corazón se me llena de mucho miedo, lágrimas corren velozmente por mis mejillas y el sudor cubre mi frente. Llamo a emergencias, cada segundo es peor que el anterior, intento recordar cómo puedo salvarla, pero no recuerdo. Solo la tomo en brazos y lloro, sé que no servirá, pero me duele el pecho de tristeza.
Un equipo llega a su domicilio, se encargan de ella, la trasladan en una camilla a la ambulancia, luego los sigo hasta un hospital cercano, indican que sus signos son relativamente estables, pero hay que esperar.
No quiero perderla. No puedo permanecer sin noticias buenas. No se puede ir.
Tras treinta minutos en solitario en una silla de hospital esperando noticias, escucho una voz dulce.
-¡Hola Maximiliano! Tal vez no me conoces, soy la mamá de Roses, Paige. -Articuló una mujer de estatura pequeña, cabello negro y ojos verdes.
-¡Mucho gusto! Es un placer conocerla, aunque desearía fuese en otro lugar y ocasión. –Respondo con amabilidad.
-Me avisó un vecino de Roses.-Respondió mi duda. -Ella es una mujer muy testaruda, le recomendé muchas veces ir al psicólogo, porque es un doctor para resolver muchos problemas que tenemos en la mente, pero ella creía que solo era para locos. -Opinó.
-¡He aprendido tanto de ella estos meses!-Emití sonriendo después de horas terribles.
-Ella nunca me habló de ti. Me enteré por Hailey, veo que no se equivocaba respecto a decir que eras un hombre agradable. -Confesó y me dedicó media sonrisa.
-¡Me emociona mucho escuchar esas palabras, señora!-Agradecí.
Fuimos interrumpidos por un doctor joven.
-Familiares de la paciente Roses. -Asentimos al mismo tiempo.
-Ella está bien ahora. Sus valores se están normalizando, estuvo bebiendo mucho alcohol y produjo un coma etílico. –Anunció el doctor.
-¡No!-Grité, incorporándome en uno de los asientos.
-Por favor, pasen a mi consultorio un momento para explicarles. -Indicó el doctor.
-Un coma etílico es el grado más grave de intoxicación por alcohol, se produce por ingerir una gran cantidad de alcohol en un breve periodo de tiempo, ella debe descansar esta noche, mañana quizá estará mejor. –Reveló, nos habló de manera extensiva, luego mostró con un vídeo lo que podía haber pasado.
No pude volver a casa después de lo que dijo el doctor. Me quedé esperando poder verla y recibir noticias pronto. Llamé a mis padres, les informé respecto a la situación y expliqué al equipo Editorial por mensaje que se aplazaría la publicación del libro.
Las horas siguieron su curso normal. La Editorial Cali era un lugar esperanzado por la pronta recuperación de Roses, mi hogar y mi vida no eran lo mismo sin ella, era mi luz, mi paz, mi amor y todo lo bonito que pudo existir.
Los doctores y enfermeras fueron pacientes con mis visitas. Dormí toda la noche a su lado en un mueble, pero esperando. Recé, después de mucho tiempo lo hice, pese a ser escéptico en cuestiones religiosas.
Se decía que podía despertar pronto, pero no veía ese momento. Entraba a verla y me daba terror, verla para mí era sentir fragilidad, lloraba por no haber podido hablar antes, me preguntaba si sufría, si le dolía algo. Pasó un día largo, el cual, después de trabajar en la Editorial, decidí visitarla y sentarme a hablarle de mi día, pero después me centré en sincerarme.
-Cariño, quizá estés muy frustrada. Yo también lo estaría en tu lugar, si me tocara ver fotos de mi novia con otro hombre besándose. Esta situación tiene una explicación, ese día llevábamos una semana de novios, ella era una proveedora de servicios de publicidad, se acercó a mí con otras intenciones, de hecho, ella no era la proveedora original, sino la hermana de Jessica, la que atendía el negocio. Me besó, se me encimó, pero no sucedió nada más. No lo permití. No tengo idea cómo hizo para tomar esas fotografías, pero esas malas intenciones no las voy a permitir aquí. Acordamos que hablaríamos todo. -Expresé, respiré hondo.
-Tú eres todo lo que quiero ver cada uno de mis días, hasta que muera. Tú, eres mi principio y mi final. Eres mi fuerza, mi mar de emociones, mi refugio, mi musa, mi inspiración, mi motivación. Desde que te conocí encontré mi tranquilidad y he sido mejor hombre. -Susurré
-He encontrado cosas maravillosas junto a ti. He visto cómo eres con Gala y el niño de Hailey, así que sé que buena madre serás. -Acoté.
-He evolucionado contigo, he hecho cosas que no pensaba. Y... -Añadí, pero me volví a detener. -Contigo sueño, pienso y vuelvo a creer en el amor, por eso... ¡Te amo, Roses!-Sellé.
Empiezan a sonar las máquinas que monitorean sus signos vitales. Vienen enseguida los doctores, enfermeras y me obligan a salir. Quedo esperando con el corazón en la mano, luego viene el doctor Harry, el que atendió el caso principal de Roses.
-Ella ha despertado, puede pasar. -Informa Harry.
Entro a la habitación encontrando los ojos que me enamoraron.
-¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?-Interroga con curiosidad, Roses.
-¿No me reconoces?-Pregunto impresionado. Niega con la cabeza
-Somos novios, soy Maximiliano. -Susurro. Intento tomar su mano, pero me esquiva. Enarca una ceja confundida.
-¿Cómo pretendes que te recuerde? ¿Quisieras encontrar a tu novia con otro hombre besuqueándose?-Grita
-Déjame explicarte. -Objeto.
-¡No quiero escucharte! Fuera de aquí. -Ordena.
-Acordamos hablar, Roses. -Digo, ella luce enojada.
-Aquí no importa lo que dijimos. No vale la pena. -Explota.
Irrumpe en nuestro ambiente un doctor diciendo: -¡Basta!-
-Doctor, tengo que aclarar un problema con ella. -Acuerdo.
-Ella no puede hablar ahora, debe descansar. ¡Venga mañana!-Propone.
-Me voy a ir, Roses. Mañana volveré, vamos a hablar, descansa. -Pronuncio despacio, beso sus labios robando un beso y me marcho.
Vuelvo a mi hogar. Mi madre viene para cocinarme. Esa noche recuerdos vienen a mí, mi infancia cuando me hacía galletas.
-Mamá, ¿podemos hablar sobre algo?-Pregunto.
-Claro, cariño. -Responde dulcemente. Deja de cocinar, se sienta a mi lado y me mira expectante.
-A Roses le llegaron unas fotos besándome con otra. -Digo mientras busco el sobre. -Ella creyó que fue verdad, pero es una trampa, no besé a esa mujer porque quise, ella se me encimó. -Explico. -Cuando se fue, la busqué, pero no la encontré. No hablamos, ella bebió por tres días, hizo locuras y por eso estuvo en un coma etílico. -Acoté.
-Las relaciones necesitan respeto, complicidad, compromiso y voluntad, es alimentación todos los días. Una de las bases de toda relación es la comunicación. Cuando me casé con tu padre, una avalancha en los medios surgió e incluso en la familia muchos problemas salieron. La gente pensaba que me quería aprovechar, que quería su dinero, que esperaba fama. El tiempo lo ha dicho todo, nuestras ganas de fortalecernos juntos, porque tu padre ha cumplido sus metas, pero jamás me dejó que no cumpliera las mías, más bien me impulsó al cumplimiento correcto de las mías. No fue fácil, porque ni tu abuela creía en mí, tuvimos confrontaciones, pero ella se dio cuenta que Antonio y yo éramos un buen balance, depositó con el tiempo su confianza cuando nacieron sus nietos, y ahora mira.... somos amigas. -Expuso. Se sinceró conmigo, hablamos tranquilamente.
-¡Gracias mamá por impulsarme a cumplir mis sueños más locos! Aún recuerdo ese día que te dije que no quería seguir adelante con la carrera de Arquitectura y recibí tu apoyo. ¡Eres la mejor mamá del mundo!- Expresé.
-No hay de qué, hijo. Es un completo placer para mí ser tu guía. Mi familia y mi empresa representan para mí un impulso a seguir. Todos los días le doy gracias a Dios por hacerte un hijo feliz, por seguir tus sueños locos, por verte apasionado en tu trabajo. Desde pequeño eras un niño que cultivaba el respeto y la empatía, eras guerrero, por eso, guardé mi mayor secreto, me di cuenta que eras un buen líder. Delegabas acciones con facilidad. Todos los días querías que te leyera un cuento, incluso te encontré muchas veces cuando todos dormían con una linterna leyendo en las oscuridad. No tenías límite en cuanto a tu aprendizaje. Al empezar la escuela, eras apasionado por los experimentos, amabas las ferias escolares y las actividades de matemática. Protegías a Fred, lo defendías. -Contó mi madre.
Escucharla hablar fue todo lo que necesité esa noche. Nos acostamos muy tarde esa noche, pero realmente fue lo mejor, porque no pude dormir, me moví mucho en la cama, no paré de pensar en Roses, en cada una de sus palabras, sus hechos, sus caricias, sus fotos desprevenidas.
No existía nada más que quisiera agradecer, que no fuese la entrada de ella en mi vida.