BABYSITTER

By Ara_YiZhan

240K 29K 33.4K

Xiao Zhan es contratado para cuidar a un lindo niño que cuyo hermano mayor ama a las niñeras, no hay una que... More

EPISODE 1
EPISODE 2
EPISODE 3
EPISODE 4
EPISODE 5
EPISODE 6
EPISODE 7
EPISODE 8
EPISODE 9
EPISODE 10
EPISODE 11
EPISODE 12
EPISODE 13
EPISODE 14
EPISODE 15
EPISODE 16
EPISODE 17
EPISODE 18
EPISODE 19
EPISODE 20
EPISODE 21
EPISODE 22
EPISODE 23
EPISODE 24
EPISODE 26
EPISODE 27
EPISODE 28
EPISODE 29
EPISODE FINAL

EPISODE 25

5K 765 558
By Ara_YiZhan




—Calma, hijo —pedía Liu Ting quien lo acompañaba en el auto, mientras el pelinegro manejaba estresado y rápido, hasta los nudillos de sus manos estaban blancos por falta de circulación y su respiración agitada llamaba la atención de su mamá—. Xiao Zhan...

—Te dejaré en casa, esto es algo que debo solucionar ahora mismo.

—Puedo interceder por ti si quieres, la señora Carman sabrá de mi boca la clase de hijo eres.

—No mamá, eso sería si fuera un niño, pero no lo soy, ella me va a escuchar y... —"Y Yibo también" pensó.

Liu Ting se quedó en casa muy preocupada y mientras veía a su hijo partir otra vez rumbo a su trabajo, se quedó con una mano en el pecho, angustiada, pensando que quizá perdería el trabajo y eso implicaría tener que mudarse, dejarla e irse con su padre.

Xiao Zhan no sabía qué hacer para dejar de estar molesto, por más que suspiraba hondamente las fosas nasales se dilataban tanto de pura cólera.

—¡Yibo, eres un maldito desgraciado! —hablo al vacío.

—&—


Yibo se miro al espejo y se asustó de su imagen, tenía un poco de barba ya crecida y su cabello estaba alborotado y demasiado largo, pensó en la idea de teñírselo de negro, quizá un cambio de look, algo que le hiciera sentirse renovado, diferente, como un nuevo Yibo y sonrió ante esa idea.

Salió del baño de su habitación cuando escuchó las pataditas típicas de su hermanito en la puerta de su cuarto.

—¡Abre! —pidió con altanería y Yibo decidió hacerle caso, de todas formas sabía que en casa sus padres siempre lo dejaban a un lado.

Abrió su puerta dejándolo pasar. Jin lucía molesto y con el ceño fruncido, entró directo a su cama y ahí se sentó.

—Quiero hablar contigo de hombre a hombre —dijo haciendo su voz más grave y cruzándose de brazos lo que causó risa en Yibo.

—Aún no eres hombre, apenas eres un niño.

—¡No me importa! Quiero hablar. —Yibo suspiró resignado y se sentó a su lado.

—Bien dime.

—Es de Zhan Zhan —dijo serio y Yibo se llevó una mano al rostro.

—Jin...

—¡No! Deja que termine, no interrumpas, es de mala educación. —Yibo miró a su hermanito con curiosidad, parecía un adulto hablando así.

—Habla de una vez —dijo con voz pesada.

—Bueno... —comenzó a titubear ya que no sabía cómo ordenar sus ideas, todo lo tenía en sentimientos más que en frases en su mente y no sabía cómo empezarlo—. Bueno... yo lo quiero. —Yibo lo miró serio, queriendo entender eso, el niño lucía nervioso como si hubiera dicho algo vergonzoso y es que expresar los sentimientos en esa familia era algo muy extraño y poco común—. ¡Pero! O sea, lo quiero, no como tú, no, no, no, eso no, yo quería a mi novia de esa forma, es solo que... —Yibo rio ante su nerviosismo, Jin nunca se había expresado así—. ¡No te rías o te pateo!

—Ya, calma... no entiendo por qué me dices que quieres a Xiao Zhan.

—Es que no quiero perderlo como perdí a todas las demás y por tu culpa. Nunca había tenido un niñero hombre, por eso lo quiero, además de que él se porta muy bien conmigo. —Yibo bajó la cabeza, lo que decía su hermanito era cierto, Xiao Zhan era un buen niñero, difícilmente encontrarían alguien tan responsable como él, él sabía eso, pero también sabía que debía alejar al pelinegro de todo y eso incluía Jin, lamentablemente.

—Jin, lo que te voy a decir quizá ni lo entiendas, pero esto lo hago por el bien de todos... no podemos encariñarnos con alguien que nos hace daño.

—¡A mí no me hace daño! —reclamó ofuscado.

—Lo hace, te estás encariñando demasiado con alguien extraño. Piensa en eso. Xiao Zhan deberá irse por el bien de todos.

Jin no lo entendió y decidió salir, la conversación comenzó a incomodarle y no sabía cómo confrontarlo, siempre Yibo ganaba...

Yibo se molestó, podía sentir que le hacía un mal a su hermano menor y otra vez sintió la enorme necesidad de escapar de sus malditos sentimientos y de casa, buscar a ese rubio para descargar sus frustraciones en él, total, sabía que siempre estaría dispuesto a verlo cada que quisiera.

Ya casi era pasada las cinco de la tarde, salió a la cochera en busca de su moto. Pasó de su abuela y ella le reclamó porque podía adivinar que se iría a quien sabe dónde y no regresaría hasta el otro día by de su padre que entraba a la casa.

—¿Dónde vas? ¡Piensa en retomar algún trabajo, o seguirás de vago! —gritó su padre, ya la situación le había hartado y Yibo no le siguió la corriente solo terminando de sacar la moto.

Un sonido de un auto frenando a pocos metros lo alertó, era el auto negro de Xiao Zhan que tantos recuerdos le traía, frunció el ceño poniéndose el casco para evitar verlo u oírlo.

—¡Yibo! —Gritó Xiao Zhan bajando de su auto el cual cerró de un sonoro portazo—. ¡Espera! —Yibo subió a su moto y la encendió para poder arrancar.

Xiao Zhan temblaba de una sensación de impotencia era un manojo de nervios, corrió a la moto y logró tomar el brazo de Yibo.

—Xiao Zhan, suéltame —pidió con una voz grave y conteniendo su ira.

—¡Exijo una explicación! ¿Acaso no te das cuenta? ¡Estoy por perder el trabajo por tu culpa! ¡Cómo puedes hacerme esto! —Yibo saco su casco con furia y lo miró de un forma que al pelinegro atemorizó, nunca lo había visto así de molesto y con él. Pero no retrocedió ni se inmutó, continuó firme tomando su brazo y mirándolo fijamente en busca de una explicación.

—Eso deberás explicarle a Carman, a mí no, yo no tengo nada que ver en... —Xiao Zhan se ofuscó y le dio un puñetazo en su vientre quitándole el habla y la respiración por un momento. Soltó su brazo se le quedó mirando ahora asustado de haber reaccionado así, con violencia, eso no debía estar pasando, retrocedió un paso cuando Yibo lo miró con odio. Se bajó de la moto y Xiao Zhan se puso en alerta evitando que se le acercara, retrocedía, esperando por si Yibo lo golpeara también.

—No sé qué está pasando contigo —le dijo Xiao Zhan—. Estás irreconocible, no te me acerques mas. —Pero Yibo se acercó hasta tomarlo de los hombros y empujarlo contra la pared—. Yibo, aléjate.

—Escucha niñero, estoy tratando de llevar esto de la mejor manera, ¿comprendes? Detesto esto, pero no te quiero cerca y espero que entiendas, me das asco. —Xiao Zhan sintió un dolor horrible en su pecho, jamás alguien le había dicho algo semejante, menos alguien a quien amaba.

—Apártate —pidió con labios temblorosos, tratando de tragarse el dolor de las las palabras, Yibo prefirió dejarlo porque sabía que se le había pasado la mano, podía ver el dolor de Xiao Zhan y sus deseos de llorar.—. Y no vuelvas a hablarme —exigió frío, con el dolor en su corazón, pero era lo mejor.

Yibo retrocedió y subió a su moto evitando verlo. Se sentía devastado, pero no lo demostraría, así que encendió otra vez la moto y arrancó sin voltear.

El timón de la moto se balanceaba de manera peligrosa por todos los nervios que sentía y se maldecía por dentro. Giró en una esquina y frenó porque ya no podía seguir. Se quitó el casco rápido y tomó aire desesperado.

—¡Maldita sea! —Se reclamó a él mismo, no podía sacarse de la mente los ojos de Xiao Zhan, su mirada de dolor, sus gestos y eso lo carcomía por dentro—. Maldita sea Yibo, tú tienes la culpa de todo. eres un imbécil ¡Rayos! Ya no quiero sentirme así.

Ahora sí todo había acabado, con esas palabras esperaba haber dado por finalizado lo que tenía con Xiao Zhan y esperaba, realmente deseaba superarlo y volver a ser quien era: el chico fuerte que podía estar con cualquiera sin tener remordimientos.

Fue a buscar a Wen Han y tal como lo había imaginado, lo encontró sentado en la barra de ese bar.


—&—


Xiao Zhan respiraba hondo antes de entrar a la casa de la señora Carman, debía apelar por ese trabajo, aunque ahora realmente analizaba la situación y pensó que quizá ese trabajo ya no sería para él, ¿para qué seguir viendo a Yibo después de lo que le había dicho? No tenía sentido hacerlo, quería superarlo de una vez por todas, pero debía dar una explicación a la señora Carman.

Entró a la casa la puerta permanecía semi abierta y entró hasta la sala donde la abuela estaba sentada sola.

—¿Hola? —saludó ella—. De seguro mi hija te mandó a llamar.

—Buenas tardes señora, me urge hablar con la señora Carman. —La abuela podía notar que lucía nervioso, asustado y eso no le gustó.

Se levantó de su sitio y caminó haciendo un gesto a Xiao Zhan para que la siga, lo llevó a la oficina del papá de Yibo, un lugar en donde se solía hablar de manera privada.

—En un momento mi hija vendrá. Toma asiento. —Xiao Zhan así lo hizo, buscando calmar sus emociones, trató de concentrarse en qué explicarle a la madre de Jin.

Carman entró a la oficina bastante seria y se sentó al frente del pelinegro quien la saludó pero con nerviosismo.

—Señora Carman, lo siento mucho todo este mal entendido, pero lo que sea que le haya dicho Yibo no es así, por favor no le crea, yo no ando con hombres, no soy esa clase de persona... —Carman lo miró fijamente, podía ver sinceridad en sus palabras.

—Tengo la sospecha de saber por qué Yibo dijo todo eso, quiero que me cuentes Xiao Zhan, qué pasó entre ustedes. —el pelinegro tragó saliva, sabía que la familia de Yibo estaba al corriente de su relación y no lo tomaban enserio, incluso recordaba los momentos de tensión que vivió en la cena a la cual lo invitaron una vez.

—Bueno... yo... —no sabía qué decir, bajó la cabeza evitando mirar a Carman—. Ya todo acabó, despreocúpese.

—¿Qué pasó? Disculpa que me meta así, yo nunca vi su relación como algo serio, pensamos que era uno de los juegos de Yibo, lamento decirte esto, pero el casi nunca ha presentado formalmente a sus relaciones, él ha tenido muchas de las cuales he conocido tan pocas y me sorprende que... bueno, que tú seas uno de ellos, no me lo esperaba pero... Yibo cambió para bien. —Hubo un silencio incómodo, Xiao Zhan tenía ambas manos en sus rodillas y estaba sudando de nervios, no sabía cómo explicar algo tan delicado para él—. ¿Qué pasó?

—Yo creí que se podría... —dijo con pequeña voz.

—Te lo había advertido, Xiao Zhan.

—Lo sé —dijo con tristeza y Carman se conmovió de verlo fragil, ahora podía entender porque sus dos hijos querían tanto a ese chico.

—¿Lo amas? ¿Amas a mi hijo?

—Señora Carman, a dónde quiere llegar con esto, no quiero responder su pregunta.

—Respóndeme por favor, quiero saber eso. —Xiao Zhan alzó la cabeza y la miró, vio una mira en ella que jamás había visto.

—Yo... sí —dijo esquivando su mirada ahora y volviendo a bajar la cabeza. Carman se levantó de su sitio y se sentó a su lado.

—¿Por qué terminaron? —Xiao Zhan suspiró y pestañeó nervioso, no sabía qué responder.

—Él no me quiere como yo a él, él cree cosas equivocadas, por eso vine, para aclararle a usted que lo que dice es mentira.

—Lo sé, lo supe desde que Yibo lo dijo, conozco a mi hijo, sé que a veces tiene intenciones de perjudicar personas. No quise que te hiciera esto. ¿Y quieres saber algo? Eres el mejor niñero que mi pequeño Jin ha tenido, te agradezco bastante todo lo que hiciste por él, pero me temo que por tu bien, es mejor que ya no trabajes aquí. —Xiao Zhan se sobresaltó, sentía que perdía un excelente trabajo que le permitiría estudiar y era solo los fines de semana.

—Señora... —no supo qué decir, de todas formas ella tenía razón.

—Te pagaré bien este mes para que así no te veas perjudicado cuando consigas otro empleo.

—Gracias de todos modos... gracias por permitirme trabajar aquí y cuidar a Jin. —Sentía que le partiría el corazón el tener que despedirse del pequeño—. Quisiera... hum, quisiera que me permitiera verlo de vez en cuando.

—Siempre serás bienvenido. Sé que Jin querrá verte seguido, tengo tu teléfono y podré llamarte para que lo veas.

Xiao Zhan asintió y solo le quedó una cosa por hacer: irse de esa casa para no volver a entrar jamás.

Jin salió a la sala y al ver a Xiao Zhan corrió a sus brazos, habían acordado no decirle nada de que el ya no trabajaría ahí ya que sabían que Jin se pondría mal.

Se arrodillo en la sala solo para darle un abrazo, fingió una sonrisa que Jin no creía, sospechaba que Xiao Zhan estaba triste.

—Él te quiere Zhan Zhan—dijo a Xiao Zhan refiriéndose a Yibo, sabiendo que quizá Xiao Zhan fingía su sonrisa por lo mal que estaba con respecto a Yibo—. No estés triste porfis.

—Pequeño, descuida, me pondré bien.

—¿Y seguirás viniendo, verdad? —No sabía cómo responder eso, así que solo asintió sabiendo que debía irse rápido o se pondría a llorar y él no quería hacer eso, por lo menos no delante del pequeño.

Cuando salió de la casa en silencio, dejando a Jin con su abuela quien fue astuta en distraerlo dándole alguna cosa... como siempre, lo acostumbraban a lo material, pero Xiao Zhan ya no podía intervenir.

Salió de esa casa sabiendo que esa había sido la última vez en entrar. Subió a su auto y se dirigió hacía su anterior departamento.

Ya era de noche y antes de ir a la casa con su madre he ir dormir quiso pasar por ahí para sacar algunas cosas... ahora se sentía arruinado, dolido y solo, debía pensar en buscar otro trabajo para seguir estudiando.

Y todo por enamorarse del cerdo de Yibo, definitivamente se arrepentía de si quiera haberle dado una oportunidad.

Al entrar al departamento, extrañamente las luces estaban encendidas, sintió un olor familiar, era el de Yibo, todo lo que aun había ahí le recordaba a él, cerró la puerta tras sí, cayendo sentado en el suelo. Ya no podía seguir reteniendo tanto dolor, las emociones lo vencieron en ese instante y el poco control que tenía se fue, las lágrimas bajaron por sus mejillas.

Necesitaba llorar para sacar todo ese dolor contenido, las palabras de Yibo, y Yibo mismo, la pérdida de su trabajo, la frustración de mudarse y la horrible sensación de pese a todo sentirse enamorado, lo agobiaron.

—&—

Yibo estaba en el departamento con Wen Han.

Horas antes lo había visto y solo quiso conversar, pese a sus planes de follar o algo parecido, desistió con la preocupación que tenía en mente y se llevó a Wen Han al departamento que compartía con Xiao Zhan.

No pensó que el pelinegro iría esa misma noche y cuando escuchó la puerta supo que solo podría ser él, así que tapó la boca del rubio comenzando a asustarse.

Xiao Zhan estaba en el departamento y si lo descubría sabía que no le creería que solo conversaba y comía pizza en el cuarto.

—Escúchame bien —dijo en un susurro, en el oído de Wen Han—. No hagas ruido o juro que te arruinaré la vida.

Wen Han lo miró a los ojos un poco intimidado y asintió.

Ahora Yibo no sabía qué hacer y solo podía escuchar el llanto de Xiao Zhan en la pequeña sala.

Xiao Zhan lloraba y su propio llanto le impedía escuchar ruidos extraños en el departamento.


—&—

Horas antes, Yibo había ido al bar y Wen Han salió casi corriendo de ahí y apenas lo vio, lo abrazó y con una enorme sonrisa,, le preguntó a dónde lo llevaría esta vez. Yibo se había vuelto su especie de ángel de la guarda, su mejor cliente, alguien que le regalaba la felicidad que le faltaba.

—¿Dónde iremos? —A Yibo le gustaba su entusiasmo, siempre le sonreía, buscaba agradarlo, no como otros que lo miraban con el ceño fruncido y con ganas de insultarlo, Wen Han no era de esos, por no decir, no era como Xiao Zhan.

—Hum... quiero hablar, solo eso, te pagaré por ir a cualquier lado a hablar.

—Sí, como quieras, luces terrible. —No era para menos, Yibo quería tomar licor para olvidarse lo último que había hecho: terminar con Xiao Zhan. Y eso para él era nuevo, no sabía cómo quitárselo de la cabeza a pesar de que el rubio le había dicho que lo odie, sentía que no podía odiar a tan bello y puro ser.

La última mirada que Xiao Zhan le había dado aún quedaba como un dolor en su pecho cada vez que su memoria lo evocaba. Sus ojos muy abiertos y lagrimosos, su naricita roja de querer llorar, los temblores de sus labios semi abiertos... eso le estrujaba el corazón de tal forma que hacía que quisiera desaparecer de la tierra.

Como Wen Han estaba muy inquieto y de seguro le haría gastar una fortuna en compras, decidió llevárselo al departamento que hace días compartía con Xiao Zhan, pensó que el pelinegro no iría al departamento porque de seguro se iría donde el profesor.

Wen Han pidió que comprara una pizza ya que tenía hambre y Yibo así lo hizo.

Subieron al departamento y al entrar, lo primero que hizo el rubio fue querer tener sexo, quería complacer a Yibo como sea, que experimentara lo bien que era él en la cama y así tenerlo en sus manos, pero Yibo no se dejó, solo rio entre besos y manoseos y es que Wen Han buscaba como sea excitarlo, pero no sabía que Yibo sabía manejar muy bien su cuerpo y cuando no quería era así, no quería.

—Ven aquí —dijo Yibo riendo un poco, jalando a Wen Han de la mano, rumbo a la habitación.

—Quiero creer que me trajiste aquí por un poco de privacidad y... ya sabes.

—No, bueno, no sé, no me hagas pensar en esas cosas. Siéntate. —Pidió tendiendo un poco la cama, y Yibo se sentó a su lado.

Wen Han le dio un beso en los labios iniciando lo que creía sería una buena noche, pero Yibo supo esquivarlo. —La pizza, deja que primero comemos.

—Y luego nos comemos mutuamente, ¿no? —Yibo rio, de todas formas el humor de Wen Han lograba robarle una que otra sonrisa.

Yibo se recostó en la cama observando comer a Wen Han, el rubio tenía mucha hambre, en cambio Yibo no, solo quería complacer a su compañía.

Wen Han observó a Yibo, recostado en la cama, mirándolo comer, podía intuir que quería decirle muchas cosas. —Habla ya —ofreció amistoso—. Te noto mal, como la otra vez, algo me dice que es por ese chico Xoai.

—Es Xiao Zhan.

—Como sea, es por él.

—Terminamos —dijo frio y miró hacia el techo de la habitación—. Creo que puedo deshacerme de él ahora.

—Hum, ya veo... pero ¿sabes? A veces se vuelve todo una relación tormentosa y enferma, debes ser firme en lo que has hecho, me refiero a que si ahora es el fin, que realmente lo sea así. —Yibo escuchó eso con incomodidad.

—Me cercioré de eso —dijo con pesar—. Ya ni trabajará en mi casa, no tendré razón de verlo.

—Comprendo —dijo con una sonrisita—. Yibo, tú eres tan bueno y tan guapo, creo que podrías conseguir muchos como ese Xoai.

— Xiao Zhan.

—Sí, podrás conseguir muchos si quieres. —Yibo se incomodó más, llevó ambas manos a su rostro y se jaló un poco sus cabellos.

—El maldito problema está en que ya no pienso en otros... no sé cómo explicarlo. Mi vida siempre fue bastante fácil, en especial esto de las relaciones, estuve con tantas personas, solía pasarla bien, cada fin de semana tenía sexo como mínimo, ahora no, todo parece ser como una pesadilla y... —"y duele" pensó—. Y no me gusta.

—Te has enamorado, como te lo dije antes, eso es porque te has enamorado. —Yibo pensó en eso, en esas palabras que tanto detestaba.

—Quizás, pero yo solo lo deseo, deseo tenerlo como yo quiero tenerlo, pero él es complicado, siempre me verá como un... como el peor, no soy perfecto como él. Además está ese jodido profesor rondando y rondando, terminará estando con él. —Frunció el ceño ante la idea de que ese profesor tocara a Xiao Zhan o lo besara y sintió desesperación en solo imaginar que el profesor se acostara con su Xiao Zhan—. Quiero que todo esto termine. —Suspiró para relajarse y Wen Han dejó de comer la pizza para recostarse a su lado.

—Me tienes a mí si eso te consuela.

—Gracias, pero perdí todo el interés, ¿puedes creerlo? Me siento mal hasta por eso, por no tener las ganas de simplemente follar y pasarla bien.

—Estás deprimido... pero si te entregas al placer verás que se te quitará esa depresión. —Yibo rio ante eso, parecía todo tan simple.

Wen Han se acerco a Yibo y comenzaron a besarse luego de que dejaran lo que quedaba de la pizza a un lado. Yibo trató de concentrarse en lo agradable del beso, en lo húmedo que era y en todas las insinuaciones de Wen Han, pero no tuvo ninguna erección y eso lo desanimó mucho, tuvo miedo de quedarse impotente, nunca antes le había pasado tal cosa.

—Puedo ayudarte con eso —sugirió Wen Han llevando una mano a su entrepierna y Yibo jadeó, pero de frustración.

—No... ¡joder! Maldito sentimiento, no puedo —se separó con brusquedad y es que estar en esa misma cama donde hacía poco había hecho el amor con Xiao Zhan lo llenó de un enorme fastidio—. Eres muy lindo, de verdad lo eres, pero no puedo, esto me domina más. Mejor dejemos esto a un lado y solo conversemos. Lo siento.

—Bueno, pero si te es de consuelo, en verdad si me pruebas no te arrepentirás, sé mucho del sexo y de complacer a hombres y créeme cuando te digo que el que me prueba siempre regresa.

—No lo dudo.

Se miraron a los ojos y Wen Han tomó la caja de pizza para pasársela. —¿Pizza? —dijo con una sonrisa y Yibo tomó parte de un trozo.

luego la puerta del departamento sonó, su corazón latió de miedo, de preocupación y abrió los ojos de la sorpresa. Wen Han también se sorprendió y Yibo fue rápido en taparle la boca.

—Escúchame bien —dijo en un susurro, en el oído de Wen Han—. No hagas ruido o juro que te arruinaré la vida.

Wen Han lo miró a los ojos un poco intimidado y asintió porque los ojos de Yibo le indicaba que hablaba enserio y no quería decepcionar a quien le había apoyado.

Yibo no sabía qué hacer estaba asustado, no pensó que Xiao Zhan iría al departamento prácticamente abandonado, realmente no lo esperaba y ahora que pasaba se encontraba asustado y su corazón latía acelerado.

Lo escuchó llorar y eso le escarapeló el cuerpo, pocas veces lo había visto u oído llorar y menos por su culpa. En ese momento no sabía qué hacer. Solo sintió sus manos helarse y quería que Wen Han desapareciera a como dé lugar.

—Escúchame —susurró muy despacio—. Esto no debió pasar, quiero que... que permanezcas muy callado, hum. —Vio su ropero semi abierto y lo levantó con cuidado, indicándole con la mirada meterse ahí.

Wen Han negó con la cabeza, no quería encerrarse, le dio temor. —Solo será por un momento, te lo prometo, luego te sacaré de aquí, pero si él nos ve... no sé —prefirió no pensar en eso, sabía que sería catastrófico, ¿Cómo le explicaría que había metido al departamento a un prostituto?

Terminó empujando al rubio dentro del armario y lo cerró indicándole silencio.

Abrió la puerta de su habitación con mucho cuidado para salir por el pequeño pasadizo que conducía a la pequeña sala donde lo vio, sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la puerta, temblando por el llanto y con la cabeza agachada. Sus cabellos negros tapaban su rostro y aun no se daba cuenta de que Yibo estaba ahí.

—Xiao Zhan —susurró con temor y fue cuando el pelinegro se estremeció y alzó la vista.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó intentando ponerse en pie cosa que no pudo, todo él era un manojo de nervios por ver al causante de todo ese dolor, cerca.

Yibo no sabía si acercarse más o no, pero ver las lágrimas de Xiao Zhan en sus redondas mejillas lo perturbó mucho. Xiao Zhan terminó por secarse las lágrimas y Yibo terminó a su lado, arrodillado para verlo más de cerca.

—Xiao Zhan, ¿estás bien? —Preguntó preocupado, extrañamente nervioso y eso llamó la atención de Xiao Zhan quien lo miró a los ojos—. Xiao Zhan —dijo con grave voz para acercar ambas manos a su suave rostro. —No llores mi amor.

Este se quedó inmóvil ante eso, solo podía sentir su corazón tan acelerado.

Continue Reading

You'll Also Like

13.7K 2.8K 57
Wang Yibo, el primer hombre de su familia en romper los estereotipos de que solo las mujeres pueden trabajar en ese tipo de empleo, él se atrevió a i...
3.1K 266 6
Advertencia +21 La tranquila vida de Xiao Zhan con su nueva familia llega a su fin con la aparición de alguien de su pasado, ese alguien es Wan...
2.3K 424 9
Wang Yibo está sexualmente frustrado. Con su fama de PlayBoy a un lado, él ha aceptado dejar de pensar en sexo como algo prioritario y decide salir c...
65.4K 5.9K 21
Soojin llevaba años ejercitándose lo suficiente para defenderse sola sin la ayuda de su mejor amigo y boxeador Chris, y casi lo logra, hasta que un p...