Barbara: Eduardo espérame afuera no me demoro.
Eduardo: no te demores
le dio un beso.
Pasaron unos 5 minutos y Bárbara salió del baño, vio a Eduardo ahí acostado en su cama paso silenciosa y fue a sorprenderlo con un beso.
Eduardo: que lindo sería despertar siempre así con un beso tuyo
la tumbo a la cama.
Barbara: si, pero debo arreglarme.
Eduardo: no me vas a dejar así solo con un beso verdad?
dijo mirándola fijamente y con el ceño fruncido.
Barbara: pues como te parece que si por que debo vestirme y eso lleva tiempo y eso es lo que no tengo tiempo.
Eduardo: pues te vas a tener que rebuscar más tiempo por que ami no me dejas así, la tomo del brazo y la tumbo a la cama, empezó a besarle el cuello y soltó su toalla, ya ella tenía su ropa interior puesta, pero este se encargó de quitarsela de nuevo, Bárbara intentaba resistirse pero cuando Eduardo beso su cuello le fue imposible, empezó a desabotonar la camisa de el y a bajar sus pantalones.
Eduardo: no pues que no
Barbara: eres irresistible, pero hazlo rápido.
Eduardo: como digas.
Barbara dio un grito ahogado, tanto que pudo asegurar que Antonio escuchó en la planta baja, Eduardo la embistió muy fuerte, la hacía gritar de placer, ella lo mordisquear por todos lados, sus manos tocaban cada parte del cuerpo de Eduardo, volvió a dejar chupetones en su cuello, esta vez más notorios que lo Anteriores, Eduardo seguía embistiendola con fuerza, mientras le callaba los gritos ahogados a besos, una vez terminaron Eduardo callo a un lado de ella.
Eduardo: así o querías más rápido.
Barbara: casi me matas de placer.
Eduardo: eso me encanta saberlo
la beso.
Barbara: con esto te voy a extrañar aún más.
Eduardo: esa era la idea, que no dejes de pensar en mi y mira estos pequeños chupetones son para que me recuerdes y recuerdes cada vez que estuvimos juntos.
Barbara: no me digas que me hiciste otro chupeton
se paró de la cama a mirarse al espejo.
Eduardo: otro no amor, otros.
Barbara tenía en el cuello 5 chupetones.
Barbara: Eduardo no por que hiciste eso ahora que ropa me pondré para ocultarlos, hoy pensaba salir de coleta.
Eduardo: no se mi amor pero necesitaba marcar territorio.
Barbara: eres un abusivo.
Eduardo: nada de eso solo que eres mis y de nadie más
dijo apretandola por detrás y dándole más besos en su cuello.
Barbara: bueno ya deja de besarme que no vamos a salir nunca de esta cuarto, vístete mientras yo voy y busco que ponerme, ahora me va tocar viajar llena de sudor por que no me da tiempo de bañarme de nuevo.
Eduardo: no importa llevas mi olor encima, no crees que es fascinante.
Barbara: claro que si, espérame voy al armario.
Eduardo se quedó vistiéndose, cuando terminó se puso de nuevo sus zapatos, se los había quitado para entrar al baño con ella, termino de vestirse y se acostó otra vez en la cama a esperar que ella se vistiera, en ese momento Antonio tocó la puerta.
Antonio: se puede
Eduardo: claro que si pasa.
Antonio: Eduardo y la princesa.
Eduardo: esta vistiéndose.
Antonio: okey dile que la espero a bajo ya el chófer tiene todo listo solo faltan ustedes.
Barbara: Toni ya vamos solo me peino el cabello y ya.
Antonio: okey los espero abajo no se demoren.
Eduardo: ya bajamos.
Antonio salió de la habitación.
Eduardo: no me quiero separar de ti. dijo acercándose a Barbara que ya estaba lista para salir.
Barbara: yo tampoco, pero recuerda que este es el comienzo de una nueva vida, y tu ya estás en ella.
Eduardo: te voy a extrañar mucho
dijo besandola.
Barbara: y yo a ti
también lo beso
Barbara: Vamos se nos hace tarde.
Eduardo y Barbara bajaron cojidos de la mano, llegaron a la salida de la casa y ya Antonio los esperaba.
Eduardo: los puedo acompañar al aeropuerto?
Antonio: claro que si vamos?
Barbara: si
Antonio se subió en la parte de adelante del auto y dejó a Barbara y a Eduardo atrás, para que pudieran estar juntos los últimos minutos.
Eduardo: Prometeme que me llamaras todos los días, a todas horas.
Barbara: ya te prometí eso.
Eduardo: pero quiero que lo vuelvas a hacer.
Barbara: lo prometo
Eduardo la besó, Bárbara lo apartó, sabía que ahí estaba Antonio, y aunque el sabía lo de ellos 2 no quería que los viera.
Eduardo: no vuelvas a hacer eso.
Barbara: Antonio nos puede ver.
Eduardo: y que con eso?, somos 2 personas que se aman, solo quiero besarte y guardar el sabor de tus labios, no se cuanto tiempo podré estar sin ti, volvió a besarla, esta vez bárbara no lo detuvo, pues ella también moría por besarlo.
Barbara: puedes ir a visitarme allá.
Eduardo: me parece una grandiosa idea
volvió a besarla.
Antonio: llegamos, Eduardo esperaras con nosotros hasta la hora de abordaje o te vas de una vez, Juan te lleva.
Eduardo: espere con ustedes.
Antonio: juan encárgate de llevar las maletas a la sala de abordaje y recuerda esperar a Eduardo y lo llevas a donde el te lo pida te veo pasado mañana en Miami.
Juan: si señor, abrio la puerta de Antonio y después la de Eduardo y Bárbara.
Caminaron a la entrada del Aeropuerto Eduardo y Barbara iban detrás de Antonio, iban cojidos de la mano y besándose cada que podía, se sentaron a esperar en la sala de abordaje Bárbara estaba recostada en el pecho de Eduardo, el no paraba de besarla, Antonio que estaba a su lado leyendo una revista ya estaba hasta asqueado de tantos besos.
Antonio: pero muchacho le vas a desgastar los labios
le dijo a Eduardo.
Eduardo: no importa mejor, así no besara a nadie más
volvía a besarla
Barbara: Eduardo Antonio tiene razón, ya me duelen los labios, además me estas mordiendo muy duro.
Antonio soltó una gran carcajada.
Barbara: de que te ríes en verdad muerde duro.
Antonio: solo me parece gracioso que te quejes aquí, pero si te vieras en cuello lleno de mordiscos y chupetones, no te quejarías.
Eduardo: es verdad amor ayer no te quejaste por que hoy si.
Barbara se puso roja, tenía demasiada vergüenza pensó que con el buso cuello de tortuga que se puso no se verían los chupetones, pero estaba equivocada, Eduardo se encargó de dejarlos donde fueran visibles.
Eduardo: no te pongas así amor, solo bromeamos, si ves Antonio.
Antonio: que yo que tu eres el que la muerde.
Barbara estaba a explotar de la vergüenza estaba tan roja que hasta empezó a sudar, Eduardo lo notó y la pegó a si pecho.
Eduardo: me perdonas, dijo en voz baja.
Barbara estaba callada no era capaz de hablar.
Eduardo: amor no fue mi intención hacerte sentir mal, solo quería seguirle el juego Antonio no crei que te molestaría.
Barbara: esta bien, solo no lo vuelvas a hacer.
Eduardo lo que órdenes, pero ven dame un beso.
Barbara: otro?
Eduardo: para mi nunca serán suficientes tus beso la vio a su cara y la besó, la besó como por 5 minutos, ya se estaban ahogando, les faltaba el aire, pero se querían tanto que eso No era impedimento, pasaron unos minutos más y bárbara se estaba quedando dormida en el pecho de Eduardo.